el hombre y Dios
Dios había dicho:
«Ganarás tu pan con el sudor de tu frente».
El hombre no ha querido.
Ha inventado la rueda para evitarse las fatigas de la marcha.
Ha inventado la máquina para que ejecute el trabajo en su lugar.
Ha inventado el robot para que le sirva en toda circunstancia.
Ha inventado el cerebro electrónico para que piense por él.
Y sin embargo el hombre trabaja siempre.
Dios había dicho:
«No matarás a tu prójimo».
El hombre no ha querido.
Ha inventado la flecha para poder matar de lejos.
Ha inventado la pólvora para poder matar aún de más lejos.
Ha inventado la bomba para poder matar en masa.
Ha inventado la desintegración del átomo para poder matar más rápido.
Y sin embargo siempre hay hombres.
Dios había dicho:
«Amaos los unos a los otros».
El hombre no ha querido.
Ha inventado el crimen para desembarazarse de un estorbo.
Ha inventado el verdugo para desembarazarse de un asesino.
Ha inventado la revolución para desembarazarse de un tirano.
Ha inventado la guerra para desembarazarse de un pueblo.
Y sin embargo el hombre ama el amor.
Dios había dicho:
«Respetarás la libertad del prójimo».
El hombre no ha querido.
Ha inventado el atalaje para reducir el caballo a la esclavitud.
Ha inventado los campos para reducir los hombres a la esclavitud.
Ha inventado las guerras para reducir los pueblos a la esclavitud.
Ha inventado los gobiernos para reducir la Tierra a la esclavitud.
Y pese a todo, el hombre se dice libre.
Dios había dicho:
«Yo te doy la Tierra».
El hombre no se ha contentado con ello.
Ha inventado el globo para elevarse por encima del suelo.
Ha inventado el avión para vivir en el aire.
Ha inventado el cohete para estudiar el éter.
Ha inventado el motor atómico para conquistar los otros planetas.
Entonces Dios castigó al hombre.
traducción de P. Domingo.