Agradecimientos

Gracias a Berenice Galaz por sus sabios consejos.

A mi amiga Josefina Barbas por ser mi lectora incondicional.

A Fernando Cosmen Menéndez-Castañedo, que tanto sabe de agricultura y cultivos, por su asesoramiento sobre temas puntuales del relato.

A Luis Suárez por su generosa amabilidad al atender y contestar a mis dudas históricas.

Gracias a Ymelda Navajo por seguir confiando en mí.