Papel agregado al final del manuscrito

Fui a la batalla del sultán y he regresado vivo. Más de una vez lo he escrito aquí: todo me ha traicionado, hasta la muerte. No ha querido concurrir a la cita que le propuse; me rehuyeron las espadas y me evitaron los enemigos, acaso porque no lo eran míos. Ella me dio la espalda. De nuevo me someto a lo que no logro entender.

De ahora en adelante, no tendré otra tarea que aguardarla. Cuando la muerte llega a su hora -no a la que la citamos- es uno de los nombres de Dios. No hay fuerza ni poder sino en él, el Excelso, el Omnipotente, el último heredero de la Tierra.