*FAMILIA*

Si quieres que tu familia te ame y te acepte, entonces debes amarlos y aceptarlos tú a ellos,

Con amor bendigo a mi familia

No todo el mundo tiene la familia especial que yo tengo, ni dispone de las extraordinarias oportunidades que tenemos nosotros de abrirnos el corazón los unos a los otros. Nosotros no estamos limitados por lo que piensan los vecinos ni por los prejuicios de la sociedad. Somos mucho más que eso. Somos una familia que proviene del amor, y aceptamos con orgullo a cada uno de nuestros miembros, porque es único. Yo soy especial y digna de amor. Amo y acepto a cada miembro de mi maravillosa familia, y ellos a su vez me aman y me adoran.

Estoy a salvo. Todo está bien en mi mundo.

* HIJOS *

El comportamiento de los niños es un reflejo del de los adultos.

Examina que te impide amarte y disponte a liberarte de ello.

Serás un maravilloso ejemplo para tus hijos.

Me comunico abiertamente con mis hijos

Es de importancia vital mantener abiertas las líneas de comunicación con los hijos, especialmente durante la adolescencia. En general, lo que sucede cuando los niños empiezan a hablar de sus cosas es que se les repite una y otra vez: «No digas esto»; «No hagas lo otro»; «No te sientas de tal manera»; «No seas así»; «Esas cosas no se dicen»; «¡No, no, no, no!». Naturalmente los niños se cierran y dejan de comunicarse. Unos años después, cuando los padres empiezan a envejecer, se quejan: «Mis hijos nunca me llaman». ¿Por qué no llaman? Porque en alguna parte, en algún momento, se cortaron las líneas de comunicación.

* HOGAR *

Si quieres cambiar de casa, da las gracias al hogar que tienes por haberte cobijado. Muéstrale aprecio y no digas: «Me enferma este lugar», porque entonces no podrás encontrar nada que realmente te guste Ama el lugar donde estás, para poder abrirte a otro nuevo y maravilloso.

Mi hogar es un puerto de paz

Mira tu hogar. ¿Es un lugar donde realmente te encanta vivir?

¿Es cómodo y alegre, o está atestado y sucio, hecho siempre un desorden? Si no te sientes bien en él, nunca podrás disfrutarlo. Tu hogar es un reflejo de ti. ¿En qué estado lo tienes? Vete a limpiar y ordenar los armarios y la nevera. La ropa que hace mucho que no te pones, véndela, regálala o quémala. Libérate de lo viejo con el fin de hacer lugar para lo nuevo. Y mientras te desprendes de todo eso, piensa: «Estoy limpiando mis armario mentales». Haz lo mismo con el contenido de la nevera. Tira las sobras y los restos que llevan allí algún tiempo. La gente que tiene en desorden los armarios y la nevera, también tiene en desorden la mente. Haz de tu hogar un lugar maravilloso para vivir.