Edward Clarke, abogado de Oscar Wilde, dibujado por Leslie Ward para Vanity Fair, 11 de junio de 1903.

OSCAR WILDE presta juramento y es interrogado por CHARLES HUMPHREYS.

CHARLES HUMPHREYS: Señor Oscar Fingal O’fflahertie Wills Wilde. ¿Son éstos sus nombres?

OSCAR WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Es usted dramaturgo y escritor?

WILDE (altanero): Creo que soy bastante conocido como dramaturgo y escritor.

JUEZ (cortante): Responda a la pregunta, por favor.

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Tengo entendido que está usted muy interesado en cuestiones artísticas.

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Reside usted en el n.º 16 de Tite Street, SW?[50]

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Conoce al demandante y a otros miembros de su familia?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Aproximadamente, ¿cuándo conoció al demandado?

WILDE: Creo que fue en 1893.

HUMPHREYS: ¿No le había conocido antes… cuando dejó Oxford? ¿Cuándo dejó Oxford?

WILDE: Dejé Oxford en 1879.

HUMPHREYS: Cuando conoció a lord Queensberry, ¿cuánto tiempo hacía que había dejado Oxford?

WILDE: Cuando me lo presentaron en 1893, lord Queensberry me recordó que nos habíamos visto ya una vez. Yo había olvidado las circunstancias.

ACTUARIO DEL TRIBUNAL:[51] Así pues, ¿conoció al demandado en 1893?

WILDE: Eso creo, aunque él me recordó que nos habíamos visto antes.

HUMPHREYS: ¿Recuerda una ocasión en la que estaba almorzando con lord Alfred Douglas, su hijo, en el Café Royal?[52]

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Más o menos, ¿cuándo vio allí al demandado?

WILDE: Mi impresión es que fue en el mes de octubre de 1893.

HUMPHREYS: ¿1893 O 1892?

ACTUARIO: Dice que en 1893.

WILDE: 1892.

ACTUARIO: ¿En qué quedamos? ¿Recuerda haber comido con él?

HUMPHREYS: Recuerda una ocasión en la que estaba almorzando con lord Alfred Douglas en el Café Royal. (A WILDE). ¿Entró el demandado en el local mientras estaban comiendo?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Y lord Queensberry se acercó a la mesa en la que usted y lord Alfred estaban comiendo?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Lo invitaron a hacerlo o no?

WILDE: Su hijo lo invitó.

HUMPHREYS: En aquella ocasión, ¿le estrechó la mano a alguno de ustedes o a los dos?

WILDE: A los dos.

HUMPHREYS: ¿Se sentó a comer en la misma mesa que ustedes?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Cuánto tiempo pasó antes de que volviera a verle?

WILDE: No creo haber visto a lord Queensberry hasta principios, diría, de marzo de 1894.

HUMPHREYS: En esa ocasión, ¿estaban usted y lord Alfred Douglas almorzando juntos en el Café Royal?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Creo que su excelencia entró en el local mientras ustedes estaban almorzando.

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Se acercó a su mesa?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Recibió alguna invitación para acercarse a su mesa o no?

WILDE: No, se acercó, le estrechó la mano a su hijo y luego a mí, y lo invitamos a sentarse con nosotros.

ACTUARIO: ¿Lo invitó usted personalmente? ¿Ha dicho «lo invité»?

WILDE: Una invitación mutua.

ACTUARIO: ¿«Lo invitamos a sentarse con nosotros»?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Fue eso poco después de que lord Alfred regresara de Egipto?[53]

WILDE: Justo después.

HUMPHREYS: ¿Los tres participaron en la conversación?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Tengo entendido que se habló sobre todo de Egipto.

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Fue poco después de eso cuando lord Alfred Douglas le entregó una carta? Fíjese en esta carta, fechada el 1 de abril. (Procede a entregársela a WILDE.)[54]

WILDE: Sí, me la entregó.

JUEZ: Espere un momento. No me gusta interrumpir ninguna declaración si puedo evitarlo. Dígame adónde quiere llegar.

HUMPHREYS: Me propongo preguntarle al testigo si lord Alfred Douglas le entregó esa carta o si le enseñó esa carta.

JUEZ: Supongamos que fuera así… entonces, ¿qué?

