Ahora les voy a hablar acerca de un dilema que no es fácil de entender. Es como un "koan" -aquellas preguntas del Zen que parecen insolubles-. El koan es: "Nada existe excepto el aquí y el ahora". El ahora es el presente, el fenómeno, aquello de que me doy cuenta, aquel momento en que llevamos nuestros así llamados recuerdos y nuestras así llamadas expectaciones. Ya sea que estemos recordando o anticipando, lo estamos haciendo ahora. El pasado ya no es, el futuro aún no es. Al decir "yo era", eso no es ahora, es el pasado. Al decir "yo quiero", es el futuro, aún no es. Es imposible que nada exista excepto el ahora. Entonces algunas personas hacen de esto un programa. Hacen una exigencia: "Tú debieras vivir en el aquí y el ahora". Y yo digo que no es posible vivir en el aquí y el ahora; sin embargo, nada existe fuera del aquí y el ahora.
¿Cómo se resuelve este dilema? ¿Qué es lo que encierra la palabra "ahora"? ¿Por qué toma años y años entender el significado de una palabra tan simple como "ahora"? Si coloco un disco en el fonógrafo, el sonido aparece cuando el disco y la aguja hacen contacto. No antes, ni después. Si el disco se detiene, aún está en contacto con la aguja, pero no hay música, porque existe el ahora absoluto. Si pudiéramos borrar el pasado inmediato o la anticipación de lo que vendrá de inmediato, nos sería difícil entender la música del disco que estamos escuchando. Pero si borramos el ahora, entonces no hay nada. De modo que no importa si estamos recordando o anticipando, de todas maneras lo hacemos en el aquí y ahora.
Tal vez podría decirse que el ahora no es la escala, pero sí el punto de suspenso, el punto cero, una nada, eso es el ahora. En el mismo momento en que siento que experimento algo y hablo de ello, le presto atención, el momento ya se ha ido. ¿De qué sirve hablar del ahora? Tiene eso sí, muchísimos usos.
Hablemos primero del pasado. Saco recuerdos de mi cajón y posiblemente crea que los recuerdos son idénticos a mi historia. Eso nunca es cierto, porque un recuerdo es una abstracción. En este momento sienten y experimentan algo. Me sienten a mí, experimentan sus pensamientos, tal vez su postura, pero no pueden sentirlo todo. Siempre se extrae lo importante, la gestalt relevante del contexto total. Si tomamos estas abstracciones y las guardamos en un cardex, aparecen entonces las llamadas memorias. Si estas memorias son desagradables, especialmente para nuestra autoestimación, las modificamos. Como dijera Nietzsche: "La memoria y el orgullo estaban luchando. La memoria dijo: fue así, y el orgullo respondió: no pudo haber sido así, y la memoria se dio por vencida". Todos saben en qué medida se están mintiendo. Todos saben en qué medida se están engañando a sí mismos, cuántas de sus memorias son exageraciones y proyecciones, cuántos de sus recuerdos están parchados y distorsionados.
El pasado es el pasado. Y sin embargo, en el ahora, en nuestro ser actual, acarreamos mucho del pasado. Pero lo acarreamos únicamente en tanto tenemos situaciones inconclusas. Lo que ocurrió en el pasado ha sido asimilado y se ha hecho parte de nosotros, o lo acarreamos con nosotros como una situación inconclusa, una gestalt incompleta. Les daré un ejemplo de la situación no resuelta más común, el no haber perdonado a nuestros padres. Como ustedes saben, los padres jamás tienen la razón, están siempre equivocados. O son muy grandes o muy chicos, demasiado inteligentes o demasiado simples. Si son estrictos, deberían ser blandos, etc. Siempre habrá lugar para echarles a ellos la culpa, si es que éste es nuestro juego predilecto. También podemos hacerlos responsables de todos nuestros males e infortunios. Seguirán siendo niños mientras no estén dispuestos a desprenderse. Pero el componerse y decir: "Papá, mamá, yo soy grande ahora", es harina de otro costal. Esta es parte de la terapia -y una parte difícil-, desprenderse y sobre todo perdonar a los padres.
