Capítulo 3
El equipo del perfecto manitas
En este capítulo
Material
básico
Herramientas y accesorios
Es imposible hacer magia sin una varita mágica y es igualmente inconcebible pensar en llevar a buen puerto las reformas en una casa sin las herramientas adecuadas.
Algunos manitas encuentran siempre las mejores razones del mundo para ampliar su colección de herramientas: nunca tienen las suficientes; sin embargo, otros solo se equiparán con lo estrictamente necesario para una tarea. Los dos puntos de vista pueden defenderse por igual, pero opines lo que opines sobre el tema, es imprescindible contar con un equipo de base.
En este capítulo te presentaré la caja de herramientas ideal para empezar bien, además de algunas herramientas y accesorios que harán las delicias de los manitas.
Para trabajar bien es indispensable
tener un espacio de trabajo. No te aconsejo que trabajes al aire
libre en una caseta de jardín. ¡Imagina que los cacos te hacen una
visita! Tu cabaña se convertirá en el baúl de los tesoros para los
ladrones. Además de que les habrás proporcionado todas las
herramientas necesarias para forzar las puertas o romper los
cristales, debes saber que tu seguro no se hará cargo del
siniestro. Si pones al alcance de los maleantes las herramientas
que necesitan para actuar, puedes considerarte su cómplice. A no
ser que el jardín esté cerrado y puedas demostrar que lo han
forzado, guarda las herramientas dentro de casa.
No necesitas un taller o un espacio de almacenaje muy sofisticado. Un rincón luminoso y con toma de corriente será perfecto. Si tienes poco espacio, consigue una mesa plegable que puedas guardar en un rincón después de usarla.
El material básico
Todas las herramientas que se presentan en esta sección se encuentran en las tiendas de bricolaje, en las ferreterías o en las grandes superficies. No intentes comprarlo todo a la vez; es mejor que vayas comprando según tus necesidades y que prefieras siempre la calidad a la cantidad.
La primera expedición a un centro de bricolaje quizá sea una experiencia desconcertante. No te dejes impresionar por ese increíble despliegue de herramientas que llenan las estanterías y no dudes en pedir ayuda a un dependiente y explicarle, si es necesario, que eres novato en el mundo del bricolaje. Un buen vendedor sabrá ayudarte a tomar una decisión explicándote que el abanico de precios refleja la calidad, las funciones y la composición de cada herramienta.
Aquí va la lista del material
básico antes de aventurarte en el mundo del bricolaje:
Taladro de
velocidad variable con inversor. Esta
herramienta, eléctrica o inalámbrica, utiliza accesorios (brocas,
cinceles, lijadoras, etc.) para atornillar, desatornillar, hacer
agujeros, decapar. Pronto se revelará como una herramienta
indispensable para un sinfín de trabajos domésticos (observa la
figura 3-1). Al comprarlo, no dudes en pedirle al vendedor que te
enseñe, por lo menos, dos gamas de herramientas de calidad. Los
fabricantes ofrecen modelos dirigidos a aprendices,
semiprofesionales y profesionales.
Figura 3-1:
Taladro eléctrico con su surtido de brocas
Figura 3-2:
Las herramientas de la gama profesional son más caras
El precio de las herramientas de la gama profesional (como las de la figura 3-2) es más elevado, ya que no utilizan los mismos materiales. Un profesional busca resultados a largo plazo, resistencia y ventilación del motor para trabajos intensivos y regulares.
Las herramientas de la gama destinada al gran público son más ligeras ya que los materiales son menos costosos. Pero si no estás pensando en reformar tu casa de arriba abajo, te servirán sin problemas para un uso esporádico.
Las
dos gamas de una misma marca se distinguen por el color. Así que
para elegir bien, abre los ojos.
Linterna
frontal. Lleva una cinta elástica para
aguantarla en la cabeza, te permitirá trabajar con las manos libres
incluso en los rincones más oscuros.
Cinta
métrica. De 3 m con bobina, no ocupará
espacio ni en tu caja de herramientas ni en tu bolsillo.
Martillo. Te recomiendo un
martillo mediano (200-300 g) de carpintero, llamado también
martillo remachador, con mango de fibra de vidrio para amortiguar
los golpes. Piensa también en un martillo de doble uso, que por un
lado puede servir para arrancar clavos. Menos práctico pero más
polivalente.
