—¡Madre mía, qué gol! —exclama Armando llevándose las manos a la cabeza, antes de abrazar a Carlos y ponerse a bailar con él.

Charli también tiene las manos en la cabeza, pero de rabia. En pie sobre el banquillo, se desgañita:

—¡Os torturo! ¡El martes me la pagaréis!

César, furioso por el numerito de João, mira la mancha que el balón le ha dejado en la panza y no se le ocurre nada mejor que meterse un dedo en la nariz.

Los Cebolletas están imparables. Becan, Bruno e Ígor suben constantemente al ataque y vuelven a toda máquina a ocupar su puesto en la defensa, como aprendieron con el ejercicio de las botellas numeradas.

¡Entrenar siempre da frutos!

Rafa marca el 0-3 gracias a una subida de Bruno, que dispara desde fuera del área. Edu, el sustituto de Fidu, no consigue retener el balón y el italiano manda al fondo de la red el rechace.

Los Tiburones Azzules solo tienen una ocasión clara de gol en toda la segunda parte, pero antes de que Pedro logre disparar, solo ante el Gato, se le anticipa una vez más Sara, que despeja tras una plancha y de paso se lleva por delante al capitán enemigo.

—¡Que no soy Ángel! —protesta Pedro, levantándose dolorido.

—¡Pero bien que te reíste con él bajo la ducha ayer! —replica la gemela.

Si los Cebolletas han jugado un partido tan intenso, uno de los mejores de su historia, y además sin defensa, ha sido entre otras cosas porque todos querían que Sara se tomara su merecida revancha. De hecho, cuando Vlado (quién si no) tira a Tomi dentro del área, este no se lo piensa dos veces y entrega directamente el balón a Sara.

—Este penalti es todo tuyo.

La gemela recuerda el artículo del MatuTino, aprieta los dientes y descarga toda su rabia contra la pelota, que dobla las manos de Edu y penetra en la portería: ¡0-4!

Ha sido el gol menos espectacular, pero a Gaston Champignon le ha gustado tanto como una flor, la flor que todo el equipo ha regalado a Sara.

Cuando el árbitro pita el final del encuentro, Dani entra en el campo cojeando para anunciar la noticia:

—¡Los Leones han perdido por 0-1! ¡Han perdido!

Los Cebolletas se miran en silencio un rato, casi asustados por la sorpresa.

Nico es el primero que logra expresar lo que todos están pensando.

—En ese caso, hemos ganado la liga…