EDWARD CARSON:[55] Permítame decir, en nombre de lord Queensberry, que yo mismo voy a presentar esas cartas durante mi interrogatorio. Estoy ansioso por que sean expuestas.

JUEZ: La objeción que yo planteo es que son una prueba de otros hechos distintos. Lo que pretendemos establecer aquí es si esa tarjeta es una calumnia o no.

HUMPHREYS: Sí, me propongo aportar otras calumnias aparte de esa tarjeta, y ésta es uno de ellas.

JUEZ: No puedo impedírselo.

HUMPHREYS: He considerado minuciosamente la cuestión.

JUEZ: Se lo habría sugerido, si no lo hubiera hecho.

HUMPHREYS: Bien, señoría, sus sugerencias son siempre extraordinariamente valiosas.

JUEZ: Viendo lo que se avecina, le diría que es mejor que lo dejara estar.

CARSON: Espero de verdad que pueda presentarse esa carta. Verá, señoría…

JUEZ: Ya sé lo que pretende. Soy yo quien decide.

CARSON: Lo que pretendo es demostrar que lord Queensberry estaba actuando en interés de su hijo, y estoy realmente ansioso por disponer de la carta que nos introduce al fondo de la cuestión.

JUEZ: Es muy probable, pero, perdone que se lo diga, ahora no podemos entrar en eso.

CARSON: Lo sé perfectamente. Creo que afecta a la verdad. Lo haré en otro lugar.

JUEZ: Lo que estoy indicando es que el señor Humphreys está abriendo una puerta para algo que no va a tener lugar en esta sala, sino en otra parte.

CARSON: En cualquier caso, debo decir que no pongo ninguna objeción.

HUMPHREYS: No veo cómo va a poner ninguna objeción si insisto en ello.

CARSON: Creo que podría.

HUMPHREYS: Yo creo que no podría. El único proceder que he tenido en mente ha sido éste: a menos que esos documentos se presenten aquí y se adjunten a las deposiciones, las demás calumnias aparte de ésta, y de los que usted ya tiene evidencia, no podrían presentarse ante el tribunal, y por tanto esos documentos no podrían ser considerados también como calumnias.

JUEZ: Seguramente podría haber advertido al demandado de su intención de presentar otras calumnias en el juicio.

HUMPHREYS: Podría seguir ese procedimiento.

JUEZ: Sería conveniente que lo hiciera.

HUMPHREYS: Pero, a menos que exista una orden de arresto por esas otras calumnias, no creo que pueda presentarlas como tales.

JUEZ: No, no puede, muy cierto, pero puede advertirles de que va a aportar otras calumnias.

HUMPHREYS: Muy bien, señoría, adoptaré su sugerencia.

JUEZ: Señor Carson, ¿tiene alguna objeción a eso?

CARSON: Bueno, preferiría…

JUEZ: No puede emprender un interrogatorio acerca de los contenidos de esas cartas en este tribunal; por tanto, sería inútil permitirle al señor Humphreys que siga por el camino que sugiere.

CARSON: Comprendo el punto de vista del señor Humphreys: pretende presentar otros documentos como calumnias, aparte de esta tarjeta en concreto.[56]

JUEZ: Sí.

CARSON: Si pretende hacer eso, según la Ley de Acusaciones Vejatorias[57] debe existir una orden de arresto, y, naturalmente, protestaría durante este juicio si se formulara alguna acusación por un cargo ajeno a esta causa. No pretendo en lo más mínimo infringir las reglas, y soy consciente de que aquí no vamos a entrar en la veracidad de dicha calumnia, porque usted no tiene nada que ver con eso; pero al mismo tiempo, señoría, me siento legitimado a hacer lo siguiente: entrar en la cuestión del privilegio que tiene lord Queensberry de aconsejar a su hijo, y de si la acusación fundamental surgió a raíz de eso, siendo como es una mera cuestión de privilegio, lo cual es sin duda una cuestión que sí puedo plantearle.

HUMPHREYS: No sabe si la carta contiene algún consejo a su hijo.

CARSON: ¿Ah, no? Pues resulta que tengo una copia.

JUEZ: Acaba usted de abrir la puerta a algo que en lo sucesivo nos puede plantear grandes dificultades.