Sargento. Herramienta con mordazas
que puede usarse para ejercer presión que una o que separe. Es una
muy práctica y sirve casi como una tercera mano.
Sierra. Para madera es ideal un
serrucho dentado, ya que permite cortes precisos.
Para metales, elige una sierra con láminas intercambiables.
Destornilladores surtidos. Asegúrate de que tienes destornilladores de los dos tipos
(planos y de estrella) y en varios tamaños (por lo menos tres o
cuatro de cada tipo). Los primeros tienen la punta plana; los
segundos tienen cuatro puntos de contacto en forma de estrella.
También puede resultarte útil un destornillador eléctrico; para
evitar la electrocución, la parte que atornilla está protegida por
una funda de plástico
Cúter. Elige un cúter compacto con
cuchillas retráctiles lo suficientemente sólidas para abrir cajas
de cartón y lo bastante precisas para cortar papel pintado, pelar
cables eléctricos, etc. Opta por uno con láminas retráctiles e
intercambiables. ¡Lo agradecerás el día que tropieces y lleves el
cúter en el bolsillo!
Llave
inglesa. Permite apretar y aflojar todas
las tuercas.
Grapadora
de pistola (neumática o no). Para todo
tipo de fijaciones (aislamientos, zócalos, regletas,
etc.).
Figura 3-3:
El marcador permite obtener una línea recta
Figura 3-4:
Nivel clásico de burbuja
Nivel de
burbuja. Una herramienta de base plana con
una serie de espacios huecos (uno vertical, otro horizontal y a
veces uno a 45°) rellenos de un líquido que contiene una burbuja de
aire. Se trata de hacer corresponder la burbuja con la señal
marcada en el tubo de cristal para obtener una línea recta
vertical, horizontal u oblicua, como se aprecia en las figura 3-3 y
3-4.
Limas de
metal. Estas herramientas, ilustradas en
la figura 3-5, se componen de una montura metálica con relieves en
forma de dientes finos y un mango. Pueden tener distintos perfiles
(semirredondeadas, planas, planas y redondas llamadas de cola de
ratón, etc.) para que se adapten al máximo al uso que se les quiere
dar.
Limas de
madera. Son idénticas a las de metal, pero
tienen los dientes más marcados.
Llaves
allen. Estas barras metálicas en forme de
«L», que suelen venderse en conjuntos como el de la figura 3-6,
sirven para los tornillos con cabeza hexagonal. Es una herramienta
indispensable para para montar los muebles que se venden como un
kit completo.
Figura 3-5:
Las limas de metal son muy útiles (y no solo para limar los barrotes de una cárcel)
Figura 3-6:
Es imposible montar un mueble en kit sin llaves allen
Artilugios y accesorios
Para ser un buen manitas no
basta con las herramientas. También tendrás que hacerte con algunos
artilugios y accesorios que te facilitarán la vida y te convertirán
en un manitas más organizado y eficaz:
Cuaderno de
notas. Lleva una libreta en el coche o en
la bolsa con todo lo que necesitas en cuanto a herramientas y otros
materiales de bricolaje, y sácala cuando vayas a comprar. ¿Tienes
que comprar una bombilla esférica, de vela o con reflector? Apunta
la referencia y la potencia en la libreta. ¿Necesitas un grifo
termostático nuevo? Apunta el número de modelo.
Apunta en el cuaderno todas las referencias de las
herramientas eléctricas que necesitan complementos específicos
(pulidora, caladora, sierra eléctrica, taladro). Te simplificará la
vida cuando dejes de encontrarlos en el estante de siempre. Gracias
a la referencia de la máquina, podrás encontrar más fácilmente
accesorios adaptados.
Apunta también las referencias exactas
de los colores de la pintura de tu casa, del papel pintado y un
montón de detalles igualmente importantes (como la fecha de tu
aniversario de boda) en ese cuaderno. Te lo aseguro, ¡te salvará la
vida!
