Capítulo 5
El globo de vidrio de Mundobola había sido instalado sobre un pedestal enfrente de Hex para cuando la mayor parte del profesorado superior se levantó y daba vueltas por allí. Estaban siempre un poco como cabos sueltos al terminar el Segundo Desayuno y cuando todavía no era tiempo de los Onces, y esto parecía un entretenimiento.
—Uno se pregunta si es digno de que lo salvemos, realmente —dijo el Director de Estudios Indefinidos—. Ha tenido enormes eras de hielo antes, ¿verdad? Si los humanos son demasiado estúpidos para partir a tiempo, entonces es seguro que hay otra especie interesante por aquí en medio millón de años o algo así.
—Pero la extinción es tan... más bien... final —dijo el Conferenciante en Runas Recientes.
—Sí, y nosotros creamos su mundo y les ayudamos a volverse inteligentes —dijo el Decano—. No podemos permitir que se congelen. Sería como irnos de vacaciones y no alimentar al hámster.
Un relojero como parte del reloj, pensó Ponder, ajustando el omniscopio más grande de la universidad; no sólo hacer el mundo, sino pellizcarlo todo el tiempo...
Los magos no creían en dioses. No negaban su existencia, por supuesto. Simplemente no creían. No era nada personal; no eran en realidad descorteses sobre eso. Los dioses eran una parte visible del narrativium que hacía que las cosas funcionaran, que le daba su propósito al mundo. Es que sólo estaban mejor si los evitaban.
Mundobola no tenía ningún dios que los magos hubieran podido encontrar. Pero uno que estuviera incorporado... ésa era una idea nueva. Un dios dentro de cada flor y cada piedra... no exactamente un dios que estaba en todas partes, sino un dios que estaba en todas partes.
El último capítulo de Teología de las Especies había sido muy impresionante...
Retrocedió. Hex había estado ocupado toda la mañana. También el Bibliotecario. Ahora mismo estaba quitando el polvo cuidadosamente a los libros e introduciéndolos en la tolva de Hex. Hex había llegado a dominar el secreto de la lectura osmótica, normalmente sólo intentada por estudiantes.
Y el Bibliotecario había localizado una copia correcta de El Origen de las Especies, el libro que Darwin debería haber escrito. Tenía una imagen de Darwin como portada. Con un sombrero puntiagudo habría pasado por mago en cualquier lugar. Si se trataba de eso, podría haber pasado por el Archicanciller.
Ponder esperó hasta que los magos se acomodaron y abrieron sus palomitas de maíz.
—Caballeros —dijo—, espero que todos hayan leído mi análisis...
Los magos lo miraron fijamente.
—Trabajé muy duro en él toda la mañana —dijo Ponder—. Y fue entregado en todas sus oficinas...
Hubo más miradas fijas.
—Tenía una tapa verde... —apuntó Ponder.
Las miradas fijas eran muy intensas ahora. Ponder se rindió.
—¿Quizás debería recordarles los puntos importantes? —dijo.
Las caras se iluminaron.
—Refresca nuestras memorias —dijo el Decano, alegremente.
—Discutí líneas temporales alternativas en el espacio fase —dijo Ponder. Eso fue un error, podía verlo. Sus compañeros magos no eran estúpidos, pero tenías que ser cuidadoso para concebir ideas que encajaran en los agujeros de sus cabezas.
—Dos perneras diferentes en el Pantalón del Tiempo —dijo Ponder—. En el año 1859, por el corriente sistema de contar en uso en esa parte de Mundobola, un libro cambió la manera de pensar sobre el mundo de muchas personas. Sólo que ocurrió que era el libro equivocado...
—Demuéstralo —dijo el Director de Estudios Indefinidos.
—¿Perdone, señor?
—Bien, corrígeme si estoy equivocado, ¿pero supón que Teología de las Especies era el libro correcto? —dijo el Director.
—Silenció el progreso científico, es decir, tecnomántico, durante casi cien años, señor —dijo Ponder, cansadamente—. Retrasó el conocimiento de la humanidad de su lugar en el universo.
—¿Quieres decir que fue construido por unos magos y dejado en un estante en un corredor? —dijo el Director.
