Mastermind groups

Llegamos ahora a uno de mis temas favoritos. Quizá uno de los que más me ha ayudado desde que monté mi negocio y de los que más ha ayudado también a mis clientes en los suyos. Los mastermind groups.

¿Qué es exactamente un mastermind group? Bien, pues es un grupo reducido de personas (suelen ser de tres a cinco) que se reúnen periódicamente (normalmente cada quince días) para intercambiar y compartir experiencia y conocimientos.

Esa sería una definición para hacernos una idea rápida, ya que en realidad va un poco más allá de compartir experiencia. El mastermind group también incluye brainstormings, educación, rendimiento de cuentas y soporte mutuo.

Además, también hay una parte «activa». Los participantes deben retarse, proponerse objetivos los unos a los otros y conseguirlos.

No debemos confundir un mastermind group con una clase o una sesión de coaching, en la que existe la figura del «profesor» y el resto escucha. En estos grupos no destaca nadie en concreto, sino que destacan todos. Es cierto que, puntualmente, dependiendo del tema que se aborde, uno de los integrantes puede conocer o dominar un poco más, pero las aportaciones deberían ser lo más equilibradas posible.

Así pues, veamos cómo deberían ser los integrantes de ese grupo.

MIEMBROS DE UN MASTERMIND GROUP

Encontrar las personas ideales para compartir un mastermind group es extremadamente difícil. Mucho. Es lo más difícil de todo, sin duda alguna. Posteriormente, el proceso de las reuniones en sí puede ir mejorando y puliéndose, pero encontrar ese grupo para iniciar uno es muy complicado.

Como ya he dicho, lo óptimo sería contar con tres o cuatro personas, máximo cinco. Y aunque puedan parecer pocas, creedme: dar con cuatro personas «ideales» es dificilísimo. Porque no vale cualquiera.

Pensemos que esas personas tienen que entregarse al grupo, ser responsables, compartir información confidencial, dar y recibir ideas y, sobretodo, ayudar al resto del grupo. Esa es la esencia.

Deben ser personas que estén en sintonía, con ciertas similitudes entre ellas.

Del mismo modo que en el capítulo de socios destacábamos que fuesen personas en el mismo punto del camino, con el mismo nivel de experiencia, en este caso ocurre lo mismo. El grupo debe estar equilibrado para que todos puedan aprender del resto. Si hubiera un desequilibrio en este sentido, siempre habría algunos que aprenderían mucho y otros que sólo perderían el tiempo. Así pues, debemos asegurarnos de que está compensado, valorando factores como los años de experiencia en el sector o el recorrido profesional.

Por ejemplo, imaginemos un mastermind group de tres vendedores profesionales. Si dos de ellos hace sólo un par de años que se dedican a ello y el tercero tiene una experiencia de más de quince años, el grupo quedará totalmente descompensado y acabará convirtiéndose en una clase magistral del más veterano a los dos discípulos.

Y eso NUNCA debe ser así. En estos grupos no debe destacar nadie. Todos deben tener el mismo peso en cada sesión. No hay un «crack». Todos deben estar a la par.

Fijémonos: si quitamos al veterano del grupo, dejando solamente a los dos «junior», aunque a priori parezca que no van a poder sacarle todo el provecho, en realidad no es así. Al estar en sintonía y tener el mismo recorrido y experiencia, podrán crecer juntos como profesionales. ¡Y de eso va el mastermind group! Si nos damos cuenta de que tenemos demasiado nivel o muy poco, debemos dejar ese grupo y buscar otro en el que encajemos.

Experiencia aparte, los participantes deberían tener un eje común para aprovechar al máximo las sesiones. Por ejemplo: tiene mucho más sentido un grupo compuesto por cuatro comerciales, que uno donde haya un diseñador de una gran empresa, un programador de una pyme, un director comercial y un ingeniero freelance. Los primeros tendrán muchos más temas que poner en común, mientras que a los otros cuatro les costará más encontrar ese nexo.