Caja de
herramientas. Guarda las herramientas que
utilizas más a menudo en una caja plegable. No olvides añadir un
poco de cordel, unas tijeras y todos los accesorios que sueles usar
(cinta adhesiva, lápiz, goma, etc.). Muchas reparaciones necesitan
que trabajes in situ. Una caja con herramientas que puedas transportar fácilmente
te hará ganar un tiempo precioso. Y, para ahorrarte el lumbago,
elige una caja con ruedas, con compartimientos
divisibles.
Rodilleras. Estas almohadillas que
se fijan a las rodillas con cintas elásticas te protegerán las
articulaciones cuando tengas que arrodillarte sobre superficies
duras (como puedes ver en las figuras 3-7 y 3-8)). Son
indispensables cuando tienes que trabajar en lugares con cascotes o
escombros. Úsalas antes de que la edad haga que las necesites.
Sería una lástima tener que dejar el bricolaje cuando ya hayas
ganado la experiencia necesaria. Si no quieres invertir en unas
rodilleras, puedes usar las que los niños utilizan para patinar o
incluso guardar cartones o trozos de gomaespuma de algún embalaje y
colocártelos debajo de las rodillas.
Figura 3-7:
Las rodilleras protegen las articula-ciones durante los trabajos pesados; un cartón doblado también sirve
Figura 3-8:
Una rodillera
Gafas de
protección. ¿Recuerdas que tu madre
siempre te obligaba a ponerte un gorro cuando hacía frío? Pues si
ahora te viera con un martillo o una pulidora en la mano te diría:
“¡Ponte las gafas de protección!”. Una astilla de madera, una
esquirla de metal o un resto de pintura endurecida pueden dañarte
los ojos, así que protégelos. Las madres siempre tienen
razón.
Hace algún tiempo las gafas de protección eran, por decirlo de alguna manera, tan retro que nadie quería ponérselas. Hoy se encuentran en varios estilos por un precio un poco más elevado. También son más ligeras, protegen mejor los ojos por los lados, dejan pasar el aire para evitar que se empañen y no resbalan.
Máscaras de
protección. Muchos de los productos que
suelen utilizarse en el bricolaje desprenden sustancias que pueden
ser tóxicas. El picor en los ojos y el intenso dolor de cabeza son
los síntomas más evidentes de que has inhalado productos químicos.
Para ahorrarte problemas, compra máscaras de protección para la
boca y la nariz. Y, sobre todo, no dejes de usarlas cuando te
pongas a decapar o trabajes con pintura.
Cinta
adhesiva reforzada. Este tipo de cinta,
que suele utilizarse en fontanería, resulta siempre muy eficaz en
otros terrenos. Pero, ¡no olvides que los apaños no son una
reparación definitiva!
Probador de
corriente. Este accesorio es
extraordinariamente útil cuando se trabaja con electricidad. Está
ilustrado en la figura 3-9, pero puede tener también la forma de un
destornillador con un pequeño neón en el mango. Antes de manipular
tomas de corrientes, enchufes u otros conductores eléctricos,
asegúrate de que no pasa la corriente.
Figura 3-9:
Trabajar con electricidad puede ser peligroso. Usa un probador de corriente antes de manipular los cables
Cepillo
metálico. Este accesorio (puedes verlo en
la figura 3-10), parece un cepillo de dientes metálico. Sirve para
realizar todo tipo de decapado, como rascar pintura, eliminar el
óxido de los metales o limpiar en profundidad una tabla de
madera.
Al elegir el cepillo, su forma y su dureza dependerán del trabajo que haya que realizar.
Figura 3-9:
No es un buen cepillo para enjabonar-se la espalda en la ducha...
Escaleras. Elige una escalera
mediana para los trabajos del interior, como cambiar una bombilla o
pintar las paredes de una habitación, y una escalera extensible
para los trabajos de exterior, como arreglar goteras o podar. Las
escaleras de aluminio son las más ligeras y, al mismo tiempo, las
más sólidas; las escaleras de madera son sólidas, baratas y no
conducen la electricidad. Si puedes permitírtelo, elige una de
fibra de vidrio.
Para trabajar con más facilidad y seguridad, te aconsejo que compres un miniandamio. Ocupa poco más que un taburete y cuesta menos de montar que un andamio de verdad. Le encontrarás mucha utilidad y te proporcionará seguridad.