REC
Vosotros me veis, pero yo no os veo a vosotros.
Se remueve en el asiento, tamborilea en la superficie acristalada de la mesa, y mirándonos repite en voz más alta: vosotros me veis pero yo no os veo a vosotros.
Viste una camisa de rayas finas, iniciales en el bolsillo de la camisa: E. H. T. Una corbata lisa, azulada. Bien afeitado, la frente extensa, el pelo muy corto. De las orejas le cuelgan los cables de los auriculares, lleva un micrófono pinzado en la camisa. Se cruza de brazos, se mece en el sillón giratorio, después se adelanta y habla: debe de haber algún problema, ni os veo ni os oigo. Qué coñazo, esto lleva todo el día dando problemas. Si no, desconectamos y lo intentamos dentro de unos minutos. Espera, ahora sí. Os veo. Decid algo, a ver si os oigo. Sí, ahora sí. La imagen no va muy allá, pero por lo menos os oigo, podemos empezar.
Extiende un folio frente a él, destapa un bolígrafo y anota algo, traza una raya. Después nos mira de nuevo y habla: como ya os dije por correo, arriba están muy preocupados por la marcha de la colocación. Ayer hablamos del parón que ha habido, no estamos cumpliendo el calendario, por eso os he convocado. Estamos lejos del objetivo, hay oficinas muy por debajo del porcentaje de recompra marcado. Tenemos que conseguir el objetivo que nos hemos propuesto, y para ello tienen que implicarse todos, sin excepciones. Si hay empleados que no colaboran, necesitamos saberlo, quiero nombres, quiero que cada director territorial me mande un listado con aquellos empleados que estén más alejados del objetivo en cada oficina, tendremos que tomar medidas desde aquí. A mí me están apretando mucho, y ahora yo os aprieto a vosotros, así que quiero que la cadena siga y mañana apretéis a los directores de oficina para que ellos presionen a los suyos. La instrucción está clara: hay que colocar todas, mejor en pequeñas cantidades, así será más fácil con los pequeños ahorradores. Los clientes están asustados, sí, y por eso es el mejor momento para hacerles el canje. Nos tenemos que dedicar full time, mañana y tarde, si queremos triunfar, no podemos fallar. No quiero ver a nadie sentado, en las oficinas solo tiene que quedar un empleado de atención al público; los demás, a correr. Y los que acaben antes su cupo, que ayuden a los que tienen más volumen. No valen excusas, aquí nos la jugamos todos. Hay que estar seguros de lo que se vende, porque solo así daremos confianza a los clientes, que están muy preocupados por las noticias. Debemos estar totalmente convencidos de lo que vendemos; y si no lo estamos, si nosotros mismos no creemos en la solvencia de la empresa, si tenemos dudas de qué pasará con el precio cuando coticen, entonces es que tenemos dudas sobre nuestro futuro. Las personas que no crean, las que no sepan o no quieran vender, deberían preguntarse si realmente quieren formar parte de esta empresa y de su futuro. Está claro. Alguien tiene alguna pregunta. No. Pues venga, a correr, y espero que la semana que viene cuando nos veamos sea para felicitaros.