Capítulo 16

Lo esencial para la pintura

 

En este capítulo

triangle.png   Preparar, aplicar, limpiar y todo lo demás

triangle.png   Lo más importante sobre la pintura

 

El arte de pintar es muy difícil, pero también es muy hermoso; todo el mundo estará de acuerdo con esto. Y bien, ¿tienes el material? ¿Cepillos, pintura, cinta protectora? ¡Perfecto! Pero antes de ponerte en la piel de Miguel Ángel, no olvides leer este capítulo para no cometer algunos errores, tan típicos como fáciles de evitar.

No te saltes los trabajos de preparación

La preparación es la fase más aburrida en los trabajos de pintura y muchos se la saltan solo porque prefieren lanzarse directamente sobre los pinceles y empezar a pintarrajear. Pero un manitas prevenido vale por piezados: si no le dedicas un poco de tiempo a limpiar y tratar las paredes que vas a pintar, te encontrarás con las burbujas, los pelos pegados a la pintura o incluso los desconchados de todos los tipos en las paredes recién pintadas. ¡Un asco de resultado garantizado! Tendrás que volver a hacer el trabajo antes de lo previsto y, entonces, sí que te verás obligado a solucionar los daños ocasionados por tu negligencia.

Para que eso no suceda, empieza por tapar las superficies que haya que proteger (como cristales, interruptores y zócalos) con papel adhesivo impermeable. Y ahí no tienes excusa, porque hay una gran variedad de opciones (los fabricantes se dejan la piel en ello): protección para las líneas rectas (papel adhesivo no elástico), protección para los contornos redondeados (papel elástico), protección para los papeles pintados, protección para los cristales, protección para los zócalos y los ribetes (gran talla). Desmonta también los pomos de las puertas y los objetos colgados en la pared.

Esas precauciones bastan para obtener resultados satisfactorios y duraderos.

recuerda.pngNo la he inventado yo, pero te puedo asegurar que esta ecuación se confirma en todos los casos: nada de preparación = imperfecciones. Preparar una pared no es lo más divertido, lo reconozco... Ten en cuenta que, si no te gustan los preparativos pero sí pintar, ¡todas las imperfecciones en las paredes te darán la oportunidad de volver a hacerlo en pocos meses!

Pinta hacia la pintura fresca

No pintes nunca empezando por una zona con la pintura fresca, sino al contrario, yendo hacia ella. Empieza a pocos centímetros de la zona que acabas de pintar y dirige las pinceladas (o el rodillo) hacia esa zona. De esta manera, la capa que aplicas se fundirá más fácilmente con la superficie ya pintada. Si empiezas a partir de esta superficie, como ya estará un poco seca, en realidad, estarás aplicando una segunda capa; ¡y ahí es cuando aparecen las diferencias de tono y los rastros de superposición!

No seas tacaño con la pintura

Oye, que la pintura no está hecha a base de champán, es un producto asequible, ¡así que no seas tacaño con la cantidad! Te arriesgas a tener que aplicar dos capas, cuando una sola habría sido más que suficiente. Sin importar lo que utilices, una brocha o un rodillo, carga bien la herramienta con una buena cantidad de pintura y, para que la aplicación sea uniforme, fíjate en que esté bien repartida.

Tampoco seas demasiado generoso

Frente al típico ahorrador de pintura, está el exagerado que sumerge las herramientas en la cubeta como si removiera la sopa y saca la brocha o el rodillo goteando por todas partes. ¡No pintes como si lanzaras la comida a los cerdos! Escurre la brocha con un pequeño golpe en el borde de la cubeta para desprender el exceso de pintura, y permite que se empape de uniformemente. ¡Ojo, en ningún momento he hablado de frotar la brocha por el borde del bote de pintura!

Si trabajas con rodillo, fíjate bien en que no haya pintura acumulada en los laterales del rulo. Este exceso de pintura puede dejar chorretones en la superficie pintada, ¡y no es ese en absoluto el efecto buscado! Para evitarlo, limpia los bordes del rulo con una brocha limpia y seca, sin pintura.

