NOTAS CAPÍTULO 10

[1] Rojas afirma que Millán Astray estuvo a punto de ofrecerse a la República, ¿de dónde nace está afirmación? Dice Rojas: «Un general esperpéntico. El desenfoque doctrinal sería mucho mayor al ser sustituido Pujol por Millán Astray. Era hombre sin ninguna ideología. Monárquico de Alfonso XIII, no escatimó gestos de adulación y servilismo hacia el monarca. […] Aún se encontraba indeciso cuando arribó a Lisboa, procedente de Hispanoamérica, donde había desempeñado cierta misión oficial. Fueron los hombres del Hotel Avis que integraban la representación del nuevo Estado español en Portugal, y muy concretamente Gil Robles, quienes le inclinaron a marchar a la zona nacional.

»Ya en Cáceres, apareció junto a Franco arengando a las masas siempre que podía, para añadir al espectáculo de las ostensibles mutilaciones el complemento de sus desafinados gritos, en los cuales difícilmente hubiera podido percibirse una sola idea.» <<

[2] VEGAS LATAPIÉ, E.: Los caminos del desengaño. Memorias políticas II, 1936-1939, Tebas, Madrid, 1987, p. 173. <<

[3] Rojas, en su libro Momentos estelares de la Guerra de España, Plaza&Janés, Barcelona, 1996, p. 121, utilizando las afirmaciones de Vega, aprovecha para arremeter una vez más, sin citar las fuentes (una supuesta entrevista a persona desconocida, que realizó el 21 de junio de 1995) contra Millán Astray) y dice: «Los monárquicos de la zona rebelde —la zona Nacional, como pronto la llamarán— saben de aquellas incertidumbres y no se las perdonan… Franco el 13 de agosto, éste conoce también sus traidoras flaquezas, a través de su propio hermano. Aunque al año siguiente Franco confíe a Serrano Súñer su íntimo desprecio por Millán Astray.» Afirmaciones que se contradicen con la confianza que siempre tuvo Franco con Millán Astray, sin que por ello su amigo y compañero le encomendase misiones más importantes que las que le creía capacitado para desempeñar en la última etapa de su vida. Millán era el icono vivo de la Legión y su utilidad para los nacionales era simbólica y organizativa, no militar. <<

[4] ESCOBAR, José I.: Así empezó…, G. Del Toro editor, Madrid, 1975, p. 166. <<

[5] VEGAS LATAPIÉ, E.: op. cit., p. 173. <<

[6] Sobre la creación del nuevo estado surgido del alzamiento del 18 de julio véase la obra de ORELLA, José Luis: La formación del Estado Nacional durante la Guerra Civil Española, Actas, Madrid, 2001. <<

[7] GARCÍA VENERO, M.: Falange en la guerra de España: la Unificación y Hedilla, Ruedo Ibérico, París, 1967, p. 307. <<

[8] SERRANO SÚÑER, Ramón: Entre el silencio y la propaganda, la Historia como fue. Memorias. Planeta, Barcelona, 1977, pp. 158-159. <<

[9] GIMÉNEZ CABALLERO, Ernesto: Memorias de un dictador, Planeta, Barcelona, 1979, p. 106. <<

[10] Ibidem, p. 88. <<

[11] Ibidem, p. 90. <<

[12] Ibidem, p. 90. <<

[13] Entrevista inédita realizada por Hernández Petit para ABC, cuyo original se encuentra en el APMA. <<

[14] PEMÁN, J.M.: Mis almuerzos con gente importante, Dopesa, Barcelona, 1970, p. 135. <<

[15] Ibidem, pp. 135-136. <<

[16] Ibidem, p. 136. <<

[17] Véase ENCEL, Frédéric: El arte de la guerra. Estrategas y batallas, Alianza, Madrid, 2002, donde hay un capítulo dedicado a Moshé Dayán. <<

[18] PEMÁN, J.M.: op. cit., pp. 116-117. <<

[19] PRESTON, Paul: Franco, Caudillo de España, Grijalbo, Barcelona, 1994, p. 241. <<

[20] Véase en BULLÓN DE MENDOZA, A., y TOGORES SÁNCHEZ, L. E.: Revisión de la Guerra Civil Española, Actas, Madrid, 2002, el trabajo de GONZÁLEZ TORGA J.M.: «El general Queipo de Llano, pionero de la guerra de las ondas: propaganda personalizada desde el mando». <<

[20b] [en el original aparece repetida esta nota es dos párrafos diferentes] <<

[21] GIBSON, L: Queipo de Llano. Sevilla, verano de 1936, Barcelona, 1986, pp. 11 y SS. <<

[22] BALSEBRE, Armand: Historia de la radio en España, Cátedra, Madrid, 2001, vol. I, p. 379. <<

