PRESENTACIÓN

La SF como rechazo y crítica del orden establecido

Un esquema típico de relato de SF[1] consiste en presentar una hipotética sociedad futura opresiva y despersonalizadora, en la que, de pronto, un individuo que ha vivido siempre integrado se rebela, descubriendo nuevas perspectivas de libertad al margen de lo que creía que era el único mundo posible.

Es el caso del Montag de Fahrenheit 451, del desventurado protagonista de 1984, y de tantos otros rebeldes-símbolo que, ante todo y más que expresar un conflicto personal concreto, representan genéricamente la ruptura del individuo como una sociedad castrante.

Debido a esta tendencia del género a dramatizar el enfriamiento individuo-sociedad, algunos comentaristas han señalado, no sin fundamento, el carácter romántico de la SF.

Pero hay una diferencia básica entre la SF y el romanticismo tradicional: mientras éste suele limitarse a exaltar la ruptura compulsiva del individuo con una sociedad que lo coarta, la SF, la buena SF, acostumbra a llevar implícita, además, una crítica del sistema opresor que motiva la rebeldía y una búsqueda de posibles alternativas liberadoras. Dicha rebeldía ya no es, entonces, un simple pretexto para la exaltación del individualismo, sino una contribución a la toma de conciencia, un síntoma útil para el diagnóstico de la enfermedad social. Consciente de la ineficacia de las soluciones individuales, la SF, al contrario del romanticismo tradicional, no las exalta.

En esta antología se reúnen varios relatos que, de una forma u otra, expresan la ruptura individuo-lo establecido:

La grieta en el escudo, donde el protagonista renuncia a la seguridad fetal de su enclaustrado mundo a cambio de una existencia arriesgada pero más auténtica, es la narración que más se adapta al esquema antes descrito, y por eso la he elegido para encabezar el índice.

En El azul más profundo del mundo la inadaptación es mostrada en todo su dramatismo con patética crudeza, mientras que en Las veladas feministas de la Atlántida se echa una mirada irónica y desenfadada a ciertas formas de emancipación.

En otros relatos no se describe una ruptura, pero se pone en evidencia su necesidad, al mostrar el grado de aberración al que se puede llegar si se acepta un determinado estado de cosas. Es el caso de Gente afortunada y El Círculo Interior, ambos estremecedores bajo su apariencia respectivamente humorística y surrealista.

Y es también el caso, aunque de forma menos evidente, de Planeta según presupuesto, abierta sátira del dogmatismo imperante, o de El huevo de glak, aparente disparate en el que, sin embargo, es fácil ver reflejada la incongruencia de unas vidas dedicadas a los más fútiles objetivos, básica tara de nuestra sociedad.

De las selecciones publicadas hasta ahora, creo que ésta es, a pesar de sus limitaciones, la que mejor manifiesta las motivaciones y la función sociocultural de la SF.

Sólo me queda desearles que disfruten al leer estos relatos tanto como yo he disfrutado al seleccionarlos.

CARLO FRABETTI