INTRODUCCIÓN
Mi trabajo se reduce básicamente a un tipo de terapia individual llevada a cabo en grupo, pero no se reduce únicamente a esto; muchas veces sucede que ocurre un acontecimiento propio de grupo. Yo intervengo únicamente si el acontecimiento de grupo se transforma en una de las muchas formas de masturbación mental. La mayor parte de las terapias de grupo no son más que masturbación mental. Juegos de ping pong, "¿quién tiene la razón?", intercambio de opiniones, interpretaciones, etc. Si los integrantes del grupo comienzan a hacer esto, yo intervengo. Si por el contrario, están entregando su experiencia, si son honestos en su expresión, estupendo. A menudo el grupo da mucho apoyo, pero si son meramente "ayudadores", les interrumpo. Los ayudadores son hombres de mafia, que siempre están interfiriendo. Las personas tienen que crecer mediante la frustración -frustración bien hecha. De otro modo no tendrán un incentivo para desarrollar sus propios recursos y maneras de encararse con el mundo. Sin embargo, a veces ocurren en el grupo cosas muy hermosas en las que participan todos. Por lo demás, no hay muchos conflictos en un grupo. A veces tengo personas, en un grupo intensivo de cinco semanas de duración, que no dicen ni una sola palabra, y se van y dicen que han cambiado enormemente, que se hicieron su terapia personal y privada o llámenla como quieran. De modo que puede ocurrir cualquier cosa. Algo les va a ocurrir, siempre que no estructuren las vivencias o lo que ocurra en el grupo, siempre que usen los ojos y los oídos.
Hace dos años leí un trabajo en laArnerican PsychologicalAssociation. Sostuve que toda la terapia individual estaba obsoleta e indiqué las ventajas de los talleres. En los talleres, uno aprende entendiendo lo que está ocurriendo en la otra persona y dándose cuenta de cuántos de estos conflictos son los propios de uno. Mediante la identificación se aprende. Aprender equivale a descubrir. Uno se descubre a sí mismo, y el darse cuenta es el medio para el descubrimiento.
Sin embargo, lentamente voy llegando a la conclusión de que incluso los grupos intensivos y las terapias de grupo están obsoletos. El próximo año vamos a comenzar nuestro primer kibbutz gestáltico. Esto es aún una pura imagen, aunque ya tenemos a nuestra disposición algunos elementos. Espero tener un número permanente de integrantes, alrededor de 30. La división entre personal de planta y seminaristas también quedará obsoleta. Lo central será el espíritu comunitario enaltecido por -a falta de una palabra mejor- la terapia. Se trata de favorecer una experiencia de crecimiento y esperamos que en este tiempo podremos producir gente verdadera, gente dispuesta a tomar una posición frente a las cosas, gente que está dispuesta a hacerse responsable de su propia vida.
En nuestro trabajo aquí en Terapia Gestáltica, distinguimos dos tipos de situaciones. El seminario y el taller (ver nota 2, pág. 14). El taller consta de un número muy limitado de personas, no más de quince, y ahí realmente trabajamos. Los seminarios amplios de fin de semana tienen otro objetivo: el familiarizarnos simplemente con lo que estamos haciendo. A pesar de esto, espero que aún aprendan algo. Estas clases-demostración no son talleres terapéuticos. Son más bien una situación de muestreo y cualquier experiencia de crecimiento o terapéutica que pudiera suceder, es simplemente casualidad.
Para dar una idea aproximada de lo que la Terapia Gestáltica realmente es, recurro a una de las tantas personas que voluntariamente se ofrecen para trabajar conmigo. En este punto quiero clarificar mi posición al respecto. Soy responsable de mí mismo y de nadie más. No me estoy haciendo responsable de ustedes -ustedes son responsables de ustedes mismos. Sea para bien o para mal, ocurre que últimamente he logrado tal reputación como terapeuta que me es imposible vivir a la altura de la misma. Hace más o menos tres años que finalmente pude aceptar lo que la gente decía de mí, que era un genio. Esto me duró tres meses hasta que descubrí que no estaba en mí el ser genio. En realidad no importa en sentido alguno.
No soy Dios, soy un catalizador. Soy lo suficientemente versado en proyecciones y demás mecanismos, como para poder diferenciar cuando se trata de una observación o que tengo que asumir un rol en la vida de la persona -me convierten en una pared donde descargar sus furias, o en su papá, o en un desgraciado, o en un sabio. Mi función como terapeuta es ayudarles hacia el awareness del aquí y el ahora, y frustrarles cualquier intento de escabullirse de esto Esta es mi existencia como terapeuta, en el rol de la terapia. Aun yo mismo no lo he logrado en muchos otros aspectos de mi vida. Tal como cualquier otro sicólogo o siquiatra, resuelvo mis propios problemas en gran medida afuera. El que esté tan feliz en la integración significa que mi propia integración aún está incompleta.
De tal manera que si se quieren volver locos, suicidarse, mejorar, "incitarse" o vivir una experiencia que les puede cambiar la vida, eso depende de ustedes. Yo hago lo mío y ustedes hacen lo suyo. Si alguien no desea hacerse responsable de esto, yo le pediría que no asistiera a este seminario. Llegaron aquí por libre elección. No sé cuán crecidos están, pero en todo caso, la esencia de la persona madura consiste en ser capaz de tomar responsabilidades por sí misma -sus pensamientos, sentimientos y todo lo demás. ¿Alguna objeción?...
Bien, yo diría que básicamente nos encontramos con dos tipos de clientes o pacientes. Hablando en términos bien generales, se distinguen: los que vienen con buena voluntad y los otros, los que son listos, astutos. Los astutos por lo general se reconocen por una sonrisa, especial, una especie de mueca, como si estuvieran diciendo: "¡Ah, tú eres un idiota!", "Yo sé más que tú", "Te la puedo ganar y controlarte". Y cualquier cosa que uno intente con ellos resbalará como agua sobre el lomo de un pato, nada les penetra. Estas personas requieren de bastante trabajo. Muchas personas no quieren trabajar. Cualquiera que acuda donde un terapeuta tiene gato encerrado. Yo diría que alrededor de un 90% va al terapeuta no para curarse, sino para hacerse más adecuado en su neurosis. Y si son maniáticos del poder, es porque quieren lograr más poder. Si son intelectuales, quieren más caca de elefante (elephantshit). Si son ridiculizadores, quieren tener un ingenio más agudo para ridiculizar, etc.
Seguramente vamos a tener algunos de éstos aquí, y en el corto tiempo de que disponemos, los voy a lanzar de esta silla caliente'. Cuando encuentren que alguien realmente está sufriendo y molesto por lo árido de su existencia, entonces verán que con su cooperación se puede hacer un trabajo relativamente rápido.
Hace dos semanas tuve una experiencia maravillosa. No fue una cura, pero al menos un avance importante. Este hombre era tartamudo. Le pedí que aumentara su tartamudez. A medida que tartamudeaba le pregunté qué era lo que sentía en el cuello y me respondió: "Siento deseos de ahorcarme". Yo le di mi brazo y le dije: "Ahórcame a mí". "¡Maldición, podría matarte!", dijo. Se puso de verdad en contacto con su furia y habló fuerte sin ningún tropiezo. Le mostré que tenía una elección existencial por delante. El ser un hombre furioso o ser un tartamudo. Ustedes saben cuánto le puede torturar a uno un tartamudo y mantenerle en ascuas. Cualquier cólera que no fluye libremente, que no sale, se va a convertir en sadismo, ansias de poder y muchos otros medios más de torturar.
De modo que ya no necesitamos de las terapias que se miden en años. Por otro lado, muy a menudo se sobreestima lo que estoy haciendo. No soy perfecto, soy un hijo de perra, a veces soy simpático, no soy omnipotente, no hago magia. Conozco muy bien mis limitaciones y muy a menudo encuentro a alguien que ha venido única y exclusivamente para demostrar lo inadecuado que soy. Por lo demás, esto lo sé. Sé que en algunas situaciones soy impotente, indefenso y que no tengo que ganar.
Aparte de esta limitación, me reservo el derecho de terminar cualquier cosa que estemos haciendo -en algunas ocasiones expulso a algunas personas-, pero dentro de estos límites estoy disponible, y por favor, estoy disponible únicamente en las horas de trabajo. Fuera de estas horas, no estoy disponible. Sé que hay personas que tienen la compulsión de interferir en la vida de los demás y tienen que actuar su interesantísima vida, transmitiendo sus tragedias, etc. Tendrán que escoger otras víctimas. Aparte de esto, estoy dispuesto a trabajar, y en especial, prefiero trabajar con sueños. Yo creo que en el sueño tenemos un mensaje existencial muy claro acerca de lo que falta en nuestras vidas, lo que evitamos hacer y vivir. También en los sueños hay bastante material para ser reasimilado y reposeer nuestras partes alienadas. En Terapia Gestáltica escribimos "yo" con minúscula. La Y mayúscula es una reliquia del tiempo en que teníamos un alma, o un ego, o algo extra especial; "yo" significa simplemente uno mismo -para mejor, para peor, enfermo, sano, y nada más.
Uso seis implementos para poder funcionar. Uno es mi oficio, otro es mi pañuelo. También está la silla caliente. Aquí es donde se les invita si quieren trabajar conmigo. Además está la silla vacía, que implementará bastante sus personalidades y -digamos por ahora- otros encuentros intrapersonales. Tengo también mis cigarrillos, en este momento uno muy bueno, un cigarrillo Shamman, y mi cenicero. Finalmente necesito alguien que quiera trabajar y quedarse en el ahora y hacer algo con sus sueños. Estoy disponible. ¿Quién de ustedes realmente quiere trabajar conmigo y no solamente dejarme en ridículo?
SAM
Sam: (Habla rápidamente) Me llamo Sam...17
Fritz: Nos hemos encontrado antes.
S: En el comedor, sentados frente a frente.
F: Sí, pero nunca has trabajado conmigo.
S: No.
F: No cambies tu postura. ¿Qué notan acerca de su postura?
X: Está bastante apretado.
F: Es un sistema cerrado, y no sólo es un sistema cerrado, sino que el lado izquierdo va hacia la derecha y el derecho al izquierdo. ¿Cuán enredados podemos llegar a estar? No ha dicho nada aún, pero ya pueden ver cuánto expresa con su postura.
S: Sí, me siento muy seguro (risas).
F: ¿Me haces un favor? Veamos cómo te sientes si te abres...
S: Siento que mi corazón late fuerte.
F: Ah, ahora tenemos el pánico de escena. ¡No tan seguro, Sam! -Ustedes verán que a menudo haré observaciones entremedio-; la angustia, como se la llama en siquiatría, es considerada un problema muy difícil. En realidad no es más que pánico de escena. Si están en el "ahora', se sentirán seguros de sí mismos. Apenas se salen del ahora, por ejemplo hacia el futuro, la brecha entre el ahora y el después se llena con la excitación acumulada y es vivenciada como angustia.
S: Todavía siento que mi corazón golpea.
F: Cierra los ojos y entra en el ahora, en la experiencia de tu corazón golpeando, etc. Quédate con tu cuerpo. ¿Qué sientes ahora?
S: Una muy... mi cuerpo entero, puedo sentir que mi corazón golpea... me siento respirando.
F: ¿Qué estás vivenciando?
S: Sigamos adelante.
F: ¿Cuál es tu objeción a quedarte en el ahora? "Sigamos adelante" significa: vámonos del presente al futuro. ¿Cuál es tu objeción a estar ahí sentado?... ¿Tienes la sensación de estar pegado o sentirte aburrido o impaciente o algo?
S: Siento que ésta es mi única oportunidad contigo y quiero sacar el máximo provecho de ella sin quedarme pegado en la angustia.
F: Ah. ¿Pondrías a Sam en la silla vacía y le hablas a Sam?... "Sam, ésta es tu única oportunidad. Sácale provecho" (risas).
S: Sí... estás sentado y te veo bien tieso... ¿para qué fuiste allá?
F: Cambia asientos. El término que tengo para esto es "escribe tu guión". Inventas un libreto o diálogo entre los dos oponentes. Esto se parte del integrar las partes fragmentadas de tu personalidad, y éstas por lo general van en opuestos -por ejemplo, perro de arriba y perro de abajo. (Ver nota 6). Así es que respóndele. ¿Es un él o una ella que está sentado ahí?
S: (Defensivamente) Es un él.
F: No sabes cuánta gente con una "mamá judía" tiene un perro de arriba femenino.
Bueno, ya no estoy tan seguro (risas). No sé por qué subí acá. Supongo que para ver -si él podría agarrarme, supongo...
Esa es una porquería de actitud (risas). ¿Tú crees que estás aquí para pelear con Fritz?...19
No. No. No quiero pelear con Fritz... No sé por qué estoy aquí... ¿Quién eres tú?... ¿Qué se te da a ti?... ¿Qué te importa a ti?... (suspira)...
F: Se dan cuenta que yo siempre dejo que el "paciente" haga todo el trabajo. ¿Qué está haciendo tu mano derecha?
S: Jugando con mi mano izquierda.
F: Muy bien. ¿Puedes inventar un diálogo entre tu mano derecha y tu mano izquierda? Haz que se hablen entre sí.
S: Me voy a sujetar a ti, mano izquierda. Me hace sentir bien. Yo quiero sujetarme a ti, también.
Bueno, no te sueltes.
Muy bien.
Acabo de -oye, mira, mano izquierda. Acabo de ver que mi pie izquierdo se movió. (Risas) ¿Qué significará?
Oye, pulgar derecho, mira mi pulgar izquierdo. Te voy a tocar. Y te quiero.
Eso es muy reconfortante.
Tú sabes, mano izquierda, ah, me voy a sujetar a ti. Esto es muy bueno.
No quiero seguir sujetándome a ti. Ahora mira lo que estás haciendo. Estás sujetando tu pulgar contra tus dedos. Parecen dos ojos. ¿No es cierto, mano izquierda?
Claro. Te ves más parecido a un ojo que yo. Claro.
F: ¿Puedes representar los ojos ahora? Anda al auditorio. ¿Tú tienes ojos o el auditorio tiene ojos? ¿Sientes que estás siendo mirado o que tienes tus propios ojos y que puedes ver? ¿O eres uno de aquellos que yo llamo "arrastradores de espejos"? Siempre andan arrastrando a su espejo con ellos y usan a la otra gente para reflejarse. Generalmente ellos mismos no tienen ojos...
S: Mmm... No me siento, ah, gobernado por todos los ojos de ustedes.
F: ¿Qué es lo que ves?
S: Pero en realidad no te estoy mirando a ti tampoco. Es como agradable mirar para allá y ver a todo el mundo. Pero no los estoy viendo. Estoy escudriñando... Ahí está mi esposa... Pienso que están todos algo curiosos... Claro, y a pesar de todo, a ustedes les importa... pero no mucho.
F: Ahora represéntalos a ellos. Toma esta silla. "Tengo curiosidad pero tú no me interesas mucho".
S: Estoy curioso, pero tú no me interesas mucho. Realmente lo que estoy haciendo es esperar mi turno acá arriba. Sin embargo, eres un tipo interesante. Un poco cerrado. Parece como que no te sueltas mucho... Probablemente te costó conseguir algún trabajo, por el modo como estás actuando. Pero supongo que sabes comportarte de otra manera.
F: Cámbiate de asiento de nuevo.
S: Yo no llamaría a eso un comentario delicado.
F: ¿Cómo lo llamarías?
S: (Suavemente). No creo que estés de parte mía, al menos así lo siento yo. Simplemente estás cuidando al número uno. Yo lo llamaría un comentario egoísta.
21 ¡Córtala! /F: Más fuerte./
¡Córtala! /F: Más fuerte./
¡Córtala! /F: Más fuerte./
¡CÓRTALA!...
¿Y con qué te estás excitando tanto? (risas) Nadie te está tratando de atacar. Relájate...
F: ¿Cómo te sientes ahora?
S: (Suspira). Mmm. Estoy conteniendo la respiración.
F: ¿Qué te parece el mundo? El auditorio...
S: Curioso, interesado, preocupado, atento.
F: ¿Ves algo?...
S: Algunas caras sonrientes...
F: ¿Alguna otra cosa? ¿Ves algunos colores?
S: Ahora sí. /F: Luego que yo/ 22 Luego que tú lo mencionaste.
F: Ah, ah. ¿Ves algunas luces?
S: Ahora sí.
F: Pero no antes.
S: No. Antes vi una cantidad de gente interesante.
F: Yo creo que es tu espejo lo que has visto nuevamente. Usaste a los otros para contemplarte. Ellos existen únicamente en cuanto son de interés para ti.
S: Claro. Podría ser.
F: Muy bien. Ustedes ya se dieron cuenta de algo en Sam, algo muy interesante: que no tiene ojos. En el curso de nuestro desarrollo nos inventamos un juego, un rol, en vez de actualizarnos nosotros mismos, y durante este proceso la mayoría de la gente desarrolla verdaderos hoyos en su personalidad. La mayoría de la gente no tiene oídos. A lo más, escucha abstracciones del significado de las frases. Generalmente ni siquiera escucha eso. Muchos no tienen ojos. Tie nen los ojos proyectados. Siempre creen que les están mirando. Otras personas no tienen corazón. Muchas personas no tienen genitales. Y mucha gente no tiene centro y sin centro uno se tambalea en la vida. Éstos son un poco más complicados de investigar, pero estoy seguro que tendremos la oportunidad de encontrar algunos hoyos en la personalidad en el curso de este trabajo.
LINDA
Linda: Yo soñé que estaba mirando... un lago... que se estaba secando, y había en él una pequeña isla en el medio, y un círculo de... delfines -son como delfines, excepto que se pueden poner de pie como las personas-, son como personas y están en un círculo, como en una especie de ceremonia religiosa, y es muy triste -me siento triste porque no pueden respirar-, están bailando alrededor del círculo, pero el agua, su elemento, se está secando. Es como estarse muriendo - como mirar una raza de gente, una raza de criaturas que se está muriendo. Y son casi todas hembras, pero unos pocos tienen un pequeño órgano masculino, hay unos pocos machos ahí, pero no van a vivir lo suficiente como para reproducirse y su elemento se está secando. Y hay uno que está sentado aquí, cerca mío, y estoy hablándole a este delfín y tiene algo así como espinas en su barriga, como un puerco espín, no parece que fueran parte de él. Y pienso que hay algo bueno en que se esté secando el agua, pienso -bueno, que por lo menos en el fondo, cuando toda el agua se seque, probablemente va a hallarse un tesoro ahí, porque en el fondo del lago debieran haber cosas que han caído al fondo, monedas o algo así, pero miro alrededor cuidadosamente y lo único que encuentro es una vieja placa de patente de automóvil... Ese es el sueño.
Fritz: ¿Podrías representar la placa de patente?
L: Soy una vieja placa de patente, botada en el fondo de un lago. No tengo ningún uso porque no tengo valor -aunque no estoy corroída-, estoy caduca y no puedo ser usada como placa de patente... Estoy simplemente tirada en el montón de basura. Eso es lo que hice con una placa de patente, la tiré a un basural.
F: Bueno, ¿cómo te sientes después de esto?
L: (Calladamente). No me gusta. No me gusta ser una placa de patente sin uso.
F: Podrías hablar acerca de esto. Fue un sueño tan largo hasta que encontraste la placa de patente, estoy seguro que ha de ser de gran importancia.
L: (Suspira). Inútil. Caduca... La utilidad de una placa de patente es permitir, darle a un automóvil permiso para andar... yo no puedo autorizar a nadie para hacer nada porque estoy fuera de fecha... En California simplemente pegan -uno compra una calcomanía y se la pegas al auto, sobre la placa vieja. (Un débil intento de humor). Tal vez alguien podría colocarme en su auto y colocar esta calcomanía sobre mí, no sé...
F: Bueno, ahora representa al lago.
L: Soy un lago... me estoy secando y desapareciendo, metiéndome en la tierra... (con un dejo de sorpresa) muriéndome... Pero cuando me meto en la tierra, me convierto en una parte de la tierra -tal vez riego el área alrededor mío, de modo que... aún en el lago, aún en mi lecho, las flores pueden crecer (suspira)... Puede crecer vida nueva... de mí (llora)...
F: ¿Captaste el mensaje existencial?
L: Sí (tristemente pero con convicción). Puedo pintar, puedo crear, puedo crear belleza. Ya no me puedo reproducir, soy como el delfín... Pero, pero como que... sigo queriendo decir que soy alimento... como el agua se convierte... yo riego la tierra y doy vida -cosas que crecen, el agua- ellos necesitan tanto tierra como agua, y... aire y sol, pero como el agua del lago, puedo servir de algo y tal vez producir, alimentar.
F: Ves el contraste: en la superficie encuentras algo, algún artefacto, la placa de patente, el tú artificial, pero cuando te metes más adentro te encuentras con que la aparente muerte del lago en realidad es fertilidad...
L: Y no necesito una placa de patente o un permiso, o una licencia para...
