Ahora les diré algo acerca de cómo veo yo la estructura de la neurosis. Desde luego que no sé cuál será la teoría que voy a exponer enseguida, porque siempre estoy desarrollando y simplificando lo que voy haciendo. En este momento veo a la neurosis como compuesta de cinco capas o estratos.

La primera capa es la de los clichés. Al encontrarnos con alguien, intercambiamos clichés: "Buenos días", apretón de manos y todas las señas sin significado, propios de un encuentro casual.

Detrás de estos clichés está la segunda capa, la que yo llamo la capa de Eric Berne o de Sigmund Freud -la capa donde jugamos juegos y representamos roles-: la persona muy importante, el matón, el bebé llorón, la niña encantadora, el niño bueno -cualesquiera sean los roles que queremos representar. Son los estratos superficiales, sociales, los estratos del "como si". Nos hacemos los que somos mejores, más recios, más débiles, más corteses, etc., de lo que realmente somos. Los sicoanalistas se quedan fundamentalmente aquí, en esto. Tratan como una realidad la representación de niño hecha por un adulto, y la llaman infantilismo e intentan encontrar todos los detalles de esta actuación.

Esta capa, sintética, tiene que ser primero trabajada. La llamo capa sintética porque calza bien dentro del pensamiento dialéctico. Si traducimos la dialéctica -tesis, antítesis y síntesis- en términos de existencia, podemos decir: existencia, antiexistencia y existencia sintética. Gran parte de nuestra vida es existencia sintética, una componenda entre antiexistencia y la existencia. Hoy día tuve la suerte de conocer a alguien que no tiene esta capa ficticia, una persona honesta y relativamente directa. Pero la mayoría de nosotros hace un show de lo que no somos, para lo cual nos falta el apoyo, fuerza, deseo genuino, talento genuino.

Si trabajamos y atravesamos este estrato de jugar roles, si quitamos los roles, ¿qué vivenciamos entonces? Vivenciamos la antiexistencia, vivenciamos la nada, la vaciedad. Este es el impasse al que hacía referencia antes, la sensación de estar atascado y perdido. El impasse está marcado por una actitud fóbica: la evitación. Somos fóbicos, evitamos el sufrimiento, especialmente el sufrimiento de la frustración. Estamos mal acostumbrados y no queremos atravesar las puertas del infierno del sufrimiento: permanecemos inmaduros, continuamos manipulando el mundo en vez de sufrir los dolores del crecimiento. Esta es la eterna historia. Antes que darnos cuenta de nuestra ceguera y recuperar los ojos, preferimos ser quisquillosos y mirados en menos.

Y esta es la gran dificultad que veo en la autoterapia. Hay muchas cosas que uno puede hacer por sí mismo, su propia terapia, pero al llegar a las partes difíciles, me refiero particularmente al impasse, uno se pone fóbico, se mete en el torbellino, en un carrusel, porque no está dispuesto a sufrir los dolores del impasse.

Detrás del impasse hay una capa muy interesante, la capa de la muerte o implosiva. Esta cuarta capa aparece como la muerte o como temor a la muerte. La capa de la muerte no tiene nada que ver con el instinto tanático de Freud. Aparece como muerte únicamente por la parálisis catatónica: nos encogemos, nos contraemos y comprimimos, en una palabra: implotamos11. Una vez que logramos un contacto verdadero con lo muerto de este estrato implosivo, entonces ocurre algo muy interesante.

Esta implosión se convierte en una explosión. La capa de la muerte retorna a la vida, y esta explosión es el nexo con lo auténtico de la persona, que es capaz de vivenciar y expresar sus emociones. Hay cuatro tipos fundamentales de explosiones desde la capa de la muerte. Está la explosión de pena genuina en el caso de trabajar sobre una pérdida importante o una muerte que no ha sido asimilada. Está la explosión hacia el orgasmo en las personas bloqueadas sexualmente. Está la explosión hacia la ira, y también la explosión hacia la alegría, la risa, el joi de vivre. Estas explosiones conectan con la personalidad auténtica, con el verdadero yo-mismo (selfj.