Dosifica la fuerza con el rodillo

Esta regla parece estúpida, pero ten en cuenta que la aplicación con rodillo exige un poco de práctica si se quiere obtener una capa uniforme. Hay que adaptar la presión ejercida sobre el rulo según la forma de sostener el rodillo (con la mano derecha o la mano izquierda, con o sin alargador) e, incluso en función de la fatiga. No es broma: es casi seguro que al principio de la jornada empieces con ganas, pero que, a medida que transcurra el día, tu entusiasmo y tus fuerzas disminuyan y varíe también la regularidad de la aplicación.

Presta atención en todo momento a la forma en que pasas el rodillo y esfuérzate por mantener siempre la misma presión. Trabaja dividiendo en partes la superficie, eso evitará que tengas que repasar lo que ya has pintado.

Cuidado con el efecto absorbente de los tabiques nuevos

Los tabiques se comportan como verdaderas esponjas: absorben cualquier producto líquido aplicado a su superficie. Antes de pintar, es imprescindible utilizar una capa base, específicamente concebida para este tipo de fondo. La capa base, o fijador, uniformiza la superficie de absorción y garantiza la regularidad de la siguiente capa de pintura que aplicarás. Sin fijador, verás aparecer trazos e irregularidades, sobre todo, en la zona de las uniones de los paneles. Recuerda que todo el material debe estar recubierto por una capa base o imprimación para que el resultado sea mejor.

Eliminar las manchas

Es posible pintar sobre marcas de carmín, de bolígrafo u otros, pero si no utilizas un producto especial para neutralizar la mancha, podría volver a aparecer en la pared recién pintada. Por mucho que pases y repases por encima, reaparecerá siempre, ¡como si estuvieras viviendo una pesadilla! Para evitar ese efecto sobrenatural, antes de pintar trata las zonas manchadas con un producto de imprimación especial (generalmente vaporizado o aplicado con pincel).

No te dejes la cinta de carrocero en los cristales

Supongo que habrás seguido mis consejos y habrás protegido los cristales para no mancharlos de pintura. Eso está muy bien, pero también es importante no tardar demasiado en retirar la cinta. De lo contrario, en lugar de raspar los restos de pintura, ¡habrá que rascar el adhesivo! De hecho, el sol seca la cinta y la deshace. En cuanto la pintura esté un poco seca, retira la protección de los cristales para ahorrarte un trabajo engorroso en los días siguientes. Utiliza la cinta adecuada y te evitarás sorpresas desagradables.

No compres material barato

Hay brochas desechables y cubetas o rodillos tirados de precio, pero siempre sale a cuenta comprar algunas herramientas de calidad. El material desechable, o barato, es, sin duda, tentador, pero no aconsejable. Es mejor adquirir pocas herramientas, pero de buena calidad (que limpiarás cuidadosamente tras su uso). Son la garantía de un acabado profesional y duradero. Una brocha ya usada que hayas limpiado bien te resultará más agradable a la hora de trabajar que cuando era nueva. No perderá pelo y sus cerdas proporcionarán un acabado estupendo.

Limpia las herramientas

Otra tarea ingrata pero necesaria. Está claro que, al final del día, cansado y con el trabajo ya hecho, no tienes ningunas ganas de ponerte a limpiar el material. No dejes que te venza la pereza y hazlo. La pintura fresca es más fácil de limpiar que la seca y, tratándose de herramientas, su vida útil depende de ello. Para las brochas y los rodillos, un simple desengrasado con el disolvente adecuado para la pintura utilizada es imprescindible. Rasca el excedente de pintura, después limpia las herramientas con abundante agua y jabón de Marsella. Una vez limpias, sumérgelas en agua. Cambia con regularidad esa agua si no vas a usarlas en breve. Si no tienes previsto volver a lanzarte como pintor de brocha gorda hasta dentro de un año, puedes dejarlas secar.

Para que el acabado sea de mejor calidad, no mezcles las herramientas. Las brochas y los rodillos que has utilizado con la pintura al agua trabajarán durante el resto de su vida con pinturas al agua. Lo mismo sucede con las herramientas usadas para las pinturas con base de aceite (disolvente aguarrás); solo deben utilizarse con este tipo de pintura.

En muchas tiendas de pintura se usan códigos de colores para identificarlas mejor:

visto.png   El azul para las pinturas al agua.

visto.png   El rojo para las pinturas con base de aceite.

visto.png   El marrón para los barnices y lasures.