F: (Cariñosamente). La naturaleza no necesita patente para crecer. Tú no tienes que ser inútil, si eres organísmicamente creativa, es decir, si estás comprometida con la vida.
L: Y no necesito un permiso para ser creativa... Gracias.
LIZ
Liz: Yo sueño que hay tarántulas y arañas que me caminan por encima. Y es bastante persistente.
Fritz: Muy bien. ¿Puedes imaginarte que yo soy Liz y tú eres la araña? ¿Puedes caminar por encima mío ahora? ¿Cómo lo harías?
L: Hacia arriba por tu pierna y...
F: Hazlo, hazlo... (risas).
L: No me gustan las arañas.
F: Tú eres ahora una araña. Es tu sueño. Tú produjiste este sueño...
L: (Muy calladamente). Toda esta gente me está cubriendo.
F: Claro. ¿Hay alguien que quiera hacer el rol de araña?
X: ¿Quieres decir hacer la araña en ella? /F: Ya./
L: No veo a nadie que me recuerde una araña. (Risas).
F: En ese caso, basta de diálogo. Coloca la araña en esa silla y háblale a la araña.
L: (Suspira). No sé qué decir, excepto tratar de sacármela de encima.
F: Ahora haz la araña...
L: Quiero ir a algún lado y tú estás en mi camino, así que voy a trepar por encima de ti... Eso fue muy simbólico. (Risitas)...
F: ¿Qué es lo que dices?...
L: Siento que eres inanimada y no importa si trepo por sobre ti. /F: De nuevo./ Siento que no tienes vida y no me importa trepar sobre ti.
F: Dile esto al grupo...
L: No siento esto respecto al grupo.
F: ¿Sientes lo mismo respecto de Liz?... ¿Hacia quién sientes esto?...
L: Yo no me siento así. Creo que la araña se siente de este modo.
F: Oh, tú no eres la araña.
L: No.
F: ¿Puedes decir esto de nuevo?: "No soy la araña"
L: No soy una araña.
F: Continúa. No soy una araña.
L: No soy una araña.
F: ¿Lo cual significa que no eres qué?
L: Agresiva.
F: Continúa.
L: No soy agresiva.
F: Danos todas las negaciones que se te ocurran; todo lo que no eres.
"No soy una araña, no soy agresiva...".
L: No soy... fea, no soy negra ni lustrosa, no tengo más que dos piernas.
F: Ahora dile todo esto a Liz...
L: Tú no eres negra y lustrosa, tienes sólo dos piernas, no eres agresiva, no eres fea.
F: Cámbiate de asiento. Contéstale.
L: ¿Por qué te encaramas sobre mí?
F: Continúa, cámbiate de asiento por tu cuenta y escribe un diálogo.
L: Porque no eres importante. Pero si eso no es cierto. Soy importante.
F: Continúa. Algo está empezando a desarrollarse.
L: ¿Quién dice que eres importante?
(Calladamente). Todo el mundo me dice que soy importante y desde luego que debo serlo... es sano ser importante y sentirse valiosa. /F: ¿Mmm?/ Es mentalmente sano sentirse autoimportante y valiosa.
F: Suena más bien como un programa y no como una convicción. (Risas).
L: (Riéndose). Es un programa.
Cámbiate de asiento de nuevo.
¿Cuándo vas a creer que eres hermosa y sana y todas estas cosas? Tal vez cuando alguien como el Sr. Fritz me dé una píldora y me sienta enteramente bien.
F: Ahora deja que la araña diga lo mismo: "Soy fea y quiero ser hermosa". Permite que la araña diga lo mismo.
L: Soy fea y quiero ser hermosa. Puede que lo sea para un amador de arañas... Pero mucha gente no aprecia a las arañas.
F: Muy bien. Vuelve atrás y dale algo de estimación a la araña.
L: Las arañas son necesarias, porque mantienen a raya la población de insectos voladores. (Risas). Las arañas son fantásticas por las telas que pueden tejer.
F: Háblale a la araña directamente en términos de tú: "Tú eres importante porque tú...".
L: Tú eres importante porque mantienes a raya la población de insectos y tú eres fantástica porque construyes telas hermosas... y tú eres importante porque estás viva.
F: Ahora cámbiate de asiento de nuevo... me gustaría que ensayaras y dejaras que la araña te devolviera la apreciación.
L: Eres importante porque eres un ser humano, y hay cincuenta trillones como tú y ¿qué te hace tan importante? (Risas).
F: Ahora se pueden dar cuenta de un hueco en su personalidad; autoestima; falta de confianza en sí misma. Otra gente tiene senti mientos de valor o algo así. Ella tiene un hueco...
L: Pero depende de ella llenar el hueco.
F: No, depende de la araña.
L: ¿Qué puede hacer la araña al respecto?
F: Bueno, averígualo. Deja que la araña le dé algo de estimación...
L: Las arañas no pueden pensar en nada.
F: La araña se hace la estúpida. ¿Ya?
L: No. No. Hace cosas buenas, pero no son... pero no las hace tan bien como cualquier otra persona en que ella pueda pensar.
F: ¿Será por casualidad que estás sufriendo de la maldición del perfeccionismo?
L: ¡Oh! Sí. (Riéndose entre dientes).
F: O sea que cualquier cosa que haga, nunca resulta lo suficientemente bien.
L: Correcto.
F: Dile esto a ella...
L: Haces las cosas adecuadamente, pero nunca bien, nunca perfectamente bien.
F: Dile a ella lo que debiera hacer, cómo debiera ser.
L: Ella debiera...
F: "Tú debieras...... Nunca murmures de alguien que está presente, especialmente cuando se trata de ti misma. (Risas). Siempre conviértelo en un encuentro. Háblale a ella.
L: Tú debieras ser capaz de hacer cualquier cosa, y de hacerla perfectamente. Tú eres una persona muy capaz, tienes la inteligencia innata para hacerlo; eres, eso sí, demasiado floja.
F: ¡Ah! Ya tienes la primera valoración: eres capaz. Al menos admites tanto como eso.
L: Ella nació con eso. Ella no... (Risas).
F: Inmediatamente que dices algo bueno de ti misma, llega la araña y se caga en ti. ¿Lo ves?
L: Bueno, creo que es cierto.
F: Ya. Aquí tenemos la típica situación del perro de arriba y el perro de abajo. El perro de arriba es siempre ejemplar, a veces está en lo cierto, pero no muy a menudo -y siempre es ejemplar. Y el perro de abajo está dispuesto a creerle al perro de arriba. El perro de arriba es un juez, un matón. El perro de abajo generalmente es muy prudente y sabio y controla al perro de arriba de otras maneras, como "Mañana", "Tienes razón", "Haré lo posible", "Hice todo lo posible" o "Me olvidé", cosas como éstas. ¿Conoces ese truco?
L: Sí, claro.
F: Muy bien, ahora juega al juego del perro de arriba y de abajo. El perro de arriba se sienta acá, el perro de abajo allá.
L: ¿Por qué nunca haces nada a la perfección? Porque trato de hacer demasiadas cosas a la vez. (Risas). No tengo bastante tiempo para diluirme en tantas cosas y además leer... ¿Por qué te gusta leer? ¿Para escaparte?
F: ¡Qué perro de arriba más vil! (Risas).
L: Sí. Pero también es para enriquecerme el espíritu. (Risas)... No basta con ser perfecta, además tengo que gozar algo de la vida.
F: Di esto de nuevo. Di esto de nuevo... Di esto de nuevo... Te desafío...
L: No basta con ser perfecta, además tengo que gozar algo de la vida.
F: Ahora quiero introducir un nuevo elemento. Deja que el perro de arriba continúe hablándole y quiero que cada vez ella responda: "Ándate a la mierda"23, y veamos qué ocurre.
L: Eres tú quien tiene la responsabilidad de realizarte a ti misma y sacar el mayor provecho posible de la vida y experimentar el mayor número de cosas.
Ándate a la mierda... Pero el perro de arriba tiene toda la razón...
F: Dile esto a...
L: Pero tú tienes toda la razón.
F: ¿Quién es? ¿Papá o mamá, o ambos?
L: Mi abuelita.
F: Tu abuelita. Ajá. Entonces coloca a tu abuelita en esa...
L: Todo lo que dices es cierto... pero no quiero...
F: Me gustaría trabajar sobre una sospecha, puede que esté completamente equivocado. Di: "Abuelita, tú eres una araña..."
L: (Convincentemente) Abuelita, tú eres una araña...
F: Cámbiate de asiento...
L: (Al modo de una abuelita) No, no lo soy querida. Sólo deseo lo mejor para ti. (Risas).
F: Ese es un tópico del perro de arriba, como probablemente habrán advertido... Cámbiate de asiento de nuevo. Ahora me gustaría que cerraras los ojos y te metieras en ti misma. ¿Qué es lo que vivencias? ¿Empiezas a sentir algo?
L: Se siente como una araña.
F: ¿Qué es lo que sientes? ¿Qué es lo que sientes personalmente?
L: ¿Quieres decir físicamente?
F: Físicamente, emocionalmente, hasta aquí tenemos pensar, pensar, hablar... hablar cosas...
L: Siento que tengo una araña sentada encima y quiero ir y hacer algo.
F: ¿Qué es lo que vivencias cuando tienes la araña encima?
L: Se siente algo negro acá arriba.
F: ¿Ninguna reacción a la araña?... Si en realidad una araña caminara sobre ti, ¿sabes lo que sentirías?
L: Adrenalina y saltos y gritos.
F: ¿Cómo? (Liz, desanimadamente, hace ademanes de quitarse la araña de encima). De nuevo. La araña aún está ahí...
L: (Monótonamente). Saltaría para arriba y para abajo y gritaría para que viniera Walter y me la quitase de encima.
F: ¿Puedes escuchar tu voz muerta? ¿Te das cuenta que estás hablando literatura? Di esto de nuevo y veamos si podemos llegar a creerte...
L: Gritaría y...
F: ¿Cómo?... ¿Cómo gritarías?
L: No... no sé si lo podría hacer. Puedo escucharlo cuando lo hago. Simplemente sale solo.
F: ¿Cómo?...
L: (Suspira). Me siento demasiado estructurada para gritar.
F: Dile esto ahora a tu abuelita.
L: Me siento demasiado estructurada para gritar.
F: Muy bien. Parece que tendríamos que trabajar bastante para atravesar este bloqueo tuyo, para atravesarte esta armadura. Pero me gustaría utilizar unos minutos en un juego ficticio. ¿Quieres cooperar? Quiero que escribas un guión, entre una niña buena y una niña mala que se hablan entre sí: "Yo soy una niña buena, yo hago todo lo que me pide mi abuelita que haga", etc. La niña mala dice: "Ándate a la mierda" o cualquier cosa por el estilo.
L: Yo soy una niña buena y uso todo mi potencial en grado máximo: todo mi... -como diría mi abuelita- mis talentos creativos, dados por Dios, mi inteligencia y mi apariencia dadas por Dios y todo lo demás. Y soy una persona muy buena y me llevo bien con todo el mundo...
Eso es muy bueno para ti, pero no vas a tener ningún goce en la vida, yo lo paso muy bien y tú te puedes ir a la mierda solita. (A Fritz). Todo lo que puedo pensar es que las niñas malas se divierten mucho, pero yo no...
F: Dile eso a ella. No me lo digas a mí.
L: ¿Ves lo que me has hecho?... Tú no te gozas a ti misma y yo no me gozo a mí misma y nos pasamos dando vueltas en esto. Yo no puedo ser mala y tú no puedes ser buena...
F: Este es el punto que llamaría el impasse. Aquí es donde ella está pegada. Muy bien, haz la niña buena de nuevo.
L: Bueno, si al menos escucharas, lo pasaríamos bastante bien. Tú no tienes nada de autodisciplina o cosas por el estilo y los goces más grandes de la vida son los productivos...
Las alegrías más grandes de la vida debieran darse justamente en el vivenciarla... Vivir un poco aquí y ahora...
F: ¿Puedo hacerte una consulta privada? ¿Es tan mala en realidad tu niña mala?
L: Me imagino que mucha gente lo piensa así.
F: ¿Ya? Pregúntales...
L: Walter, ¿tú pensarías que mi niña mala es tan mala?
W. Pregúntale a ellos. No me preguntes a mí. (Risas).
L: Gallina.
X: Quiero saber de qué manera te sientes mejor allá arriba ahora...
L: De ninguna de las dos.
F: Ya. Este es el impasse. Estás atascada...
X: Tu niña mala no es bastante mala.
L: Eso es únicamente porque está hablando en términos generales. (Risas).
P: Yo creo que está muy bien tu niña mala.
Q: Yo también.
R: Su niña mala es grandiosa.
S: Yo creo que la niña buena es una lata horrible.
T. Es terriblemente virtuosa. Creo que sería mucho más fácil entenderse con la niña mala.
U: La niña mala sería mucho más entretenida.
V: La niña mala es casi incapaz de ser mala. Realmente es demasiado buena, para que la consideren mala.
W: Esperaba que te sentirías mejor siendo una niña mala luego que subiste a la tarima.
L: Bueno. La niña mala en realidad no se siente demasiado virtuosa, lo cual es una de esas cosas a las que la niña buena le gustaría renunciar.
X: ¿Qué es lo malo?
Y. ¿O lo bueno para ti?
L: Ser poco productiva y usar al máximo mi potencial...
F: Ahhh-ah. Malo es lo que la abuelita desaprueba y bueno es lo que la abuelita aprueba. Cuando la abuelita se siente mal, te llama mala, y cuando se siente bien, te llama buena. Ella simplemente te mató el alma y ahora eres puro seso.
L: ¿Mi alma?
F: No, hay sólo mente. Estás utilizando realmente muy poco de tu potencial. No veo que uses tus emociones, tu femineidad, tu alegría, tu joie de vivre. Todo eso es hasta ahora terreno baldío. Eres una "niña buena". Y detrás de la niña buena siempre hay una rapazuela rencorosa. Es el peor diagnóstico posible, porque para poder ser "buena" tienes que ser una hipócrita -una niña buena, una niña obediente- y toda la oposición se emplea en tenerte rencor a ti misma. La vida siempre funciona en polaridades como éstas. En la superficie eres abierta y condescendiente, mientras que por debajo me estás saboteando, me escupes. Una niña buena es la que agrada al papito, a la mamita, a la sociedad. Una niña mala es una niña que desagrada. El único modo que un niño bueno tiene para afirmarse a sí mismo es a través del rencor. El rencor en este caso es la identidad: idéntico con ser alguien, ser algo. Tú estás atascada entre la condescendencia y el rencor. Muy bien.
L: Gracias, Fritz.
F: ¿Se dan cuenta que todo tiene que ver con el presente? Todo hablar acerca de queda fuera, hay que desalentar toda interpretación, toda masturbación mental. Lo que es, es. Una rosa es una rosa, es una rosa. Estrictamente, fenomenológicamente, ¿está ella en contacto consigo misma, está ella en contacto con su ambiente, está ella en contacto con su fantasía? Y entonces ustedes advierten otra cosa, este cambio de asiento. Yo creo que estamos todos fraccionados. Estamos divididos. Estamos partidos en muchas partes y la hermosura de trabajar un sueño es que en un sueño cada parte, no solamente cada persona, sino que cada parte, es uno mismo.
CARL
Carl: Este sueño lo he tenido ya dos veces.
Fritz: Esos son los mejores; los sueños más importantes son los sueños recurrentes. Diré dos palabras al respecto. Freud inventó el término "repetición compulsiva". Y creyó que esta compulsión de repetir lleva a la petrificación y a la muerte. Yo creo que es exactamente al revés. Si algo surge una y otra vez, significa que la gestalt no se ha cerrado. Hay un problema que no ha sido completado y terminado, y por lo tanto, no puede retroceder al fondo. Así, de ser algo, es un intento de llegar a estar vivo, de encarar las cosas. Y muy a menudo estos sueños repetitivos son pesadillas, en las cuales siempre se puede encontrar o ver el modo como uno se frustra a sí mismo. Nuevamente nos encontramos con algo opuesto al pensamiento de Freud sobre los sueños, en el sentido de que éstos serían deseos o pensamientos reprimidos. Bien, continúa.
C: Bueno, es un sueño que tuve cuando era muy joven. Tenía alrededor de once años. Me vino después que me vacunaron contra la tifoidea, y me dio fiebre muy alta. Tuve una pesadilla esa noche. Y la tuve nuevamente hace poco, más o menos tres o cuatro días después de la muerte del perro, a quien quería mucho. El mismo sueño... Y...
F: Relata el sueño en presente.
C: Es bastante difícil, porque he pensado varias veces acerca del sitio en que estoy en el sueño; pero trataré de hacerlo. La escena que veo es una cadena de montañas por aquí, y un desierto plano con arena blanca. El cielo está casi azul negro -un cielo muy oscuro, con la luna que ilumina todo con una luz muy pálida. Hay unos rieles de ferrocarril que atraviesan el desierto en una línea perfectamente recta. Viene el tren. El ruido que escucho no es el sonido del pito de un tren, sino que una especie de chillido eléctrico muy agudo o un sonido de pito, pero muy constante. No tiene una dimensión.
Y siento que estoy en la arena -no directamente al frente del tren-, pero en la arena. Siento que tengo la cabeza a la misma altura de la arena. Puedo ver. Es bastante rica y a veces atemorizante, principalmente por el sonido que es como infinito. Comienza y nunca termina. Simplemente está ahí. Y me llega muy fuerte. El tren como que nunca termina. Estoy bastante seguro que es una especie de muerte la que se está representando ahí. No estoy seguro, sin em- bargo. Pero el miedo -no sé si puedo expresar bien esto- no es el temor compulsivo ante una catástrofe inminente. No es como las arañas o tarántulas o ninguna cosa que fuera a volverme loco. Es mucho más, un miedo muy profundo y penetrante, más constante. A medida que repaso en mi vida, me convenzo de que esos dos sueños son las únicas verdaderas sensaciones de miedo que he tenido. Y no sé si puedo elaborar algo más sobre este sueño. No puedo pensar en otros objetos. No hay más personas en el sueño y...
F: Bien. ¿Puedes desempeñar el rol de desierto? "Yo soy el desierto...". ¿Qué tipo de existencia tendrías si fueras un desierto?
C: Si fuera un desierto, yo sería arena; no tendría ninguna construcción encima. Sería arena fluida que se tejería dentro de sí misma y el viento aventaría. Me asaría durante el día y me enfriaría durante la noche. Ah, seguiría y seguiría sin un comienzo y sin un fin...
F: ¿Y si fueras la cadena de montañas?...
C: Si fuera una cordillera, nuevamente me asaría durante el día y estaría frío en la noche. Tendría más carácter y cons... constancia. Sería más o menos una especie de espinazo.
F: ¿Y si fueras ese tren?
C: Eso es lo que realmente siento que es. Si yo fuera el tren, andaría, andaría y andaría, con un empuje tremendo y una dirección tremenda, pero nunca lograría realmente un fin que estuviera ahí, como... un fin importante. Simplemente andaría y andaría y andaría, una especie de...
F: Tal como un carrusel. /C: Sí./ Tal como dije antes, considero que la neurosis está formada por cinco estratos. Este sueño es muy típico del estrato de la muerte o del estrato implosivo, donde la gente se contrae y nada ocurre. El desierto, como él ya ha interpretado, es la muerte. No hay vida visible. Pero al menos vemos algo que se mueve -la fuerza del tren. Hay energía en algún lugar. No va a ninguna parte, pero hay fuerza ahí. Detrás del estrato implosivo -cuando atravesamos el impasse- encontrarán un estrato explosivo. Digamos, mientras, que una persona sana debe ser capaz de vivenciar por lo menos cuatro tipos de explosiones: la rabia, la alegría, la pena y el orgasmo. Digo específicamente orgasmo y no sexo, porque hay bastante sexo sin explosión. Ahora bien, estas explosiones en sí mismas no son el significado de la vida o de la existencia. Son un tipo de energía que revienta, como una represa, y se relaciona con lo auténtico de la persona. De modo que se torna posible sentir, participar y comprometerse emocionalmente. Una vez que uno ha atravesado el estrato explosivo, la persona auténtica, la persona verdadera, emerge. Ahora ustedes pueden apreciar que él está pegado en el estrato implosivo. También intenta ponerse en contacto con el verdadero peligro de la muerte. De modo que puedes continuar representando al tren. Yo soy un tren... .
C: Yo soy un tren y voy a alguna parte, pero no es ninguna parte. Tiene dirección /F: "Yo tengo dirección"./ Yo tengo dirección. Tengo una tremenda dirección, derecho sobre los rieles. Pero no hay un hogar, no hay un lugar de descanso final. Hay siempre una línea recta y una dirección de fuerza, una dirección de ir con fuerza... Soy un tren y un tren no se relaciona con personas. /F: "Yo"./ Yo no me relaciono con la gente cuando soy un tren. Sigo la línea...