Aunque ojo porque, en ocasiones, hay factores comunes que no se aprecian a simple vista. Si, por ejemplo, los cuatro fuesen autónomos que ejercen por su cuenta (aunque sea en profesiones distintas), ya habríamos encontrado el denominador común. De repente, ya tendríamos un mastermind group de profesionales autónomos. Y ahí sí que hay muchísimos temas a tratar. Desde la captación de clientes hasta los programas de facturación, pasando por las colaboraciones con otras personas, las estrategias de precios, etc.

Fijémonos en que una de las claves de estos grupos es que los conocimientos se complementen entre sí, para elegir lo mejor de cada uno y así crecer. Y este punto es, de hecho, la principal característica. Analicémosla.

INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS Y CONOCIMIENTOS

Se dice que cuatro ojos ven más que dos. Del mismo modo, podemos decir que cuatro cabezas piensan más que una. Y cuatro cabezas con experiencia mucho mejor aún.

Al abordar cualquier temática en un mastermind group, todos los miembros se van a poder beneficiar de las experiencias del resto.

Pongamos un ejemplo fácil: las condiciones de pago de los clientes. En el mastermind group se lanza la pregunta: «¿Cómo lo hacemos?». Y cada miembro del grupo expone su sistema:

  • Uno de ellos lo cobra a 30 días una vez finalizado el proyecto.
  • El otro cobra el 50% por adelantado y el 50% al final.
  • El tercero lo cobra todo por anticipado.
  • El último divide el proyecto y lo cobra por fases.

A partir de ahí, cada uno cuenta los pros y los contras de su método. Comparte su experiencia con el resto del grupo y lo que es más importante: no se queda en la pura teoría que podríamos aprender en clase, sino que se habla con conocimiento de causa, contando qué problemas (y alegrías) le está dando ese sistema.

Como todos lo compartirán, todo el grupo va a aprender esas distintas formas de hacer las cosas y todos ellos podrán optar por «la mejor». Y lo escribo entre comillas porque, en realidad, no hay una mejor en general, pero sí una para cada caso. Así pues, quizá dos de ellos van a ver la luz con una de las soluciones, mientras que los otros dos preferirán una distinta.

A medida que se hace lo mismo con más temas, el grupo puede ir seleccionando «lo mejor de cada uno», de forma que al final todos habrán mejorado en algo.

PRIVACIDAD Y CONFIDENCIALIDAD

En estas sesiones se comparte toda la información necesaria. Y cuando digo toda me refiero a toda. Números, ingresos, pérdidas, clientes, sueldos, comisiones, márgenes, deudas, deudores, financiación… ¡Todo!

Es una condición indispensable. Si los participantes empiezan a ocultarse datos los unos a los otros y a guardar secretos, el mastermind group se convierte en una gran pérdida de tiempo. Como ya hemos dicho, se debe compartir y recibir la información de todo el grupo.

¿Verdad que como miembros os gustaría saber cuánto están facturando el resto de los participantes? ¡Claro que sí! De esta forma os podéis hacer una idea de a quién le va mejor, a quién le va peor, quién tiene menos problemas de tesorería, quién tiene más margen… Así podéis aplicar las técnicas de los mejores. Incluso algo tan privado como los sueldos. ¿Verdad que te gustaría saber si estás cobrando poco o mucho en comparación con el resto? Pues tú debes ser el primero en decir el tuyo.

Así pues, cuando seleccionemos a las personas ideales para llevar a cabo este mastermind group, debemos pensar también en gente íntegra y de confianza con la que no tengamos ningún problema en compartir todos estos puntos.

En CADA sesión habrá un momento en el que cada participante tendrá que hablar de sus dificultades, de sus planes y objetivos. Una vez más, fijémonos en que esto lo diferencia de una «clase» en la que uno habla y el resto escucha. En un mastermind group, todo el mundo tiene su momento, todo el mundo habla.

OBJETIVOS Y RENDIR CUENTAS

¡Llegamos a mi punto favorito sin lugar a dudas! Esto es lo que realmente marca la diferencia y donde vemos el PODER REAL de los mastermind groups.

