18.
Manella dijo, pensativa:
- Creo que ya no te veré más, Planchet.
Raych estaba secándose después de la ducha. -¿Por qué?
- Gleb Andorin no quiere.
- ¿Por qué?
Manella alzó sus suaves hombros. -Dice que tienes trabajo importante que hacer y que ya no tienes tiempo de hacer pavadas. Tal vez quiere decir que conseguirás un mejor empleo.
Raych se envaró. -¿Qué clase de trabajo? ¿Mencionó algo en particular?
- No, pero dijo que se iría al sector Imperial.
- ¿De veras? ¿Siempre te dice cosas así?
- Sabes cómo es, Planchet. Cuando un tipo está contigo en la cama, habla mucho.
- Lo sé -dijo Raych, que en lo personal siempre tenía cuidado de no hacer lo mismo-. ¿Qué más dice?
- ¿Por qué preguntas? -Ella frunció el ceño-. l siempre me pregunta sobre ti, también. He advertido eso en los hombres. Sienten curiosidad unos de otros. ¿Por qué supones que es?
- ¿Qué le dices de mí?
- No mucho. Sólo que eres un chico agradable y muy decente. Naturalmente, no le digo que tú me gustas más que él. Eso heriría sus sentimientos… y podría herirme a mí también.
Raych se estaba vistiendo.
- Entonces debemos despedirnos.
- Por un tiempo, supongo. Puede que Gleb cambie de opinión. Por supuesto, me gustaría ir al sector Imperial, si él me llevara. Jamás he estado allí.
Raych casi se cae, pero lo disimuló tosiendo, y luego dijo:
- Yo tampoco.
- Tiene los edificios más grandes, los lugares más lindos y los restaurantes más elegantes, y es donde viven los ricos. Me gustaría conocer algún rico.
Raych dijo: -Supongo que no puedes obtener mucho de alguien como yo.
- Eres bueno. No se puede pensar todo el tiempo en el dinero, pero, a la vez, hay que pensar en él de vez en cuando. Especialmente desde que creo que Gleb se está cansando de mí.
Raych se sintió compelido a decir: -Nadie podría cansarse de ti -y luego descubrió, algo confundido, que lo decía sinceramente.
Manella dijo: -Es lo que siempre dicen los hombres, pero podrías llevarte una sorpresa. En todo caso, lo nuestro estuvo bien, Planchet. Cuídate y, quién sabe, quizás volvamos a vernos.
Raych asintió y se encontró sin palabras. No había forma de decir o hacer algo que expresara sus sentimientos.
De un tirón, se obligó a desviar su mente hacia otra dirección. Tenía que averiguar lo que estaba planeando la gente de Namarti. Si lo estaban separando de Manella era porque la crisis debía estar aproximándose rápidamente. Lo único que tenía para continuar con su misión era esa extraña pregunta sobre la jardinería.
Tampoco podía enviar más información a Seldon. Había estado bajo estricta vigilancia desde su encuentro con Namarti, y todas las vías de comunicación estaban cortadas, lo cual era otra indicación segura de la proximidad de la crisis.
Pero si averiguaba lo que estaba sucediendo después de que hubiera sucedido, y si comunicaba las novedades después de que dejaran de ser novedades, habría fracasado.