F: ¿Llevas gente?
C: No.
F: ¿Se dieron cuenta de la alegría que le sobrevino? (Risas). Fue casi una mueca. "No, yo no llevo gente...... Ahora estoy interesado en saber qué le está haciendo tu pie izquierdo a tu pie derecho...
C: Algo así como ejercitándome la rodilla.
F: Te estás ejercitando la rodilla... ¿Podrías averiguar si tu rodilla puede hacer ejercicio por sí sola? /C: Sí, claro./ (Carl ejercita su rodilla)... Bien, ahora quisiera que fueras los rieles...
C: Yo soy los rieles. Estoy tendido de espaldas y la vida corre por sobre mí...
F: Al menos ya tenemos la palabra "vida" por primera vez. Ahora tiene una conversación entre los rieles y el tren...
C: Siento como que puedo dejar correr la imaginación y algunas cosas surgen, pero no las siento verdaderas. Pero, ¿están bien? ¿Eso es lo que quieres o quieres que me las sitúe bien?
F: ¿Quieres decir que quieres realizar asociaciones?
C: Bueno, estoy jugando. Quiero decir que siento que puedo hacer conexiones, pero éstas me están ocurriendo. No me parecen legítimas. No parecen como que salieran de mí... de mí mismo.
F: Bueno, en otras palabras, parecería como que no estás tan completamente muerto; tal vez eres hasta un poco creativo. Así que...
C: Bueno, eso es lo que pasa. No es más que mi propia creación. Muy bien. Soy el tren y esos son los rieles. Yo ando derechito encima de ustedes y sigo a donde me llevan -derecho hacia ninguna parte...
Yo les dirijo, pero les dirijo pasivamente. Tu fuerza te dirige pero noso tros la encauzamos, hacia donde vas... decidimos dónde van tus fuerzas. Es cierto. Ustedes controlan dónde voy y toda mi fuerza se canaliza hacia donde me dicen que debo ir. Pero estoy en el poder. Yo soy la vida. Ustedes son inanimados. Están muertos. Lo único que hacen es dirigirme...
Acaba de aparecer gente. ¿Debo meterlos adentro y seguir adelante?
F: ¡Oh! Eso es maravilloso. (Risas). Así que no está todo muerto.
C: Me parece que...
F: Bien, ya tienes el primer mensaje existencial. Un sueño es para mí un mensaje existencial. Aparentemente ya tienes el primer mensaje. Necesitamos gente. Los mecánicos no hacen todo por sí solos. Bien, coloca a la gente.
C: Bueno, yo siento que el tren soy yo y que los rieles son mi madre. Esa, en todo caso, fue la asociación. Y eso sería, el hacer que mi mamá fuera los rieles...
Yo te dirijo. Yo no tengo vida, estoy muerta, pero de todos modos estructuro tu fuerza vital. Y aunque tú eres la vida, te dirijo de manera que no eres único, tú no eres tu propia vida...
F: ¿Quieres que te diga algo? No reconozco la voz de tu madre. Creo que estás hablando pura literatura, así que haz a tu madre.
C: Yo te dirijo.
F: ¿Así habla ella?
C: No me resulta su modo de hablar.
F: Ahora vuelve atrás y dile eso a ella.
C: Mamá, yo no puedo revivir o reconstruir tu modo de hablar.
F: ¿Qué responde?... Ustedes pueden ver, recogemos cada experiencia y la realimentamos. Fue Carl Rogers el que primero encontró la técnica de la realimentación, pero realimenta casi exclusivamente frases. Nosotros realimentamos la experiencia -aquello que tiene vida.
C: Yo no puedo reconstruir tu modo... tu modo de hablar, mamá.
F: ¿Qué contestaría ella?
C: (Acusatoriamente). Es porque nunca me escuchas. (Risas y aplausos). No, es porque nunca me hablaste a mí. Siempre hablaste hacia mí, tratando de apartarme de mí mismo.
F: ¿Ves como el desierto empieza a florecer? Algo vivo, algo verdadero empieza a manifestarse.
C: (Nuevamente como la madre). Yo nunca trato de dirigirte. Eso es lo que tú siempre dices. Lo que ocurre es que nunca quieres escucharme. Eres un egoísta. Sólo quiero lo mejor para ti. (Risas).
F: Repite esto.
C: Sólo quiero lo mejor para ti.
F: Respóndele.
C: Claro, pero estás tan lejos de saber qué sea lo mejor para mí como, bueno -estás bastante lejos de saber qué es lo mejor para mí.
Pero nunca estás de acuerdo conmigo. Nunca haces lo que digo, nunca. Si propongo hacer algo es como el beso de la muerte. Siempre haces exactamente lo contrario.
Eso debiera enseñarte a cerrar la boca. (Risas). Ah, tienes que tratar de tomarme desde donde yo estoy, o desde quien soy yo, y dejarme vivir mi vida y no tratar de controlarla.
F: Repite esto último.
C: No tratar de controlarla. En eso estamos.
F: Ahora volvamos al sueño. ¿Qué sucedería si el tren dejara el camino recto y estrecho... si se descarrilara?
C: Bueno, el desierto lo envolvería y ya no sería de noche todo el tiempo. Pero la escena es diferente; no es más que una cuestión de creatividad. El problema que me viene a la cabeza es que no me suelo sentir limitado. Lo sentía antes. Me deshice de esta sensación y ahora soy creativo, vivo mi propia vida. No me siento atado Ahora puedo ver cómo esto está configurado, pero también lo vi de niño. Por eso me fui temprano de casa y desarrollé mis propias técnicas para contrarrestar la "escena de madre judía' que desgraciadamente resultaron igualmente devastadoras cuando las apliqué al resto del mundo.
F: Ahora me doy cuenta -dices que no estás constreñido-, pero todos los movimientos los haces habitualmente sólo con las manos. Una o dos veces has hecho un pequeño intento de cambiarte de posición, ah, en realidad no entiendo tu postura. Me recuerda algo un cruce entre una tortuga y un tackle de rugby. (Risas). /C: Un carnero./ Claro, peleas con la cabeza hacia adelante.
C: Claro, me siento inclinado hacia adelante. Me parece más cómodo. En realidad guío con la cabeza.
F: Ya... Concluyamos con una discusión entre tu cabeza y el resto de tu cuerpo.
C: Cuerpo, tú... tú estás separado de mí. No me representas verdaderamente.
Pero a veces te represento completamente. A veces soy quien eres tú y no hay tú.
Eso es cierto, pero eso es blanco o negro. No hay unión entre noso tros. O somos puro cuerpo o somos pura cabeza. Cuando jugabas rugby, eras el cuerpo. Eso éramos.
F: ¿Jugabas rugby?
C: Sí. Y cuando jugamos al abogado, eres todo cabeza. Somos una máquina -tan sólo una máquina-cabeza.
F: Bien, quiero hacerte una sugerencia. Debieras hacer dos cosas. Una es meterte en danza expresiva para movilizarte. Y la otra conseguir tratamiento con Ida Rolf o uno de sus pupilos. Ida Rolf tiene un método para realinear el cuerpo, llamado integración estructura 124 Hay demasiado en esto de convertirse en un carnero, tackle, tren, energía ciega. Desde luego que en esto consiste un atajador de rugby -no hay diferenciación en el cuerpo. Si bailaras, ya no serías efectivo como un atajador de rugby. Pero el hecho es que tú escoges esto. El modo de lograr nuevamente el todo, el ser alguien, salirse del estrato de la muerte, es logrando reposeer tu cuerpo. Creo que esto lo encontrarás muy valioso. Ya ves, el tercer estrato -el implosivo- es justo lo opuesto al estrato explosivo. En la implosión nos implotamos, nos contraemos, y entonces uno se convierte en una "cosa". /C: Un tren./ Claro, una cosa en vez de algo vivo. Bien.
NORA
Nora: En mi sueño yo era una casa en construcción y la escala no tiene barandas. Subo por la escalera y llego muy arriba, pero no va a ninguna parte. Sé que en realidad sería atroz subir tan alto en esta escalera. En el sueño es bastante terrible, y siempre me pregunto cómo podría soportarlo.
Fritz: Bien. Conviértete en esta casa en construcción y repite el sueño.
N: Bueno, subo por esta escalera y la escalera no tiene barandas a los lados.
F: "Yo soy una casa incompleta, no tengo...".
N: Yo estoy en una casa incompleta y estoy subiendo la escalera...
F: Describe el tipo de casa que eres.
N: Bueno, tiene una...
F: "Yo soy...".
N: ¿Yo soy la casa?
F: Sí, tú eres la casa.
N: Y la casa es...
F: "Yo soy".
N: Yo soy la casa y estoy incompleta. Tengo sólo el armazón, algunas partes y algo del piso. Pero las escaleras están ahí. No tengo las barandas para protegerme. Sin embargo, subo y...
F: No, no. Tú eres la casa. No subes.
N: Sin embargo, seguí subiendo, y entonces terminó en algún lugar arriba, y no conduce a ninguna parte y...
F: Dile esto a Nora. Tú eres la casa y háblale a Nora.
N: Estás andando sobre mí y no llegas a ninguna parte. Te puedes caer, habitualmente te caes.
F: ¿Ves? Eso es lo que trato de hacer -andar y subir por ti y no llegar a ningún lado. Tomó largo tiempo antes de que pudieras siquiera identificarte con la casa. Ahora dile lo mismo a alguna de las personas aquí presente, tal como a la casa: "Si intentas subir por mí..."
N: Si intentas subir por mí, te caerás.
F: ¿Puedes decirme algo más acerca de lo que están tratando de hacerte, si tratan de vivir en ti, etc.?... (Nora suspira). ¿Eres una casa cómoda?
N: No, soy abierta y sin protección y adentro sopla el viento. (Su voz se convierte en un susurro). Si andan en mí, se caerán. Si me juzgan... yo me caeré.
F: ¿Empiezas a vivenciar algo? ¿Qué es lo que sientes?
N: Quiero pelear.
F: Dile esto a la casa.
N: Quiero pelear contigo. Me eres indiferente. No es verdad. No quiero. (Llorando)... no quiero llorar y no quiero que tú... no quiero que ni siquiera tú me veas llorar. (Llora)... te tengo miedo... No quiero que me tengas lástima.
F: Di esto de nuevo.
N: No quiero que me tengas lástima. Además soy lo suficientemente fuerte aún sin ti. No te necesito y... y no quiero necesitarte.
F: Bien, permite que la escala tenga un encuentro con las barandas que no existen. "Barandas, ¿dónde están para sujetarme?".
N: Barandas, puedo vivir sin ustedes. Se puede subir por mí. Sin embargo, sería mejor tenerlas a ustedes. Sería mejor ser completa, tener algo encima del cemento y que fueran bien pulidas.
F: ¿Qué tipo de pisos tienes?
N: Cemento, pisos de concreto, descubiertos...
F: ¿Bien fuertecitos, mmm? Con una base sólida.
N: Sí, claro.
F: ¿Puedes decirle al grupo que tienes una base sólida?
N: Pueden caminar sobre mí y es bien seguro y además podrían aceptarme si es que no les importa el que sea un tanto incómoda. Soy de confiar.
F: ¿Qué es lo que necesitas para estar completa?...
N: No sé, no creo que necesite -sólo siento que quiero más.
F: ¡Ah! ¿Cómo podrías hacer que la casa fuera un poco más cálida?
N: Bueno, cubriéndola, cerrando, colocando ventanas; colocando paredes, cortinas, bonitos colores -colores bonitos y cálidos.
F: Bien, ¿podrías ahora ser todo el suplemento, todo lo que está faltando y hablarle a la casa incompleta? "Estoy aquí para completarte, para suplementarte".
N: Estoy aquí para suplementarte. Eres bastante buena tal como eres, pero podrías ser mucho mejor y mucho más agradable para vivir si me tuvieras a mí -serías más tibia, iluminada y suave-, tendrías colores bonitos, tal vez cortinas y alfombras, algunas cosas suaves y quizás calefacción.
F: Cámbiate de asiento. Haz ahora la casa incompleta.
N: Bueno, tú eres lujo. Uno puede barajárselas sin lujo, también... no sé si podría financiarte.
Bueno, si crees que valgo la pena, entonces podrías... entonces tratarás de conseguirme. Te hará sentirte mejor.
¿En verdad no eres falsa? Quiero decir, ¿no estás únicamente cubriendo algo?...
Tú eres la estructura.
Sí, lo soy.
Bueno, si crees que puedes arreglártelas para vivir sin mí, sigue adelante no más. ¿Por qué no lo haces?
F: ¿Qué hace tu mano izquierda? ¿Te diste cuenta? Continúa haciéndolo. Ustedes ven: encontramos algo parecido a esto también en las sicosis. El sicótico a menudo tiene un lenguaje que no entendemos, un lenguaje propio. Ahora bien, en una persona no sicótica a menu do podemos entender por el movimiento lo que está ocurriendo. Pero es mejor dejar que el "paciente" exprese lo que esto significa.
N: Bueno...
F: No, era tu mano izquierda.
N: No te estoy empujando lejos de mí. Te estoy haciendo cosquillas...
F: Ah, ahora cámbiate de asiento otra vez.
N: Realmente siento que soy porfiada y no creo que de verdad te necesite. Quiero decir que estaría conforme si estuvieras ahí -aun si estás ahí, trataré de recordar cómo eras antes...
Quiero convencerte y tengo que intentarlo con más fuerza... Todos podríamos vivir en casas de concreto sin paredes.
F: ¿Qué estás haciendo con tu mano izquierda? (Fritz se frota la cara). ¿Esto es lo que estás haciendo, verdad?
N: Me estoy frotando la cara.
F: Permite que tus dedos le hablen a tu cara.
N: Te estoy frotando... para conseguir tu atención... ¿Quién eres tú?... Estoy pensando mucho.
F: Estás pensando demasiado. Bien. Nora, ¿cómo te sientes con el trabajo que hicimos aquí? ¿Aterrada? /N: No./ ¿Lograste un mensaje existencial?
N: Fue grandioso.
F: ¿Recibiste algo? Diré algo más acerca del sueño. Ya ven ustedes: toda la idea de la represión es una tontería. Si se mira con cuidado, todo está ahí. Lo más importante de entender es la idea de la proyección. Cada sueño, o cada historia, contiene todo el material que necesitamos. Lo difícil es entender la idea de la fragmentación. Todas las partes diferentes están distribuidas por todos lados. Por ejemplo, una persona que ha perdido los ojos, siempre encontrará ojos en el ambiente. Siempre sentirá que el mundo la está mirando.
Ahora bien, la proyección de Nora es la casa incompleta. No se vivencia en un comienzo como una casa incompleta. Se proyecta como si estuviera viviendo en esta casa, pero ella misma es la casa incompleta. Lo que falta es calor y color. Apenas se convierte en la casa, reconoce que tiene cimientos sólidos y todo lo demás. Si uno es capaz de proyectarse enteramente dentro de cada pedacito de un sueño -y realmente convertirse en la cosa-, entonces empieza a reasimilar, a reposeer lo que se ha enajenado, lo que se ha regalado. Mientras más enajena uno, más se empobrece. Aquí hay una oportunidad para recobrar. A menudo la proyección aparece como algo desagradable, como una araña o un tren o una casa muerta, una casa incompleta. Pero si uno se da cuenta de que "este es mi sueño, soy responsable de este sueño, yo pinté el cuadro, cada parte es parte mía", entonces las cosas empiezan a funcionar y a juntarse, en vez de estar incompletas y fragmentadas. Muy a menudo la proyección no es visible, pero es evidente. Si yo tengo una escala sin barandas, es obvio que las barandas están en algún lugar del sueño, pero no las encuentro. No están ahí. Donde debiera haber barandas, hay un hueco. Donde debiera haber calor y color, hay un hueco. Nos encontramos aquí con una persona muy valiente, quizás un tanto porfiada, que puede triunfar. Bien.
Me gustaría subrayar uno de los problemas más difíciles en terapia y este problema se caracteriza por la palabra "it", objeto inanimado o el sustantivo (ver nota pág. 76). "Mi memoria es mala", "Se me escapó el pensamiento", "Los fósforos se necesitan para encender cigarrillos". ¿Qué ocurre en el "it", en el sustantivo? Anteriormente me refería al estrato de la muerte. Aunque estoy en gran medida en desacuerdo con el instinto de muerte de Freud, al menos como lo usa Freud, debo admitir que esta petrificación a menudo ocurre en el proceso por el cual algo se va muriendo: un organismo vivo en vías de convertirse en una cosa, un proceso en vías de convertirse en un sustantivo, el congelamiento de un alto potencial, una predecibilidad, la fácil utilización de palabras en vez de la vivencia de los procesos vivos. Este es uno de los modos como estamos muertos sin saberlo.
Si sólo se tratara de esto, aún podríamos manejarlo con cierto grado de comodidad, o manejarnos nosotros mismos. Pero la cosa va más allá. El "it", el sustantivo, forma parte de la proyección. Se ha exteriorizado totalmente. De modo que en primer lugar se lo asesina y luego se lo saca fuera del organismo. Parece que hubiéramos perdido completamente a este "it", a este pedacito de vida. Una vez que ha ocurrido la proyección o que proyectamos algún potencial, entonces éste se nos vuelve en contra. En vez de tener ojos, somos vistos. Nos sentimos perseguidos por los ojos -especialmente por ojos enjuiciadores. Si esto se acopla con la atención, en vez de tener nuestra atención libre para observar, explorar y descubrir el mundo, necesitamos atención: queremos que se nos preste atención. En vez de escuchar, proyectamos el escuchar. Hablamos y esperamos que otra gente nos escuche, pero no estamos ni siquiera dispuestos a escucharnos nosotros mismos. En vez de movilizar nuestra propia capacidad de excitación, esperamos que el mundo sea excitante.
De modo que pueden ver cómo en el "it" estas dos dificultades se combinan. Ambas pretenden relevarnos de nuestra más valiosa propiedad. Esta propiedad es una palabra -una palabra muy mal usada-, responsabili dad. Responsabilidad significa capacidad de responder: capacidad de estar vivo, de sentir, de ser sensible. A menudo tenemos de esta responsabilidad la idea de obligación, que es lo mismo que ser megalomaníaco, omnipotente. Nos hacemos responsables de alguna otra persona. Pero responsabilidad significa simplemente "yo soy yo, he tomado y he desarrollado en mí mismo lo que yo soy". En otras palabras, responsabilidad es la capacidad de responder y ser completamente responsable de sí y de nadie más.
May, aquí presente, quería subir y trabajar. Me dijo que tiene una muralla entre ella y el mundo. Desde luego que aquí tenemos un "it" con que trabajar. Ella dice que tiene una cosa, algo aparte de ella, algo de lo cual May no es responsable. Ocurre que es víctima de las circunstancias.
Si enajenamos algo que realmente es nuestro -nuestro propio potencial, nuestra vida-, entonces nos empobrecemos: la excitación, el vivir, disminuyen y disminuyen hasta que nos convertimos en cadáveres deambulantes, robots, zombies. Estoy seguro que conocen bastante gente que se identifica más con su deber que con sus necesidades, con su trabajo más que con su familia.
Ahora veamos qué podemos hacer con estas ideas. Tenemos que averiguar si podemos reidentificarnos con las partes alienadas, y el medio para lograr esto es desempeñar el rol de la parte que hemos enajenado. Esta muralla es parte de la alienación, del enajenar algo, algún potencial, y para recobrarla tenemos que hacer exactamente lo opuesto a la alienación: el identificarse. Mientras más se convierte uno en esta parte, más fácil resulta asimilar y reposeer nuevamente lo que en un comienzo se lanzó hacia afuera. ¿Podrías desempeñar el rol de la pared que está entre tú y yo? Espera un momento. Veo que aún no estás lista. Se nota que estás preocupada, con síntomas sicosomáticos. No podemos esperar un compromiso completo, porque hay algo que está ocurriendo dentro de May. Retráete a tus síntomas y describe lo que vivencias en este momento. Comienza con el continuum del awareness, con quedarte en el aquí y en el cómo estás aquí en este momento.
MAY
May: (Voz débil). Sí, me siento asustada, estoy temblando, me está ardiendo la cara, me cuesta respirar y me puse tensa cuando empecé a hablar.
Fritz: Cierra los ojos y ponte más tensa. Hazte responsable de tu tensión. Observa cómo te pones tensa, ¿qué músculos contraes?
M: Es en la parte superior del cuerpo y en el pecho y brazos y manos. Y esto me inhibe la voz.
F: ¿Puedes apretarte incluso un poco más?... Ya... Bien, ahora interrumpe esto, al menos un poquito. ¿Puedes ver lo que estás haciéndote a ti misma? A menudo nos estamos haciendo muchas cosas a nosotros mismos que debiéramos estárselas haciendo al mundo. Ahora hagamos un experimento. Por favor, May, ¿podrías ponerte de pie? ¿Ahora podrías ponerme tenso a mí tal como te pusiste tensa tú? Ahora aplástame... aplástame... (May aplasta a Fritz, luego suspira). Siéntate... ¿cómo te sientes ahora?