[23] GIMÉNEZ CABALLERO, E.: op. cit., p. 90. <<

[24] Ibidem, p. 91. <<

[25] Seudónimo de Ernesto Giménez Caballero. <<

[26] Ibidem, p. 93. <<

[27] FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, Fernando: Memorias de un soldado locutor, Ediciones Españolas, Madrid 1939, pp. 196-197. <<

[28] VEGAS LATAPIÉ, E.: op. cit., p. 183. <<

[29] MOURE MARIÑO, Luis: La generación del 36. Memorias de Salamanca y Burgos, Ediciones de Castro, Sada, 1989, p. 111. <<

[30] Recuerda José I. Escobar como Aznar fue detenido y se salvó por los pelos de ser fusilado por causa del gobernador general Valdés Cabanillas de Valladolid. Los amigos de éste, todos falangistas, Lequerica, Víctor de la Serna, Sangróniz y el propio Hedilla, intervinieron en su favor pues Valdés Cabanillas le quería hacer pagar con la vida sus artículos a favor de Azaña en El Sol. Sobrevivió y se convirtió en una de las más relevantes figuras del régimen. Escribió La Historia Militar de la Cruzada, dirigió La Vanguardia, fue embajador de España y obtuvo la Gran Cruz de Carlos III. <<

[31] FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, Fernando: op. cit., pp. 6-7. <<

[32] PÉREZ-LUCAS, María Dolores: Un agónico español…, pp. 255-257. <<

[33] VEGAS LATAPIÉ, E.: op. cit., p. 108. <<

[34] SALCEDO, Emilio: Vida de don Miguel de Unamuno en su tiempo, en su España, en su Salamanca. Un hombre en lucha con su leyenda, Salamanca, 1964, p. 377. <<

[35] Los datos de Salcedo permiten comprender a Entrambasaguas el estado de ánimo de Unamuno y el motivo de su intervención extemporánea. <<

[36] SALCEDO, E.: op. cit., pp. 406-407. <<

[37] Los mismos que no se enfrentan abiertamente a los alzados y que, sin embargo, sí piden a Unamuno que interceda por ellos ya que tiene acceso a Franco. <<

[38] Los fusilamientos de catedráticos se iniciaron en la zona roja sin juicio ni sumario con nombres como Román Riaza, Ureña, etc. <<

[39] Señala Gómez Moneda que la logia de Salamanca, la «Helmántica», dependía desde 1932 del Gran Oriente Español integrada en la Región Centro, siendo Coco desde 1935 su Presidente. <<

[40] ¿Era realmente amigo de Unamuno? Según sus amigos no conocía al tal Milano, tesis que también sostiene Entrambasaguas, no siendo en absoluto este inocente de lo que se le imputaba. Atilano Coco no era el único pastor protestante de Salamanca. Intercedió por él Unamuno como intercedió por otros muchos llevado por su buen corazón. Fue fusilado Coco, no en la vorágine de los primeros momentos, sino tras el proceso correspondiente, aunque eso sí de carácter militar y sumario. <<

[41] Véase ENTRAMBASAGUAS, Joaquín: Unamuno y Millán Astray, la posible clave de un incidente histórico, Punta Europa, Madrid, 1958. En p. 12 dice en relación a la ejecución de Coco: «[…] no fue ejecutado en un arrebato del primer momento, incontrolable en tales casos, sino tras su detención y tras las debidas consideraciones sobre sus culpas.» <<

[42] PRESTON, P.: op. cit., p. 242. <<

[43] Otros autores incluyen en la mesa presidencial, también, a Ramón Cibrat Finot, gobernador civil de Salamanca; al teniente coronel Miguel Pérez Lucas, representante del gobernador militar; a Francisco Márquez, presidente de la diputación, y al alcalde la ciudad Francisco del Valle. Los cuales posiblemente estaban no en la presidencia sino en el primer banco de la sala. Vegas dice sobre la mesa, de forma muy acertada: «En nombre del jefe del Estado, como he dicho, presidió Unamuno la Fiesta de la Raza. A poco de haber comenzado el acto, hizo su entrada en el paraninfo la señora de Franco y hubo que modificar algo el orden de la presidencia. Quedó ella a la derecha de Unamuno; a la izquierda, el obispo de la diócesis. Pemán, que había cedido el puesto a la señora de Franco, vino a quedar en algún lugar a la derecha; tal vez incluso en el primero de los bancos del estrado, para no tener que alterar toda la presidencia. A la izquierda del doctor Pla y Deniel, a su vez, el general Millán Astray.» <<

[44] Felipe Ximénez de Sandoval en su artículo «En Pie», de diciembre de 1971, n° 312, pp. 21-23, afirma que estuvo presente y vio los gestos de protesta de Pemán y Sainz Rodríguez. <<

