Estatuas de Bruselas
(1965)
La internacional
de las Estatuas
con nalgas a lo Rubens
lucha incansablemente
entre las telarañas,
construye para sí
un sofocante invierno de engrudo
y dicta sentencias para el recto vivir:
«la herrumbre es la verdad»,
«el moho es bello»,
«todo el poder a los espantapalomas».
La Liga de la Decencia está con ella.
Dice el Manneken-Pis:
«Condenadme, no importa;
la historia me absolverá».