EL MÁS AVANZADO DE TODOS LOS MILAGROS PSICOTRÓNICOS
Ahora me gustaría volver a aquellos de ustedes que ya tomaron la decisión y han estado realizando milagros en sus vidas, utilizando los planes de actuación descritos en los anteriores capítulos.
La psicotrónica es una ciencia nueva. Sus resultados increíbles de hoy se considerarán mañana agua pasada. Ni usted ni yo podemos probablemente concebir, y menos creer, las clases de milagros que pueden caber dentro del terreno de las realizaciones humanas dentro de pocos años. A lo más que alcanza mi conciencia en la aceptación de esos milagros es al acto de meterse en la conciencia de otra persona. Para mí eso es lo último y definitivo.
Me resulta más fácil concebir una conciencia universal intercediendo en un maremoto o en un terremoto, o en la conciencia individual, llegando al futuro y cambiándolo, que lo de «entrar en la cabeza de otro» y sentir y conocer las actitudes, emociones e intenciones de esa persona. Sin embargo, yo lo he hecho y otros también. Y usted va a hacerlo.
Lo primero, una advertencia. Su cabeza a veces le resulta incómoda. Algo le preocupa, le corroe, le «ronda». Si otra persona se «metiera en su cabeza», se sentiría aún más incómoda que usted. Usted ya se ha hecho a sus propios pensamientos y sentimientos, por mal que se sienta. Pero para otra persona serían un choque. Cuando «entre en la cabeza de otro», hágalo con cuidado, preparado para detectar lo que precisa y «salir corriendo».
¿Qué significa eso de «meterse en la cabeza de otro?» Es un acto puramente imaginario, pero recuerde que nos estamos refiriendo a la energía de conciencia y que, por tanto, lo imaginario tiene un efecto real. El intento de «meterse en la cabeza de otro» pretende penetrar en los pensamientos y sentimientos de esa persona: entrar en su «espacio».
Vivian L. necesitaba mi ayuda. Acepté otorgarle una sesión de «consejo» amistoso. Estuvimos andando durante media hora. Vivian habló de su infelicidad. Su piso era demasiado pequeño. Su trabajo estaba mal pagado. Pero me di cuenta de que había algo más tras la depresión que parecía estar atravesando.
Decidí terminar la sesión bruscamente con la excusa de que tenía otra cita. Quedamos citados para otra sesión al día siguiente. En cuanto se marchó, fui a mi «habitación especial» bajo la claraboya, situé a Vivían en mi pantalla imaginaria, le quité la cabeza y la coloqué sobre la mía como un casco. Inmediatamente me di cuenta de lo que le pasaba. Se sentía sola. Tenía un novio. Pero no llenaba sus necesidades sexuales. Recordé su experiencia la última vez con él: no hubo clímax por parte de ella.
«Me quité su cabeza», porque ahora todo estaba explicado.
Cuando volvió Vivían al día siguiente, fui directo a su vida amorosa. ¿Quién es tu novio? ¿Qué significa para ti? Resultado claro: le recomendé que fueran a ver a un consejero matrimonial aunque no pensaran en esos términos, y le consultaran sobre técnicas sexuales.
Un mes más tarde me encontré de nuevo con Vivían. Se encontraba radiante. No me dio detalles de su vida amorosa, pero tampoco tenía problemas que solucionar.
Puede usted utilizar el siguiente Plan de actuación para:
• Saber lo que planea un competidor.
• Conocer los síntomas físicos que experimenta otra persona.
• Prever adonde o con quién planea ir otra persona.
• Conocer lo que piensa otro de usted o de otra persona.
• Identificar actitudes o emociones para predecir lo que si no seria comportamiento imprevisible.
No puede utilizar el Plan de actuación para:
•Crearle un problema a alguien al que no quiere.
•Sabotear los pensamientos de alguien.
•Perjudicar a alguien a través de un tercero.
Si decide utilizar este Plan de actuación para este tipo de interferencia, puede parecer que funciona, pero el proyectil hará diana para rebotar y herir al que disparó.
Plan de actuación para meterse en la cabeza de otro
Vaya a su «habitación especial» bajo la claraboya.
Active su pantalla.
Haga aparecer en ella a la persona cuyos pensamientos o sentimientos quiera usted detectar.
Aumente la imagen hasta que ocupe toda la pantalla.
Mueva la imagen aumentada hacia usted para verla aún mayor.
Vuelva de espaldas a la persona, de manera que tenga delante de usted su nuca.
Extienda las manos hacia delante y ponga una a cada lado de la cabeza de la persona.
Póngase la cabeza sobre la suya como si fuera un casco. (Si sintiera un malestar muy grande, limítese a quitarse la cabeza y a volver a ponerla en la pantalla. Vuelva a intentarlo ese mismo día o al día siguiente.)
Observe sus propios pensamientos, sentimientos, dolores o sensaciones, pues ésos son los pensamientos y sentimientos predominantes de esa persona.
Pregunte lo que desea conocer si aún no ha detectado la respuesta.
Acepte los pensamientos que le vienen como pensamientos de la persona, aunque le parezcan fantasía o conjeturas por su parte.
Devuelva la cabeza a la pantalla.
Vuelva de nuevo a la persona de forma que le vea la cara.
Envíe pensamientos positivos de comprensión y de unicidad.
Haga desaparecer a la persona de su pantalla y termine su sesión.
Tenemos buenas razones para creer que científicos de varios países han logrado controlar la mente de un individuo a distancia. Este control puede provocar la distorsión de lo que el controlado ve, que se convierte en lo que el controlador quiere que vea. Se sospecha que se utiliza un método análogo al descrito en el anterior Plan de actuación. Hasta ahora, no conocemos la forma de protegernos contra este control.
Aparentemente, la naturaleza nos da una conciencia, que es básicamente una parte de la conciencia universal. Pero la naturaleza también le devuelve al responsable el mal perpetrado.