[45] VEGAS LATAPIÉ, E.: op. cit., pp. 172-173. <<

[46] SALCEDO, E.: op. cit., p. 409. <<

[47] VEGAS LATAPIÉ, E.: op. cit., pp. 112. <<

[48] ENTRAMBASAGUAS, Joaquín: op. cit., p. 17. <<

[49] APMA. <<

[50] En una carta al padre de Alfonso Paso, que éste publicó en El Alcázar, de 28 de septiembre de 1970, explicaba Millán Astray: «Me fastidió tanto su supuesta superioridad y su afán de hacernos comulgar con ruedas de molino, que no pude remediarlo y dije textualmente: si esto es inteligencia, muera la inteligencia. Pero se ha quedado sólo con la última parte.» <<

[51] El 26 de diciembre de 1896 se produjo el consejo de guerra que condenaría a Rizal a muerte por los delitos de rebelión, sedición y asociación ilícita. Fue condenado a ser fusilado el 30 del mismo mes. Aunque no tuvo una parte destacada en la insurrección recién iniciada del Katipunan, era el ideólogo y principal difusor de la ideas antiespañolas en el archipiélago filipino, y autor de obras cargadas de fuertes contenidos independentistas como su libro Noli me tangere. Para más información véase nº 6 de la Revista Española del Pacífico, AEEA, Madrid, 1996. <<

[52] ROJAS, Carlos: Momentos estelares de la guerra de España, Plaza & Janés, Barcelona, 1996, p. 125. <<

[53] GRACIA, Fernando: Lo que nunca nos contaron de Don Juan, Grupo Libro, Madrid, 1988. El autor es uno de los periodistas fundadores de Diario 16, pp. 21 y ss. Según Hipólito Román, muy allegado a don Juan durante su primer exilio, y absolutamente desconocido hasta su descubrimiento en 1988 por Fernando Gracia. Era un furibundo juanista y fiel acompañante de Unamuno, según él mismo afirma. Fue supuestamente testigo del incidente con Millán Astray. <<

[54] Señala Vegas su sorpresa de cómo es posible que de esta reseña salga la versión semioficial de que Millán Astray pidió dos o tres veces la palabra en voz alta. Al respecto afirma Vegas: «Yo no le oí semejante cosa.» <<

[55] Véase GARATE, J. M.: Los intelectuales y la milicia, EME, Madrid, 1983, p. 14. <<

[56] Fue expulsado del casino, de donde era presidente honorario, sin que se respetasen sus años y su talento. Eran tiempo difíciles para todos. Salió del casino con su hijo y con el escritor local y amigo Santiago Cividanes. Su hijo quiso que saliesen por una puerta lateral, insistiendo Unamuno en que fuese por la principal, con dignidad: «No, por la puerta principal.» Al salir a la calle fue insultado mientras iba a su casa. Algunos extremistas de retaguardia llegaron a pedir su fusilamiento… sólo los falangistas defendieron su persona sin darle importancia al incidente, porque no la tenía, lo que no implica que Unamuno fuera azul y que sus simpatías estuviesen con ellos, pues Unamuno, como perfecto ejemplo de permanente contradicción, no estaba con nadie nunca, ni siquiera consigo mismo. Se le puso un guardia a la puerta de su casa, no para recluirle sino para protegerle, ya que no salía de su casa por propia voluntad. <<

[57] ROJAS, Carlos: ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!, Planeta, Barcelona, 1995, pp. 97-98. <<

[58] SERRANO SÚÑER, Ramón: Memorias: Entre el silencio y la propaganda, la historia como fue, Planeta, Barcelona, 1977, p. 162. <<

[59] Ibidem, p. 163. <<

[60] GRACIA, Fernando: op. cit., pp. 24-25. <<

[61] ROJAS, Carlos: op. cit., pp. 136-137. <<

[62] PRESTON, P.: op. cit., pp. 242-243. <<

[63] SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis: Francisco Franco y su tiempo, Azor, Madrid, 1984, tomo II, pp. 131-132. <<

[64] CABANELLAS, Guillermo: La guerra de los mil días, Grijalbo, Barcelona, 1972, p. 911. <<

[65] JACKSON, Gabriel: La República española y la Guerra Civil, Crítica, Barcelona, 1982, p. 269. <<

[66] ENTRAMBASAGUAS, J.: op. cit., p. 5. <<

[67] En ABC, «La verdad de aquel día», 12 de octubre de 1965 y luego en Mis almuerzos con gente importante. <<

[68] FRANCO-SALGADO ARAUJO, Francisco: Mis conversaciones privadas con Franco, Planeta, Barcelona, 1976, p. 431. <<

[69] ENTRAMBASAGUAS, J.: op. cit., p. 6. <<