—Eso es sólo verdadero desde el exterior, señor —dijo Ponder—. Mi punto es, algo le pasó al Sr. Darwin en algún momento de su vida que hizo que escribiera el libro equivocado. Y estaba equivocado. Sí, habría sido el libro correcto aquí en Mundodisco, señor. Sabemos que hay un Dios de la Evolución.
—Eso es correcto. Un viejo flaco, vive en una isla —dijo Ridcully—. Tipo decente, a su manera. ¿Recuerdan? Estaba rediseñando el elefante cuando estuvimos ahí. Con ruedas, muy inteligente. Muy aficionado a los escarabajos, también, según recuerdo.
—¿De modo que por qué escribiría Darwin este libro de teología en cambio? —insistió el Director de Estudios Indefinidos.
—No lo sé, señor, pero como escribí en la página 4, estoy seguro de que lo recuerda, era el libro equivocado en el tiempo exactamente correcto. Sin embargo, tenía sentido. Había algo en él para todos. Todo lo que los tecnománticos tenían que hacer era dejar un lugar en su ciencia para el dios local, y todo lo que los sacerdotes tenían que ceder eran algunas creencias en las que ninguno de los sensatos creía de todos modos...
—¿Como qué? —dijo el Decano.
—Bien, que el mundo fue creado en una semana y que no era muy viejo —dijo Ponder.
—¡Pero eso es verdad!
—Otra vez, sólo desde el exterior, Decano —dijo Ponder suavemente—. Hasta donde podemos saber, Teología de las Especies polarizó la opinión intelectual de una manera curiosa. De hecho, jaja, la ecuatorizó, podrían decir.
—No creo que lo hagamos —dijo Ridcully—. ¿Qué significa la palabra?
—Ah... er, sobre un globo, el ecuador es una línea imaginaria alrededor del medio —dijo Ponder—. Lo que ocurrió fue que la mayor parte de los tecnománticos y los sacerdotes fueron detrás de las ideas expresadas en el libro de Darwin, porque les daban a todos mucho de lo que querían. Unos pocos de los tecnománticos tenían una fuerte creencia en el dios, y la mayoría de los sacerdotes más brillantes podían ver grandes fallas en el dogma. Juntos, eran una fuerza muy grande e influyente. Los religionistas de línea dura y los tecnománticos inflexibles fueron marginados. Afuera, en el frío. Polarizados, de hecho. —Este prolijo juego de palabras, aunque lo dijo él mismo, ni siquiera logró un gruñido de reconocimiento, de modo que continuó—: No estaban de acuerdo con el grupo unido e indudablemente no estaban de acuerdo entre sí. Y, por lo tanto, el compromiso feliz gobernaba. Durante bastante más de sesenta años.
—Eso es bueno —dijo el Conferenciante en Runas Recientes.
—Er... sí, señor, y entonces otra vez, no —dijo Ponder—. La tecnomancia no funciona bien en esas circunstancias. No puede hacer verdadero progreso por consenso. Ja, conducida por un grupo de ancianos presumidos que son más interesantes en grandes cenas que haciendo preguntas; ésa es una receta para el estancamiento, cualquiera puede verlo.
Los magos asintieron sabiamente.
—Muy verdadero —dijo el Archicanciller Ridcully, achicando los ojos—. Ése era un punto importante que tenías que exponer.
—Gracias, Archicanciller.
—Y ahora tienes que pedir disculpas.
—Lo siento, Archicanciller.
—Bien. De modo que, Sr. Stibbons, qué...
Se escuchó un traqueteo desde la máquina de escribir de Hex. Los brazos arañosos ondularon a través del papel y escribieron:
+++ El Director de Estudios Indefinidos tiene razón +++
Los magos se agruparon alrededor.
—¿Razón en qué? —dijo Ponder.
+++ El Charles Darwin de Teología de las Especies fue durante gran parte de su vida un párroco de la Iglesia de Inglaterra, un subconjunto de la nación británica +++ garabateó la computadora +++ La principal función de los sacerdotes de esa religión en ese tiempo era como mucho promover las artes de la arqueología, historia local, colecciones de mariposas, botánica, paleontología, geología y la fabricación de fuegos artificiales +++
—¿Los sacerdotes hacían eso? —dijo el Decano—. ¿Y qué me dices de rezar y todo eso?