M: (Respira fuerte). No lo puedo soportar.
F: Sí, ¿qué pasó?
M: Vi luces en los ojos y me puse tan tensa que no aguanté más.
F: Quédate con las manos.
M: Están temblando.
F: Déjalas temblar... ¿qué más sientes?
M: Me siento entumecida.
F: Di esto de nuevo.
M: No siento nada, estoy entumecida.
F: Ahora cierra los ojos y métete en el entumecimiento... ¿Cómo te sientes entumecida?
M: (Susurrando). Me siento gris, grisácea, fría... aún me siento encerrada... Todo está gris.
F: Parece como que estuvieras en un trance hipnótico. ¿Te han hipnotizado alguna vez?
M: ¿Acaso me han hipnotizado alguna vez? /F: Claro./ ...Sí.
F: ¿Puedes retornar al momento en que te habían hipnotizado? ¿Quién te está hipnotizando?
M: No puedo volver atrás.
F: No puedes retornar. ¿Quién te lo impide?...
M: Yo sé que he sido hipnotizada, pero no lo puedo visualizar. Sé quién lo hizo.
F: ¿Puedes hablarle a esa persona?
M: (Suspira). Es muy difícil de ver. Sí.
F: Pídele a él que te ayude a recordar.
M: Doctor Peters, ¿me ayudaría a recordar cómo fui hipnotizada?
F: ¿Qué te contesta?
M: Sí, May... Viniste a mi consulta e ibas a tener un bebé. Y te pregunté si te gustaría tenerlo con hipnosis y me contestaste que sí. Así que trabajamos sobre esto y así nació tu bebé.
F: ¿Y tú no sabes cómo nació tu bebé?...
M: Sí, me puedo acordar, pero fue con hipnosis.
F: ¿Qué sientes ahora?...
M: Tengo la cabeza muy pesada. Hay presión acá arriba. Tengo las manos casi desconectadas de mí.
F: Antes de entrar en esto, quisiera que hicieras un juego conmigo. Quiero que tú hagas de hipnotizadora de este médico que hablas y me hipnotices a mí de inmediato. ¿Cómo lo harías?
M: No sé. ¿Puedo decir las palabras que él usó?
F: Claro, puedes ser todo lo falsa que quieras, pero me gustaría que representaras a este médico y yo soy May. ¿Qué harías tú por mí? "Doctor, quiero dejar el cigarrillo. ¿Me puede hipnotizar y sacarme de esto?".
M: Muy bien, May. Bote el cigarrillo ahí en la chimenea, échese para atrás, cierre los ojos y relájese... Ahora, May, quiero que no pienses en nada; simplemente relaja la mente y el cuerpo... Relájate más y más y más... Estás muy, muy relajada ahora... Así lo haría.
F: ¿Cómo te sientes ahora?
M: Más relajada. (Risas).
F: ¿Cómo están tus manos?
M: Bueno, están temblando un poquito, pero están acá de vuelta. (Risas). Las puedo sentir...
F: Volvamos a la muralla. ¿Ahora podrías representar la muralla?...
M: No te voy a permitir tomar contacto con nadie.
F: Dime esto a mí. Tú eres la muralla y yo soy May.
M: May, no te voy a permitir contactar a nadie en forma completa. Los puedes conocer, los puedes ver, pero nunca podrás establecer contacto pleno con ellos, como seres humanos, como personas, y me niego a dejarte hacer eso...
F: ¿Por qué no? (Finge estar desilusionado). ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
M: Simplemente te lo mereces por estar allí. Soy una pared muy mala y no te voy a dejar salir.
F: Bien. Cambiemos los roles ahora. Ahora representa a May. La pared le acaba de hablar...
M: Me privas de disfrutar plenamente cualquier cosa. Me gustaría... Tengo que encontrar una manera de atravesarte, pared...
Y la pared dice, muy bien, voy a retroceder un poquito; lo suficiente como para que te sientas más cómoda, pero estaré siempre ahí... Y cuando menos lo esperes, volveré y te aplastaré.
F: Dime esto a mí.
M: (Con fuerza). Cuando menos lo esperes, volveré y te voy a aplastar.
F: ¿Puedes representar a una bruja?
M: ¿Una bruja?
F: Claro. "Voy a irme para allá y te voy a esperar y voy a aparecer bien grande y voy a saltar sobre ti". Una bruja bien mala. (Risas).
M: ¿A ellos?
F: A mí también. A tu bebé, a tu...
M: No, yo sólo me lo puedo hacer a mí.
F: Así que te lo puedes hacer únicamente a ti. ¿Qué clase de persona es la que está haciendo esto?
M: Una persona fuerte... fuerte y sabia y una especie de persona controladora.
F: Podrías cerrar los ojos y mirarla. Descríbela. ¿Es un él o un ella lo que estás representando ahí?
M: Es un ella... soy yo.
F: ¿De dónde sacaste este esquema?... Simplemente no puedo creer que eres por constitución tan mala...
M: (Suavemente). No sé de dónde lo saqué, no puedo ver a nadie...
F: ¿Qué sientes ahora?... ¿Ya colocaste la muralla entre ti y tu memoria?
M: Sí.
F: Claro... volvamos atrás, al diálogo entre la pared y tú...
M: No puedo hablar acerca de esto, o no puedo hablarle a la muralla. No puedo hablar...
F: Otra vez tenemos que llamar a mi ayudante. Acabas de liquidar a Fritz. Él es impotente, indefenso. Me dices que no puedes, por lo que me haces sentirme completamente impotente. Aquí sentado está Fritz, impotente y desamparado. Represéntalo a él ahora...
M: ¿Le hablo a él o lo represento?
F: Háblale a él primero y vuelve a desarrollar un diálogo.
M: May, ve si acaso puedes, ve si acaso puedes representar a la pared... Oh, Fritz no puedo representar a la pared. No puedo... no puedo ir más allá de este punto.
F: Repite.
M: No puedo seguir adelante (susurrando). Puedo llegar hasta aquí no más.
F: Háblale a tu muralla no más. Háblale a eso.
M: Esta es la muralla y detrás de ella estoy yo.
F: Dile esto a la muralla, o mejor deja que la muralla te diga a ti: "Estoy aquí para protegerte".
M: Tú estás... tú estás al frente mío, muralla, y detrás de ti estoy segura. Y la muralla contesta: sí, y nunca vas a poder atravesarme. Si lo haces, serás vulnerable y la gente podrá entrar. Esta muralla mantiene la gente a distancia.
F: "Yo mantengo a la gente a distancia".
M: Yo mantengo a la gente a distancia con esta muralla. Yo los dejo afuera.
F: Ahora me acabas de decir algo. Tienes miedo acaso de ser vulnerable. ¿Podrías representar a una persona vulnerable?
M: No sé.
F: No sabes. ¿Qué mal podría sobrevenirte?
M: Dándome confianza, y yo... Ah... rechazándome si yo los llegara a querer.
F: ¿Cómo? ¿Cómo te están rechazando?
M: Haciendo lo mismo que hago yo, dejándome afuera.
F: ¿Cómo?
M: Diciendo: "Vete, no me molestes".
F: Repite.
M: (Más fuerte). Vete y no me molestes.
F: Se lo dijiste a las moscas. Dile esto a ellos.
M: Váyanse y no me molesten.
F: Dímelo a mí.
M: Vete y no me molestes.
F: Dilo a tu hijo.
M: (Más suave) Vete y no me molestes...
F: ¿Y ahora?
M: Se van.
F: ¿Y luego?
M: Entonces quedo sola.
F: ¿A salvo?
M: Estoy a salvo... claro, aquí está.
F: ¿La muralla todavía?
M: Sí.
F: Ahora la muralla se está acercando, ¿verdad?
M: A veces la muralla se acerca mucho.
F: Descárgate con esta muralla que se te acerca.
M: (Suspira). Te acercas tanto que... a veces no puedo respirar y me da mucho miedo. Y sin embargo, sin embargo, no puedo atravesarte... no me permito atravesar... podría moverme hacia ti y aplastarme yo misma contra ti.
F: Bien, ven aquí y aplástame de nuevo... Lo digo en serio: aplástame.
M: No, no quiero aplastarte a ti, solamente a mí.
F: Quiero que me aplastes... y tú, ¿quieres que te aplaste?
M: No.
F: Bueno, de todos modos tienes que quedarte contenta contigo misma. Sigue, ¿cómo te aplastarías?
M: No sé. No sé, no sé lo que estoy haciendo...
F: Eso es una mentira. Sabes muy bien lo que estás haciendo. ¿Cómo te estás aplastando a ti misma?...
M: No lo estoy haciendo... Estoy manteniendo a la muralla ahí, y no me permito atravesarla.
F: ¿Cómo te aplastas a ti misma?... ¿Cómo te aplasta a ti misma?...
M: Me estoy cerrando y no hablo.
F: ¿Cómo te aplastas a ti misma?... ¿Sí? ¿Qué te pasó ahora en este momento?
M: No me aplasto en absoluto.
F: No te aplastas en absoluto. Estuviste haciendo un juego.
M: Sí.
F: Claro. ¿Qué es lo que sientes ahora?... Me di cuenta que dejaste de torturarme con tu juego...
M: (Vivazmente). Bueno, ¿ahora en este momento? No sé, me siento un poco tonta.
F: Mira al auditorio. (May se ríe)... míralos.
M: Están todos ahí.
F: Dilo a ellos.
M: (Excitadamente, casi llorando). Todos ustedes están ahí, y les puedo ver los ojos y las caras mirándome. Y todos tienen caras hermosas...
F: Podrías bajar y tocar a alguien.
M: Los podría tocar a todos. (May baja de la tarima, toca y abraza gente y luego comienza a llorar).
F: Bien, ustedes ven lo que ocurrió en el escenario privado, en el escenario de la imaginación. ¿Cuán poderosa puede ser la imaginación de la autohipnosis?... No hay murallas.
M: (Riéndose). Tienes razón.
F: Bien. Gracias.
Ustedes ven cómo May logró un buen poco de integración identificándose con su muralla. La próxima vez que haga algo, esta confianza nueva le va a ayudar y va a necesitar menos apoyo ambiental. El modo más simple, realmente, para lograrlo es escucharse cada vez que se usa el "¡t", el sustantivo. Este es el modo más simple. Sencillamente se rehace la frase. Comiencen en el nivel puramente verbal hasta que aparezca la experiencia. Verán que no es un "it", un sustantivo, lo que hay ahí, sino un yo.
MAX
Max: Fritz, yo tengo un fragmento de un sueño que quiero contar.
Fritz: Bueno, empecemos de inmediato. Mientras no entiendan lo que estamos haciendo, verán esto como una técnica más. Una técnica que no se entiende, se convierte en una serie de trucos.
Ahora usaré lo que desde el punto de vista de ustedes parecerá como otro truco. Me gustaría que cada vez que uses el "tener", lo cambies por "ser". En vez de decir: "Tengo un fragmento de un sueño", quiero que digas: "Soy un fragmento de un sueño".
M: Soy el fragmento de un sueño.
F: Ahora quédate con esta frase y asimílala. ¿Tiene algún sentido para ti el ser un fragmento de un sueño?
M: Bueno, soy un fragmento de un todo. /F: Claro./ Sólo una parte mía está aquí...
F: Tú sientes la realidad; no eres un sueño...
M: Siento la silla, siento el calor, siento la tensión en mi estómago y en mis manos.
F: La tensión. Aquí tenemos un sustantivo. Ahora la tensión es un sustantivo. Convierte el sustantivo, cambia la cosa en un verbo.
M: Estoy tenso. Tengo tensas las manos.
F: Tienes tensas las manos. Parecería que no tienen nada que ver contigo.
M: Tú estás tenso. ¿Cómo estás tenso? ¿Qué estás haciendo? ¿Ven la tendencia hacia la reificación? Está siempre intentando convertir los procesos en cosas. La vida es un proceso; la muerte es una cosa.
M: Me estoy poniendo tenso a mí mismo.
F: Eso es. Noten las diferencias entre las palabras "Me estoy poniendo tenso a mí mismo" y "Hay tensión aquí". Cuando dices: "Yo siento tensión", te declaras irresponsable, no eres responsable de esto, eres impotente, no puedes hacer nada al respecto. El mundo debiera hacer algo, darte aspirina o lo que sea. Pero cuando dices: "Me estoy poniendo tenso" o "Me estoy tensando", entonces adquieres responsabilidad y podemos apreciar cómo el primer pedacito de excitación vital empieza a asomar. De modo que quédate con esta frase.
M: Estoy empujando hacia abajo en la silla con los brazos.
F: ¿Estás seguro? ¿Estás experimentando esto?... Hazlo hasta que realmente sientas que tú lo estás haciendo, hasta que sientas que eres cien por ciento responsable de lo que estás haciendo.
M: Me estoy sujetando las manos en forma rígida... Me estoy sujetando rígidamente todo el cuerpo. Tengo rígida la espalda... La estoy estirando.
F: ¿Te puedes imaginar qué cantidad de energía necesitas para mantenerte tan tieso, jugando al cadáver?
M: No puedo seguir porque estoy rígido.
F: ¿Quién es el responsable de que estés rígido?
M: Yo me estoy poniendo tieso. Aún no me he relajado.
F: No te has relajado aún. ¿Ven la división?: "Yo me estoy relajando a mí mismo".
M: Pero aún no lo estoy.
F: Sientes que debieras relajarte.
M: Siento que no puedo seguir hasta que me relaje.
F: No puedes seguir. ¿Y quién te dijo que siguieras?
M: Me estoy diciendo a mí mismo que quiero seguir adelante.
F: "Me estoy diciendo a mí mismo que siga adelante". Te estás manejando a ti mismo. Así es como armas tu propio escenario y luego lo quieres destruir. Te pones rígido y luego te dices "relájate". ¿Ves toda la energía que se está perdiendo en este juego?
M: Me acabo de relajar a mí mismo.
F: ¿Te acabas de relajar a ti mismo?
M: Estoy más relajado.
F: ¿Tú lo hiciste u ocurrió?
M: Ocurrió.
F: De eso precisamente es de lo que estoy hablando. Cualquier cambio deliberado está condenado al fracaso. El cambio tiene que llegar sólo a través de autorregulación organísmica. Si tienes hambre, tienes hambre. Si comes cuando no tienes hambre, entonces probablemente conseguirás una úlcera gástrica... He notado que estás vivo desde los codos para abajo. Eres como un gordinflón y lo único que te sobresale son las manos. Fuera de esto te mantienes enteramente cubierto. Date cuenta de esto... cuán poco te expandes hacia la vida. ¿Cómo te sientes con estas observaciones mías?
M: No me gustó nada la palabra gordinflón, pero yo... es cierto.
F: ¿Ves? Cuando expresaste esto te sonreíste. Pero estás instalado en el no-gustar. Desde ya eso produce cierta cantidad de desagrado y no puedes invertir tu energía de excitamiento en lo que está sucediendo: estás demasiado preocupado aferrándote a algo. Algunas personas son verdaderos coleccionistas de lamentos. No hacen más en sus vidas que juntar desgracias que jamás dejan salir. Se pueden imaginar cuán poca vitalidad les queda para vivir.
La incomodidad se deja ver bien a menudo. La incomodidad es siempre un síntoma de falta de honestidad. Si uno no se expresa derechamente, honestamente, entonces se siente incómodo. En el mismo momento en que uno se expresa adecuadamente, desaparece la incomodidad.
M: (Habla muy apretado y rápido). No lo hago, la mayoría del tiempo no lo hice. Quiero decir que escogiste algo que ocurrió ahora porque estoy nervioso.
F: Estás nervioso. /M: Claro./ ¿Puedes indicarme tus síntomas?
M: La sensación de que corre sangre por mis venas. Lo siento, siento que corre la sangre y los latidos del corazón, y tengo un dolor aquí en la espalda y me siento rígido, crispado. Eso es nerviosismo... ¿Podría proseguir con mi sueño?
F: Pregúntale a Fritz. Coloca a Fritz en esa silla y pregúntale a él.
M: Fritz, ¿puedo continuar con el sueño?
Tú decides por ti mismo. (Risas).
Estoy en una pradera y en la lejanía veo una colección de cosas amontonadas. Entonces me acerco al montón, y es una ciudad en ruinas -cuando me acerco, es una ciudad en ruinas. Hay enormes pedazos de concreto colocados unos encima de otros, el sueño de algún modo tiene partes desconectadas. Supongo que ocurrió durante una noche complicada. Pero en la escena siguiente estoy en una cueva, estoy de pie en la cueva. Hay otros dos hombres en la cueva. A medida que los miro, los veo caminando en la cueva (está llena de sombras y muy oscura), parecen orangutanes, caminan como orangutanes, para allá y para acá. Súbitamente me doy cuenta que son muy deformes. Hay algo deformado en cada uno de ellos.
En una esquina hay una mujer sentada, y también está totalmente deformada. No tiene mentón y su lado derecho está completamente aplastado. Estos hombres caminan de un lado a otro, y entonces, esto es lo siguiente, de súbito esta mujer se tiende en el suelo con las piernas abiertas y los hombres se van encima de ella y fornican con ella. La escena se vuelve cada vez más grotesca y me veo atraído por esto. Me acerco y también fornico con ella. Estoy a punto de vomitar. Algo me estaba ahorcando.
Entonces hay silencio. No sé cuánto tiempo duró este silencio, pero hubo otro sueño que siguió inmediatamente y de nuevo me encuentro en la pradera. Iba con un niño, con un niño tomado de la mano. Lo llevaba y estaba tratando de enseñarle algo. Y trataba y trataba de hablarle y de repente me di cuenta que no me entendía nada. No tiene cerebro. Le empiezo a gritar: "¡Tienes que comprender! ¡Tienes que comprender!". Pero no entiende nada... (Suavemente). Ese es el sueño.
F: Lo que más me interesó es que decías que el lado derecho estaba mutilado y sin embargo todo el tiempo hablabas únicamente con tu mano derecha. La izquierda estaba completamente pasiva...
M: Mi mano izquierda es débil. Puedo hacer muy poco con ella. La derecha es mucho más fuerte...
F: Bien, ahora deja que otra vez el propio Fritz te dirija el trabajo en este sueño.
M: Hay un conflicto aquí porque estoy más interesado en los hombres y en la mujer. Estoy interesado en lo que son. De manera que si yo fuera Fritz, seguiría con eso.
F: ¿Podrías hablar más fuerte?
M: (Cortante). Dije que no me las puedo valer solo... Me hiciste una pregunta imposible. No lo puedo hacer. Lo he intentado, de hecho, mentalmente durante las últimas 24 horas.
F: Dile esto a Fritz.
M: Durante las últimas 24 horas me he tratado de identificar con uno de esos dos hombres o con la mujer y de hablarme. Y no lo pude hacer. Ellos se negaban a decir una sola palabra. Lo único que hacían era mirarme en silencio total. Me estaba enojando con ellos, estaba gritando y no respondían. Traté de representarlos; estaba ahí sentado mirándome en silencio total, una muerte total.
F: ¿Qué responde Fritz a todo esto?
M: Fritz, Fritz dice... "Bien, ¿le podrías hablar a la muerte? ...... (Susurra con sentimiento). Maldita sea.
F: Repítelo.
M: Maldita sea, dije. /F: Otra vez./
Maldita sea. /F: De nuevo./
¡Maldita sea! (Golpea el brazo de la silla con el puño).
F: ¿Qué estás vivenciando ahora? Algo está ocurriendo.
M: Estoy sintiendo lo que sentí la noche antes del sueño. Me iban a operar el cerebro. Fue la primera vez que estuve total y completamente atemorizado ante la muerte. Había sufrido un accidente automovilístico y de ser simplemente un hombre sano, de súbito tuve que ir a neurocirugía; estaba aterrado, temía a la muerte. (Susurra). Esa misma sensación la tengo ahora. Es la primera vez que me doy cuenta de esto como algo totalmente en el presente. Está ahí, a la vuelta de la esquina. Y tenía miedo. Nunca he tenido miedo antes. Esa sensación la acabo de sentir... de puro miedo...
F: Háblale a la muerte.
M: Pero si ellos, ellos, ellos son la muerte. ¡No sé qué decirles!
F: Háblale a la muerte. Dices que le tienes miedo a la muerte. No sé lo que la muerte significa para ti.
M: ¿Qué me van a hacer a mí? Bueno, supongamos que ustedes mandan. ¿Qué me harán a mí?
(Se ríe suavemente). Voy a vaciar tu mente. Serás como ese niño; te hará falta el cerebro...
Ya ves, él me atajó. Me detuvo justo aquí... empecé a pensar...
F: ¿Estás usando la cabeza de nuevo?
M: Sí, me acabo de meter en ella.
F: ¿Podrías representar a una persona sin cerebro?