HUMPHREYS: Muy bien, pues, me someto a su criterio superior y acepto su sugerencia, que, como ya he dicho, suele ser con frecuencia muy valiosa.

JUEZ: Lo que debería hacer es lo siguiente: debería decir que se han recibido calumnias por parte de lord Queensberry y mencionar las fechas.

CARSON: Bueno, señoría, con el mayor de los respetos, debo protestar ante tal procedimiento, a no ser que se presenten dichos documentos, ya que afirmar de una manera general que existen calumnias por parte de lord Queensberry es realmente dar algo por sentado.

JUEZ: Puede usted saber las fechas.

CARSON: Aun sabiendo las fechas debería pedir que se aportaran los documentos, a fin de ser justos con lord Queensberry, si es que van a ser considerados. Naturalmente, mi amigo podría limitarse al asunto de la tarjeta, que es la cuestión por la que se presentó una orden de arresto contra él, pero si se van a considerar otras cuestiones pido que se aporten los documentos y que éstos sean minuciosamente investigados.

HUMPHREYS: En primer lugar, nunca fue mi intención leerlos, y lo que pretendía era, en el supuesto de que se presentaran dichas cartas, pedirle que usted las leyera, y que mis amigos de la otra parte las leyeran, pero que no fueran leídas en público, y por la siguiente razón: en una de esas cartas en concreto aparecen los nombres de personajes eminentes, y no me parecería oportuno que los nombres de esas personas se pusieran en entredicho en asuntos de esta índole, y si esa carta saliera a la luz pública también deberían salir, naturalmente, esos nombres.[58]

JUEZ: ¿No es ésa razón de más por la que debería aceptar mi sugerencia?

HUMPHREYS: Puede que así sea, señoría. Muy bien, pues, entonces aceptaré su sugerencia.

ACTUARIO: Lo último que tengo es: «Los tres participamos en la conversación, en la que se habló sobre todo de Egipto».

HUMPHREYS: Me propongo formular la siguiente pregunta, y me someteré a su decisión sobre ella, señoría. (A WILDE). ¿Alguna vez lord Alfred Douglas le ha entregado alguna carta escrita por lord Queensberry en la que su nombre se mencione o haya referencias a usted?

CARSON: Protesto, mientras no se presenten los documentos. En cierto modo, eso es difundir el contenido de la carta.

JUEZ: Su protesta está justificada.

CARSON: Estaré de acuerdo con cualquier procedimiento que decida seguir; pero, o bien deja las cartas al margen, o bien las presenta. Eso es todo lo que pido.

JUEZ: Sí.

HUMPHREYS: Muy bien. (A WILDE). Veamos, el jueves 28 del mes pasado, a eso de las cinco de la tarde, ¿llegó usted en coche al Club Albemarle?[59]

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Hay una cosa más que me gustaría preguntarle antes de eso.

ACTUARIO: Bueno, ahora ya está anotado.

HUMPHREYS: Muy bien, pues, seguiré luego con lo otro. (A WILDE). ¿En el número 13 de Albemarle Street, creo?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Había vuelto usted de Argel hacía poco?[60]

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Y era ésa la primera visita que hacía al club después de regresar de Argel?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Al entrar en el club, ¿vio y habló con el portero, o el portero le habló a usted… una persona llamada Sidney Wright?

WILDE: Yo me dirigí primero a él. Le pedí al portero un cheque en blanco.

HUMPHREYS: No es a eso a lo que voy.

JUEZ: Tenga la amabilidad de limitarse a contestar a la pregunta.

WILDE: Le ruego me perdone, no acabo de entenderle.

JUEZ: Es una pregunta sencilla. Es mejor que espere antes de contestar. Repita la pregunta.

HUMPHREYS: Mi pregunta era ésta: ¿Se dirigió usted al portero o él se dirigió primero a usted?

WILDE: Yo me dirigí a él.

HUMPHREYS: Y el portero le entregó el sobre que ahora mostramos… este sobre… (Le entrega un sobre marcado con una «B»).

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: No requiere explicación. ¿Está su nombre escrito en el dorso del sobre?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Y al entregarle el sobre, ¿le dijo algo el portero?

