* LOS DEMÁS *
No corras desatinadamente intentando sanar a todos tus amigos Haz tu propio trabajo mental y sánate a ti mismo. Eso será más benéfico que ninguna otra cosa para quienes te rodean.
Dejo que los demás sean ellos mismos
No podemos hacer que los demás cambien. Sólo podemos ofrecerles una atmósfera mental positiva donde tengan la posibilidad de cambiar si lo desean. No es posible hacer el trabajo por otra persona, ni tampoco imponérselo. Cada persona está aquí para aprender sus propias lecciones, y no le servirá de nada que se las demos resueltas, porque tiene que pasar personalmente por el proceso vital necesario para aprenderlas. Lo único que podemos hacer por los demás es amarlos y dejar que sean quienes son, saber que su verdad está dentro de ellos, y que cambiarán cuando quieran hacerlo.
Créate un buen grupo de apoyo, especialmente para cuando no quieras hacer algo. Ellos te ayudarán a crecer.
Tengo derecho a llevar la vida que quiera
¿Qué clase de relación te gustaría tener con tu madre? Dale la forma de un tratamiento afirmativo y dilo para ti. Entonces podrás decírselo a ella. Si aún dirige tu vida, no le hagas saber cómo te sientes. Tienes derecho a llevar la vida que quieras, tienes derecho a ser una persona adulta. Tal vez no sea fácil. Decide qué es lo que necesitas. Quizás ella no lo apruebe, pero no se lo recrimines. Dile qué es lo que tú necesitas y pregúntale «¿Cómo podemos resolver esto?» Dile que quieres amarla, que deseas tener una relación maravillosa con ella, y que necesitas ser tú mismo.
Algunas de las cosas que creemos jamás fueron verdad Eran solamente los miedos de otra persona. Date la oportunidad de examinar tus pensamientos, y cambia los que sean negativos Tú te lo mereces.
Me merezco el bien en mi vida
A veces cuando nuestros mensajes interiores nos dicen que no nos está permitido ser felices, o cuando en nuestra vida creamos cosas buenas, pero sin cambiar nuestros mensajes negativos hacemos algo para desbaratar nuestra felicidad.
Cuando no nos creemos merecedores del bien, socavamos nuestros propios cimientos. Nos hacemos daño o tenemos problemas físicos, como una caída o un accidente. Es necesario que empecemos a pensar que nos merecemos todo lo bueno que tiene la vida para ofrecernos.
Cuando somos muy pequeños, aprendemos nuestros sistemas de creencias. Y después andamos por la vida creándonos experiencias que armonicen con lo que creemos.
Me merezco la alegría
Muchos de vosotros creéis que os merecéis vivir en una atmósfera en la que reine la siguiente creencia: «No valgo lo suficiente». Empezad a hacer afirmaciones, decid que estáis dispuestos a ir más allá de donde llegaron vuestros padres a trascender las limitaciones de vuestra infancia. Miraos en el espejo y decid: «Me merezco todo lo bueno, me merezco la prosperidad, me merezco la alegría, me merezco el amor». Abrid ampliamente los brazos y decid: «Estoy abierto y receptivo, soy maravilloso, me merezco todo lo bueno y lo acepto».