Aparte de compartir experiencias, conocimientos y números, que es algo más pasivo, que cada uno absorbe y aplica según vea conveniente, entramos ahora en la parte más activa que hará que realmente movamos ficha y no nos quedemos «pasivos» sin llegar a hacer nada.

Para empezar, en cada sesión del mastermind se van a establecer objetivos para cada uno de los miembros del grupo. Evidentemente, esos objetivos o «deberes», si queremos llamarlos así, dependerán de lo que se haya hablado en esa sesión.

Por ejemplo, imaginemos que en la sesión se ha hablado de formas de captación comercial. Cada uno ha compartido sus técnicas, sus puntos fuertes, sus dificultades, etc. Y uno de los miembros dice que tiene especiales dificultades para captar clientes, porque le da vergüenza o se siente violento haciendo las captaciones. En ese caso, sus deberes podrían ser «completar diez acciones de captación para la próxima sesión».

Y no son objetivos o deberes opcionales. Son obligatorios. Se tienen que hacer sí o sí. Y tendremos que demostrar que los hemos hecho, en este caso mostrando fichas de esos clientes y contando la experiencia.

Quizá otro día se hable de la importancia de tener un blog. ¿Deberes? Lanzar el blog y escribir cinco artículos.

¿Hablamos de estrategias de precios? Deberes: en la próxima sesión, los nuevos precios encima de la mesa.

Y os diré algo: si no se han hecho los deberes, esa persona no debe seguir en el mastermind group, porque lo va a convertir en una pérdida de tiempo para el resto de la gente.

A ver, tampoco estoy diciendo que echéis a nadie a la primera de cambio, pero deberíais llevar un registro de quién está cumpliendo y quién no. Porque eso es lo que diferencia un buen grupo que hace avanzar a sus miembros de uno que les hace perder un buen rato cada dos semanas.

Notemos que exigirse esos deberes ejerce PRESIÓN sobre los participantes. ¡Ojo, tampoco vayamos a crear estrés! Pero si tú le exiges algo al resto del grupo, es normal que luego te sientas obligado a hacer tu parte, porque ellos vendrán con los deberes hechos.

MODERADOR

Finalmente, un inciso: aunque no haya ningún mentor o profesor, sí que suele haber un moderador. Esa persona debe marcar un poco los tiempos de cada sesión, para evitar que uno cobre demasiado protagonismo o que otro quede apagado en un rincón.

Esa persona debería ser uno de los integrantes del grupo, ya que no tendría ningún sentido tener ahí a alguien que no comparta también su información. Pero su papel simplemente será dar paso a los puntos del día para poner un poco de orden. En ningún caso acaparar más protagonismo.

Suele ser una buena práctica cambiar esta persona en cada sesión, de forma que se vaya rotando el puesto. Así todos aprenden a moderar y el grupo en sí se hace más consciente del ritmo de las sesiones.

Para ayudar al moderador debería establecerse una pequeña pauta a seguir, del estilo:

  • Bienvenida (x minutos).
  • Deberes de la última sesión (x minutos).
  • Tema del día (x minutos).
  • Brainstorming (x minutos).
  • Retos y objetivos de cada uno (x minutos).
  • Deberes para la próxima sesión (x minutos).

Esto es una simplificación y los tiempos dependerán de cada caso, pero os puede servir de base.

ULTIMAS CONSIDERACIONES

Os lo digo de nuevo: un buen mastermind group (bueno de verdad) puede cambiaros la vida. Podéis mejorar muchísimo tanto a nivel profesional como a nivel personal en muy poco tiempo.

Pensad que los que se unen a estos grupos están ahí porque quieren mejorar y ayudar a mejorar. A diferencia de lo que ocurre con un jefe, aquí los otros no te exigen hacer las cosas para salir ganando ellos mismos, sino para que salgas ganando tú.

Es mucho más efectivo porque no puedes pensar ni decir que «el jefe sólo piensa en él» o «el jefe me dice esto porque quiere ingresar más o porque mira por sus intereses». Aquí se te exige sólo por TUS intereses.

Un mastermind group es como tener una junta de accionistas, un jefe, un consultor y varios mentores… todo en uno.

Y encima, gratis.