El Che en Praga en 1965
Caminando yo por la Narodni Trida una mañana de sol
hablando de la posibilidad de tomar una cerveza
con Heberto Padilla,
este poeta que suele ser mi mala conciencia,
cuando desde un altoparlante se escuchó
nítidamente el nombre del Che Guevara.
Bueno, dijimos, vuelven
a darse noticias sobre Cuba, no es
una mala señal.
Luego nos enteramos de que se trataba
de una información
que destilaba alegría, gozo,
porque al fin ese bakuninista y trotskista argentino,
ese aventurero de la Economía,
había sido expulsado del equipo de gobierno cubano
y ello anunciaba desde luego
que aún había esperanzas
de que toda Cuba
volviera al camino de la sensatez.