CÓMO SE REALIZA LA CURACIÓN PSICOTRÓNICA
La obra de curación emprendida por las personas que movían las manos en la forma antes descrita en este capítulo se realiza hoy día a través de muchas disciplinas de entrenamiento. El autor es instructor en una de esas disciplinas -Silva Mind Control-, de la cual han nacido varias ramificaciones.
El entrenamiento consiste en aceptar el condicionamiento mental de que se puede hacer algo, y en montar una metodología para llevarlo a cabo.
El hecho de que la aceptación produzca los resultados no es nuevo para la ciencia. No somos mejores de lo que creemos que somos. Éste ha sido el mensaje de psiquiatras y psicólogos en las pasadas décadas. La propia imagen parece ser el único factor limitante del comportamiento humano.
La metodología de trabajar a un nivel subjetivo o imaginario se basa en los mismos procedimientos utilizados a nivel objetivo o material. El trabajar con las mismas manos, aunque sea en algo imaginario, le da una mayor energía a ese trabajo: energía psicotrónica.
A esto se le llama curación psíquica. Es un proceso de energía canalizado por los pensamientos de la persona hacia las partes enfermas de la otra persona.
Esta transferencia de energía es la clave de la curación, pero no es ella realmente la que cura. Lo que sana es el mismo proceso de curación que actúa siempre naturalmente. Sólo que ahora, reforzado por energía externa, puede lograr un progreso más rápido.
Hay otro factor que actúa aquí y que conviene resaltar. Cada uno puede elegir entre ir o venir; es decir, entre estar vivo o no estarlo. Muchos casos de enfermedad son deseos subconscientes de morir que empiezan a manifestarse.
Un sanador psíquico visualiza a una persona enferma ya curada. La curación se realiza. Ese mismo sanador psíquico visualiza a otra persona que padece la misma enfermedad también curada. Esta vez no se realiza la curación. ¿Por qué?
Es probable que esta segunda persona subconscientemente rechace la energía psicotrónica que se le envía para curarla.
La curación con la oración actúa de dos maneras (aunque el orante no tenga conciencia de ello):
1. Se presenta un argumento en favor de la vida en un nivel supraconsciente.
2. Se proporciona energía sanadora psicotrónica.
Dicho de otro modo, el alegato pidiendo asistencia dirigido a un Nivel Más Alto produce un cambio en la persona enferma que subconscientemente desea la muerte o estar enferma.
Es como si se mantuviera en alguna parte una discusión silenciosa.
Supraconsciente: «Tu trabajo no está concluido. Ponte bien.» Subconsciente de la persona enferma: «No valgo para nada, no tengo fuerzas, no me necesitan aquí.
Merezco ser castigado por fracasar.» Supraconsciente: «Si vales para algo y si te necesitan.
Mereces ser recompensado con una vida llena de salud y dichosa. Aquí tienes energía sanadora.
Acéptala.» Subconsciente de la persona enferma: «Está bien, lo acepto.»
Bill G., cuarenta y dos años, no mejoraba de una reciente depresión que le había quitado el apetito y le estaba dejando cada vez más débil. Se presentó su caso ante un grupo de sanadores psíquicos, sin resultado.
Entonces un exorcista se encargó del caso. No halló evidencia de posesión, pero tuvo una «charla» con el alma de Bill. La conversación imaginada sirvió para ver que Bill no deseaba vivir por culpa de la infidelidad de su esposa. El exorcista aconsejó a Bill en su imaginación. Los consejos a ese nivel produjeron un cambio evidente de actitud. En otras palabras, el cambio a nivel de alma, o nivel interior, produjo un cambio inmediato a nivel físico o nivel externo. El apetito de Bill y su humor mejoraron a partir de aquel día. Tuvo una mayor comprensión para con las necesidades y acciones de su esposa. Su matrimonio mejoró mucho.
El aceptar la curación psicotrónica es necesario para que ésta actúe.