Epílogo

Los hechos narrados en esta novela se desarrollan en una zona fronteriza.

Entre la realidad, lo que sucedió en verdad, y la literatura, lo que podría, haber ocurrido.

Y ello implica que, de vez en cuando, me he tomado ciertas libertades.

Una novela es siempre un acto de creación despótico y arbitrario.

Lo cual explica, a su vez, que yo haya desplazado viviendas de su lugar original, que haya cambiado los nombres de alguna calle e incluso, en algún caso, que haya añadido otra que no existe.

Asimismo, he convocado a la escarcha para que enfríe las noches de Escania cuando le ha convenido a mis intereses.

Y he establecido mi propio horario de salidas y llegadas de los transbordadores de Polonia.

Por añadidura, he construido para Escania un sistema de suministro de energía absolutamente particular, lo que no ha de interpretarse como una queja velada por mi parte con respecto a los servicios de Sydkraft: la compañía me ha proporcionado siempre la energía que necesité.

Finalmente, me he tomado la libertad de modificar a placer el mundo de la electrónica.

En cualquier caso, yo tengo la firme sospecha de que cuanto se dice en este libro sucederá muy pronto.

No son pocas las personas que me han prestado su ayuda en esta empresa.

Ninguna de ellas ha pedido que la mencione, de modo que no lo haré. Aunque a todas exprese aquí mi agradecimiento.

Cuanto aquí puede leerse es responsabilidad únicamente mía.

Maputo, abril de 1998, Henning Mankell.