M: ¡El niño! (Vivazmente). Estaba totalmente dichoso, correteaba jugando. /F: Represéntalo recogiendo flores./
F: Represéntalo. (Risas).
M: (Excitado). Estaba dando vueltas alrededor, lo único que hacía era recoger flores, lo estaba pasando muy bien, correteaba por los cerros, se reía, sonreía.
F: Represéntalo.
M: Yo soy un niño.
F: Represéntalo.
M: Un hombre sin cerebro no habla, así que sólo puedo hacer cosas. Sólo puedo hacer cosas... (suavemente). No, él se estaba riendo. (Ri sas). Se estaba riendo y sonreía.
F: Represéntalo. (Risas).
M: (Excitado). No hay bastante espacio. Tengo que correr, tengo que correr. Para representarlo tengo que subir corriendo el cerro y recoger flores.
F: ¿Ves la diferencia entre este niño sin cerebro y el pensador?
M: Claro. Me doy cuenta de ello... Es muy cierto en el sueño, grité en el sueño. Grité al niño, así: "No queda tiempo, no queda tiempo. Tienes que comprender". Y él seguía recogiendo flores. (Risas y aplausos).
F: ¿Captaste el mensaje? (Risas). Habrán notado que esto es lo que me interesa. Yo, este Fritz no puede ir a casa con ustedes. No me pueden tener como terapeuta permanente. Pero pueden tener su propio Fritz personalizado y llevarse a éste con ustedes. Él sabe muchísimo más que yo porque es creación de ustedes. Yo sólo puedo adivinar o teorizar o interpretar lo que ustedes están vivenciando. Puedo ver la picada, pero no puedo sentir la picazón. No estoy dentro de ustedes y no soy lo suficientemente arrogante como para ser sicoanalista y decir que sé lo que ustedes están vivenciando, lo que sienten. Pero si entienden esta idea del Fritz puramente personal, pueden tomar una silla, un sofá o lo que sea y cuando estén en un problema van y le hablan al Fritz imaginario.
MARK
Mark: Presiento que me estás esperando para comenzar. Tengo la sensación de que estamos los dos aquí sentados esperando que algo ocurra.
Fritz: Sí. ¿Y cómo vivencias el esperar? ¿Qué es este fenómeno llamado esperar? ¿Qué te está ocurriendo mientras esperas?
M: Cuando estoy esperando, empiezo a pensar acerca de, ah... lo que vas a decir o hacer, de modo que pueda averiguar cómo actuar.
F: ¿Cómo piensas?... O más bien, como yo lo llamo, ¿cómo ensayas? (en el sentido teatral de la palabra [N. del T.]).
M: Bueno, trato de imaginar lo que quizás vayas a decir... trato de elegir la respuesta exacta... Pruebo diferentes frases y palabras y... las coloco allá arriba y miro para saber cómo se ven.
F: Bueno, advertirán que este es un ejemplo maravilloso de acción antiespontánea. Te impides ser espontáneo por el simple hecho de tener que ensayar y repasar, o decir lo que sería correcto. De modo que aniquilas toda posibilidad de ser espontáneo.
Ahora bien, primero verifico si una persona es un sistema abierto o un sistema cerrado. Ustedes ven, Mark es un sistema cerrado, tiene las manos cerradas, las piernas cerradas, no sé si me puedo comunicar con él. (Mark abre su postura). Apenas digo esto, destruye el fenómeno de la cerrazón y hace un show de apertura. Veremos cuánto va a durar este show, o si va a volver a cerrarse. Dudo que un sistema cerrado se pueda abrir tan súbitamente, simplemente haciéndolo notar.
M: Este sueño... es sólo un fragmento corto. Por vocación escribo canciones, y tenía un contrato con un cantante; él iba a grabar una canción mía y no había sabido nada de él desde hacía un año cuando hicimos el contrato, y en el sueño...
F: ¿Este es el sueño?
M: No, en el sueño...
F: ¡Oh! Haces asociaciones.
M: Bueno, sólo un pequeño prefacio al sueño. El sueño mismo...
F: ¿Qué sabes acerca de tu necesidad de hacer prefacios a tus acciones y discursos?
M: Creí que convenía a los presentes, de modo que puedan... Me imaginaba que les gustaría tener algunos antecedentes del sueño.
F: Ajá.
M: El sueño... en el sueño mismo él me estaba hablando y dijo: "Bueno, supiste que tuvimos un gran problema con el contrato".
F: Ya puedo usar este fragmento. ¿Puedes representarlo a él como si estuviera hablándote?
M: (Conciliadoramente). Bueno, tuvimos un problema con el contrato.
F: Ahora cámbiate de asiento. ¿Qué le contestas?
M: Tendría que inventar una respuesta. No tuve una respuesta en el sueño.
F: Dilo a él.
M: No tuve una respuesta en el sueño. Eso es todo lo que recuerdo.
F: Ahora siéntate aquí de nuevo. Háblale otra vez a Mark.
M: (Desafiante). ¿Aceptas lo que te dije?
F: Cambia de roles. Escribe ahora un guión entre tú y tu amigo.
M: No, eso no me parece una respuesta adecuada. Me prometiste que la ibas a grabar. Creo que esto es eludir el bulto.
F: Parece que no quieres que se desvanezca tan rápido. (Risas). Pero te das cuenta que el amigo ya se está echando un poco para atrás. Cada vez que digo algo que parece desaprobación, tratas de cambiar lo que estás haciendo... Bien.
M: No sé... no sé, estábamos grabando, yo prometí... pero como soy un hombre ocupado y teníamos un problema que no pudimos resolver, seguimos con otros asuntos.
F: ¿Te escuchas la voz?
M: Sí.
F: ¿Cómo te parece que suena tu voz?
M: Oí un lamento al final.
F: Ah, ¿la notas distinta a la del principio?
M: Sé que eres un hombre muy ocupado, pero esto era muy importante para mí y considero que una persona es un compromiso. Además, sé que estabas muy impactado por la canción y tú... y me parece que ese compromiso se está dejando de lado. Me gustaría una explicación.
Mira, si quieres convertir esto en un caso judicial, puedes hacerlo, pero eso es todo lo que te voy a dar como explicación.
F: ¿Qué está haciendo tu mano derecha?
M: Está sobando el hueco entre estos dos dedos. Me parece que con esta última afirmación he cerrado la conversación.
F: Dilo a él.
M: Me parece que con esta última afirmación he cerrado la conversación.
F: Estás sonriendo. (Risas). ¿Qué tiene de gracioso esto último?
M: Decírtelo a ti, y enseguida que dieras la orden de decírselo a él, y luego el que yo se lo diga a él, todo esto me pareció muy cómico. Me pareció divertido.
F: ¿Puedes decirme "Fritz, eres cómico"?
M: Fritz, eres cómico. Fritz eres cómico. (Risas).
F: ¿Puedes elaborar algo a partir de esto?
M: Bueno, cuando se anunció que serías Cyrano, hiciste una mueca con la nariz y estabas muy contento de ello. Y cuando Sally dijo que amaba a un hombre que se acaricia la barba, diste un salto y te pusiste a acariciar tu barba con fuerza. Fue una magnificación cómica de cada uno de esos momentos. Tú también eres triste, por cierto... Y eso también es cómico.
F: Por favor, ¿podrías hacer al Fritz triste? (Mark imita al Fritz triste, con risas del auditorio, y luego espera sentado).
F: ¿Cómo es que cambia el ambiente? ¿Te das cuenta del cambio en el ambiente?
M: Me parece una especie de intento. Te estoy esperando, me parece que ellos nos están esperando a nosotros.
F: ¿Cómo sabes que están esperando?
M: Supongo que están esperando. Aquí hay una interacción silenciosa y...
F: Supones.
M: Supongo que esperan la continuación. Estaba sintiendo el silencio de...
F: Quiero subrayar la palabra "supongo". No lo sabes.
M: No. No lo sé... yo dije luego que...
F: ¿Experimentaste en ese momento por casualidad alguna espera?
M: ¿Espera? No sé si era espera o si era simplemente observarte a ti y a mí mientras nos mirábamos el uno al otro; lo que puede ser una experiencia de por sí, sin esperar ninguna otra cosa.
F: Bueno, volvamos ahora al sueño. ¿Qué más había en el sueño? ¿Esto era todo?... ¿Hasta qué punto te reconoces a ti mismo en tu amigo? Puedes hacerlo a él una vez más. Puedes decirle: "Mark, yo soy un tipo tal y cual'.
M: Yo soy cantante... y en una reunión social escuché a Mark cantar esta canción y la canción me llegó muy hondo y se lo manifesté, y me dijo: "Bueno, si la sientes así, quizás hasta te dé permiso para cantarla", y yo le respondí: "Voy a grabarla".
F: Para mí la cuestión básica en todo sueño es: ¿qué es lo que estás evitando?
M: Hice un discreto intento de contactarlo durante el año, pero creo que es necesario un intento más agresivo para recordarle el compromiso; sin embargo, no lo hice.
F: Así que evitas finiquitar la situación, cerrar la gestalt. Aún andas con este asunto inconcluso. Esto sería evitación a corto plazo. ¿Y la evitación a largo plazo? ¿Puedes cantar esta canción?
M: Sí.
F: Por favor, hazlo.
M: (Canta suave y lentamente en voz baja). Blancas rosas y rojas rosas.
Deseos y cachorros se tornan de verdad.
Pero deben ser cuidados,
Deben ser alimentados,
O los pequeños perritos, y los deseos también,
Se desvanecen y mueren y cuando están muertos
¿Qué se puede decir?
¿Y qué se puede hacer?
Sino cantarles una canción
Y dejarles caer sobre las cabezas
Rosas blancas y rosas rojas.
F: (Suavemente). ¿Y para qué lo necesitas a él? Puedes cantar tus propias canciones.
M: La puedo cantar y me gusta cantarla. Me gustaría que otras personas tuvieran la oportunidad de escucharla.
F: ¿Sabes manejar una grabadora de cinta?
M: Sí.
F: ¿Entonces para qué lo necesitas a él? Puedes hacer funcionar la grabadora tú mismo. Bien. Ahora podrías representar la canción. ¿Puedes representar esta rosa? "Yo soy una rosa roja...... Dale algunas palabras.
M: Soy una rosa roja que crezco al lado de una rosa blanca. Necesito que me cuiden, como cualquier otra cosa.
F: ¿A quién le dices esto? ¿A quién le estás hablando?
M: No me doy cuenta de si se lo digo a alguien.
F: Hazme un favor y dilo a alguien.
M: Soy una rosa roja, soy como un cachorrito y cualquier otra cosa viva. Necesito que se me... mientras crezco, necesito que se me cuide... y si sabes esto, y si te pertenezco, entonces es tu deber cuidarme, y si no lo haces, tienes que tirarme encima otra rosa roja, o una rosa blanca.
F: De nuevo, quiero que cambies de roles. Sé ahora la persona que está haciendo exactamente lo que Mark quiere que él o ella haga. Sé esta persona y cuida a Mark. (Mark hace mímica de estar cuidando una rosa con ternura).
F: ¿Qué sientes?
M: Me importa... esto. Estoy haciendo mi tarea, en relación con esto.
F: Bien, ahora cámbiate otra vez y sé la rosa.
M: Una sensación agradable. No me doy cuenta de nada específico. De pronto me están cuidando.
F: Bien. Quiero terminar aquí. Yo diría que aún queda mucho más por hacer. Mark aún necesita... permítanme darles mi idea acerca de Mark, de lo que vi en él, porque aquí salió magníficamente. Como dije antes, el crecimiento y la maduración son la trascendencia desde el apoyo ambiental hasta el autoapoyo, el autosoporte. El niño necesita que el ambiente lo cuide y a medida que crece aprende cada vez más a pararse sobre sus propios pies, a proveerse a sí mismo los medios mediante los cuales vivir, etc. Esto apareció muy claramente aquí. Mark aún necesita que la gente lo cuide, necesita apoyo ambiental para sus canciones, para ser alimentado. Aún le falta algo para llegar a ser una persona madura. ¿Y dónde se encuentra la parte que falta? Se encuentra en lo que llamamos la proyección, lo que aún está en el mundo externo. Se habrán dado cuenta que cuando cuidó a la rosa, lo hizo con mucha ternura. Intentó desbaratar esto diciendo que lo hacía por deber, pero me pareció que sus movimientos tenían algo muy tierno, algo que implicaba mucho compromiso. Esto es lo que vi aquí.
JIM
Jim: Tengo sólo un fragmento de un sueño. No hay voces en el sueño.
Fritz: Bien, a primera vista, Jim se ve abierto de la cintura para abajo, pero está cerrado acá arriba, se está cubriendo sus genitales con las manos. Esto es lo primero que veo. ¿Cuál es la parte que está cerrada? ¿Es la totalidad del individuo, o la parte de arriba o la de abajo? Esto es muy importante y me explico. La parte inferior sirve esencialmente de apoyo y la superior de contacto. Nos erguimos sobre nuestros pies y nos acercamos al mundo con las manos. El ver a Jim sentado me indica mucho: su postura, el modo como mueve la cabeza, etc.
J: Ya me tienes bastante conmovido. (Risas). Esto no tiene nada que ver con mi sueño, pero es un comentario jodido, porque...
F: ¿Ustedes ven la falta de "ambidiestridad" en sus gestos? Utiliza únicamente la mano derecha y siempre la apunta hacia sí mismo; se está relacionando consigo mismo. A eso se refirió Kierkegaard, a la relación del yo con el yo. Si uno vive de este modo, ¿hasta dónde se podrá llegar?
J: Tengo miedo de moverme.
F: Eso es exactamente lo que quería señalar. (Risas).
J: Ahora sé por qué mis sueños son tan cortos.
F: ¿Me puedes aclarar este punto? Yo no sé por qué tus sueños son tan cortos.
J: Acabo de tener un típico sueño recurrente y creo que mucha gente puede tenerlo al tener un problema de fondo y no es nada fácil de actuar. Es la rueda distante. No estoy seguro de qué tipo de rueda se trata. Se me viene encima y va creciendo, siempre aumenta de tamaño. Enseguida, finalmente, está ya encima de mí y tiene una talla que no sabría determinar, tan alta es. Y eso...
F: Si tú fueras esta rueda, ¿qué clase de existencia llevarías y qué harías con Jim?
J: ¿Qué clase de relación tendría yo como rueda?
F: Acabas de describir la rueda, que se agranda...
J: Cierto. Estoy a punto de rodar sobre Jim.
F: ¿Y cómo lo harías?
J: ¿Cómo lo haría? Continuando por mi camino, por mi camino habitual, continuaría y rodaría sobre Jim.
F: Háblale a Jim...
J: ¿Como la rueda?
F: Sí.
J: No sé lo que la rueda trata de decirle a Jim.
F: Bien. Te voy a ayudar y dime si acaso entiendo correctamente a esta rueda. "Yo estoy aquí, voy rodando, rodando y cada vez me hago más y más poderosa y nada puede atravesárseme en el camino. Jim, aunque te guste o no, te voy a arrollar...".
Así sería mi rueda. ¿Cómo sería tu rueda?
J: Yo diría que no vas a pasar por sobre mí.
F: Dilo a la rueda.
J: (Tentativamente). No vas a pasar por sobre mí. No te voy a dejar hacerlo.
F: ¿Te escuchaste la voz? Si fueras esa rueda, ¿crees que podrías detenerla con esa voz? (Risas).
J: No.
F: ¿Qué le dice la rueda a la voz de Jim?
J: Duro. (Risas).
F: ¿Y qué dice Jim?
J: Quizás Jim también tiene ese instinto; pero no lo sé. Mi primer impulso sería... decirle a Jim que hablara más fuerte... o no sé... El primer impulso sería tratar de...
F: ¿Te das cuenta cuántas veces usas las palabras "no estoy seguro, no lo sé, ¿qué debo hacer?". ¿Tendrá algún significado el que yo escuche tantas veces esas expresiones?
J: ¿Tiene algún significado?
F: Para ti, sí. El hecho de escuchar tantas veces estas expresiones provenientes de ti.
J: Sí, tienen un enorme significado en mi vida. Soy indeciso y no me comprometo con nada.
F: Ahora, en este sueño, ¿dónde está tu fuerza?
J: No veo que tenga fuerza, cuando tengo... en otras palabras, veo un tamaño que queda más allá... más allá de cualquier... es como la rueda, demasiado tremenda como para pensar oponerle resistencia.
F: Ya. Ahora vuelve a representar a la rueda. Esta vez trata de identificarte con ella y de representarla. Levántate y representa la rueda... Yo soy Jim......
J: Soy la rueda y yo... tú no tienes ninguna posibilidad. Voy a pasar por sobre ti y te... tú no te muevas.
F: ¿Sentiste algo de fuerza? ¿Sentiste alguna indecisión, ahora recién, cuando representabas la rueda?
J: No... sentí determinación.
F: Justamente. Allí es donde has colocado y proyectado tus potencialidades y en tal medida que queda muy poco de tu estudiada personalidad. Ahora representa a la rueda de nuevo. Elabora. ¡Oh! Ahora incluso tienes dos manos. Incluso empiezas a usar las manos.
J: Soy la rueda y no me parece que la rueda sea tan grande como creía. (Risas). Estás esparciendo dudas en la mente de Jim acerca de la verdadera fuerza de esta rueda, no puedo actuar, no puedo representar la rueda...
F: Bien, ahora siéntate. Háblale nuevamente a la rueda.
J: (Vacilante). Ahhh... (Risas)... Eres pura cháchara. /F: Dilo de nuevo./ Eres pura cháchara. /F: Otra vez./
Eres pura cháchara. /F: Otra vez./
Eres pura cháchara.
F: Ahora dile esto a la rueda.
J: Eres pura cháchara. Pareces grande, pero te detengo y no eres ni tan resuelta ni tan poderosa como pensaba que eras en un comienzo.
F: ¿Notas hasta qué punto has perdido la incertidumbre y todo lo que has recobrado de lo que proyectabas en la rueda?
J: Sí. Creo que... por grande que fuera en este momento, creo que haría cualquier cosa. En otras palabras, siempre he tenido la sensación de ¿qué puedo hacer yo? Pero al menos ahora sé que haría cualquier cosa posible... para detener la rueda... Y, ah... en esta cosa aquí, soy estéril y esto también fue parte de mi matrimonio... de eso estaba avergonzado, dijiste que me cubría los genitales.
F: La gran rueda. ¿Ya?
PREGUNTAS 1
P: ¿Y qué pasa si uno no se acuerda de ningún sueño? ¿Qué significa esto?
F: Tengo una teoría sobre esto. Uno no quiere encararse con su existencia. Para mí un sueño es un mensaje existencial de aquella parte de la personalidad que está faltando, y en el sueño se puede ver claramente cómo uno elude las cosas. Son muy típicas ciertas pesadillas en que uno se arranca. Uno puede estar bastante seguro de que los que no quieren recordar sus sueños son personas fóbicas. Y si uno se niega a recordar sus sueños, uno se niega realmente a encarar su propia existencia -a encarar lo que está mal en su existencia. Uno evita luchar con asuntos desagradables. Generalmente éstas son las personas que más o menos creen que han llegado a arreglárselas con la vida. Se sueña, pero no se recuerda. Uno sueña por lo menos cuatro sueños cada noche. Esto lo sabemos. Si una persona no puede recordar sus sueños, yo la dejo hablar a sus sueños ausentes: "Sueños, ¿dónde están ustedes?"
P: ¿Qué ocurre si se tiene un sueño muy corto?
F: A menudo le pido a alguien que relate un sueño. Puede ser muy largo y complicado, y antes que termine ha transcurrido toda una hora y uno está mucho más confuso que cuando comenzó el trabajo. Un sueño corto suele ser mejor para trabajar que un sueño largo. Si tienen uno largo, yo tomaría solamente un segmento muy pequeño. Creo que cada parte del sueño es parte de uno mismo: no sólo las personas, sino que cada ítem, cada estado de ánimo, cualquier cosa que aparezca. Mi ejemplo favorito es el siguiente: un paciente soñó que salía de mi consulta y se iba al Central Park donde atravesaba por una senda para equitadores. Le pedí que hiciera el rol de la senda y contesta indignado: "¿Qué? ¿Y dejar que todo el mundo se cague en mí?". Ustedes ven, realmente logró la identificación. Dejo que el paciente represente todas las partes, porque sólo si realmente las representa puede lograr la identificación plena, y la identificación es la acción contraria a la alienación. Alienación significa "eso no es mío, eso no soy yo, eso es algo diferente, algo extraño, algo que no me pertenece". A menudo nos encontramos con bastante resistencia para representar la parte enajenada. No se quiere reposeer, recuperar, aquella parte de uno mismo que se ha empujado hacia afuera de la propia personalidad. Así se empobrece uno a sí mismo. De aquí la ventaja del juego de roles; aún más, si dejo que el paciente haga él mismo todos los roles, logramos un cuadro mucho más claro que si usamos la técnica de sicodrama de Moreno. Él llama a actuar a otras personas que saben muy poco acerca de uno mismo. Traen sus propias fantasías o sus propias interpretaciones. El rol del paciente se falsifica porque el otro también tiene sus peculiaridades. Pero si todo lo hace uno mismo, al menos sabemos que estamos dentro de uno mismo. Además, en el sicodrama generalmente hay que atenerse sólo a las personas; en cambio, la utilización de la silla vacía nos permite representar roles de todo tipo de cosas: ruedas, arañas, rieles que faltan, dolores de cabeza, silencio. ¡Hay tanto invertido en estos objetos! Si conseguimos que estas cosas vuelvan a la vida, tendremos un material formidable que asimilar. Y toda mi técnica consiste en jamás interpretar, jamás. Únicamente realimentar (backfeeding) las situaciones, creando la oportunidad para que la otra persona se descubra a sí misma.