WILDE: Dijo que…

HUMPHREYS: Un momento. Le dijo algo, ¿no es así?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Algo relacionado con un mensaje que el portero, según declara él mismo, debía entregarle por encargo de otra persona?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Me propongo, señoría, en la medida en que se trataba de un mensaje directo de lord Queensberry dirigido a través del portero al señor Wilde, preguntar cuál era el mensaje. Fue entregado por orden del demandado.

CARSON: ¿Está eso constatado?

ACTUARIO: Declaró que era un mensaje del demandado.

CARSON: ¿Fue constatado por el portero?

HUMPHREYS: Sí.

CARSON: ¿Que tenía un mensaje?

HUMPHREYS: Sí.

CARSON: Entonces no protesto.

HUMPHREYS (A WILDE): ¿Qué le dijo el portero… sólo el mensaje de lord Queensberry?

WILDE: «Lord Queensberry, señor, deseaba que le entregara esto cuando viniera al club».

HUMPHREYS: ¿Y qué le entregó?

WILDE: Me entregó ese sobre.

HUMPHREYS: ¿Y algo más?

WILDE: Sí, una tarjeta que había dentro.

HUMPHREYS: ¿Estaba la tarjeta dentro del sobre?

WILDE: Dentro.

HUMPHREYS: ¿Y el portero sacó la tarjeta y se la entregó?

WILDE: No, me entregó el sobre. Dijo: «Lord Queensberry deseaba que le entregara esto cuando viniera al club». Si dijo «esto» o «éstos» no lo sé. El sobre no estaba cerrado.

HUMPHREYS: ¿Acto seguido abrió el sobre?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Encontró la tarjeta que contenía?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Que se ha presentado como prueba con la letra «A»?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: En el dorso del sobre, si me hace el favor de echarle un vistazo, hay una fecha, creo… ¿cuatro treinta?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Quiere leer lo que pone?

WILDE: «Cuatro treinta, 18/2/95».

HUMPHREYS: ¿Le hizo algún comentario al portero acerca de ello, o él a usted?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Qué dijo?

CARSON: No creo que eso pueda ser una prueba.

HUMPHREYS: Ya se ha aportado. Consta en acta.

JUEZ: ¿Esto nos lleva a algo importante? El testigo dice: «Recibí la carta del portero», la carta es entregada y el portero dice: «Tengo una carta de lord Queensberry».

HUMPHREYS: «Para entregársela a usted».

JUEZ: ¿Qué significa eso? Ya lo ha dicho.

HUMPHREYS: Sí, el portero lo ha confirmado. (A WILDE). ¿Leyó lo que ponía la tarjeta con total atención?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Se puso de inmediato en contacto con su abogado y se entrevistó con él al día siguiente, el 1 de marzo?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Y ese mismo día, el 1 de marzo, ¿solicitó junto con su abogado una orden de arresto a este tribunal?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: ¿Para la detención de lord Queensberry?

WILDE: Sí.

HUMPHREYS: Es todo lo que quería preguntarle al testigo.

JUEZ (tras dialogar con el ACTUARIO): Señor Humphreys, le sugiero que usted y el señor Carson me acompañen a la sala de al lado para poder intercambiar unas palabras.

HUMPHREYS: Desde luego, señoría.

HUMPHREYS y CARSON se retiran en compañía del JUEZ y regresan al tribunal tras un intervalo de seis minutos. A WILDE, mientras tanto, le han ofrecido un asiento.

HUMPHREYS: Es todo lo que me propongo preguntarle al señor Wilde.

A continuación, WILDE es interrogado por CARSON.

CARSON: ¿Cuánto hace que conoce a lord Alfred Douglas?

JUEZ: ¿Tiene usted derecho a interrogar en este tribunal?

CARSON: Para interrogar, desde luego… pero no acerca del alegato de justificación…

JUEZ: ¿Hasta dónde piensa llegar en su interrogatorio, entonces?

CARSON: Mi interrogatorio demostrará que el paso dado por lord Queensberry se dio con la esperanza de poner fin a la amistad entre el señor Wilde y su hijo.

JUEZ: Eso es casi una justificación.

CARSON: Por el momento, todo lo que me propongo preguntarle al señor Wilde es si, a consecuencia de la intimidad, lord Queensberry había prohibido la amistad entre el señor Wilde y su hijo.

