Composición
(Trampa)
La historia nos había tenido en suspenso, alrededor del fuego:
nadie hubiera creído en los últimos años del siglo XIX
que las cosas humanas fueran escudriñadas atentamente
por inteligencias superiores a la del hombre
y mortales, sin embargo, como la de éste.
El campo labrado se hundía en el cañón de la montaña
y luchaba con un maniguazo tupido
donde el marabú se enlazaba con el limón.
El hijo desviaba lo ojos.
Los dados verdes rodaron por la mesa verde,
dieron juntos contra el borde y rebotaron hacia atrás.
Sin embargo, yo sentía que debía estar conmigo.
Ella me ha contado y yo la he contado entre los muertos,
y ninguno de los cazadores quería morir ese día
hasta la deslumbrada llegada de los otros ante el abismo,
inundado de una luz uniformemente descolorida.
Él miraba fijamente hacia la puerta.