Los compañeros aplauden en coro: el número 10 ha sido muy rápido y ha lanzado un chut letal. Pero Sara interrumpe los aplausos de golpe.

—¡No, querido sabio! Esta vez te has equivocado: siete más cuatro más ocho más dos da veintiuno, no veintidós. No esperaba eso de ti…

Los Cebolletas, sorprendidos por la revelación de la gemela, se quedan mirando a Nico, que no parece nada turbado.

El número 10 se quita las gafas y, mientras las limpia con la camiseta, replica:

—El míster no ha especificado que solo hiciéramos sumas. Con los dos primeros pases he hecho una multiplicación: siete por cuatro da veintiocho. Luego una sustracción: veintiocho menos ocho da veinte. Con el cuarto pase he hecho una adición: veinte más dos da veintidós. Como veis, las cuentas salen redondas.

Superbe! —exclama Gaston Champignon, mientras los Cebolletas dedican a su centrocampista un aplauso lleno de admiración.