No se asusten con la palabra explosión. Seguramente muchos de ustedes saben conducir un automóvil. En los cilindros hay cientos de explosiones cada minuto. Esto es diferente de la explosión violenta del catatónico (eso sería como la explosión de un estanque de gasolina). Además, una explosión aislada no significa nada. Las llamadas "aperturas" de la terapia reichiana son tan poco útiles como la introspección (insight) en el sicoanálisis.

Como ustedes bien saben, la mayor parte de nuestro representar roles está diseñado para controlar justamente esas explosiones. La capa de la muerte, el temor a la muerte es que si explotamos, entonces creemos que ya no podemos sobrevivir -nos moriremos, seremos perseguidos, seremos castigados, no nos querrán ya más, etc. De modo que todo el ensayo y el juego de autotortura continúan; nos retenemos y nos controlamos.

Les daré un ejemplo. Había una vez una niña, una mujer que no hacía mucho había perdido a su hijo y no lograba ponerse en contacto con el mundo. Trabajamos un poco y encontramos que se estaba aferrando al ataúd de su hijo. Se dio cuenta de que no quería soltarse del ataúd. Ustedes entenderán que en la medida que ella no quiera enfrentarse con este hueco, con este vacío, con esta nada, ella no podrá volver a la vida ni a los demás. Hay tanto amor envuelto en este ataúd que ella prefiere gastar su vida en la fantasía de tener algún tipo de hijo, aunque sea un hijo muerto. Cuando ella pueda enfrentarse con su nada y vivenciar su pena, podrá volver a la vida y ponerse en contacto con el mundo.

La filosofía de la nada'2 es muy fascinante. En nuestra cultura, "la nada" tiene un significado distinto del que tiene en las religiones del Este. Cuando nosotros decimos "nada" hay un vacío, algo semejante a la muerte. Cuando una persona del Este dice "nada", la llama ninguna cosa (nothingness) -no hay cosas ahí. Hay únicamente proceso, transcurso. La nada no existe para nosotros, en el sentido estricto, porque la nada está basada en el darse cuenta de la nada, con lo que hay darse cuenta de algo y luego hay algo ahí. Encontramos que al aceptar y penetrar esta nada, este vacío, el desierto empieza a florecer. El vacío se hace vivo, se llena. Me estoy interesando cada vez más en escribir algo acerca de la filosofía de la nada. "I've got plenty of nothing"13. Nada equivale a real, verdadero.

P: Fritz, mientras yo explotaba allá afuera, me pareció que tú te estabas dejando caer sobre mí y te burlabas ingeniosamente, y me parece que esto es lo que hago -exploto, me suelto, y tú te estás mofando de mí.

F: Oh, sí. No te diste cuenta de lo que estaba haciendo. Ayer comenzamos con que tenías miedo. Esta mañana dejaste salir bastante energía pasional y yo puse más obstáculos en tu camino para que te pusieras más convincente. ¿Ves lo que hice por ti? (Fritz se ríe).

P: Bueno, yo lo interpreté mal.

F: Desde luego. Si lo hubieras sabido, no habría resultado. Te vi empezando a pasarlo tan bien en tu color acentuado y en tu salvar al mundo. Fue hermosísimo.

P: ¿De dónde viene toda la energía de la capa implosiva?

F: (Hace un gancho con cada uno de los dedos de ambas manos, engancha ambas manos y tira). ¿Vieron lo que hice? ¿Vieron cuánta energía gasté haciendo absolutamente nada? ¿Tirando de ambas manos con igual fuerza? ¿De dónde proviene la energía? No permitiendo que la excitación alcance a nuestros sentidos y a nuestros músculos. En vez de esto, la energía se deriva hacia la vida de fantasía, la vida de fantasía que tomamos por real. Ustedes podrán creer: "Es imposible que yo haga esto. Soy indefenso. Necesito a mi esposa para que me reconforte", y no están dispuestos a despertar y descubrir que ustedes mismos son capaces de producir su propio confort y tal vez, incluso, el confort de otros.

Nuestra energía vital se va hacia aquellas partes de nuestra personalidad con la cual nos identificamos. En nuestros tiempos, muchas personas se identifican con su computadora. Ellas piensan. Algunas hablan acerca de lo grandioso del homo sapiens, el asunto de las computadoras, como si nuestro intelecto tuviera preeminencia sobre el animal humano, un concepto que por lo demás dejó de estar de moda con Freud. Hoy estamos hablando de la integración del ser social y del ser animal. Sin el apoyo de nuestra vitalidad, de nuestra existencia física, el intelecto permanece meramente como masturbación mental.