P: Me gustaría comentar sobre la sensación que nos queda en el estado de vigilia como resultado de un sueño. Sé que sueño todas las noches pero recuerdo muy pocos sueños. Si estoy angustiado, presiento que he tenido algunos sueños que producen angustias; otros días sucede que me encuentro muy feliz y exaltado y puedo recordar vagamente un sueño muy gratificante.
F: Ya. Estás eludiendo decir: "¿De qué estoy angustiado?". Adivinaría que ese día tuviste alguna actuación que hacer y no te permitiste ensayar en el sueño, no te preparaste para ese evento y que te falta actividad espontánea y que tienes que preparar las cosas. La angustia es siempre resultado del alejarse del ahora.
P: En mi caso, algunos sueños se han repetido durante años y años, e incluso he tenido uno donde no hay ninguna acción, únicamente escenas fijas. ¿Significa algo todo esto?
F: Claro. Tú evitas la acción.
P: Las personas que no están fragmentadas, que están bien integradas, ¿tienen sueños?
F: Por supuesto. Pero ahí uno ya no encuentra pesadillas. Ahí se encuentran intentos de llenar hoyos en la personalidad, de lidiar directa e inmediatamente con situaciones inacabadas. Mientras más fragmentada sea la persona, más carácter de pesadilla tendrán sus sueños. Siempre es buena idea mirar lo que se evita en el sueño. Después se pueden llenar los huecos.
Recuerdo un paciente que tenía "ceguera visual', sus ojos eran proyectados. Me explico: se creía continuamente observado por el Señor. Por supuesto, no le quedaban ojos, no podía ver. Un día soñó que estaba entre el público ante un escenario; pero no había nada en el escenario. Conseguí que subiera al escenario, y dijo: "Allí no hay nada". Le ordené que mirara más allá, y entonces dijo: "Claro, hay una alfombra ahí". Le pedí que describiera la alfombra.
"¡Oh, hay colores! ¡Y cortinas!". Y entonces despertó repentinamente, un "mini-satori". "¡Ah! ¡Puedo ver!". Súbitamente recobró los ojos. Esto no significa que los ojos se vayan a quedar con él, pero al menos descubrió que podía ver, que no estaba obligado a ser siempre el centro de atracción de otros ojos. Este es un caso típico: donde los otros tienen ojos, él no tenía nada.
P: ¿Podrías comentar un minuto sobre los problemas existenciales? ¿Qué son exactamente?
F: Les daré un ejemplo. Una persona puede estar avergonzada de algo, ¿verdad? Pero algunas personas tienen vergüenza existencial, vergüenza de existir, vergüenza de ser. Tienen que justificar su existencia. En otras palabras, la idea de existencia es mucho más amplia que el mero tratamiento de síntomas o de rasgos del carácter. Muchas personas ni siquiera tienen la sensación de que realmente existen y para seguir más allá hace falta entrar en la filosofía de la nada, lo cual sobrepasa el objetivo de este seminario. Por el momento, consideren la filosofía existencial como filosofía que se ocupa del ser en cuanto realmente existente. La primera pregunta sería: ¿por qué el ser, y no más bien el no ser? La mayoría de las filosofías están interesadas en explicar la vida o en la enunciación de ideales según los cuales una persona debiera vivir.
Permítanme darles algunos ejemplos de la filosofía de la nada comparada con otras filosofías. Ignoramos lo que ocurrió en el pasado y cuando tratamos de averiguar cosas como el comienzo del mundo, nos topamos con la nada. Ahora bien, para muchas personas esta nada trae consigo una sensación de embrujamiento. Sienten que hay un vacío. Y es así como lo llenan con cosas, y cada religión rápidamente inventa algo acerca del principio del mundo. Esto es lo que habitualmente hace la filosofía: explica. Y desde luego que este afán de explicarlo todo se interpone en el camino del verdadero entendimiento. Nos entrega algunas razones, algunas justificaciones y un poco de mierda de elefante. Yo diría que la mejor definición del existencialismo es la frase de Gertrude Stein: "Una rosa es una rosa es una rosa". Lo que es, es.
P: Desde el punto de vista sicológico, hay un problema existencial. En sicología, el problema del aquí y el ahora sin... Estoy tratando de crear un puente entre la sicología y la filosofía.
F: No hay ningún problema acerca del aquí y el ahora. Uno puede fabricar un problema a partir de ello, olvidando que se está siempre en el aquí y el ahora. ¿Estás tú aquí ahora? No. Estás aquí, pero esencialmente no estás aquí. Estás en tu computadora. Yo dudo que estés respirando, o viéndome siquiera, o consciente de tu postura, así estás de restringido en este momento. Es muy posible que tu existencia gire únicamente alrededor de tu pensar. ¡Cuánta gente en nuestra época existe únicamente como computadora! Piensan y piensan y piensan, y construyen una tras otra explicación y el verdadero entendimiento falta. ¿Han leído alguna vez el libro de Steinbeck, The trapes of Wrath? La mujer descrita al final del libro, la madre, ella entendió. Estaba entera ahí.
P: ¿Hay algún modo de saber si un sueño es una compensación o si es un mensaje directo?
F: Siempre es un mensaje críptico. Si fuera un mensaje directo, no habría necesidad de soñarlo. Entonces uno sería honesto, es decir, estaría sano y cuerdo. No se puede ser honesto y neurótico al mismo tiempo.
P: Dijiste que un sueño es siempre un mensaje críptico. Una vez tuve un sueño. Creí que era un mensaje muy simple y al día siguiente las consecuencias del sueño eran esquemas muy específicos a seguir en términos de mi experiencia. Por esto no creo que siempre los sueños sean crípticos; éste pareció más bien una especie de preparación sicológica para lo que iba a ocurrir, ¿o no vi en absoluto lo que había detrás de él?
F: Ya. Hay algo enterrado. Hay muchas cosas que en realidad son parte del "trance" en que vivimos. Ya ves, muy pocos de nosotros estamos despiertos. Yo diría que la mayoría de los hombres modernos viven en un "trance verbal". No ven ni escuchan, y el despertar toma bastante tiempo. En terapia, ustedes advirtieron unos cuantos pequeños despertares, lo que llamo "mini satoris". Posiblemente un día uno llegue a estar totalmente despierto y tenga entonces su "satori". Muy a menudo hay este despertar, y luego un retorno hacia atrás dentro del trance de la persecución, o del verbalismo; esto que dices es parte de estos trances aun si representas el sueño en la realidad.
P: Puedo aceptar este actuar hacia afuera, puedo aceptarlo. Pero no fui capaz de controlar físicamente los hechos que ocurrieron. Sólo cuando me di cuenta de lo que me estaba ocurriendo en una situación sobre la cual no tenía ningún control, me acordé del sueño. De modo que no me pareció un mensaje críptico. Esto es lo que te he estado tratando de decir. Me pareció una relación muy real y preparación para esa falta de control.
F: Me miras como si estuvieras esperando una discusión.
P: Estoy discutiendo conmigo mismo, tratando de decidir...
F: Ah. Ah, ah. Definitivamente escucho un desafío.
P: Bien. ¿Sigues creyendo que todos los sueños son mensajes crípticos?
F: Sí.
P: Si el niño es naturalmente zurdo y sus padres lo fuerzan a ser diestro, ¿esto tendrá algún efecto sicológico sobre él?
F: Sí. Evidentemente. Porque entonces se pone doble carga en el lado derecho. El resultado es a menudo el tartamudeo.
P: He notado que no me agrada mostrar el lado izquierdo. Suelo sentarme donde la gente puede verme únicamente el lado derecho. Me operaron la nariz, para corregir los costados, de modo que ambos se vieran más parejos; por otra parte, tengo arqueada y dura la ceja derecha y esto siempre me ha molestado. Quería ser más suave, como lo soy en el lado izquierdo. ¿Es esto una resistencia a aceptar el lado derecho, el lado masculino?
F: Me preguntas acaso tienes una resistencia. ¿Qué crees tú?
P: Creo que sí, que la tengo.
F: Bien.
P: ¿Qué opinas de la meditación?
F: La meditación es ni cagar ni bajarse de la bacinica.
P: ¿Es posible utilizar una situación vital no resuelta como si fuera un sueño y trabajarla del mismo modo?
F: Sí. Del mismo modo.
P: ¿Qué dice la Terapia Gestáltica sobre la sicosis?
F: Aún tengo muy poco que decir acerca de la sicosis. Estamos trabajando siempre con los opuestos, con las polaridades. Veamos por ejemplo la esquizofrenia, que es la sicosis que más le interesa a la mayoría de la gente. Nuestro mundo está compuesto de tres esferas... ustedes comprenderán que esto es muy esquemático. La zona del yo, la zona interna que es esencialmente... digamos que es la zona del animal biológico. La zona externa -el mundo alrededor nuestro. Entre ambas está la ZDM, la zona-des-militarizada, descubierta esencialmente por Freud bajo el nombre de complejo.
En otras palabras, en la zona media hay una vida de fantasía de lo consciente llamada "mente" y que está llena de expectaciones catastróficas, de fantasías, de actividad computacional -cháchara de programas, de planes, de pensamientos, de construcciones. Esta zona intermedia se apodera de toda la energía, de toda la excitación, de modo que resta muy poco disponible para estar en contacto con uno mismo o con el mundo.
Freud tuvo la buena idea de vaciar esta zona media, pero en la práctica con el sicoanálisis uno se queda en la zona intermedia. No es permitido tocar, salir, descubrir uno mismo toda la gama de experiencias físicas, estar en contacto con el mundo, etc.
En la esquizofrenia encuentro -y esto especialmente a través de la investigación de mi propia zona esquizofrénica- que hay muchos restos muertos donde la excitación no puede llegar. El sicótico tiene un estrato de la muerte muy grande, y la fuerza vital no puede nutrir esa zona muerta.
Sabemos que la energía de la vida, la energía vital, la energía biológica o como quieran llamarla, se hace inmanejable en la sicosis. En vez de estar diferenciada y distribuida, sale a borbotones. De modo que lo único que hacemos es sacar pedazos del cerebro o aniquilar esta excitación con tranquilizantes. Hacemos esto para lograr un comportamiento relativamente racional. Pero esto no cura al paciente, porque entonces su yo deja de recibir la cantidad suficiente de vitalidad para lidiar con las exigencias de la vida.
Me parece que hay algunas semejanzas entre los sueños y las sicosis. Ambos parecen absurdos para el que los ve de afuera y ambos parecen reales para la persona afectada. Mientras se está soñando, el sueño parece absolutamente real. El sueño más absurdo, el sueño más terrible, no conlleva ninguna duda sobre qué realmente es eso, lo del sueño, lo que ocurre. No sabemos mucho acerca de la sicosis, pero sabemos bastante acerca de los sueños.
Una diferencia muy interesante entre los sueños y la conducta y mentalidad del sicótico, es que habitualmente el sicótico ni siquiera intenta enfrentarse con sus frustraciones; simplemente las niega y se comporta como si no existiesen. En los sueños, sin embargo, vemos un intento de sobreponernos a ellas. Ustedes saben que la mayoría de los sueños son pesadillas. La pesadilla es un sueño donde uno se frustra a sí mismo y entonces trata de sobreponerse a eso. No se tiene éxito en el sueño; pero en la medida en que se insiste, especialmente con el trabajo sobre esos sueños, se llegan a resolver estas autofrustraciones y se aprende a luchar con ellas.
Estos son unos pocos puntos de relación entre los sueños y la sicosis, que creo valdría la pena investigar. Quizás también valdría la pena investigar la forma en que el lenguaje absurdo de los sicóticos puede hacerse comprensible.
Sabemos de seguro que una persona puede internarse en un hospital mental y mejorarse, salir y nuevamente tener una recaída. Esto indica que debe haber involucrado un importante factor situacional o conductual. No puede ser únicamente cuestión de química. También es cierto que la relación entre la química y la conducta ha sido escasamente investigada. La locura está en la mente a pesar de lo que digan los químicos fisiológicos. Lo perturbador está primariamente en la fantasía.
Entonces podemos ver en el esquizofrénico la misma polaridad que vemos en la mayoría de la gente. Vemos personas que están en contacto únicamente con ellas mismas, personas retraídas, inhibidas, que no están en contacto con el mundo. Poseen una rica vida interior, pero están cerradas al mundo. También tenemos al esquizofrénico paranoico que no tiene contacto consigo mismo, que está únicamente en contacto con el mundo, siempre escudriñándolo, pero insensibilizado. Otra vez comprobamos que únicamente le funciona una pequeña parte de sí mismo. Así, ninguna relación racional es posible. Esto es todo lo que quiero decir al respecto.
JUDY
Judy: Puedo preguntar, doctor Perls, ¿por qué siempre dicen que uno tiene sueños simbólicos? A mí esto nunca me ha sucedido...
Fritz: Yo no sé lo que son los símbolos./ Un trauma que he revivido... nunca he soñado nada imaginario. Sufrí un trauma que realmente sentí. Era exactamente como ocurrió. ¿Cuál es el significado de eso? ¡Ah, en los últimos años he tenido... ha cambiado... usted sabe, ya no sueño más acerca de esto, pero...
F: No capto el mensaje. Quieres decir algo, pero no te entiendo. ¿Podrías venir acá?
J: Si no me hace hablar acerca del sueño. No recuerdo nada muy bien...
F: Te escucho. Me estás diciendo frases sueltas y me gustaría captar el mensaje.
J: (Nerviosamente). Déjame fortalecerme con un cigarrillo antes de subir. ¿Alguien tiene un fósforo? (Le encienden el cigarrillo mientras sube hacia la plataforma). Gracias.
F: ¿Y qué hay ahí? (Fritz señala los fósforos que ella tenía en la mano todo el tiempo; ella se ríe). ¿Y qué es lo que hay ahí?
J: Hace poco leí Sex and the Single Girl (El sexo y la muchacha soltera), decía que uno jamás debiera llevar sus propios fósforos...
F: (Suavemente). Cállate. Ella está manipulando el ambiente para conseguir apoyo. Tiene sus propios fósforos, pero tiene que manejarlos a ustedes para que la cuiden. Esto es el primer mensaje...
J: ¿Sí?
F: ¿Sí? ¿Tú me preguntas a mi?
J: (En forma invitante, erguida y controlada). Este es su espectáculo, doctor.
F: (Al grupo). ¿Se dieron cuenta del cambio? Es mi espectáculo. Yo quiero obtener algo de ella.
J: (Risa nerviosa y un tanto asustada). No creo que lo vaya a lograr.
F: Bueno, el escenario está preparado. Quiero algo de ella que no voy a conseguir.
J: Ya he oído hablar de usted.
F: Me está tratando de enganchar antes de hacer caer el hacha.
J: ¿Cuál hacha, la suya o la mía?
F: Por favor, convierte esta pregunta en una afirmación.
J: ¿Hacer una afirmación acerca de eso, acerca del hacha? Uhhhh. ¿Quién va a dar el golpe, usted o yo?
F: Esto es una buena demostración: lo que llamamos el juego del cazador de osos. Ella está jugando el juego del trampero. Se va a la trampa y espera que uno se atrape, de modo que... ¡pssst!...
J: Yo no soy viciosa... (Fritz comienza a encender un cigarrillo, pero intencionalmente frota el fósforo donde no va a encender -jugando así el juego de Judy-, muchas risas).
J: Usted necesita apoyo, doctor, no puede prender su propio cigarrillo. (Fritz continúa frotando el fósforo donde no va a encenderse. Finamente Judy se lo prende... Fritz primero se ve aburrido, luego cierra los ojos y finge dormir).
J: Usted está respirando demasiado profundamente para uno que duerme... (Fritz sigue con los ojos cerrados)...
J: ¡No me obligue a darle una pateadura! (Rugidos de risas).
F: Bien. Muchas gracias.
BEVERLY
Beverly: Supongo que esperas de mí que te diga alguna cosa interesante. No tengo sueños interesantes. Los míos son evidentes.
Fritz: ¿Te das cuenta de que estás a la defensiva?... No te pedí que trajeras únicamente sueños.
B: Tú los pediste anoche y temí que esto me descalificaría. Si pudiera fabricar unos pocos...
F: En este momento tienes una postura muy interesante. La pierna izquierda apoya a la pierna derecha; la pierna derecha sostiene a la mano derecha y ésta a la mano izquierda.
B: Sí. Esto me da algo en que apoyarme. Pero con tanta gente allí en el auditorio, como que me da pánico de escena. Son tan numerosos.
F: Tienes pánico de escena y hay gente delante tuyo. En otras palabras, estás en el escenario.
B: Sí, supongo que eso es lo que siento.
F: Bien, ¿y qué tal si nos ponemos en contacto con todo el auditorio?
B: Bueno, se ven muy bien. Tienen caras maravillosas.
F: Es a ellos a quienes les debes decir.
B: Ustedes tienen caras muy cálidas, muy interesantes, muy interesantes... con... con mucho calor.
F: Vuelve atrás, a tu pánico de escena. ¿Qué sientes ahora?
B: Ya no tengo más pánico de escena. Pero mi marido aún no me mira.
F: Ahora míralo a él.
B: Eres el único que mira estando pendiente de sí mismo. Nadie más me mira de modo tan avergonzado. (Risas). Crees estar aquí arriba, ¿no es cierto? O como si tu hija estuviera aquí arriba, ¿verdad?...
X: (Desde el auditorio grita). ¡Contesta!
Marido: Es ella la que está arriba y está tratando de colocarme a mí allá.
F: (Al marido). Claro. Tú tienes la respuesta. (A Beverly). "Tú debes saber lo que yo siento".
B: Bueno, por lo general él no contesta. ¿Pretendes que se quede sin su rol? (Muchas risas).
F: ¡Ah! En realidad eres una apaleadora.
B: Necesitas un cenicero.
F: "Yo necesito un cenicero". (Fritz levanta y muestra su cenicero). Ella sabe lo que yo necesito. (Risas).
B: ¡Oh!, ya tienes uno. (Risas).
F: Ahora a mí me está dando pánico de escena. (Risas). Siempre me ha costado mucho tratar con "madres judías". (Risas).
B: ¿Acaso no te gustan las "madres judías"?
F: Oh, las adoro. Especialmente por sus sopas de matzo-ball. (Risas).
B: No soy una madre judía gastronómica, una simple madre judía. (Risas). Tampoco me gusta el pescado gefilte. Supongo que salta a la vista que soy una madre judía. Bueno, eso no es malo. Eso pasa. Incluso es bastante bueno serlo.
F: ¿Qué estás haciendo con las manos?
B: Bueno, las uñas de los pulgares se están tirando entre sí.
F: ¿Qué se están haciendo?
B: Están jugando. Lo hago a menudo. Ya ves que no fumo, ¿qué otra cosa voy a hacer con las manos? No está bien que me chupe los dedos.
F: Eso también es de madre judía. Tienen razones para todo. (Risas).
B: (Bromeando). Y si no las tengo, las fabrico. (Risas). El universo ordenado. ¿Qué tiene de malo ser una madre judía?
F: ¿Acaso dije que era malo ser una madre judía? Sólo dije que me resultaba difícil entenderme con ellas.
Hay una famosa historia sobre un espadachín tan hábil que podía partir una gota de lluvia; cuando llovía, usaba la espada en vez de un paraguas. (Risas). Ahora bien, también hay espadachines intelectuales y conductuales que, en respuesta a cada pregunta, a cada afirmación, devuelven el golpe. Así que haga uno lo que haga, inmediatamente se verá castrado o noqueado con algún tipo de respuesta, haciéndose la estúpida o la desvalida o cualquier otro juego. ¡Ella es perfecta!
B: Jamás me había dado cuenta de eso.
F: ¿Lo ven? Nuevamente la espada. Haciéndose la estúpida. Voy a repetir una vez más lo que acabo de decir. La maduración es la trascendencia desde el apoyo ambiental hacia el apoyarse a sí mismo. El neurótico, en vez de movilizar sus propios recursos, usa toda su energía en manipular el ambiente para obtener apoyo. Y lo que tú haces es manipularme a mí una y otra vez, manipulas a tu marido, manipulas a todo el mundo para que vengan al rescate de la "damita en desgracia".