+++ Algunos de ellos también lo hacían, sí, aunque lo consideraban estar presumiendo. El Dios de los ingleses no pedía mucho en el sentido de sacrificio, sólo que las personas actuaran decentemente y que no hicieran ruido. Ser sacerdote en esa iglesia era un trabajo natural para un joven de buena cuna y educación pero sin un talento muy específico. En las zonas rurales tenían mucho tiempo libre. Mis cálculos sugieren que Teología de las Especies era el libro que él estaba destinado a escribir. En todas las historias de espacio fase de tercer nivel, hay sólo una en la que escribe El Origen de las Especies +++
—¿Por qué es eso? —dijo Ponder.
+++ La explicación es compleja +++
—Bien, suéltala —dijo Ridcully—. Aquí somos todos hombres sensatos.
Otro trozo de papel se deslizó de la bandeja de Hex. Decía:
+++ Sí. Ése es el problema. ¿Comprenden que cada posibilidad de elección da a luz un nuevo universo en el que esa elección se manifiesta? +++
—Esto es el Pantalón del Tiempo otra vez, ¿verdad? —dijo Ridcully.
+++ Sí. Excepto que cada pernera del Pantalón del Tiempo se bifurca en muchas otras perneras, y también esas perneras y cada pernera siguiente, hasta que está tan lleno de perneras por todos lados que a menudo pasan a través de otras o se unen otra vez +++
—Creo que estoy perdiendo la huella —dijo Ridcully.
+++ Sí. El idioma no es bueno para esto. Incluso la matemática se pierde. Pero una pequeña historia podría resultar. Les contaré la historia. No será totalmente inexacta +++
—Adelante —dijo Ridcully.
+++ Imaginen un número inimaginablemente grande +++
—De acuerdo. No hay problema allí —dijo Ridcully, después de que los magos consultaran entre sí.
+++ Muy bien +++ escribió Hex. +++ Desde el momento en que el universo Mundobola fue hecho, empezó a dividirse en copias casi idénticas de sí mismo, miles de millones de veces por segundo. Ese número inimaginablemente grande representa todos los posibles universos Mundobola que hay +++
—¿Todos estos universos existen realmente? —dijo el Decano.
+++ Imposible demostrarlo. Supongamos que sí. En todos esos universos hay apenas ninguno en el que exista un hombre llamado Charles Darwin, que hace un viaje oceánico trascendental, y que escribe un libro enormemente influyente sobre la evolución de la vida en el planeta. Sin embargo, ese número es todavía inimaginablemente grande +++
—¿Pero imaginado por una imaginación más pequeña? —dijo Ridcully—. Quiero decir, ¿es la mitad de la cantidad del otro número inimaginable?
+++ No. Es inimaginablemente grande. Pero comparado con el primer número, es inimaginablemente pequeño +++
Los magos lo debatieron en susurros.
—Muy bien —dijo Ridcully, por fin—. Continúa y te seguiremos cuando podamos.
+++ Aún así, no es tan inimaginable como el número de universos en los que el libro era El Origen de las Especies. Esa cantidad es muy extraña y sólo puede ser imaginada en absoluto en circunstancias muy poco habituales +++
—¿Es inimaginablemente más grande? —dijo Ridcully.
+++ Inimaginablemente único. El número uno. Caballeros. Completamente solo. Uno es uno y completamente solo. Uno. Sí. En el espacio fase de tercer nivel hay sólo una historia donde él se sube al bote, termina el viaje, considera las conclusiones y escribe ese libro. Todos los otros Darwin alternativos no existieron, o no se quedaron en el bote, o no sobrevivieron al viaje, o no escribieron ningún libro en absoluto, o escribieron, en muchos casos, Teología de las Especies y entraron en la iglesia +++
—¿Bote? —dijo Ponder—. ¿Qué bote? ¿Qué tienen que ver los botes con esto?