La mayoría de las personas juegan dos tipos de juegos intelectuales. Un juego es el juego de las comparaciones, el juego del "más que" -"mi coche es más grande que el tuyo", "mi casa es mejor que la tuya", "yo soy más estupendo que tú", "mi miseria es más miserable que la tuya', etc. El otro juego que es de importancia primordial es el juego de calzar (fitting). Ustedes conocen varios aspectos del juego de calzar. Si quieren hacer un rol particular -digamos que quieren ir a una fiesta-, quieren ser la bella de la fiesta, para lo cual hay que vestirse para este rol. Van donde una modista de primera categoría y juegan el juego de las pruebas. Esta tenida me calza, la modista tiene que hacer que la tenida me calce, tengo que adquirir los accesorios que calcen a la tenida, etc. El juego de calzar puede ser jugado en dos direcciones. Una dirección consiste en que miramos la realidad y vemos dónde esta realidad calza dentro de mis teorías, mis hipótesis, mis fantasías acerca de cómo es la realidad. O bien pueden trabajar en la dirección opuesta. Tienen fe en cierto concepto, tienen fe en cierta escuela, ya sea la escuela sicológica o la freudiana o la condicionante. Buscan entonces cómo calzar la realidad con el modelo. Tal como Procusto, que tenía que hacer caber a todas las personas en una cama del mismo tamaño. Si quedaban muy largas, entonces les cortaba las piernas; si eran muy cortas, las estiraba hasta que cupieran en la cama. Este es el juego de calzar.

Una teoría, un concepto, es una abstracción, es tan solo un aspecto de un acontecimiento cualquiera. Si toman este escritorio, de él podrán abstraer la sustancia, el color, su valor monetario. No podrán sumar todas las abstracciones y llegar a un entero, porque el entero existe en primer lugar y las abstracciones son fabricación nuestra, sea cual sea el contexto en el cual necesitamos estas abstracciones.

Respecto a la sicología, me gustaría indicar cuáles son algunas de las abstracciones que se pueden hacer de la Terapia Gestáltica. Una de ellas acontece en lo conductual (behavioristic). Lo que hacemos de hecho: observamos la identidad de estructura y función en las personas, en el organismo y todo lo demás con que nos encontramos. Lo bueno de los conductistas es que en realidad trabajan en el aquí y el ahora. Miran y observan lo que está ocurriendo. ¡Si les pudiéramos quitar a los sicólogos americanos de hoy su compulsión a condicionar y permanecieran como observadores solamente! Si pudieran darse cuenta de que los cambios a lograr no deben ser conseguidos mediante el condicionamiento, que el condicionamiento siempre produce artefactos, y que los cambios verdaderos ocurren por sí solos, de maneras diferentes, entonces sí creo que podríamos hacer bastante en favor de una reconciliación entre los conductistas y los experiencialistas.

Los experiencialistas, los sicólogos clínicos, tienen una gran ventaja sobre los conductistas. No ven el organismo humano como un algo mecánico que simplemente funciona. Consideran que en el centro de la vida está el medio de comunicación, es decir, el darse cuenta. Ahora bien, podemos llamar al awareness "conciencia" o sensibilidad, o simplemente awareness (ver nota pág. 24) de algo. Yo pienso que la materia -además de extensión, duración, etc.- tiene también darse cuenta. Desde luego que aún no somos capaces de medir cantidades infinitamente pequeñas de awareness, como sería por ejemplo la de este escritorio; pero sabemos que cada animal, cada planta, tiene darse cuenta. A esto se lo podrá llamar tropismo, sensibilidad protoplasmática o como quieran, pero siempre es awareness. Si no fuera así, no podrían reaccionar a la luz solar. Otro ejemplo: si tenemos una planta y le colocamos abono en un lugar, la planta va a desarrollar sus raíces hacia ese lugar; pero si cambiamos de sitio el abono, la planta desarrollará sus raíces hacia la nueva ubicación.

