Las mujeres
(De «El siglo de la investigación criminal» de Thorwald).
En una de las cartas que Eleonor
le había enviado,
se leyó lo siguiente:
«Sé que hay muchachas con el cuerpo mejor formado
pero esto no me preocupa.
Yo gozo de la mayor felicidad:
eres un hombre digno y nuestro amor
es profundo, verdadero, eterno.
Mi corazón es tuyo, mi vida es tuya.
Puede que mi cuerpo no sea bello,
puede que mi piel no sea bella,
pero yo te pertenezco para siempre…».
El forense se limitó a comprobar que en la herida de Eleonor
Mills
había larvas de gusanos y que, por ello,
el cadáver tendría ya uno o dos días.
Él
ha logrado escapar, hasta el momento.