COMENTARIOS DEL AUTOR

La mayoría de estas obras deben su origen o inspiración a otros libros. La trama central de «La rosa azul» se me ocurrió mientras leía un libro polémico de un neurólogo acerca de Freud, titulado The Freudian Fallacy. «El enebro» vino a mi mente con mucha fuerza mientras leía El amante, la novela corta de Marguerite Duras. La «Guía sucinta de la ciudad» fue el producto de la lectura de un extenso ensayo sobre San Petersburgo en Menos que uno, de Joseph Brodsky. Y «La diosa de Esswood House» la escribí inmediatamente después de leer muchas narraciones de Robert Aickman, que me permitió escribir una introducción a una colección suya llamada The Wine-Dark Sea, y el ejemplo enigmático y verídico de Aickman estuvo muy presente en mi mente durante todas las aventuras de William Standish en Esswood House.

Además de los libros ya mencionados, «La rosa azul» y «El enebro» están íntimamente relacionados con otra obra. Se trata de las narraciones escritas por Tim Underhill, el héroe secreto de mi novela Koko, y representan la primera parte de los esfuerzos de Underhill por comprender la violencia y el mal envolviéndolos en su propia imaginación. A consecuencia de ello, el Harry Beevers de «La rosa azul» no es exactamente el personaje de Koko del mismo nombre.

Para «El cazador de búfalos» me inspiré en la exposición de escultura de Roña Ponkik Bed Milk Shoe («Lecho Leche Zapato») en la Fiction/Nonfiction Gallery de Nueva York.

«Algo de muerte, algo de fuego» es una de las primeras historias que escribí, y la he incluido aquí porque es el único relato corto que aún me gusta de la época en que empecé mi oficio, y porque encaja en el libro: al igual que Bobby Bunting, William Standish, el bueno de Harry Beevers y el narrador anónimo de «El enebro», Bobo vive en una casa sin puertas, y allí encuentra un terror y una magnificencia que puede compartir con nosotros.

PETER STRAUB