HUMPHREYS: Deseo remitirle, señoría, al caso de Regina contra sir Robert Carden, que aparece en Actas de Procesos 5 Queens Bench División. Allí la solicitud se hizo en nombre del demandado, y la orden de mandamus solicitada fue en esencia para lo siguiente: a saber, escuchar el testimonio del demandante y de los testigos de éste en el contrainterrogatorio realizado por el demandado, y este caso no admite de ningún modo una proposición de ese tipo. Eso ocurrió en el Tribunal de Apelación, y el señor Cockburn, el juez que presidía, y los jueces Lush y Manisty decidieron por unanimidad que la norma debía ser desestimada.[61]

CARSON: En referencia a ese caso sólo diré una cosa: soy perfectamente consciente de la decisión. Lo he leído hace poco a propósito de este caso, y lo único que dice es: que no se debería contrainterrogar en referencia al alegato de justificación. No va más allá. No elimina el derecho ordinario de contrainterrogar acerca de la cuestión de culpable o no culpable. La jurisdicción criminal un tanto peculiar sobre la calumnia es una cuestión que queda en gran medida a discreción del juez. Él es quien tiene que determinar la probabilidad de que un jurado, en relación con el caso presentado y después de haber escuchado todos los hechos, pueda condenarlo y considerarlo como calumnia porque, dejando totalmente aparte la cuestión de la justificación, es siempre el jurado quien tiene que decidir, teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso, si se trata o no de calumnia y si debería ser castigado penalmente, y, señoría, ahora no pretendo hacer ninguna pregunta relacionada con el alegato de justificación. Éste es un alegato que lord Queensberry, con total responsabilidad de sus consecuencias, presentará si el caso llega a los tribunales, pero lo que sí pretendo es formular algunas preguntas para que quede claro por qué lord Queensberry llegó a escribir esa tarjeta, y que su propósito al escribirla tuvo que ver con sus cartas anteriores y con sus visitas anteriores al señor Wilde, y con la convicción de lord Queensberry de tener todo el derecho, si así lo consideraba en interés de la moralidad de su propio hijo, a hacer cuanto estuviera en su poder para poner fin a la relación entre su hijo y el señor Wilde. Sólo con ese fin pretendo hacerlo. Estoy más que dispuesto a someterme respetuosamente a cualquier resolución que usted dicte sobre el tema, pero me parece que sería ir mucho más allá del caso Regina contra Carden que no se me permitiera contrainterrogar acerca de cuestiones que, sostengo, nada tienen que ver con la justificación.

JUEZ: Mi objeción es precisamente ésa, que su pregunta tendría que ver con la justificación. ¿No estaba justificado lord Queensberry para escribir la tarjeta, tras haberle dicho a su hijo que no se relacionara con el señor Wilde? «Si te relacionas con el señor Wilde, debes atenerte a las consecuencias». Por tanto, me opongo a su pregunta.

CARSON: Me someto a su dictamen. Es un caso un tanto difícil.

HUMPHREYS: Hay otro caso al que podemos remitirnos.

JUEZ: He dado mi opinión. El señor Carson la acatará.

CARSON: Desde luego que la acataré. Sólo diré que en cierto modo me asombra que el señor Humphreys insista en ello.

HUMPHREYS: Me rijo por las reglas de los testimonios en casos decididos. No es una cuestión de insistir. Ése es el caso, señoría.

El ACTUARIO procede a leerla deposición de WILDE.

HUMPHREYS (interrumpe): Eso podría inducir a error: el sobre de hecho estaba abierto; nunca estuvo cerrado.

JUEZ: Estaba sin cerrar.

ACTUARIO (A WILDE): Pondré: «El sobre no estaba cerrado cuando le fue entregado por el portero».

WILDE: Sí.

CARSON: El portero también lo confirmó.

HUMPHREYS: Sí, lo confirmó.

ACTUARIO (sigue leyendo la deposición): ¿Le parece correcto?

WILDE: Creo que hay que hacer una corrección. Lo que el portero me dijo fue: «Lord Queensberry deseaba que le entregara esta tarjeta». A continuación me entregó la tarjeta.

ACTUARIO: «Lord Queensberry, señor, deseaba que le entregara esto cuando viniera al club».

WILDE: «Esta tarjeta».