El gran error del sicoanálisis consiste en considerar que el recuerdo es realidad. Todos los así llamados traumas, que se estiman las raíces de las neurosis, son una invención del paciente para salvar su autoestima. Jamás ha sido demostrada la existencia de estos traumas. Yo no he visto ni un solo caso de trauma de la infancia que no haya sido una invención. Son todas mentiras a las que debemos aferrarnos para así justificar nuestra falta de deseo de crecer. Madurar significa tomar responsabilidades de la propia vida, valérselas por sí mismo. El sicoanálisis estimula el estado infantil al considerar que el pasado es responsable de la enfermedad. El paciente no es responsable, no, el complejo de Edipo sí lo es, etc. Les sugiero que lean un libro muy hermoso llamado I Never Promised You a Rose Garden de Hannah Green. Allí verán un ejemplo típico, de cómo una niña se inventa un trauma infantil para tener su raison d etre, un fundamento para luchar con el mundo, una justificación de su locura, de su enfermedad. Tenemos tal idea acerca de la importancia de este recuerdo inventado, que toda la enfermedad se supone basada en este recuerdo. No es de extrañar que toda la loca carrera del sicoanalista para descubrir por qué estoy en el estado en que estoy, nunca pueda llegar a su fin, nunca resulte en una verdadera apertura de la persona.
Freud dedicó toda su vida a demostrarse a sí mismo y a los demás que el sexo no es malo, y tuvo que demostrarlo científicamente. En su tiempo, el enfoque científico era el de la causalidad; el problema era causado por algo en el pasado, como un taco que empuja una bola de billar y es entonces "causa" del rodar de la bola. Desde entonces nuestra actitud científica ha cambiado. Ya no miramos el mundo en términos de causa y efecto: lo miramos como un proceso que transcurre continuamente. Hemos vuelto a Heráclito, a la idea pre-socrática de que todo está fluyendo: "Nunca nos bañamos en el mismo río dos veces". En otras palabras, hemos hecho -en ciencia pero no aún en siquiatría- la transición de la causalidad lineal al pensar en procesos, del porqué al cómo.
Si se hacen la pregunta por el cómo, están mirando la estructura, están viendo lo que ocurre, preocupándose por un entendimiento más profundo del proceso. El cómo nos da perspectiva, orientación. El cómo nos muestra que una de las leyes básicas, la de la identidad de estructura y función, es válida. Si cambiamos la estructura, la función cambia. Si cambiamos la función, la estructura cambia.
Querrán preguntar por qué, como todo niño, como toda persona inmadura que pregunta por qué para conseguir alguna racionalización o explicación. En el mejor de los casos, el porqué acarrea una explicación ingeniosa, jamás un entendimiento. En Terapia Gestáltica, el porqué y el porque pertenecen al segundo tipo de producciones verbales. Yo distingo tres tipos de "blá, blá, blá":
Caca de gallina ("chickenshit") por ejemplo: "Buenos días", "Cómo estás tú", etc.; caca de toro ("bullshit"), esto es, "por qué", racionalizaciones, excusas; y caca de elefante ("elephantshit"), cuando hablamos de filosofía, Terapia Gestáltica existencial, etc., lo que estoy haciendo ahora.
El porqué sólo conduce a interminables investigaciones acerca de la causa de la causa de la causa de la causa. Y tal como lo observó Freud, cada evento está de todos modos sobredeterminado, tiene muchas causas; toda suerte de cosas se juntan para crear el momento específico que es el ahora. Muchos factores se juntan para crear la persona específica que es el Yo. Nadie puede, en un instante dado, ser diferente de lo que es en ese momento, a pesar de todas las oraciones y deseos de ser diferente. Somos lo que somos.
Estos son los dos pilares sobre los cuales se apoya la Terapia Gestáltica: el ahora y el cómo. La esencia de la teoría de la Terapia Gestáltica está en la comprensión de estas dos palabras. Ahora abarca todo lo que existe. El pasado ya no es, el futuro aún no es. Ahora incluye el balance de estar aquí, el vivenciar, compromiso, fenómenos, awareness. El cómo abarca todo lo que es estructura, conducta, todo lo que realmente está ocurriendo, el proceso que transcurre. Todo lo demás carece de importancia computar, aprehender, etc.
