I
FRAGMENTOS DEL HIMNO A DIÓNISO

1

Unos dicen que Semele, habiéndote concebido de Zeus que se complace en el rayo, te dio a luz en Drácano; otros, que en la ventosa Ícaro; otros, que en Naxos, oh retoño divino, Irafiota; otros, que junto al río Alfeo de profundos remolinos; y otros afirman, oh soberano, que naciste en Tebas. Pero mienten todos, que a ti te dio a luz el padre de los hombres y de los dioses, lejos de los humanos, escondiéndose de Hera, la de níveos brazos. Hay una montaña, Nisa, de gran altura, cubierta de bosque, situada lejos de Fenicia y cerca de la corriente del Egipto.

10

Y le erigirán muchas estatuas en los templos. Como lo dividió en tres partes, los hombres te ofrecen constantemente, cada tres años, perfectas hecatombes.

13

Dijo, y el Cronión bajó las negras cejas en señal de asentimiento; los divinos cabellos se agitaron en la cabeza del soberano inmortal, y su influjo estremecióse el dilatado Olimpo.

16

Así habiendo hablado, lo ratificó con la cabeza el próvido Zeus.

17

Senos propicio, Irafiota, apasionado por las mujeres; los aedos te cantamos al empezar y al terminar; y no es posible acordarse del sagrado canto y olvidarse de ti.

20

Y así, salve tú, oh Dióniso Irafiota, con tu madre Semele, a quien llaman Tiona.