Capítulo 18

Guía para el ahorro de energía

 

En este capítulo:

triangle.png   Trucos que ahorran energía

triangle.png   Consejos que acaban con el derroche

 

Ya sea por convicción ideológica o por reducir las facturas, hoy en día, es difícil no intentar ahorrar agua o aislar mejor la casa. En esto, el bricolaje también puede ayudarte. A continuación, te propongo ser responsable, seguir la moda y, además, ahorrar dinero; ¡todo eso en un solo capítulo!

¡Viva el termostato!

Primer objetivo para reducir las facturas: la calefacción. Antes de lanzarte a hacer obras, empieza por adquirir buenos hábitos. No caldees las habitaciones que no estén ocupadas a jornada completa (dormitorio o despacho). Utiliza el programador de la caldera para activar una subida de la temperatura durante las horas en las que estarás en casa. Por la noche, baja el termostato antes de acostarte. Cuando airees la casa, apaga los radiadores. Si vas a estar fuera un par de días, baja la temperatura 3-4 °C. ¿Te convence? Entonces, no lo dudes, cómprate un termostato. Ese aliado para lograr un gran ahorro de energía puede reducir el 20 o el 30 por ciento la factura de la calefacción. Se trata de un dispositivo provisto de un reloj programable que permite controlar la temperatura de la vivienda en todo momento.

La instalación de los nuevos dispositivos es muy básica y su rendimiento en lo concerniente al ahorro de energía (ahorro a corto plazo) debería motivarte para llevar a cabo este proyecto, que te llevará... menos de una hora. Después, no tendrás que hacer nada más que programar la temperatura ideal para el salón, 19 °C. Para las habitaciones, mejor de 16 a 18 °C y 22 °C en el caso del cuarto de baño.

consejo.pngPara que tengan un rendimiento óptimo, no escondas los radiadores. Evita colocar muebles delante de ellos ni sobrecargarlos con objetos, y límpialos regularmente. Serán más eficientes.

¡No caldees el jardín!

En tu vivienda hay orificios; es inevitable, así que busca cualquiera abertura que pueda dejar que se escape la calefacción (o el aire acondicionado). Busca bien porque esos orificios no siempre son fáciles de detectar. Rodea la casa por fuera y tapa todas las brechas prestando especial atención a los lugares siguientes:

Alrededor de la llave de paso del agua, del conducto de aireación de la secadora, de las diversas tuberías y de cualquier abertura hecha en el revestimiento.

En los puntos de unión de los revestimientos diferentes: los empalmes entre madera y ladrillo, por ejemplo, el ensamblaje ladrillo-cemento entre la pared y la chimenea, etc.

Bajo los rebordes de la ventana y entre el marco de la ventana y la pared.

En el umbral de las puertas, cuidado con las grietas de la madera y los espacios que hayan podido dejarse debajo.

Los puntos de acceso a los espacios no caldeados también son una fuente de filtraciones de aire. Tapa con burletes el contorno de la trampilla de acceso al desván y el de la puerta que lleva al garaje de la casa.

Una masilla de silicona servirá, a poco que sea de buena calidad. Para las grietas con formas extrañas en lugares difíciles de alcanzar, utiliza un sellador aplicado con una pistola o una espuma expansiva, que adopte, rellenándola, la forma de la cavidad en la que se vaporiza.

Sella las ventanas y las puertas

Existen juntas de aislamiento especiales que permiten tapar las puertas y las ventanas en las que el material se ha deformado. Baratas y fáciles de colocar, cumplen su función de manera muy eficaz.

Recuerda rellenar el vacío que casi siempre hay entre la puerta de entrada y el suelo. Puedes comprar una protección para la parte inferior de la puerta, una especie de placa o de cepillo, que se fija casi al borde de la puerta, o utilizar una tira de tejido en forma de salchicha para impedir la entrada del aire.

Si tienes garaje, no olvides aislar la puerta que, sin duda, dejará pasar mucho aire. Para ello, existen juntas especiales y kits destinados a estas puertas de grandes dimensiones.

Para garantizar la estanqueidad de los enchufes e interruptores, ya que a veces el aire se filtra alrededor de estos elementos, encontrarás piezas en espuma ya cortadas que se insertan en ellos.

¡Hay que a... is... lar!

Añade trozos de fibra de vidrio en los lugares donde el aislamiento ya no es eficaz y te verás recompensado con un ahorro notable en calefacción. Recuerda que la fibra de vidrio de contacto no es irritante; como está cubierta por tres caras con una tela protectora imputrescible, no presenta ningún problema de manipulación. Basta con cortar trozos de las dimensiones que te convengan y extenderlos (en el capítulo 14, que habla de las reformas de interiores, encontrarás todas la información sobre el aislamiento).