Todo está basado en el darse cuenta. El darse cuenta es la única base del conocimiento, de la comunicación, etc. En comunicación, uno debe entender que lo que se pretende es hacer que la otra persona se dé cuenta de algo: de sí misma, de lo que se ha dado cuenta en la otra persona, etc. Para poder comunicarnos, tenemos que asegurarnos de que somos remitentes, lo que significa que lo que enviamos puede ser entendido; y también asegurarnos de que somos receptores, estamos dispuestos a escuchar el mensaje proveniente de la otra persona. Es muy raro que las personas puedan hablar y escuchar. Muy pocas escuchan sin hablar. La mayoría puede hablar sin escuchar. Si se está ocupado hablando, no queda tiempo para escuchar. La integración de hablar y escuchar es una cosa muy rara. La mayoría de las personas no escucha ni da una respuesta honesta, sino que simplemente hace a un lado a la otra persona con una pregunta. En vez de escuchar y contestar de inmediato, viene el contraataque, una pregunta sobre algo que distrae, desvía, hace el quite. Vamos a hablar mucho acerca de bloqueos en enviar mensajes, en darse, en hacer que otros se den cuenta de uno, y del mismo modo, en estar dispuestos a abrirse a la otra persona, ser receptores. Sin comunicación, no hay contacto. Habrá únicamente aislamiento y aburrimiento. Quisiera hacer hincapié en lo que acabo de decir y les pediría que se juntaran en parejas y hablaran entre sí durante cinco minutos de su actual darse cuenta de sí mismos ahora y de su darse cuenta del otro. Siempre subrayen el cómo: cómo se comportan ahora, cómo se sienten, cómo hablan, todos los detalles de lo que ocurre ahora. Cómo se siente el otro, cómo se ve...
¿Y qué hay del futuro? No sabemos nada acerca del futuro. Aun si tuviéramos una bola de cristal, no podríamos vivenciar el futuro. Experimentaríamos una visión del futuro. Todo esto ocurre aquí y ahora. Nos imaginamos, anticipamos el futuro porque no queremos tener un futuro. El decir existencial más importante es que no queremos tener un futuro, tenemos miedo al futuro. Llenamos la brecha donde debiera haber un futuro con pólizas de seguro, statu quo, igualdad, cualquier cosa antes que vivenciar la posibilidad de estar abiertos hacia el futuro.
Tampoco podemos soportar la idea de la nada (nothingness), lo ilimitado del pasado. No estamos dispuestos a tener una idea de la eternidad -"Siempre ha existido"-, tenemos que llenar este vacío con la historia de la creación. De algún modo, el tiempo ha comenzado. La gente pregunta: "¿Cuándo comenzó el tiempo?". Lo mismo es aplicable al futuro. Parece increíble que pudiéramos vivir sin metas, sin preocuparnos del futuro, que pudiéramos estar abiertos y preparados para lo que pueda venir. No; tenemos que asegurarnos de que no tengamos futuro, que el statu quo permanezca igual, incluso ser un poquito mejores. Pero no debemos arriesgarnos, no debemos estar abiertos hacia el futuro. Algo nuevo y excitante podría ocurrir que contribuyera a nuestro crecimiento. Es demasiado peligroso correr el riesgo de crecer. Preferimos deambular por este mundo como cadáveres a medias antes que vivir peligrosamente, que de hecho, es más seguro que esta póliza de vida, que este no arriesgarse preferido por la mayoría.
¿Qué es esta cosa graciosa de arriesgarse? ¿Alguien tiene una definición de arriesgarse? ¿Qué está involucrado en arriesgarse?
A: Resultar herido.
B: Atreverse.
C: Ir muy lejos o demasiado lejos.
D: Un intento peligroso.
E: Invitar al peligro.
