Preparativos de llegada
Este es el momento en que el pescado Ricardo, siempre el más veloz de los Ontok, anuncia a los esposos Guso que la familia va a llegar un poco tarde a la comida. El Guso padre no necesita ponerse verde de rabia, y la Gusa madre tampoco juntar las manos, pero a ambos les encanta aprovechar la oportunidad y esta no se repetirá, nunca hay dos escenas iguales en Silvalandia.
—Por si fuera poco, hoy tiene dos cabezas —susurra la Gusa madre, tratando de que Ricardo no la oiga.
—Se comprende —dice el Guso padre—, con una trae la carta de excusas y con la otra nos mira de una manera que no me gusta nada.
—Siempre fue un poco idiosincrásico el pobrecito, hay que vivir y dejar vivir.
—Con esa moral no te morirás pero te irás secando —dice el Guso padre.
—Nos mira fijo con la cabeza sin carta —dice inquieta la Gusa madre.
—Tráele el bocal con agua fresca, total no importa si se moja la carta, la sabemos de memoria.
—Ah, eso —ríe la Gusa madre dibujando un ocho y un catorce en el aire—, queridos amigos quieran disculpar el retraso no arranca el cochecito.
—Estos Ontok —dice el Guso padre acariciando la cabeza sin carta de Ricardo.
—No me haga cosquillas —dice Ricardo ofendido.