Las bombillas te ayudan a ahorrar

Las bombillas de bajo consumo cumplen la función de iluminar como las incandescentes. Duran de 9 a 13 veces más tiempo y, en comparación con sus primas hermanas, suponen un ahorro de energía del 64 al 84 por ciento. Son más caras, sí, pero no hay duda de que a largo plazo representan un ahorro notable. Además ahora ya son corrientes las bombillas de led, también caras al comprarlas pero cuyo ínfimo consumo marca una diferencia abismal con todos los otros sistemas de iluminación.

Claro que no hay mejor forma de ahorrar energía y dinero que no tener la luz encendida. Apaga siempre la luz cuando salgas de una habitación y evita encender luces en pleno día. También puedes instalar detectores de infrarrojos en los lugares de paso.

Otros trucos que pueden ayudarte son, por ejemplo, orientar los muebles para aprovechar al máximo la luz natural. Piensa, además, en adaptar la potencia de las bombillas a tus necesidades. Seguro fuera un teatro musical.

recuerda.pngSi limpias el polvo de las bombillas con regularidad, su flujo luminoso aumentará el 40 por ciento.

Baja la temperatura del agua

Baja la temperatura de la caldera. Ponla a unos 50 °C. Esta medida tendrá, sin duda, un efecto en tu consumo de energía (sea electricidad o gas) y elimina, además, el riesgo de que alguien se queme con el agua caliente. Si cuentas con un viejo depósito de agua no aislado, compra una cobertura aislante en la que puedas envolver a tu ancianito para que esté bien calentito.

Desconfía de las lucecitas rojas

Para conseguir un verdadero ahorro, apaga del todo los aparatos, por mucho que te tiente usar el mando a distancia y dejarlos dormidos. Gracias al gesto de acercarte a apagarlos podrás ahorrar hasta el 10 por ciento del consumo eléctrico. Piensa que hasta el 90 por ciento del consumo anual de un televisor o un magnetoscopio que se dejan siempre con el piloto rojo se debe a la pequeña lucecita.

Presa de una pereza insuperable, ¿te niegas a agacharte para apretar el interruptor de cada uno de los aparatos? Agrupa tus enchufes en una regleta de esas que reúnen varios y que tienen un interruptor. De esa forma, con un solo gesto ahorrarás.

Y si vas a ausentarte durante un tiempo prolongado, desenchufa todos los aparatos.

recuerda.pngUna pantalla de televisión de led es más cara que una de otro tipo, pero consume mucha menos energía.

Otra medida muy sencilla: contrata la luz con discriminación horaria y utiliza la lavadora, la secadora o el lavavajillas por la noche. Además, puedes lavar en frío o a baja temperatura.

Limpia el filtro del polvo tras cada uso de la secadora y, de vez en cuando, verifica el conducto de ventilación y limpia cualquier suciedad que pueda haberse quedado.

Verifica y limpia los aparatos

No es un pasatiempo muy emocionante, pero no olvides comprobar todos los dispositivos que cuenten con filtros; si los desengrasas regularmente, te lo compensarán bien (¡en moneda contante y sonante!).

Durante el invierno, mantén la caldera y los radiadores en perfecto estado. No tapes los radiadores ni lo uses como estanterías. En verano limpia o cambia los filtros del sistema del aire acondicionado, si es de los que tienen filtros.

Cada dos meses, aproximadamente, separa la nevera de la pared y con un cepillo limpia la rejilla que se encuentra en la parte posterior. Aunque te parezca que tu casa está fría, no cierres nunca las rejillas de ventilación.

Cuidado con el agua

Cambia la alcachofa de la ducha por una económica e instala dispositivos de ahorro de agua que reduzcan la presión. No dejes que corra el agua mientras te enjabonas ni mientras te cepillas los dientes ni mientras frotas los platos. Si el grifo de tu ducha no es monomando y la idea de buscar a tientas unos minutos con los ojos llenos de jabón hasta que encuentres la temperatura buena no te hace gracia, que sepas que existen los interruptores de caudal de ducha; se trata de una válvula que detiene el flujo del agua sin torsión del flexo y que permite volver a conectarla a la misma temperatura. El agua caliente representa el 20 por ciento del consumo total de una casa; por consiguiente, reduciendo su uso, ahorras.

La cisterna no es muy ahorradora. Con cada pulsación, salen de 10 a 12 litros de agua de media. Coloca una botella llena de arena o un ladrillo en el depósito. Reducirás de 1 a 2 litros el consumo de agua en cada rellenado de la cubeta.

Cuando instales un nuevo váter, que tenga cisterna con dos botones, uno pequeño y otro grande; es decir, un sistema que permita elegir el volumen de agua según lo que haya que arrastrar.

Un grifo que gotea durante todo un día consume hasta 300 litros de agua y una cisterna que pierde deja correr hasta 35.500 litros al año. Compara tus facturas del agua para detectar un exceso de consumo causado por una fuga. Haz un mantenimiento de las conducciones de la cocina y del cuarto de baño. Sustituye las juntas gastadas; así combatirás el despilfarro.

consejo.pngUn baño consume cinco veces más agua que una ducha. Una ducha son unos 50 litros, mientras que si decides llenar la bañera es posible que no gastes menos de 250 litros.