En Terapia Gestáltica comenzamos por lo que es. Vemos cuál abstracción, cuál contexto, cuál situación está presente para ser encontrado, y así relacionar la figura, la vivencia que está en primer plano, con el fondo, el ambiente, el contenido, la perspectiva, la situación; ellos juntos forman la gestalt. Significado es la relación de la figura de fondo con su ámbito. Al utilizar la palabra "rey", tenemos que tener un fondo para entender el significado de la palabra "rey", sea el rey de Inglaterra, el rey del ajedrez o "pollo a la rey" 14-nada tiene significado sin su contexto. El significado no existe. Tiene que ser creado ad hoc.

Tenemos dos sistemas para relacionarnos con el mundo. Uno es el sistema sensorial, el otro es el sistema motor. Desgraciadamente, los conductistas, con su idiotez por el llamado arco reflejo, han enredado las cosas. El sistema sensorial sirve para la orientación; el sentido del tacto, para ponernos en contacto con el mundo. También tenemos el sistema motor, con el que nos enfrentamos al mundo, y el sistema de acción, mediante el cual hacemos algo con el mundo. De modo que una persona verdaderamente entera tiene que tener una buena orientación y también habilidad para actuar. A veces tenemos casos extremos en que falta completamente una u otra parte, como los casos graves de esquizofrenia. En éstos, están las personas completamente autistas, que carecen de acción, y las de tipo paranoico, que carecen de sensibilidad. Al no haber equilibrio entre el sentir y el hacer, se está descentrado.

Muchas personas prefieren aferrarse a la situación que no nutre, hasta agotar su atención. Este quedarse atascado, pegado, este aferrarse al mundo o a una situación, esta fijación, este contacto sobreextendido, es tan patológico como el alejamiento total (la torre de marfil o el estupor catatónico). En ambos casos, el contacto y el retiro no fluyen, el ritmo natural se interrumpe.

La enfermedad, el fingir estar enfermo, que constituye gran parte de este volverse loco, no es más que una búsqueda de apoyo ambiental. Estamos enfermos en cama: alguien nos cuida, nos alimenta, nos da abrigo, no hay que salir a ganarse la vida, es la regresión total. Pero la regresión no es, como pensaba Freud, un fenómeno puramente patológico. La regresión significa retraerse a una posición donde uno puede proveerse su propio apoyo, donde nos sentimos seguros. Vamos a trabajar bastante con regresión deliberada, retraerse deliberado, para encontrar cuál es la situación que estimamos agradable en contraste con la situación a la cual no nos podemos encarar. Como no se está en contacto con el mundo ni con el ambiente, uno mismo descubre con qué se está en contacto.

Hagamos otro experimento que en este sentido les puede ser muy útil. Cuando estén confundidos, aburridos o de algún modo atascados, intenten lo siguiente: trasládense rápidamente entre el aquí y el allá. Quiero que todos hagan esto ahora. Cierren los ojos y déjense ir en su imaginación desde aquí a cualquier lugar donde quieran estar...

El paso siguiente es volver a la experiencia del aquí del "aquí y ahora"... Comparen ambas situaciones. Lo más probable es que la experiencia del allá les haya resultado preferible a la situación del aquí... Ahora cierren los ojos nuevamente. Váyanse de nuevo a cualquier lugar donde les gustaría ir. Tomen nota de cualquier cambio...

Nuevamente vuelvan al aquí y ahora, y de nuevo comparen ambas situaciones. ¿Ha ocurrido algún cambio?... Váyanse otra vez. Continúen haciendo esto hasta que se sientan realmente confortables en la situación presente, hasta que despierten a sus sentidos y empiecen a ver y escuchar y a estar aquí en este mundo; hasta que realmente comiencen a existir... ¿Alguien quiere relatar su experiencia?

P: Inicialmente me fui a casa de un amigo, fue muy agradable. Volví acá. La segunda vez me fui a un refugio en la montaña que también resultó extremadamente agradable. Entonces volví acá. Ahora estoy aquí y me doy cuenta que evadirme hacia el futuro me es innecesario. Me es más importante estar aquí. El futuro se cuidará por sí solo.

Q. Yo subí una montaña con alguien con quien estaba compartiendo mucho, y al tiempo recibiendo esta sensación. Al retornar, no estuve satisfecho porque esto no era completo en mi vida. Así que trataré de completar esa necesidad.