+++ Ya expliqué, en la exitosa línea vital que llega hasta la humanidad abandonando el planeta, el Sr. Darwin hace un viaje importante. Es uno de los diecinueve eventos cruciales en la historia de la especie. Es casi tan importante como Joshua Goddelson dejando su casa por la puerta trasera en 1734 +++
—¿Quién era él? —dijo Ponder—. No recuerdo el nombre.
+++ Un zapatero que vivía en Hamburgo, Alemania +++ escribió Hex. +++ Si ese día hubiera dejado su casa por la puerta principal, la fusión nuclear comercial no habría sido perfeccionada 283 años después +++
—Eso fue importante, ¿verdad? —dijo Ridcully.
+++ Ampliamente. Tecnomancia superior +++
—¿Necesitaba mucho en el sentido de zapatos, entonces? —dijo Ridcully, perplejo.
+++ No. Pero la cadena de causalidades, aunque compleja, es clara +++
—¿Qué tan difícil es subir a este bote? —dijo el Decano.
+++ En el caso de Charles Darwin, muy difícil +++
—¿Adónde iba?
+++ Navegaba desde Inglaterra hasta Inglaterra. Pero había paradas cruciales en el camino. Incluso en esas historias donde se embarcó, no terminó el viaje ni completó El Origen de las Especies, en todos los casos excepto uno +++
—Sólo una versión de la historia, dices —dijo Ponder Stibbons—. ¿Sabes por qué?
+++ Sí. Es una donde ustedes intervienen +++
—Pero no hemos intervenido —dijo Ridcully.
+++ En un primitivo sentido subjetivo ése es el caso. Sin embargo, van a desearlo pronto +++ escribió Hex.
—¿Qué? ¡Y no soy un sujeto primitivo, Sr. Hex!
+++ Lo siento. Es difícil expresar ideas de cinco dimensiones en una lengua desarrollada para gritar desafíos a los monos del árbol cercano +++
Los magos se miraron unos a otros.
—Meter a un hombre en una embarcación no puede ser difícil, ¿verdad? —dijo el Decano.
—¿Es peligrosa la época de Darwin? —dijo Rincewind.
+++ Inevitablemente. El centro del Globo es un infierno, la humanidad está protegida de ser asada viva por nada más que una cáscara de aire y fuerzas magnéticas, y el riesgo de un golpe de asteroide está siempre presente +++
—Creo que Rincewind se refería a cuestiones más inmediatas —dijo Ridcully.
+++ Comprendido. La ciudad principal que deben visitar tiene muchas áreas mugrientas y alcantarillas abiertas. El río que la divide en dos es nocivo. Su destino podía ser considerado una zanja de drenaje de grandes crímenes en un mundo peligroso y sucio +++
—¿Casi como aquí, quiere decir?
+++ La semejanza es notable, sí +++
Los brazos que escribían dejaron de moverse. Unas partes de Hex traquetearon y se sacudieron. Las hormigas cesaron su decidido andar y empezaron a arremolinarse sin rumbo fijo en sus tuberías de vidrio. Hex parecía tener algo en mente.
Entonces, un brazo de escribir untó la pluma en la tinta y escribió, lentamente:
+++ Hay un problema adicional. No está claro para mí por qué Darwin no escribió El Origen en alguna parte de los universos múltiples sin su próxima ayuda +++
—No hemos decidido que iremos... —empezó Ridcully.
+++ Pero ustedes van a haberlo hecho +++
—Bien, probablemente...
+++ A través de todo el espacio fase de este mundo, Charles Darwin hizo muchas cosas. Se convirtió en un relojero experto. Dirigió una fábrica de cerámica. En muchos mundos fue un sacerdote de provincia. En otros, fue geólogo. En otros aún, hizo el importante viaje y como resultado escribió Teología de las Especies. En algunos, empezó a escribir El Origen de las Especies sólo para abandonarlo. Sólo en una línea de vida, El Origen fue publicado. No debería ser posible. Detecto... +++
+++ Detecto... +++
Los magos esperaron cortésmente.
—¿Sí? —dijo Ponder.
La única pluma se movió a través del papel.
+++ MALEVOLENCIA +++