Ahora pueden ver lo que es la expectación catastrófica, el lado negativo. No ven la ganancia positiva. Si hubiera únicamente el lado negativo, le rehuirían, ¿verdad? El arriesgarse es el suspenso entre las expectaciones catastróficas y anastróficas. Hay que ver las dos caras de la moneda. Pueden ganar y pueden perder.
Uno de los momentos más importantes de mi vida me ocurrió después que escapé de Alemania. Había un puesto de analista didáctico en Sudáfrica y Ernest Jones quería saber quién quería ir. Éramos cuatro; tres pedían garantía. Yo dije que me arriesgaría. Los otros tres fueron atrapados por los nazis. Me arriesgué y aún estoy vivo.
Una persona absolutamente sana está completamente en contacto consigo misma y con la realidad. La persona loca, el sicótico, está en grado diverso completamente fuera de contacto con ambos, pero fundamentalmente o bien consigo mismo o bien con el mundo. Nosotros estamos entre el ser sicóticos y el ser sanos, y esto basado en el hecho de que tenemos dos niveles de existencia. Uno es el nivel de lo real, lo actual, en que nos ponemos en contacto con todo lo que acontece ahora, en contacto con nuestros sentimientos, en contacto con nuestros sentidos. La realidad es el darse cuenta de la vivencia en transcurso, palpar, ver, moverse, hacer. A falta de una palabra mejor, he escogido para el otro nivel una palabra hindú: maya. Maya significa algo parecido a ilusión, o fantasía, o más filosóficamente, el como si de Vaihinger. Maya es una especie de sueño, de trance. A menudo a esta fantasía, a este maya, se le denomina la mente, pero al mirarle más de cerca, lo que llamamos "mente" es fantasía. Es el escenario de los ensayos. En una ocasión, Freud dijo: "Denken istprober arbeit": pensar es ensayar, probar, tanteo. Desgraciadamente, Freud nunca desarrolló este descubrimiento porque era inconsistente con su enfoque genético. Si hubiera aceptado esta afirmación suya, "pensar es trabajo de ensayo", habría advertido cómo la actividad de nuestra fantasía se vuelca hacia el futuro, porque ensayamos para el futuro.
Vivimos en dos niveles: el nivel público que es nuestro hacer, observable, verificable, y el escenario privado, el escenario del pensar, donde nos preparamos para los roles futuros que queremos representar. Pensar es un escenario privado donde probamos; tanteamos. Se le habla a algún desconocido, a uno mismo, nos preparamos para un acontecimiento importante, se le habla al ser amado antes del encuentro o desencuentro, sea lo que sea lo que uno espera que va a ser. Por ejemplo, si yo preguntara: "¿Quién quiere subir acá a trabajar?", seguramente empezarían a ensayarse: "¿Qué debo hacer ahí?", etc. Y desde luego es muy posible que les dé pánico de escena, porque dejan la realidad segura del ahora y saltan hacia el futuro. La siquiatría hace gran alarde por el síntoma angustia, y vivimos en una época de angustia, pero la angustia no es más que la tensión entre el ahora y el después (then). Son pocos los que pueden soportar esta tensión, y llenan la brecha ensayando, planeando, asegurándose de no tener un futuro. Tratan de aferrarse a la mismidad y, desde luego, esto les impide cualquier posibilidad de crecimiento o espontaneidad.
P: El pasado también produce angustia, ¿verdad?
F: No. El pasado está aún presente con situaciones inconclusas, remordimientos y cosas por el estilo. Si es que sienten angustia por lo que han hecho, en realidad no es angustia por lo que han hecho, sino más bien angustia por el castigo que vendrá en el futuro.
En una oportunidad, Freud dijo que está sana la persona libre de angustia y culpas. Ya hablé acerca de la angustia. No hablé de la culpa. En el sistema freudiano, la culpa es muy complicada. En Terapia Gestáltica, el asunto de la culpa es mucho más simple. Vemos la culpa como resentimiento proyectado. Cada vez que se sientan culpables, descubran de qué están resentidos, con lo cual desaparecerá la culpa e intentarán conseguir que la otra persona se sienta culpable.