R: Yo alterné entre tres lugares que son mis lugares favoritos de la naturaleza y estaba solo. Cada vez que retorné, me sentía más calmado.

S: Fritz, a mí me llama mucho la atención el hecho de que cada vez que me voy, estoy más viva que cuando estoy aquí. No funciono con tanta vitalidad y emoción.

F: ¿No pudiste traer contigo algo de tu vitalidad al aquí y ahora?

S: Sí, pero no lo suficiente. Aún existe una discrepancia entre ellas.

F: Aún hay un reservorio sin tocar.

T. Sentí lo mismo que siento cuando vuelvo al living de mi casa. Ah. La primera vez no sentí mucho y volví acá y sentí cierta tensión. Cuando retorné la segunda vez fue lo mismo y sentí aún más tensión al volver acá. Volvía y pude sentir acá la misma tensión que siento allá en el living.

U: Yo me fui a una isla desierta, que era donde me escapaba en mis sueños de niña. Y apreciaba la libertad que tenía allá. Allí podía estar sin ropa y nadar desnuda en una laguna de aguas muy claras. Apreciaba eso, pero al mismo tiempo me daba cuenta, o pensaba más, que necesitaba a la gente. Me percato mejor de mi necesidad por la gente. Y creo que, al volver acá, traje de vuelta algo de mi deseo de ser libre. Me fui también a otro lugar, una excursión con mi marido al Monte Tamalpais, eso sucedió cuando éramos novios, y la sensación que acompañaba a eso era que me amaba más entonces que ahora y había gran euforia en nuestra relación. Traje algo de eso de vuelta también, pero luego quise volver a eso y lo hice. Nuevamente estábamos trepando al Monte Tamalpais, pero esta vez me di cuenta que no era yo -era él quien llevaba parte de mí en la relación-, y creo haber traído de vuelta ese darse cuenta a la situación presente -tanto el goce como la comprensión de que yo tengo que llevarme a mí misma.

F: Bueno, creo que un buen número de ustedes vivenciaron bastante la integración de estos dos opuestos, el allá y el ahora. Si hacen esto con cualquier situación desagradable, podrán ubicar lo que les está faltando en la situación de aquí y ahora. Es muy frecuente que la situación allá les dé una idea de lo que está faltando en el ahora, de lo diferente que hay en el ahora. De modo que cada vez que se sientan aburridos o tensos, retráiganse, retírense -esto vale especialmente para los que son terapeutas. Si se quedan dormidos cuando el paciente no trae cosas interesantes, esto les ahorrará fuerzas, y el paciente o bien los despertará o bien volverá con algún material interesante. Y si no, al menos tendrán tiempo para una siestecita.

Retírense a una situación de la cual puedan conseguir apoyo, y luego vuelvan a la realidad con esa fuerza recobrada. Ustedes saben que Hércules es el famoso símbolo del autocontrol. Saben de ese carácter obsesivo que limpió los establos augeanos, etc. La historia más importante puede ser el intento que hizo Hércules para matar a Anteos. Apenas Anteos tocó el suelo, recobró sus energías, y eso es lo que ocurre al retraerse. Desde luego que el retraerse óptimo es el retraerse dentro del propio cuerpo. Ponerse en contacto consigo mismo. Prestar atención a su existencia física. Movilizar sus recursos internos. Incluso el ponerse en contacto con la fantasía de estar en una isla o en un baño tibio o en cualquier situación inconclusa, les dará mucho apoyo para cuando vuelvan a la realidad.

Normalmente el élan vital, la fuerza vital, energiza mediante el sentir, el escuchar, el escudriñar, describiendo el mundo -cómo es el mundo ahí. Esta fuerza vital aparentemente primero moviliza el centro, supuesto que tienen un centro. El centro de la personalidad es lo que antes se llamaba el "alma": las emociones, los sentimientos, el espíritu. Las emociones no son molestias que deban ser descargadas. Las emociones son los motores más importantes de nuestro comportamiento: emoción en el sentido más amplio -la espera, el goce, el hambre. Estas emociones o energía básica, esta fuerza vital, aparentemente se diferencian en el organismo por lo que llamo la diferenciación hormónica. Digamos que la excitación básica se diferencia, por acción de las glándulas suprarrenales, en ira y temor; por la de las glándulas sexuales, en libido. Podría ser que, en el caso de ajustarse a una pérdida, se convierta en pena. Enseguida esta excitación emocional moviliza los músculos, el sistema motor. Todas las emociones se expresan en el sistema muscular. No se puede visualizar la ira sin movimiento muscular. No se puede visualizar la alegría, que es más o menos idéntica al danzar, sin movimientos musculares. En la pena hay sollozos y llanto, y en el sexo también hay ciertos movimientos, como todos ustedes saben. Estos músculos se usan para moverse, para tomar del mundo, para palpar el mundo, para estar en contacto.