B: ¿Cómo te manejé a ti?
F: ¡Otra vez! Ustedes son testigos. Por ejemplo esta pregunta. Esto es muy importante para madurar: cambiar las preguntas por afirmaciones. Cada pregunta es un anzuelo, incluso yo diría que la mayoría de las preguntas son invenciones para torturarse uno mismo y a los demás. Pero si transforman la pregunta en una afirmación, abren mucho de su trasfondo. Este es el mejor modo de desarrollar una buena inteligencia. De manera que cambia tu pregunta en una afirmación.
B: Bueno... eso implica que, ah, hay una falla en mí. ¿Esa fue tu intención?...
F: Pon a Fritz en esa silla y hazle la pregunta.
B: ¿No te gustan las mamás judías? ¿Tuviste acaso una que no te gustó? Bueno, me gustan. Sólo que es muy difícil vivir con ellas. ¿Qué es lo que las hace tan difíciles?
Bueno, son muy dogmáticas, muy opinantes y muy inflexibles, y la caja que se construyen a su alrededor para vivir es un poco más estrecha que muchas otras. Son menos fáciles de tratar terapéuticamente.
Dime, ¿todo el mundo tiene que someterse a tu terapia? No. (Risas).
(A Fritz). ¿Alguna vez has cambiado sillas contigo mismo?
F: (Riéndose). Oh, sí... ¡Oh! ¡Incluso a mí me tragaron! (Risas).
B: Dijiste que tenías problemas con las madres judías. (Risas).
M: ¿Entienden ahora por qué no contesté? (Risas y aplausos).
F: Justamente. Han visto, una "madre judía' no dice: "No debieras fumar tanto". Ella dice: "Necesitas un cenicero". (Risas). Bien. Gracias.
MARINE
Maxine: Este es mi sueño. Estoy en casa de mis padres y...
Fritz: Bien, ¿podrías en primer lugar representar tu voz?: "Yo soy la voz de Maxine. Soy fuerte, suave, zumbante, musical, estoy viva...
M: Yo soy la voz de Maxine y tengo muy poca vida... con poco sentimiento, y me siento muy diferente a lo que representa mi voz.
F: Bueno. Ten un encuentro con tu voz. Pon tu voz aquí y tú te sientas allí. Di esto: "Voz, no tengo ninguna relación contigo. Eres diferente de mí".
M: Voz, tú eres diferente de mí. Me siento enteramente diferente de -de- del modo como tú suenas. Estoy nerviosa, estoy temblando, estoy muerta de miedo...
F: Eso es lo que tú sientes.
M: Tengo el estómago... el estómago... saltón.
F: Bueno, ahora sé tu voz.
M: Yo... yo sé que tú no... que no quieres que... que exprese realmente cómo te sientes, así que te estoy ayudando a disimular.
F: Ahora, escribe un guión, lo cual significa que con cada frase o cada vez que quieras cambiar de roles, te cambias de asiento. Ahora la voz le dice a Maxine: "Quiero ocultar lo que sientes".
M: Pero yo no quiero que ocultes lo que siento. Yo quiero... yo quiero que dejes ver mis sentimientos, quiero que tú...
F: Dilo de nuevo. "Quiero que dejes ver mis sentimientos".
M: Con mayor vivacidad. Quiero que dejes ver mis sentimientos, quiero que me dejes ser una persona.
F: De nuevo.
M: Estoy aburrida y cansada de... de que tú me estés protegiendo todo el tiempo. Yo quiero... yo quiero ser yo misma.
F: Repite, "yo quiero ser yo misma".
M: Yo quiero ser yo misma. /F: De nuevo./
Me gustaría ser yo misma, ¡voz! Quiero que dejes de protegerme. / F: De nuevo./
Quiero ser una persona genuina. /F: De nuevo./ ¡Quiero ser yo sola! ¡Deja ya de protegerme!
F: Dile esto a Brian. (Novio).
M: Deja ya de protegerme...
F: ¿Lo sientes?
M: No. Tengo miedo de decirlo.
F: Dile esto a él...
M: No me hagas de tapadera.
F: Bueno, vuelve a cerrar los ojos. Cierra los ojos otra vez y entra en tu cuerpo. ¿Qué es lo que vivencias?
M: Muy nerviosa. Me están temblando las piernas y los brazos y tengo el estómago lleno de nervios.
F: Trata de bailar ese nerviosismo. Expresa con movimientos todo lo que sientes.
M: Me siento como apretada, en mi...
F: Claro. (Fritz levanta un brazo). Ahora apriétame a mí, apriétalo más, más, más. Implótame... ¿qué sientes ahora?...
M: Me siento más relajada.
F: ¡Ah, ah! Porque me hiciste a mí lo que generalmente te haces a ti misma. Esta es una regla de oro en Terapia Gestáltica: "Hacer a los demás lo que te harías a ti mismo". Ahora estamos listos para el sueño; cuéntamelo.
M: Yo estaba en la casa, y estoy... estoy con mi hermana, y... y lo estamos pasando muy bien.
F: ¿En el sueño? /M: Sí./ ¿Cómo lo están pasando bien?
M: Hablamos, hacemos cosas las dos juntas...
F: ¿Qué es lo que hacen juntas? Te he dicho que no puedo entender el lenguaje abstracto. Necesito algo real en qué trabajar.
M: Nosotras... nosotras escapamos juntas, nosotras...
F: Ustedes escapan juntas.
M: Huimos de la gente, y...
F: No entiendo la palabra "gente". ¿De quién se escapan?
M: De nuestros padres.
F: ¡Ah! Esto se pone entretenido.
M: Es entretenido. Y nos entendemos. Yo le puedo decir... puedo aliviar mi hostilidad en ella, le puedo gritar y la puedo molestar. No puedo hacer esto con mis padres. Lo único que puedo hacer con ellos es escucharlos y hacerme la muerta.
F: Bien. Ten un encuentro con tu hermana.
M: Eres una inútil. No sirves para nada. Soy mejor que tú...
F: Cámbiate de asiento. ¿Qué te contesta?
M: No me gusta que me trates de inútil. /F: Di eso de nuevo./ (Más fuerte). No me gusta ser tratada de inútil./ F: De nuevo./ (Animada). No me gusta ser tratada de inútil. /F: De nuevo./ ¡Estoy aburrida y cansada de ser llamada inútil todo el tiempo!
F: Ahora sí que pareces de verdad. ¿Lo escuchas tú?
M: Por eso no me gustas (voz alta y petulante), y te odio, yo no...
F: No creo en tu odio. "Te odio". Allí no escuché odio alguno. Otra vez haces literatura.
M: Tú eres la inútil.
F: ¡Ah! Di esto de nuevo.
M: Tú eres una inútil, tú eres una inútil, yo no soy la inútil. Tú eres la inútil.
F: Cámbiate de asiento... ¿Qué es lo que vivencias ahora?
M: Siento como que quisiera hacerla pedazos. Me gustaría rajarle la ropa, y quitarle las piernas, me gustaría hacerla pedazos.
F: Entonces hazlo, baila esto. Actúalo.
M: No puedo actuarlo.
F: ¡Hazlo! No me digas esa idiotez... A mí me pudiste apretar muy bien. ¿Tenemos alguna cosa que pudiera hacer pedazos? (Alguien trae unos diarios). Y respira hondo cuando lo hagas, y haz ruido. Haz ruido.
M: No puedo hacerte pedazos, Norma... me gustaría hacerlo, pero...
F: ¿Ya? ¿Cuál es la objeción?
M: Yo... yo... tú no eres la persona que quiero destruir y matar.
F: Ajá.
M: No quiero hacerte daño.
F: ¿De qué modo no quieres hacerle daño? (Risas).
M: No es a ti... no te quiero matar a ti. No te quiero hacer pedazos. No quiero... no quiero convertirte en vegetal. No matarte físicamente, pero no quiero...
F: ¿A quién quieres matar?
M: (Suavemente). Me gustaría matar a mi padre.
F: Bueno. Llamemos a papá. (Fritz sube). Tú sabes seguramente que los padres nunca son buenos, los padres siempre tienen fallas. Si son altos, entonces debieran ser bajos. Si son eso, entonces debieran ser esto. Rezóngale a él. ¿De qué modo no llena tus expectativas? ¿Cómo debiera ser él?
M: Me debiera dejar sola.
F: Dile esto a él.
M: (Petulante, reclamando). Déjame sola, papi. Vete de mi lado. Déjame vivir mi propia vida y no interfieras más, déjame sola.
F: ¿Te escucha?
M: No.
F: Inténtalo otra vez. Establece comunicación.
M: Me... me siento muy triste cuando te digo esto.
F: Dilo a él.
M: Me siento triste cuando te digo esto, porque en realidad no quiero hacerte sufrir. Me siento culpable cuando te trato de herir.
F: En Terapia Gestáltica traducimos la palabra "culpable" por resentida; así que ensayemos esta frase para ver si te calza. ¿Cómo lo llamas a él?
M: Papi.
F: "Papi, estoy resentida por esto y aquello, estoy resentida por esto y aquello"
M: Papi, estoy resentida, estoy resentida porque tratas de hacerme... satisfacer tus necesidades.
F: Tales como...
M: Estoy resentida porque me dices dónde debo vivir, qué debo hacer, porque sé que me dices esto únicamente por... por tus propias necesidades. Quieres que viva cerca tuyo. Quieres que yo...
F: ¿Qué estas bloqueando en este momento?
M: Estoy tratando de pensar... estoy tratando de pensar cómo poner en palabras lo que quiere que yo haga.
F: Bien, represéntaselo a él. Déjalo que diga: "Maxine, quiero que vivas cerca mío... .
M: Todo lo que quiero de ti, Max -todo lo que te he dado, todo lo que he hecho por ti-, todo lo que deseo de ti en retribución es que seas una buena hija. Quiero que hagas lo que las otras personas hacen. Quiero que... quiero que seas farmaceuta -ya tienes tu título-, pero en lugar de eso estás echando todo al diablo. Si hicieras lo que te digo, cuando cumplas cuarenta años, podrías jubilar, podrías tener todo el dinero que quieras. (Risas).
No quiero ser farmaceuta. Nunca quise ser farmaceuta.
F: Haz al papá de nuevo.
M: Nunca te dije que estudiaras farmacia. Puedes hacer lo que quieras. No me importa lo que hagas. Todo lo que te pedí es que hicieras algo en que ganaras mucho dinero y tuvieras buena reputación.
F: ¿Podrías hacer algo bizarro? ¿Ya?
M: Sí.
F: Sigue representando a tu papá, y entonces vuelve atrás y cada vez que le contestes, dile: "¡Ándate a la mierda!". (Risas).
M: ¿Cada vez le digo: "¡Ándate a la mierda!"?
F: Sí. ¿Él te sermonea, verdad? Entonces déjalo predicar y cada vez que trate de convencerte, dile: "Ándate a la mierda".
M: Estoy muy enfermo, y... y no puedo soportar cómo me tratas. Me vas a terminar matando.
F: Ahora cambió el tono. Estás jugando a la reina de la tragedia. (Risas). Dile eso.
M: Papi, estás jugando a la reina de la tragedia. Representas al pobre viejo indefenso: "Ten compasión de mí". Eso es lo que me dices: "Ten lástima de mí". Viejo débil. Yo... estoy cansada y aburrida. Y no tengo la culpa si eres un viejo débil.
(Ronca). Se queda dormido. (Risas).
Maldición, papi, estoy tan enojada contigo... Cada vez que quiero expresarte alguna cosa o decirte algo, no escuchas nada. Todo lo que digo te parece idiota.
F: Pon más de tu parte... métete entera.
M: Siempre que te quiero decir algo, me consideras una irresponsable. Siempre igual...
F: (Imitándole el tono). Nyanyanyanyanyanya.
M: Nyanyanyanyanyanya. ¡Estoy cansada y aburrida de que me traten como a un niño. ¡No soy una niña!
F: Pero tu voz no lo dice. Tu voz es la de un niño petulante. Prueba mi remedio. Dile: "Ándate a la mierda".
M: Ándate a la mierda, viejo imbécil. (Rugidos de risas y aplausos). ¡Cómo te atreves a decirle cosas tan horribles a tu padre! Yo jamás hablé así. No te crié para que hablaras de ese modo. Eres una perdida... la culpa la tiene toda la educación que has estado recibiendo. (Risas).
Tienes la mente estrecha... tienes la mente tan estrecha que no puedes ver nada, excepto /F: Nyanyanyanyanya./ tu propia nariz.
F: Nya. ¿Escuchas tu voz? Bueno, síguele hablando, pero escucha tu voz.
M: Ojalá pudiera decirte lo que realmente pensaba de ti.
F: Ya. Eso sonó de verdad. Dilo de nuevo.
M: Ojalá pudiera decirte lo que realmente pensaba de ti.
F: ¿Y quién te lo impide? Él no está aquí. Arriésgate.
M: Si no fuera porque te morirías y me echarías toda la culpa a mí, yo... realmente te diría unas cuantas cosas.
F: Bien. Él está muerto.
M: ¡Gracias a Dios! (Risas).
F: Ahora sí que verdaderamente puedes hablar.
M: Siento como si su muerte fuera enteramente por mi culpa.
F: Oh, esto es su voz. Ya pues, cambia. Yo quiero escuchar lo que dice. "Es todo por tu culpa".
M: Es todo por tu culpa. Estaba... estaba enfermo y sin fuerzas. Tengo todo tipo de enfermedades. Tengo todo tipo de males. Y tú me gritas... porque no me quieres, porque eres una ingrata, porque no me ayudas; me morí porque no estuviste conmigo cuando te necesitaba. Es todo por culpa tuya.
F: Bien, cámbiate. "Es mi culpa".
M: Sí, claro. Así que soy un desastre. ¿Eso te hace feliz ahora? ¿Te sientes orgulloso de mí? ¿Eso es lo que quieres? ¿Pensar que tu hija es un desastre? Bien, lo admito, soy un desastre y voy a continuar siendo un desastre.
Bueno, ya te lo dije. Me morí y te arrepentirás. Algún día te arrepentirás.
F: De nuevo.
M: Algún día te arrepentirás.
F: ¿Cuándo?
M: Algún día. Cuando te des cuenta, cuando crezcas y te des cuenta cómo me has maltratado, cuando te des cuenta que me morí por tu culpa; entonces vas a estar arrepentida.
F: Bien. Ahora dile esto a alguien del auditorio. Dile esto a Brian (el novio). Ve si te conviene esta frase: "Algún día te arrepentirás por haberme tratado así". (Risas).
M: (Ríe nerviosamente). Por favor, no te rías de mí. (Carraspea). Algún día vas a estar arrepentido. Estarás arrepentido, porque... porque no me trataste bien. Me vas a perder.
F: Dile por qué estás resentida con él. ¿Qué estás vivenciando ahora?
M: Me siento avergonzada... y... y como si no tuviera derecho a hablar contigo así. (Suspira).
F: ¿Qué es lo que sientes? ¿Qué es lo que vivencias? ¿Qué es lo que sientes físicamente?
M: Sin vida, nada. La muerte. Siento como que no tengo razón de existir...
F: De modo que en vez de andar para adelante, andas para atrás, ¿eh? Bien, vuelve a mí. ¿Cómo te sientes conmigo?
M: Te tengo miedo.
F: ¿Qué quieres hacerme?
M: Me gustaría ser amiga tuya.
F: Bueno, si me tienes miedo, es porque estás proyectando alguna agresión sobre mí.
M: Tengo miedo de que te acerques demasiado a mí.
F: Ajá. ¿Cuánto me puedo acercar?
M: No sé. (Risas). De eso es lo que tengo miedo.
F: Bueno, volvamos atrás y digámosle esto a papá...
M: Papi, tengo miedo de que te acerques demasiado a mí. Y tengo miedo de que me vayas a meter todos tus ganchos. Temo que me vayas a convertir en una masa -en nada...
F: Entonces juega a papá: "Te voy a enganchar".
M: Te voy a agarrar.
F: Claro. Aquí es donde está ahora toda tu fuerza. Haz una bruja.
M: (Con fuerza). Soy más fuerte que tú... Y te voy a agarrar y te voy a meter en una jaula por el resto de tu vida. (Las manos extendidas y cerrándose sobre algo).
F: ¡Oh! ¡Oh!, esto se parece a un estrangulamiento.
M: Te voy a estrangular... /F: Ya./ Voy a hacer de ti algo igual a tu madre. Te voy a convertir, te voy a reducir al nivel de... te voy a hacer exactamente lo que yo quiero que tú seas. Tú vas a cumplir todos mis deseos. Tú vas a ser mi esclava. Te voy a quitar todos tus sentimientos, hasta que lo único que sientas sea lo que yo siento, hasta que seas capaz de captar sólo mis sentimientos, y... y... cuides de mis sentimientos. Olvídate de los tuyos. Ellos no son importantes. Son inmaduros. Son infantiles.
F: ¿Cómo te sientes en ese rol?, ¿como el manipulador?
M: No me gusta.
F: ¿Sientes fuerza?
M: Sí.
F: ¿Te reconoces a ti misma como el manipulador? (Ella mueve la cabeza). No. Entonces no tiene valor... ¿Qué es lo que vivencias ahora?...
M: Estoy furiosa con mi padre.
F: Bien.
M: No me vas a hacer esto a mí, papá. No te lo voy a permitir.
F: Repite esto.
M: (Más fuerte). Tú no me vas a hacer esto a mí.
F: Aún no escucho ningún enojo. Escucho reclamos. Nyanyanya. Hasta ahora toda la fuerza está aún en él, y tú aún estás a la defensiva.
M: Papá, no me puedes hacer esto. No sé... no te puedo detener cuando estás cerca. Si no te puedo detener cuando estás cerca, me voy a alejar de ti. Voy a colocar una distancia entre ambos -las millas que hay entre ambos-, tantas como sean necesarias para que no me puedas hacer esto. No te lo voy a permitir. Si tengo que huir de ti, lo haré.
F: Di esto: "No te voy a permitir".
M: No te voy a permitir. /F: Más fuerte./ ¡No te voy a permitir! !F: Más fuerte./ ¡Maldición! (grita) ¡No te lo voy a permitir!
F: Más fuerte. Dilo con todo el cuerpo.
M: ¡NO TE LO VOY A PERMITIR!
F: De nuevo, aún no te lo creo. Todavía es pura literatura, lloriqueo... No te siento confiada aún.
M: No lo puedo decir más fuerte.
F: Él es aún el más fuerte.
M: Entonces voy a huir de él.
F: Claro. Esto es algo que aún tienes que trabajar para poder enfrentarte a él. No como un bebé llorón, sino como una mujer adulta.
M: Ya sé lo que me quieres decir. Gracias.
F: Quiero contarles acerca de mi último hobby. Jerry Greenwald, un antiguo alumno mío, publicó un trabajo muy hermoso. Desde luego que, como todos los sicólogos, tuvo que usar letras, números y nombres; así, dividió a las personas en: gente T y gente N. La gente T son personas tóxicas y la gente N son personas nutritivas. Les sugiero que escuchen muy cuidadosamente cada vez que se encuentren con alguien, y averigüen si es tóxico o nutritivo. Si es tóxico, se sentirán blaaah, cansados, irritados; si es nutritivo, crecerán, querrán bailar, abrazarlo. Cualquier frase, cualquier cosa que alguien diga o haga, puede ser tóxica o nutritiva. Todo lo que sostiene por sí misma es nutritivo; todo lo que es manipulado, calculado, es tóxico, es falso, es una hipocresía, es una mentira.
Aquellos de ustedes que son terapeutas, si tienen un paciente tóxico, encuentren cómo trata de envenenarlos. ¿Cuánta energía gastan? ¿Ustedes se esfuerzan para escuchar a sus pacientes? ¿Se sienten responsables de todas las porquerías que hablan y de cómo malgastan los primeros 40 minutos con tonterías y en los últimos cinco dicen algo que los pone sobre ascuas haciéndoles difícil el dejarles ir? O escuchen cómo los está haciendo dormir y cómo a pesar de ser buenos terapeutas se quedan dormidos hasta que él los despierta.
Suele haber una mezcla, pero a veces uno se encuentra con gente 100% tóxica. Si son venenosos, significa que tienen un demonio adentro, que se han tragado entero, alguien que los envenena. La noción freudiana de que interiorizamos a la persona que amamos es errónea. Uno siempre interioriza (introyecta) a las personas que tienen el control.
Me interesa mucho esto de los venenos y de los nutrimentos. Pueden estar seguros de que si estando en compañía o en grupo, después se sienten extenuados y vacíos, es que han recibido una andanada de frases tóxicas. Si se han refrescado y están más alertas y se sienten mejor, entonces recibieron nutrimento. Y a menudo lo tóxico está cubierto de almíbar, empapado en sacarina. ¿Se dan cuenta lo tóxico que es el padre de Maxine? La ha envenenado con todas sus amenazas, y así es como ella se mantiene lejos de él. Pero aún no está vacunada. ¿Ustedes saben de qué estoy hablando?