Cualquier cosa inexpresada que quiere ser expresada puede hacerles sentirse incómodos. Una de las experiencias inexpresadas más corrientes es el resentimiento. Esta es la situación inconclusa par excellence. Si son resentidos, están embromados; ni pueden avanzar y liberarse, expresar su enojo, cambiar el mundo para obtener satisfacción, ni pueden aflojar y olvidar el asunto que les molesta. El resentimiento es el equivalente sicológico de la mordedura perseverante -la mandíbula apretada. La mordedura perseverante ni puede soltar, ni morder a través y masticar, ni cualquier acción que fuera requerida. En el resentimiento, uno no puede ni siquiera aflojar y olvidar, permitiendo que tal persona o episodio retroceda hacia el fondo, ni se puede, tampoco, acometer esto activamente. La expresión del resentimiento es uno de los modos más importantes para ayudarles a hacer la vida un poco más fácil. Ahora quisiera que todos hicieran el siguiente experimento colectivo.
Quiero que cada uno haga lo siguiente. En primer lugar, evoquen una persona como su papá o su cónyuge, llámenla por su nombre -sea quien seay simplemente digan: "Clara, estoy resentido contigo". Traten que la persona les escuche tal como si hubiera comunicación verdadera y ustedes sintieran esto. De modo que intenten hablarle a la persona y establezcan en esta comunicación que la persona debe escucharles. Dense cuenta de lo difícil que resulta movilizar las fantasías. Expresen su resentimiento -preséntenselo directamente a la cara. Al mismo tiempo, traten de percatarse de que en realidad no se atreven a expresar su enojo, ni serían lo suficientemente generosos como para soltarse, perdonar. Bien, ahora adelante...
Hay otra gran ventaja en usar el resentimiento en terapia, en el crecimiento. Detrás de todo resentimiento hay exigencias. Ahora quiero que todos ustedes le hablen directamente a la otra persona y le expresen las exigencias que hay detrás de los resentimientos. La exigencia es la única forma de comunicación. Saquen sus exigencias al descubierto. Hagan esto como autoexpresión: formulen sus exigencias en la forma de un imperativo, una orden. Supongo que saben lo suficiente de gramática como para saber lo que es un imperativo. El imperativo es así: "¡Cállate!", "Ándate a la mierda", "¡Haz esto!"...
Ahora vuelvan a los resentimientos que expresaron hacia la persona. Recuerden exactamente lo que sintieron. Borren la palabra resentimiento y digan aprecio. Aprecien lo que antes rechazaron. Entonces sigan y díganle a esta persona lo que aprecian en ella. Traten de captar nuevamente la sensación de que realmente se comunican con ella.
Si no hubieran cosas que realmente aprecian en la persona, no habría razón para seguir pegados a ella y la podrían olvidar. Siempre está presente la contrapartida. Por ejemplo, lo que siento por Hitler que tiene una parte de apreciación: si Hitler no hubiera llegado al poder, yo seguramente ya estaría muerto como un "buen" sicoanalista que vivió por el resto de sus días a costa de ocho pacientes diarios.
Si tienen alguna dificultad en comunicarse con alguna persona, busquen los resentimientos. Los resentimientos son posiblemente las peores situaciones inacabadas -gestalts incompletas. Si se está resentido, no se puede ni soltar ni seguir adelante. El resentimiento es una emoción de importancia central. El resentimiento es la expresión más importante de un impasse -de estar atascado. Si sienten resentimiento, sean capaces de expresarlo. Un resentimiento no expresado a menudo se vivencia o se transforma en sentimiento de culpa. Cada vez que sientan culpa, encuentren aquello con lo que están resentidos y exprésenlo y hagan que sus exigencias sean explícitas. Esto los ayudará muchísimo.