Cualquier disturbio en el metabolismo de esta excitación va a disminuir la vitalidad. Si estas excitaciones no se pueden transformar en sus actividades específicas y se estancan, tenemos el estado llamado angustia, que es una excitación tremenda detenida, embotellada. "Angoustia" es la palabra latina que denota estrechez, angostura. Al atravesar el sendero angosto, uno estrecha el pecho; el corazón se acelera para suministrar el oxígeno requerido por la excitación, etc. Si la excitación no puede fluir en actividad a través del sistema motor, intentamos desensibilizar el sistema sensorial para reducir la excitación. Tenemos todo tipo de desensibilizaciones: frigidez, bloqueo de los oídos, etc. -todos esos hoyos en la personalidad de que hablé con anterioridad.

De modo que si estamos perturbados en nuestro metabolismo y no tenemos centro del cual vivir, tenemos que hacer algo, queremos hacer algo para recobrar el manantial, el fundamento de nuestro ser. No hay tal cosa como una integración total. La integración nunca se completa; la maduración nunca termina. Es un proceso en transcurso para siempre jamás. No se puede decir: "Ahora he comido asado y ahora estoy satisfecho; ahora no tengo más apetito", y para el resto de nuestras vidas no hay más apetito. Siempre hay algo por ser integrado; siempre algo por aprender. Siempre cabe la posibilidad de una maduración más plena, de asumir más responsabilidades en relación a uno mismo y a la propia vida. Desde luego, el responsabilizarse de la propia vida y el ser ricos en experiencias y habilidades son la misma cosa. Y esto es lo que espero poder hacer en este seminario -darles a entender cuánto se gana al tomar responsabilidades de cada emoción, cada movimiento que hacen, cada pensamiento- y deshacerse de la responsabilidad por cualquier otra persona. El mundo no está ahí para llenar tus expectativas, ni tampoco debes tú llenar las expectativas del mundo.

En su contexto usual, la responsabilidad da la idea de obligación. Si me hago responsable de otra persona, me siento omnipotente: tengo que interferir en su vida. Esto significa que tengo un deber -puedo creer que tengo el deber de apoyar a esta persona. Pero también se puede deletrear responsabilidad como responsa-habilidad: capacidad de responder, tener pensamientos, reacciones, emociones, en determinadas situaciones. Esta responsabilidad, la capacidad de ser lo que uno es, se expresa mediante la palabra "yo". Muchos concuerdan con Federn, un amigo de Freud, quien sostenía que el ego es una sustancia. Yo sostengo que el ego, el yo, es meramente un símbolo de identificación. Si en este momento digo que tengo hambre y dentro de una hora digo que no tengo hambre, esto no sería una contradicción. No es una mentira, porque mientras tanto he almorzado. Me identifico con mi estado en este momento y me identifico con mi estado después.

Responsabilidad significa simplemente estar dispuesto a decir: "Yo soy yo", y también: "Yo soy lo que soy -soy Popeye, el marino"-. No resulta fácil desprenderse de la fantasía o concepto de ser un niño necesitado, el niño que desea ser querido, el niño temeroso del rechazo. No nos hacemos respon sables de todos esos eventos. Al igual de lo que dije respecto a la timidez, no estamos dispuestos a hacernos responsables de que somos criticones, y por ende, proyectamos nuestras críticas sobre los demás. No queremos hacernos responsables de que somos exigentes, por lo que proyectamos nuestras exigencias hacia afuera para luego vivir en un mundo de eternas exigencias que debemos aceptar so pena de ser rechazados. Una de las responsabilidades más importantes -y ésta sí que es una transición muy importantees hacernos responsables de nuestras proyecciones, reidentificarnos con estas proyecciones y convertirnos en lo que proyectamos.

