Foto de lord Queensberry publicada por Cycling World Illustrated el 13 de mayo de 1896. Todo indica que su destreza sobre dos ruedas había mejorado desde mayo del año anterior, cuando por dos veces «tuvo que guardar cama tras un accidente de bicicleta».
El sábado 2 de marzo, a las nueve de la mañana, el marqués de Queensberry fue arrestado en el Hotel Cárter en virtud de una orden judicial que Oscar Wilde y su abogado, Charles Humphreys, habían obtenido el día anterior. El marqués fue conducido a la comisaría de Vine Street, y desde allí al tribunal de Great Marlborough Street, donde fue imputado. El magistrado que presidía era Robert Milnes Newton.[41]
CHARLES HUMPHREYS[42] abrió la causa afirmando que el señor Oscar Wilde era un hombre casado que mantenía una relación familiar de lo más cariñosa con su esposa y sus dos hijos. Había sido objeto de una persecución de lo más cruel por parte de lord Queensberry Hace diez meses, su cliente le había consultado sobre el asunto, y a consecuencia de los asuntos domésticos de la familia Queensberry, el señor Wilde se mostró muy reacio a emprender ninguna acción de naturaleza penal; pero este caballero le ha perseguido de una manera tan terrible que se ha visto obligado a dar este paso para su propia protección y sosiego espiritual. El último acto de este terrible y triste drama tuvo lugar el 18 de febrero, aunque no llegó a conocimiento del señor Oscar Wilde hasta la noche de anteayer. El señor Wilde era miembro del Club Albemarle, donde se admite tanto a damas como a caballeros. La señora Wilde también era miembro del club. El jueves anterior, el 28 de febrero, entre las cinco y las seis de la tarde, el señor Wilde llegó a dicho club y el portero le entregó una tarjeta que iba dentro de un sobre dirigido a «don Oscar Wilde». Explicó que se había presentado un caballero y solicitado que la tarjeta se entregara al señor Oscar Wilde. El portero, estupefacto ante lo que había escrito en la tarjeta, lo consideró lo bastante importante como para añadir la fecha y la hora en la que ésta fue entregada, y anotó en ella «4.30, 18 de febrero de 1895». MR. HUMPHREYS dijo que era la calumnia más terrible, grave y abominable que un hombre podía publicar de otro. Propuso examinar otros casos ocurridos antes del 18 de febrero, y después de haberlos investigado pidió al juez que procesara al demandado.
SIR GEORGE LEWIS solicitó que, antes de que se tomara ninguna declaración, el caso se aplazara para poder consultar con su cliente y tener más tiempo para considerar el asunto.
MR. HUMPHREYS dijo que aquel día sólo tenía intención de llamar a dos testigos, cuya declaración sería muy breve, y que el asunto se podría analizar en detalle la semana siguiente.
SIDNEY WRIGHT, portero del Club Albemarle, y THOMAS GREET, el inspector que arrestó a Queensberry, son interrogados y aportan su testimonio.
SIDNEY WRIGHT: Soy el portero del Club Albemarle, del 13 de Albemarle Street, Piccadilly El 18 de febrero último, el demandado llegó al club y habló conmigo. Me entregó la tarjeta, señalada con una «A», en la que escribió en mi presencia: «Para Oscar Wilde, afeminado y somdomita». (QUEENSBERRY interrumpe y afirma que las palabras fueron «que alardea de sodomita».)[43][44] En la tarjeta estaban impresas las palabras «Marquis of Queensberry».[45] Dijo: «Entréguele esta tarjeta a Oscar Wilde». En el reverso escribí la hora y la fecha en que me dieron la tarjeta. Puse la tarjeta en el sobre, marcado con una «B», y añadí las palabras: «don Oscar Wilde». No cerré el sobre. Lo dejé en mi escritorio. El 28 de febrero, el señor Oscar Wilde se presentó en el club. Le conocía, y también a la señora Wilde, ya que ambos son miembros del club. Cuando apareció le entregué el sobre que contenía la tarjeta y le dije: «Lord Queensberry dejó esto para usted».
A continuación, WRIGHT es interrogado por SIR GEORGE LEWIS.
SIDNEY WRIGHT: El demandado me dio a entender que tenía que entregarle la tarjeta al señor Wilde. Yo no sabía nada de las circunstancias que habían precedido a la entrega de la tarjeta.
A continuación, WRIGHT firma su declaración.
Edward Carson, abogado de lord Queensberry, caricaturizado por Liberio Prosperi para Vanity Fair, 9 de noviembre de 1893.
THOMAS GREET: Soy inspector de la División C de la Policía. Ayer recibí la orden de arresto emitida por el tribunal. A eso de las nueve de esta mañana vi al demandado en el Hotel Cárter, de Albemarle Street. Le pregunté: «¿Es usted el marqués de Queensberry?». Me contestó: «Sí, soy yo». Le dije: «Soy agente de policía y traigo una orden firmada por don R. M. Newton del juzgado de Marlborough Street». A continuación le leí la orden.[46] Él dijo: «Siempre había pensado que en estos casos el procedimiento normal era mandar una citación, pero supongo que así está bien». Yo dije: «Sí». Él preguntó: «¿Cuál es la fecha?». Le respondí: «El 18».[47] Dijo: «Sí… Llevo ocho o diez días intentando encontrar al señor Oscar Wilde. Ya llevamos así dos años». Lo conduje a la comisaría de Vine Street, donde le leyeron los cargos y no replicó nada.
SIR GEORGE LEWIS:[48] Permítame decir unas palabras, señoría. Me atrevo a manifestar que, cuando las circunstancias de este caso se conozcan de una manera más completa, descubrirá que lord Queensberry actuó como lo hizo embargado por un sentimiento de profunda indignación y…
JUEZ (interrumpiéndole). Ahora no podemos entrar en eso.
SIR GEORGE LEWIS: No me gustaría que este caso se aplazara sin que quede constancia de que no existe nada que atente contra el honor de lord Queensberry.
JUEZ: Quiere decir que tiene usted una perfecta réplica a la acusación.
SIR GEORGE LEWIS: Le pido, señor, que conceda a su excelencia la libertad bajo fianza de 1.000 libras.
CHARLES HUMPHREYS: Me gustaría tener una garantía.
SIR GEORGE LEWIS: Lord Queensberry no va a escapar.
JUEZ: El caso se aplazará una semana, y el demandado tendrá que presentar una garantía por la suma de 500 libras y depositar una fianza por la suma de 1.000 libras.
SEÑOR WILLIAM TYLER, comerciante del n.º 13 de Gloucester Square W,[49] presenta la fianza requerida y el MARQUÉS DE QUEENSBERRY abandona el tribunal con sus amigos.