El "darse cuenta" cubre, por así decirlo, tres estratos o capas: el darse cuenta de sí mismo (se; el darse cuenta del mundo, y el darse cuenta de lo que está entre medio -la zona intermedia de la fantasía-, que impide que la persona esté en contacto consigo misma y con el mundo. Este es el gran descubrimiento de Freud -hay algo entre medio de uno y el mundo. Hay tantos procesos que transcurren en la fantasía. Él los llama complejo o prejuicio. Si se tienen prejuicios, entonces la relación con el mundo está muy perturbada y destruida. Si quieren acercarse a una persona con un prejuicio, no pueden llegar a la persona. Siempre harán contacto con el prejuicio, con la idea fija. La idea de Freud de la zona intermedia, de la zona desmilitarizada, esta tierra de nadie entre ustedes y el mundo que debiera ser eliminada, vaciada, lavada de la mente o como quieran llamarla, estaba perfectamente bien. Lo único malo es que Freud se quedó en esta zona y analizó esta cosa intermedia. No consideró el darse cuenta de sí mismo ni el darse cuenta del mundo; no consideró lo que podemos hacer para estar nuevamente en contacto.
Esta pérdida de contacto con nuestro yo auténtico y con el mundo se debe a esta zona intermedia, la gran área de maya que llevamos con nosotros. Esta gran área de actividad fantasiosa se apodera en tal medida de nuestra excitación, energía y fuerza vital que nos deja muy poca energía para estar en contacto con el mundo. Si queremos lograr que una persona sea entera, en primer lugar tenemos que discernir lo que es meramente fantasía e irracionalidad y descubrir dónde está en contacto y con qué. Muy a menudo, al vaciar la zona intermedia de nuestra fantasía, aparece la vivencia del Satori, del despertar. Súbitamente el mundo entero está aquí. Se despierta de un trance como quien despierta de un sueño. Nuevamente estamos enteros aquí. El objetivo de la terapia, el objetivo del crecimiento, está en olvidar cada vez más la "mente" y despertar a los sentidos. Estar más en contacto, más en contacto con uno mismo y con el mundo, en vez de únicamente en contacto con las fantasías, prejuicios, etc.
Si alguien confunde maya con realidad, si toma la fantasía por realidad, entonces se trata de un neurótico o incluso de un sicótico. Un caso extremo de sicosis es el de un esquizofrénico que imagina que su médico lo persigue, decide abofetearle y dispararle, sin cerciorarse sobre lo real. Hay sí otra posibilidad. Si en vez de estar divididos entre maya y realidad, los integramos. La integración de maya y realidad la llamamos arte. El gran arte es real y al mismo tiempo es una ilusión.
La fantasía puede ser creativa, pero lo será únicamente si está en el ahora. Si en el ahora utilizan lo disponible, entonces van a ser creativos. Observen cómo juegan los niños. Lo asequible se puede usar, y luego algo ocurre, algo surge del estar en contacto con lo que está aquí y ahora.
Hay sólo una manera de llegar a este estado de espontaneidad sana, de salvar lo genuino del ser humano. Hablando en términos religiosos, hay sólo una manera de salvar nuestra alma, o, en términos americanos, de hacer revivir el cadáver americano y volverlo a la vida. La paradoja es que para lograr esta espontaneidad necesitamos, como en el Zen, de una disciplina férrea. La disciplina es simplemente el entender las palabras ahora y cómo, poniendo entre paréntesis y dejando de lado cualquier cosa que no esté contenida en las palabras ahora y cómo.
¿Cuál es la técnica que estamos utilizando en Terapia Gestáltica? La técnica está en establecer un continuum del darse cuenta. Este continuum del darse cuenta es requerido por el organismo para poder funcionar de acuerdo al sano principio gestáltico: siempre surgirá la situación inconclusa más importante y podrá entonces ser atendida. Si no nos permitimos lograr la formación de esta gestalt, funcionamos mal y terminamos llevando a cuestas cientos de situaciones inconclusas.
Este continuum del darse cuenta aparece a primera vista como algo muy simple, darse cuenta segundo a segundo de lo que pasa A menos que estemos dormidos, siempre nos estamos dando cuenta de algo. Sin embargo, apenas este awareness se vuelve desagradable, la mayoría de las personas lo interrumpe. Comienzan a intelectualizar, a fanfarronear, la fuga hacia el pasado, la fuga hacia las expectaciones, buenas intenciones o el uso esquizofrénico de las asociaciones libres, saltando como una langosta de experiencia en experiencia, y ni una sola de estas experiencias jamás se vivencia, más bien son una especie de relámpago que deja todo el material disponible sin ser asimilado y sin uso.
