NOTA DEL AUTOR
A pesar de que éste es un libro de ficción novelesca y en él no proceden por tanto citas de fuentes informativas, no deja de tener vocación de verosimilitud histórica y lingüística. Por ello no puedo menos que agradecer aquí las siguientes ayudas a ese respecto: a Jesús Cuéllar Menezo, historiador, traductor y arabófilo, le debo las primeras orientaciones bibliográficas sobre los mamelucos y algunas sugerencias respecto a topónimos y antropónimos egipcios y sirios. Agradezco igualmente al profesor de la Universidad de Cádiz, Mohamed Meouak, especialista en historia e instituciones del Islam, su lectura ponderada del original de esta novela. También, y de modo muy especial, debo reconocer la gran ayuda del filólogo arabista Joaquín Bustamante, profesor igualmente de la Universidad de Cádiz. Él ha unificado el sistema de transcripción fonética de la extensa terminología árabe en el texto, la cual resultaba al menos triple o vacilante al proceder de documentación inglesa, francesa y española. Asimismo ha corregido algunos lapsus históricos, étnicos e incluso botánicos, en los que yo había incurrido. Otras desmesuras he preferido que prevalecieran por ámbitos literarios, espero que coherentes. Finalmente, no dejaron de serme útiles en El Cairo y otros lugares de Egipto las sugerencias geográficas, artísticas y lingüísticas de mi guía en aquellas tierras, Ashraf Hassan Ahmed abu Bakr.