M: Yo sé de qué estás hablando.
F: Creo que para ser ésta la primera sesión que has tenido jamás, fuiste muy valiente y cooperadora, pero en realidad no logramos atravesar. No siempre se puede hacer terapia en veinte minutos.
P: Usted dijo que de la explosión se pasa al nivel auténtico. Una explosión de júbilo, de sexo o de ira puede ser auténtica. /F: Ya./ ¿Y por qué las diferencias del nivel auténtico?
F: Porque el nivel auténtico se manifiesta en primer lugar en esas explosiones.
P: Así que están relacionadas.
F: ¡Oh, absolutamente! Eso es lo que dije. Es la conexión. La implosión se dirige hacia afuera, las energías conflictivas salen en la explosión. Ustedes se dieron cuenta aquí cómo ella se retiene. La voz está camuflando. Es siempre la misma lucha interna. Cuando ella se apretó a sí misma, cuando implotó, se sintió incómoda. Cuando explotó suavemente al apretarme a mí -y ella es bastante fuerte-, se sintió mucho mejor, mucho más ella misma.
Encontré muy interesante lo que aprendí de Stan Grof este verano, acerca de lo que están haciendo con terapia de LSD en Checoslovaquia, lo que confirma plenamente mi teoría acerca del estrato implosivo, el centro de la muerte. A pesar de todo el deterioro, aparentemente ellos tuvieron el coraje de traspasar el centro de la muerte y de mantenerse ahí y entonces vino la recuperación, en vez de volver a todos sus síntomas. Es una hermosa confirmación de mi teoría, una especie de prueba aparte de mi propia experiencia.
ELAINE
Fritz: ¿Te das cuenta que algo está ocurriendo en tu cuerpo?
Elaine: Sí.
F: ¿Qué es lo que vivencias?
Tengo el estómago contraído y tengo una puntada en el corazón, pero realmente no siento nada -ahora estoy empezando a relajarme... Tuve un sueño que quería contarte. Estaba en...
F: ¿Escuchaste las lágrimas en tu voz cuando dijiste: "Yo estaba en"? ¿Escuchaste las lágrimas? En esto me gustaría que pusieras atención -en la voz. Todas las cosas que la voz dice. Segundo a segundo.
E: Bueno, estaba en mi cama y...
F: Por favor, cuenta el sueño en tiempo presente.
E: Sí. Estoy acostada y... estoy durmiendo y viene un cura, un sacerdote católico, está vestido con ropa negra y viene a mi cama y ¡ah! me pide que vaya con él. En un comienzo estoy atemorizada, porque no tengo ningún control sobre la situación. Y me pregunta...
F: ¿Puedo interrumpirte por un momento? Dile al grupo: "Yo debo controlar la situación".
E: Yo debo controlar la situación.
F: Dile esto a unas pocas personas aquí.
E: Yo debo controlar la situación. (Llorando intermitentemente). Yo tengo que tener control sobre la situación. ¿Uh? ¿Ah? Viene a mí vestido con una túnica y me pide que vaya con él, y yo no estaba controlando, yo no estoy controlando.
F: Ahora ustedes se dan cuenta de este tipo de apuros.
Elaine actúa como si tuviera ceguera emocional. Vivencia algo -llanto o algo parecido-, algo le está ocurriendo, pero tiene que seguir y llegar hasta el sueño como si nada debiera perturbar su logro. Aparentemente, sus metas son su orientación. Bien.
E: Y me pide que vaya con él y, como estoy asustada, digo: "No puedo en este momento", y está muy terco y dice: "Tienes que venir ahora". Y yo digo: "No puedo, aún no estoy lista". Entonces -yo- parece que me muevo hacia afuera -como si estuviera hablándole. No estoy, no siento que estoy en mi cuerpo. (Comienza a llorar). Tengo el cuerpo en la cama, y yo estoy afuera... pero no me puedo mover con él, porque no puedo dejar el cuerpo en la cama. Le digo que tengo que volver, tengo que volver dentro de mi cuerpo porque aún no estoy lista. (Menos afligida). Y lo hago -me devuelvo-, y él se va inmediatamente. Cuando se ha ido, estoy sentada en la mesa con mi cuerpo y en esta mesa hay algo -es una mesa larga de madera y mi familia está sentada ahí: mi madre, mi padre, yo, mi hermano. Primero se levanta mi hermano para irse a morir a la otra pieza y esto me deja indiferente. Y en el sueño me llego a sentir culpable de esta indiferencia. Entonces mi madre y mi padre vuelven de la pieza, y a mi padre estoy tratando de sujetarlo, lo estoy levantando (se le quiebra la voz), no tiene huesos, no tiene estructura, es como una ameba, y no lo puedo levantar, y lo levanto y él (comienza a llorar) no se puede sostener de pie. No hay manera cómo lo pueda sostener en pie -lo intenté. Y (suavemente) eso también le ocurre a él... Él también va a su muerte (muy rápidamente), está yendo hacia su muerte, y entonces quedamos únicamente mi madre y yo, sentadas en la mesa, esperando mi muerte...
F: Comencemos teniendo un encuentro con el sacerdote. Tú te sientas ahí, colocas al sacerdote en esta silla y le hablas.
E: Estoy terriblemente asustada... por todas las cosas que me dijo usted acerca de mi muerte y yo quiero entender, pero no me ha dado nada (llorando), ni un solo medio para entenderla... y yo le he preguntado... y no tengo ningún modo de... encontrarla a través suyo y sin embargo usted insiste en volver a mi vida...
F: Represéntalo a él. "Yo soy tu sacerdote".
E: (Fríamente). Yo soy tu sacerdote...
F: ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Estás ensayando?
E: No... Estoy... buscando una figura autoritaria para que le hable a ella.
F: Dile esto: "Yo soy una autoridad".
E: (Débilmente). Yo soy una autoridad... Yo soy una autoridad. Yo soy una autoridad y tú debes escuchar lo que te digo.
F: Repítelo.
E: Yo soy una autoridad y tú tienes que escuchar lo que te digo.
F: Más fuerte.
E: Yo soy una autoridad (llora) y tú tienes que escuchar lo que te digo.
F: ¿El sacerdote está llorando?...
E: No, pero tuve una revelación de mí misma cuando dije...
F: Sé tú misma de nuevo...
E: Yo... ¿Sabes lo que se me vino a la mente en este momento?
F: Dile esto a él.
E: (Débilmente). Yo soy el sacerdote... Yo soy el sacerdote. Elaine es el sacerdote.
F: Ahah, ahora dile esto al auditorio.
E: (Fríamente). Yo soy el sacerdote. Elaine es el sacerdote.
F: En realidad -y este es el punto decisivo-, cada parte del sueño es uno mismo. Donde más se hace evidente la fragmentación de la personalidad humana es en el sueño. Si hacemos asociaciones libres al sueño o si buscamos hechos concretos, entonces se destruye lo provechoso del sueño o de la fantasía. Se impide la reintegración de nuestra personalidad desposeída. Quiero subrayar esto muchas veces. La Terapia Gestáltica es un enfoque integrador. Queremos integrar, no somos analíticos. No disociamos ni dividimos las cosas aún más de lo que están, buscando razones e introspecciones. La experiencia que Elaine acaba de tener es típica. Ya con este pequeño trozo del sueño se dio cuenta que ella es el sacerdote. Y así, cada trozo de material de un sueño que uno represente de verdad, se irá incorporando a la persona y, en lugar de empobrecerse, se enriquece cada vez más. Ahora haz a nuestro sacerdote. Haz mi sacerdote...
E: Yo te voy a dirigir a ti.
F: Claro. ¿Tú estás controlando, verdad?
E: Sí. Ahora sí. Y... te voy a ayudar a ti a guiar tu existencia, no la mía. Eso es cuando soy el sacerdote -o, yo soy el sacerdote.
F: ¿Tienes miedo de tu fuerza, de tu deseo de ser un sacerdote?
E: Sí.
F: Dile esto también al auditorio.
E: Tengo miedo de mi fuerza (llora) y deseo ser un sacerdote... yo soy.
F: Bueno, no entiendo tu llanto. Sigamos más allá. ¿Cuál es tu fuerza de tus lágrimas?
E: Muy rara vez lloro, muy rara vez.
F: ¿Y qué sacas con llorar?
E: Ah... Soy humilde; quiero ser humilde.
F: Das la impresión de un bebé llorón.
E: ¿Ahora?
F: Un antiguo chiste mío dice que las lágrimas son la segunda arma de una mujer. (Risas). ¿Saben cuál es su mejor arma?: la cocina. (Risas). ¿Qué es lo que vivencias ahora? /E: Humildad./ Humildad. / E: Sí./ ¿Puedes exagerar la humildad -bailarla, actuarla?... (Elaine se levanta y se mueve alrededor lentamente con los hombros encorvados). ¿Cómo lo sientes?...
E: Yo sé cómo no se siente más de lo que sé cómo se siente. Generalmente estoy muy derecha y erguida. Y aquí me siento pequeña y chica.
F: Sigamos adelante con el encuentro con el sacerdote. Ponlo ahí nuevamente. Repítelo: "No estoy lista para ti".
E: No estoy lista para ti... y no sé... cómo arreglármelas contigo... Pero insisto que tiene que ser ahora, porque no puedes esperar. No te queda mucho tiempo.
F: Repite esto último.
E: No te queda mucho tiempo. Has esperado mucho.
F: Cámbiate de silla.
E: Aún tengo que ocuparme de muchas cosas. No me voy a preocupar de ti porque... hay demasiadas cosas prácticas que tengo que hacer. Y no tengo, no tengo tiempo.
F: Ya. ¿Entiendes el mensaje existencial?
E: ¿Si estoy entendiendo? ¿Estoy entendiendo lo que pasa?
F: Ya. Del sueño. ¿Logras captar el mensaje, lo que dice el sueño? ¿Qué es lo que dice el sueño?
E: Me dice que estoy viviendo en dos polos -en los extremos de los polos- y no me estoy juntando en el medio. Es como si estuviera viviendo en el... no estoy viviendo, como tú dices, en el presente.
F: Ustedes advierten que el sueño entero está preocupado con el futuro, y fundamentalmente con el fin del futuro -la muerte. Miedo a la muerte significa miedo a la vida. ¿Este te dice algo? ¿Captas?
E: Sí. Oh, sí. Yo... la intensidad de mi vida ha crecido tanto emocionalmente /F: Claro./ que soy excesiva en un montón de cosas. Creo que debido a mi preocupación con la muerte. Mmm... Hago tantas cosas que tengo un verdadero torbellino en el cuerpo.
F: Bien, pon el torbellino en esta silla. Háblale a tu torbellino...
E: Tú no tienes... mi tor... Tú no tienes ningún medio de... yo no tengo cómo tratar contigo.
F: Mmm. Repite eso.
E: Yo no tengo cómo tratar contigo... no hay... ningún modo... para que entre en contacto. Tú me controlas a mí.
F: Ya. Ahora sé qué torbellino te controla a ti. "Elaine, yo soy tu torbellino, yo te controlo".
E: Yo te voy a mantener en movimiento. /F: Di esto de nuevo./ Yo te voy a mantener en movimiento. /F: De nuevo./
Uhuh, en movimiento. /F: De nuevo./
Yo te voy a mantener en movimiento. /F: Dile esto al auditorio./ Yo te voy a mantener en movimiento. /F: Dile esto a unas personas aquí./
Yo los voy a mantener en movimiento. Yo los voy a mantener en movimiento. Yo los voy a mantener en movimiento.
F: ¿Cómo haces esto? ¿Cómo mantienes a la gente en movimiento?...
E: Dejándolos que lleguen a comprometerse en lo que estoy diciendo. /F: Mmm./ Pero yo tengo el control.
F: Mmm. Ahora háblale al grupo y haznos un discurso de más o menos un minuto de duración. "Estoy loca por el control. Tengo que controlar el mundo. Tengo que controlarme a mi misma".
E: Estoy loca por el control. Tengo que controlar a la gente. Tengo que controlarme a mí misma. Tengo que controlar el mundo. Cuando controlo al mundo, entonces puedo arreglármelas con él; pero cuando me controlan, y entonces me pierdo, de modo que estoy...
F: "Y entonces me pierdo". Cierra los ojos y piérdete... ¿Qué ocurre cuando te pierdes?
E: (Relajadamente). ¡Oh!, me... muevo lentamente, estoy en paz conmigo misma.
F: Repite esto.
E: Me... me estoy moviendo lentamente, en paz conmigo misma. /F: Claro./ Todo gira... suave... Ausencia de tensión.
F: ¿Se siente bien?...
E: En contraste. Sí.
F: Ya... ¿qué es lo que ocurrió cuando te perdiste? ¿Cuando no estás controlando?...
E: Es... creo que lo puedo describir: es como el movimiento del mar cuando la resaca y las olas vienen y van; soy parte del movimiento y del torbellino, no es violento. Me muevo lentamente en un círculo. Me doy vuelta, mi cuerpo gira lentamente, a medida que el mar da vueltas. Eso siento.
F: ¿De modo que no es totalmente correcta aquella expectación catastrófica de que algo horrible va a ocurrir si no estás controlando?
E: No.
F: Claro. Presentía que eras mucho más tú misma, mucho menos desintegrada. De modo que esa pasión por el control realmente te impide ser tú misma.
E: Sí. Aun con mi cuerpo.
F: Claro... bien.
JEAN
Jean: Hace tiempo que soñé esto. No estoy segura cómo empezó. Creo que comenzó en algo así como el tren subterráneo de Nueva York, y parece que estaba pagando, colocando el dinero en el molinete, yendo hacia la reja, cuando me di cuenta que aquí adentro, en vez de haber un tren subterráneo, parecía que había una pasarela inclinada que comenzaba a bajar hacia adentro de la tierra. Y parecía que giraba y yo advertía lo que estaba ocurriendo, y en ese momento descubrí que también estaba conmigo mi madre o quizás ella estaba cuando comencé, no me puedo acordar.
En todo caso, había esa pasarela inclinada -estaba embarrada y resbalosa- y pensé, ¡oh!, ¡podemos bajar por aquí!, y de soslayo recogí una caja de cartón aplanada o yo misma la aplané. De todos modos, dije: "Sentémonos en esto". Me senté en un borde e hice una especie de tobogán con esto y también dije: "Mamá, siéntate detrás mío", y empezamos a bajar. Y daba vueltas y vueltas (rápidamente) y había gente que parecía que estaba esperando en fila pero desaparecieron, y nosotros (alegremente) bajando y girando y seguía bajando, bajando y bajando, yo me estaba empezando a dar cuenta de que íbamos a las entrañas de la tierra.
Y de vez en cuando me volvía y decía: "¿No es acaso divertido estoy', aunque tal vez voy a descubrir que tampoco era esa mi actitud. Pero parecía divertido, y sin embargo, me estaba preguntando qué es lo que habría al fondo de todo esto -avanzando, vueltas y vueltas, y finalmente se niveló y nos levantamos y yo estaba sorprendida, porque pensé: "¡Oh, Dios mío, las entrañas de la tierra!". Y en vez de estar oscuro, parecía como que venía luz del sol de alguna parte, y una muy hermosa... tina especie de... nunca he estado en Florida, pero parecía como las vegas de Florida, con lagunas y bambúes altos y pájaros de piernas muy largas -garzas- y cosas así. No recuerdo haber dicho nada en particular, excepto tal vez algo como: "¡Quién hubiera esperado esto!", o algo así.
Fritz: Sí. Cuando el soñador cuenta una historia como ésta, se puede tomar simplemente como un incidente o como una situación inconclusa o un deseo. Pero si lo contamos en el presente, sirviendo de espejo de nuestra existencia, inmediatamente toma un aspecto distinto. No es simplemente un suceso casual. Ustedes ven, el sueño es una reflexión condensada de nuestra existencia. Lo que no advertimos con claridad suficien te es que a veces dedicamos la vida entera a un sueño: un sueño de gloria, de ser útiles, de hacer el bien, de ser bandidos, o cualquier cosa. Y en la vida de muchas personas, a través de la autofrustración, nuestros sueños se tornan una pesadilla. La tarea de todas las religiones profundas, especialmente el budismo Zen -o de una terapia realmente buena-, es el satori, el gran despertar, el despertar de los propios sentidos, el despertar de los propios sueños -especialmente si es una pesadilla. Podemos empezar desde ya con esto si advertimos que estamos representando roles en el teatro de la vida, que estamos siempre en una especie de trance. Decidimos: "Éste es un enemigo, éste es un amigo", y jugamos todos estos juegos hasta que llega el momento en que despertamos a nuestros sentidos.
Cuando despertamos a nuestros sentidos, comenzamos a ver, a sentir, a vivenciar nuestras necesidades y satisfacciones, en vez de jugar roles y necesitar toda clase de utilería -casas, automóviles, decenas y decenas de trajes-, aunque cuando viene el caso, una mujer nunca tiene nada que ponerse, así que necesita aun otro disfraz. O el hombre que tiene que conseguir un disfraz cuando va al trabajo y otro cuando va a ver a su enamorada -toda esa millonada de lastre innecesario con que cargamos-, no percatándonos que todas las pertenencias se nos dan de todos modos únicamente por tiempo limitado. Uno no se lo puede llevar consigo, y si tenemos dinero, entonces tenemos preocupaciones adicionales sobre qué hacer con el dinero. No debiera perderlo o debiera acrecentarlo, etc., etc. -todos esos sueños, todas esas pesadillas tan típicas de nuestra civilización. La idea del despertar y hacerse de verdad, significa existir con lo que se tiene, con el potencial real y pleno, una vida rica, una experiencia profunda, alegría, ira -¡ser verdaderos y no zombies! Este es el significado de una terapia verdadera, de una maduración verdadera: el verdadero despertar, en vez de esa continua autodecepción y fantaseo con metas imposibles, sintiendo lástima de nosotros mismos porque no podemos representar la parte que queremos representar, etc. De modo que volvamos a Jean. Jean, ¿querrías hablar de nuevo?; cuenta de nuevo tu sueño, vívelo como si fuera tu existencia, como lo vives ahora, ve si puedes entender más la vida...
J: Yo no... no me parece muy claro... el lugar se ha convertido como en la parte de arriba de un resbalín. No me acuerdo si en un comienzo tenía miedo o no, puede ser... ¡oh!, ¿debiera decirlo en presente?
F: Estás ahora en el resbalín. ¿Tienes miedo de bajar? (Risas).
J: Supongo que sí, tengo un poco de miedo de bajar.
F: De modo que el mensaje existencial es: "Tú tienes que bajar".
J: Supongo que tengo miedo de saber lo que hay allá abajo.
F: Esto apunta hacia ambiciones falsas; tú estás muy arriba.
J: Es cierto.
F: De modo que el mensaje existencial dice: "Baja". Y nuevamente nuestra mentalidad dice: "Más arriba es mejor que abajo". Uno siempre tiene que estar un tanto más arriba.
J: De todos modos, tengo miedo de bajar.
F: Háblale al resbalín.
J: ¿Por qué estás embarrado? Tú eres resbaloso y me puedo caer y resbalar.
F: Ahora representa al resbalín. "Soy resbaloso y...".
J: Soy resbaloso y estoy embarrado, mejor para resbalar y más rápido para bajar. (Risas).
F: Ahah, bien, ¿cuál es el chiste?
J: (Todavía sigue riéndose). Me río no más.
F: ¿Te puedes aceptar a ti misma como resbalosa?
J: Mmm. Supongo que sí. Sí. Como que nunca me parece que... Sí, tú sabes, siempre que creo que estoy a punto de decir: "¡Ajá! Ahora te pillé!". Se resbala... tú sabes, la racionalización. Yo soy resbalosa. Mmm. De todos modos voy a bajar, porque parece que puede ser divertido y quiero averiguar a dónde va y qué va a haber al final. Parece que, quizás, únicamente ahora que estoy volviéndome, mirando alrededor para ver qué podría usar para protegerme la ropa (risas) o quizás resbalar mejor... Descubro este pedazo de cartón...
F: ¿Puedes representar ese cartón? Si tú fueras ese cartón... ¿cuál sería tu función?
J: Yo... sirvo para hacer las cosas más fáciles. Estoy como botada por ahí, dejada a un lado, y ¡ajá!, puedo utilizarlo.
F: ¡Oh!, tú también puedes ser útil.
J: Puedo ser útil. No estoy dejada a un lado y botada por ahí y puede ser que el bajar sea más fácil.
F: ¿Te importa ser útil?
J: (En voz baja). Sí. Quiero serle útil a alguien... ¿Eso es suficiente para un cartón?... Tal vez quiero que se sienten encima. (Risas). /F: ¡Oh!/ ¿Cuál es aquella parte en el libro acerca de quién quiere patear a quién? Yo quiero que me tengan lástima, quiero que me aplasten. /F: Repite esto./