¿Cómo procedemos en Terapia Gestáltica? Lo que ahora está bastante en boga, la idea de que el darse cuenta es todo, fue muy menospreciado en un comienzo. El enfoque puramente verbal, el enfoque freudiano en que yo me formé, conduce hacia el sendero equivocado. Según Freud, mediante cierto proceso llamado asociación libre, se podría liberar la parte alienada de la personalidad, dejarla a disposición de la persona y luego ésta desarrollaría lo que él llamó un ego fuerte. Lo que Freud llamó asociación, yo lo llamo disociación, disociación esquizofrénica para evitar la vivencia. Es un juego de computadoras, un juego de interpretación computada, que es exactamente el evitar una vivencia de lo que es. Podrán hablar para siempre, podrán perseguir recuerdos de su niñez hasta el día del juicio final y nada cambiará. Podrán asociar o disociar cien cosas a un evento, pero sólo podrán vivenciar una sola realidad.
A diferencia de Freud, quien puso el énfasis mayor en las resistencias, yo lo he colocado en la actitud fóbica, en el evitar, en el huir de. Tal vez algunos de ustedes sepan que la enfermedad de Freud era que padecía de un número inmenso de fobias y, como padecía de esta enfermedad, desde luego que tuvo que evitar el enfrentarse con el evitar. Su actitud fóbica era tremenda. No podía mirar al paciente -no podía soportar el tener un encuentro con el paciente-, de modo que lo hacía tenderse en un diván, y este síntoma de Freud se convirtió más tarde en la marca de fábrica del sicoanálisis. No podía salir al descubierto para ser fotografiado, etc. Pero por lo general, si uno lo piensa, la mayoría de nosotros prefiere evitar situaciones desagradables y por ello movilizamos toda la armadura, máscaras, etc., un procedimiento que generalmente se conoce como "represión". Yo trato de averiguar del paciente lo que él evita.
El enemigo del desarrollo es esta fobia al dolor -el no estar dispuestos a sufrir ni siquiera este poco. El dolor es una señal de la naturaleza. La pierna dolorosa, el sentimiento doloroso, nos está llamando y diciendo: "Pon atención en mí; si no me prestas atención, las cosas van a ir de mal en peor". La pierna quebrada grita: "No camines tanto, quédate tranquilo". Utilizamos este hecho en terapia gestáltica mediante la comprensión que el continuum del awareness empieza a interrumpirse, que nos volvemos fóbicos, apenas comenzamos a sentir algo desagradable. Cuando uno se siente incómodo, quitamos la atención.
El agente terapéutico, el medio del desarrollo, es la integración de la atención con el darse cuenta. Es frecuente que la sicología no haga distinción entre el awareness y la atención. La atención es un modo deliberado de escuchar a la figura emergente del fondo, que en este caso es algo desagradable. Lo que yo hago como terapeuta es funcionar como un catalizador en ambas direcciones: proveer situaciones en que la persona pueda vivenciar este estar bloqueado -con lo desagradable de ello- y frustrar sus evitaciones incluso más allá, hasta que esté dispuesta a movilizar sus propios recursos.
Autenticidad, madurez, responsabilidad de los propios actos y "vivir en el ahora", con la creatividad del ahora a nuestra disposición, es todo una misma cosa. Únicamente en el ahora estamos en contacto con lo que ocurre. Si el ahora se torna doloroso, la mayoría de las personas están dispuestas a tirarlo por la borda y huir de la situación dolorosa. La mayoría de las personas ni siquiera se pueden sufrir a sí mismas. En terapia, puede suceder que la persona se torne fóbica y se arranque, o puede jugar juegos que lleven nuestro esfuerzo ad absurdum, ridiculizando la situación o haciendo de tramperos de osos. Seguramente ya conocen a los cazadores de osos. Los tramperos embaucan a los osos, los engañan, y una vez cerca, cae el machete y quedan ahí con el hocico sangrante, la cabeza o lo que sea. Y si son lo suficientemente estúpidos como para irse de cabezazos contra la pared hasta sangrar y exasperarse, el trampero se divierte y goza con el control que tiene sobre ustedes, hasta lograr hacerles inadecuados, impotentes, y se deleita de su yo victorioso, lo que hace en gran medida debido a su precaria autoestima.
