(1) El adjetivo «serial» integra la familia de términos derivados de serie que utiliza Sartre. Hemos traducido todos ellos, como «serialidad», «serial», «serialmente», etc., en español sin aclaraciones, porque su significación se encuentra en la texto mismo. N. del T. <<
(2) Más bien se trataría de una logística. En efecto, nada impide que se constituya un simbolismo en cuanto se han definido relaciones universales de seudointerioridad. Basta con que la exterioridad se vuelva presente por alguna parte. Es la verdadera interioridad de las relaciones, es decir, la pertenencia concreta de la parte individualizada al todo, la que se mantiene absolutamente refractaria a ser simbolizada. Dicho de otra manera, algunos momentos de la dialéctica son susceptibles de ser expresados por un álgebra; pero la dialéctica está en su movimiento real más allá de toda matemática. <<
(3) Claro que se puede imaginar —y de sobra se conocen— a grupos colonialistas que se asocian para la defensa organizada de sus intereses coloniales. También naturalmente, estos grupos se multiplican a medida que crece la tensión entre colonos y colonizados. Pero aquí sólo consideramos el medio colonial. Basta con indicar —en el próximo capítulo volveremos sobre ello— que la presencia de los grupos constituidos sobre la reunión hace más compleja la descripción real. <<
(4) Aunque algunas de estas realidades no tengan más ser que el colectivo. <<
(5) No se trata —en el plano social y político— de negar estas estructuras del ser y del lenguaje, sino de actuar conjuntamente para liquidar el campo práctico-inerte. <<
(6) La producción como imperativo incondicionado, es en efecto, la cantidad de bienes producidos en tanto que han absorbido como medio suyo inesencial a la fuerza y a la actividad de los productores. La tuberculosis, en tanto que la frase afirma la homogeneidad práctica de los conceptos que une, es la enfermedad en tanto que no está vivida por nadie, en tanto que es estadística, es decir, evaluada, por ejemplo, según la cantidad de horas de trabajo que suprime. En fin, la relación de una y otra se expresa con un verbo que califica al objeto a partir del trabajo de los hombres: en efecto, frenar hoy puede designar una modificación natural en el interior de cualquier sistema mecánico, pero se llama freno en la medida en que los hombres han construido desde hace miles de años una determinada relación interna en el interior de objetos trabajados. Esta expresión tiene, pues, como resultado que se introduzca una contra-finalidad de tipo maniquea como relación práctico-inerte entre una exigencia material y su negación por las circunstancias materiales. <<