* CRÍTICA *
Cada vez que emites un juicio o una crítica, estás enviando algo que terminará por volverá ti
Me encanta ser yo
¿Puedes imaginarte lo maravilloso que sería vivir tu vida sabiendo que jamás nadie te criticará? ¿No sería una maravilla sentirse totalmente en paz, totalmente a gusto? Te levantarías por la mañana y sabrías que ibas a tener un día portentoso, porque todo el mundo te amaría y nadie te criticaría ni te mostraría desdén. Te sentirías estupendamente. Y, ¿sabes una cosa? Eso, tú puedes dártelo. Puedes tener la vivencia de compartir contigo la más asombrosa de las experiencias imaginables. Puedes despertarte por la mañana feliz de encontrarte contigo y de pasar un día más en tu compañía.
Con frecuencia la gente criticona atrae sobre sí muchas críticas, porque su propia pauta de conducta es criticar.A menudo, son personas que en todo momento necesitan ser perfectas. ¿Conoces tú en este planeta a alguien que sea perfecto?
Me amo y me acepto exactamente tal como soy
Todos tenemos aspectos que nos parecen inaceptables e indignos de amor. Si estamos realmente enfadados con alguna parte de nosotros mismos, es frecuente que nos maltratemos.
Entonces recurrimos al alcohol o a las drogas, fumamos, comemos en exceso o lo que sea. Nos castigamos. Una de las peores maneras de maltratarnos que tenemos es la autocrítica.
Es necesario que dejemos de criticarnos. Cuando lo conseguimos, nos asombra con qué facilidad automáticamente hemos dejado de criticar a los demás, porque todo el mundo es un reflejo de nosotros mismos, y lo que vemos en otras personas es lo que vemos en nuestro interior. Cuando nos quejamos de otra persona, en realidad nos estamos quejando de nosotros mismos. Cuando realmente somos capaces de amarnos y de aceptarnos tal como somos, no hay nada de qué quejarse. No podemos herirnos a nosotros mismos ni podemos herir a los demás. Ahora, prometamos no volver a criticarnos jamás por nada.
Sanar significa volvemos íntegros, aceptar todas las partes de nosotros mismos, no sólo aquellas que nos gustan, sino todas.
Puedo sanarme en todos los niveles
Este es un momento de compasión y de curación. Adéntrate en tu interior y conéctate con aquella parte de ti que sabe cómo sanar. Es posible. Te encuentras en proceso de curación.
Descubre tu capacidad para sanar, una capacidad fuerte y poderosa. Eres increíblemente capaz. Entonces, disponte a llegar a un nuevo nivel para encontrar capacidades y posibilidades de las que no tenías conciencia, y no para curar un mal-estar, sino verdaderamente para sanarte en todos los niveles posibles. Tú eres espíritu, y por ser espíritu, eres libre de salvarte..., y de salvar al mundo. Y así es.
El mal-estar se alimenta de intolerancia. La tolerancia no tiene nada que ver con excusar el mal comportamiento. La persona a quien más te cuesta perdonar suele ser aquella de quien más necesitas liberarte. Perdonar y liberarse del resentimiento incluso ayuda a disolver el cáncer.
Soy un imán para los milagros
Soy viene hacia mí un bien inesperado y desconocido. Yo soy mucho más que reglas y reglamentos, restricción y limitaciones. Cambio de conciencia y se producen milagros.
Dentro de cada clase de medicina hay un número creciente de practicante iluminados que siguen un sendero espiritual. Ahora yo, dondequiera que esté, atraigo a esas personas hacia Mí. Mi atmósfera mental de amor y aceptación es un imán para pequeños milagros en cada momento del día. Allí donde estoy hay una atmósfera de curación que bendice y da paz a todo el mundo. Y así es.
Si no hacemos cambios internos, el mal-estar vuelve, o nos creamos otro.
Dejo que la totalidad de mi ser vibre con la luz
Mírate en lo más hondo, en el centro de tu corazón, y encuentra ese punto diminuto de brillante luz coloreada. Es un color tan hermoso... Es el centro mismo de tu amor y de tu energía sanadora. Permanece atento para ver cómo tu punto diminuto comienza a palpitar y a crecer hasta llenarte el corazón. Déjalo que se mueva a través del cuerpo, desde lo alto de la cabeza hasta la punta de los pies, y por los brazos hasta la yema de los dedos. Estás absolutamente resplandeciente con esa bella luz coloreada, que es tu amor y tu energía sanadora. Deja que tu cuerpo vibre con esa luz. Incluso puedes decirte: «Con cada inspiración que hago voy sanando». Siente cómo la luz te limpia el cuerpo de mal-estar. Deja que la luz irradie desde ti y llene tu habitación, el mundo entero y tu especial lugar en el mundo.
Mira cómo todo se integra. Tú eres importante. Cuentas. Lo que tú haces con amor en el corazón, importa. Tú importas. Y así es.
Cada enfermedad lleva consigo una enseñanza que hemos de aprender.
Mis manos son poderosos instrumentos de sanación
La imposición de manos es algo normal y natural. Es un procedimiento muy antiguo. Tú sabes que cuando sientes un dolor, lo primero que haces es apoyar la mano sobre el lugar dolorido para sentirte mejor. Entonces, permítete darte energía.
Haz una inspiración profunda y libera la tensión, el miedo, la cólera o el dolor, y deja que el amor fluya de tu corazón. Deja el corazón abierto para poder recibir el amor que está entrando en tu cuerpo. Tu cuerpo sabe exactamente que hacer con esa energía sanadora y cómo usarla. Mira la luz del amor, cómo emana de tu corazón... una luz hermosa, hermosísima. Deja que ese amor te brote del corazón, que fluya por tus brazos y te inunde las manos. Esa luz impregna todo tu ser de compasión, comprensión y solicitud. Mira cómo estás sano y entero. Tus manos son poderosas. Te mereces el amor. Te mereces estar en paz. Te mereces sentirte a salvo. Te mereces que te cuiden.
Permítete recibir. Y así es.
Necesitamos hacer algo más que limitamos a tratar el síntoma.
Necesitamos eliminar la causa del mal-estar. Necesitamos penetrar en el interior de nosotros mismos, allí donde el proceso de la enfermedad se inició.
Cada mano que me toca es una mano que me sana
Soy un ser valioso y amado por el Universo. A medida que incremento el amor que siento por mí misma, el Universo lo refleja y lo aumenta cada vez con mayor abundancia. Sé que el Poder Universal está en todas partes, en cada persona, lugar y cosa. Este poder de amor y de sanación fluye por mediación de la profesión médica y está en cada mano que toca mi cuerpo. En mi senda de curación, no atraigo más que a personas sumamente evolucionadas. Mi presencia ayuda a hacer aflorar sus cualidades espirituales y sanadoras. Los médicos y las enfermeras se quedan asombrados al comprobar su capacidad para formar conmigo un equipo de curación.