También tenemos pacientes que llevan siempre la sonrisa de la Mona Lisa en sus labios. Sonríen y sonríen y al mismo tiempo están pensando: "Eres tan idiota". Y nada les entra. También puede ser un "vuélveme loco", cuyo único interés en la vida es llevarse ellos mismos hasta la locura, o a su cónyuge o a su ambiente, y luego así poder pescar en aguas torrentosas.
Salvo estas excepciones, cualquiera que tenga un poco de buena voluntad se va a beneficiar con el enfoque gestáltico, dado que la simplicidad del enfoque gestáltico está en que ponemos atención a lo obvio, a aquello que primero salta a la vista.
No nos sumergimos en una región de la cual nada sabemos, en el llamado "inconsciente". Yo no creo en las represiones. La teoría de las represiones, entera, es una falacia. No podemos reprimir una necesidad. Hemos reprimido únicamente ciertas expresiones de estas necesidades. Hemos bloqueado un lado y luego la autoexpresión sale por otro lado, en nuestros movimientos, en nuestra postura y más que nada en nuestra voz. Un buen terapeuta no escucha toda la cháchara del paciente, sino que más bien el sonido de su voz, la música, los titubeos. Por lo general, la comunicación verbal es una mentira. Existe un libro muy bueno, The Voice of Neurosis de Paul Moses, sicólogo de San Francisco que murió hace poco. Él podía darles un diagnóstico escuchando la voz, mejor que utilizando un test de Rorschach.
No escuchen las palabras, escuchen lo que la voz les dice, lo que dicen los movimientos, lo que les dice la postura, lo que les dice la imagen. Si tienen oídos, entonces saben todo acerca de la otra persona. No hay que escuchar lo que dice la persona: escuchen los sonidos. Per-sona: "mediante sonido". El sonido les dice todo. Todo lo que la persona quiere expresar está ahí, en el sonido, no en las palabras. Lo que decimos es casi todo mentiras o chácharas inútiles. Sin embargo, la voz está ahí, los gestos, las posturas, la expresión facial, el lenguaje sicosomático. Está todo ahí si es que permiten que el contenido de las frases haga únicamente de segundo violín. Si no cometen el error de mezclar las frases con la realidad y si usan sus ojos y sus oídos, verán que todos nos expresamos de uno u otro modo. Si poseemos ojos y oídos, entonces el mundo queda abierto. Nadie puede tener secretos, porque el neurótico únicamente se engaña a sí mismo, a nadie más, excepto quizás por un momento en caso que sea un buen actor.
La mayor parte de la siquiatría no toma en consideración el sonido de la voz, únicamente abstrae el contenido verbal de la personalidad total. Movimientos -ustedes pueden ver cuánto expresa este hombre aquí al in clinarse hacia adelante-, tal cual se expresa la personalidad total con movimientos, con la postura, con sonidos, con imágenes. Hay tanto material valioso en esto. No hay más que hacer sino captar lo obvio, lo de más afuera, lo que salta a la vista, y realimentar esto al paciente para llevarlo hacia el darse cuenta de sí mismo. La realimentación (Vrledback) fue el primer aporte de Carl Rogers a la siquiatría. Él realimenta principalmente las frases, pero hay mucho más que puede ser realimentado, y aquí es donde el darse cuenta y la atención del terapeuta pueden ser útiles. De modo que, para nosotros, resulta relativamente fácil comparado con los sicoanalistas, porque vemos enfrente a la persona entera, y esto es así porque la terapia gestáltica usa los ojos y los oídos y el terapeuta permanece absolutamente en el ahora. Se evitan las interpretaciones, las producciones verbales y todo los demás tipos de masturbación mental. Y la masturbación mental no es más que eso. También es un síntoma que puede estar encubriendo otra cosa. Lo que está, está. La terapia gestáltica es estar en contacto con lo obvio.