ACTUARIO: ¿«Que le entregara esta tarjeta»?

WILDE: Sí.

CARSON: Quisiera pedir, señoría, que en la deposición aparezca que formulé una pregunta que fue rechazada, y que me gustaría que quede constancia de que estaba dispuesto a interrogar al señor Wilde.

JUEZ: Repita la pregunta.

CARSON: Sí, la pregunta que formulé fue cuánto hacía que conocía a lord Alfred Douglas.

JUEZ (AL ACTUARIO): «Al ser contrainterrogado, se rechazó la pregunta».

ACTUARIO: «La pregunta: “¿Cuánto hace que conoce a lord Alfred Douglas?” fue formulada en el contrainterrogatorio y rechazada por el juez».

JUEZ: Sí.

Se entrega la deposición a WILDE para que la firme.

WILDE: Me gustaría que se me permitiera comprobar una fecha. Se trata de la fecha del año en que conocí a lord Queensberry. Me gustaría comprobar con exactitud si la fecha es la correcta. Me gustaría que se me permitiera ver exactamente si he cometido o no un error.

JUEZ (severo): Si hubiera prestado atención, si hubiera hecho ese favor a esta corte, esto no habría ocurrido.

ACTUARIO: Dice, señor Wilde: «Conocía al demandado y a muchos miembros de su familia. Que yo sepa, conocí al demandado en 1893».

WILDE: Creo que fue en 1892.

HUMPHREYS: Luego se corrigió y dijo que fue en 1892.

WILDE: Sí, creo que lo hice.

HUMPHREYS: Lo encontrará.

ACTUARIO: «Recuerdo que en una ocasión almorcé con lord Alfred Douglas en el Café Royal, fue en 1893». Es 1892. ¿Debo anotarlo?

WILDE: Sí, 1892.

ACTUARIO: Entonces, la frase queda: «Que yo sepa, conocí al demandado en 1892».

A continuación, WILDE firma la deposición.[62]

JUEZ: ¿Es ésta la acusación que presenta?

HUMPHREYS: Creo que aún no se ha leído el testimonio del inspector. ACTUARIO: El del portero ha sido leído y firmado.

Se toma juramento a THOMAS GREET.

ACTUARIO: Este testimonio se tomó el 2 de marzo. (Procede a leer la declaración). ¿Es correcto?

GREET: Sí.

A continuación, GREET firma su deposición.

HUMPHREYS: Así pues, señoría, ésta es la acusación por la que solicito que lleve ajuicio al demandado.

JUEZ: Que el demandado se ponga en pie. (Se dirige al demandado). John Douglas, marqués de Queensberry, tras haber oído las declaraciones, ha llegado el momento de que responda a la imputación, pero recuerde que todo lo que diga será consignado y podría ser utilizado en su contra en el juicio. ¿Tiene algo que decir?

QUEENSBERRY: Lo único que tengo que decir, señoría, es que escribí esa tarjeta sólo con la intención de poner fin a un problema, al no haber conseguido encontrarme con el señor Wilde de ninguna otra manera, y de salvar a mi hijo, y mantengo lo que escribí.

ACTUARIO: Lord Queensberry, esto es lo que he anotado: «Lo único que tengo que decir es que escribí esa tarjeta sólo con la intención de poner fin a un problema, al no haber conseguido encontrarme con el señor Wilde de ninguna otra manera, y de salvar a mi hijo, y mantengo lo que escribí».

QUEENSBERRY: Sí.

A continuación, QUEENSBERRY firma su deposición.

JUEZ: ¿Va a llamar a algún testigo, señor Carson?

CARSON: Aquí no.

JUEZ: Se dicta auto de procesamiento contra el demandado para las próximas sesiones del Tribunal Central de lo Criminal, y los testigos se comprometen a presentarse en una suma de 40 libras como gastos procesales.

CARSON: Supongo que la fianza es la misma que la vez anterior.

JUEZ: ¿Está presente el caballero que pagó la fianza del demandado la última vez?[63]

CARSON: Sí.

JUEZ: La misma fianza.

CARSON: A fin de que no haya malentendidos respecto a los testigos, ¿se someterán al mismo dictamen de Regina contra Carden en el interrogatorio?

JUEZ: Sí.

CARSON: Así pues, no los llamaré.