La diferencia esencial entre la Terapia Gestáltica y la mayoría de las demás formas de terapia está en que nosotros no analizamos. Más bien, integramos. Queremos evitar el antiguo error de mezclar el entender con el explicar. Al explicar estamos interpretando, lo que podrá resultar en un juego intelectual muy interesante, pero es una actividad substituta, y una actividad substituta puede resultar peor que el no hacer nada. Al no hacer nada, al menos se sabe que no se hace nada. Si uno se entrega a esta actividad suplente, estamos usando tiempo y energía en trabajo improductivo que posiblemente nos condicionará aún más a llevar a cabo actividades fútiles -perdiendo el tiempo y cuando menos, sumergiéndonos más y más en el pantano de la neurosis.

Sería maravilloso si pudiéramos ser tan sabios e inteligentes que nuestra racionalidad nos llegara a dominar la vida biológica. Esta polaridad entre la mente y el cuerpo no es la única polaridad posible. Hay muchas otras cosas en el ser humano además de estos dos instrumentos. Este identificarse con el intelecto, con la explicación, deja afuera al organismo total, deja a un lado al cuerpo. Usamos el cuerpo en vez de ser un cuerpo (somebody). Mientras más sea el pensar que se destina a computar, manejar, menos es la energía que resta para el yo total. Debido a que han puesto el cuerpo entre paréntesis, el resultado es que se sienten como un nadie (nobody) al no tener cuerpo. No habrán cuerpos en sus vidas. No es de extrañar entonces que tantas personas cuando se salen de su rutina diaria y se encaran con el aburrimiento y el vacío de sus vidas, experimenten la "neurosis dominical".

La Terapia Gestáltica es un enfoque existencial, lo que significa que no nos ocupamos únicamente de tratar síntomas o estructuras de carácter, sino que más bien de la existencia total de la persona. En los sueños, en mi opinión, es donde están más claramente expuestos la existencia y los problemas de la existencia.

Freud llamó a los sueños la Vía Regia, el camino real hacia el inconsciente. Yo creo que es el camino real hacia la integración. Yo nunca sé qué es lo "inconsciente", pero sé definitivamente que el sueño es la producción más espontánea que tenemos. Nos llega sin nuestra intención, voluntad o deseo. El sueño es la expresión más espontánea de la existencia de un ser humano. No hay nada tan espontáneo como el sueño. El sueño más absurdo no nos impacta en el momento mismo como algo absurdo: sentimos que es lo verdadero. Hagamos lo que hagamos en la vida, siempre está presente algún tipo de control o interferencia deliberada. No ocurre lo mismo con los sueños. Cada sueño es una obra de arte, más aún que una novela o que un drama. El que sea o no buen arte, es asunto aparte. Pero siempre hay mucho movimiento, peleas, encuentros y todo tipo de cosas. Ahora bien, si mi suposición es correcta, y desde luego creo que lo es, todas las partes diferentes del sueño son fragmentos de nuestra personalidad. Ya que nuestro objetivo es hacer de cada uno de nosotros una persona entera, unificada, sin conflictos; lo que debemos hacer es juntar todos los fragmentos del sueño. Debemos reposeer estas partes proyectadas, las partes fragmentadas de nuestra personalidad. Debemos reposeer el potencial escondido que aparece en el sueño.

Mediante la actitud fóbica y el rehuir al darse cuenta, mucho material que es nuestro, que es parte nuestra, ha sido disociado, alienado, desposeído, desechado. El resto de nuestro potencial no nos es asequible. Sin embargo, creo que en gran medida está disponible, pero como proyecciones. Sugiero por ahora que comencemos con la suposición imposible de que cualquier cosa que pudiéramos ver en otro y en el mundo, no es más que una proyección. Podrá ser una aberración decir esto, pero es increíble cuánto proyectamos y cuán ciegos y sordos somos a lo que realmente transcurre. La reposición de nuestros sentidos y el entender proyecciones van de la mano. La diferencia entre la realidad y la fantasía, entre observación e imaginación, es una diferencia que va a requerir bastante trabajo para poder esclarecerse.

Un modo de reasimilar, recuperar lo proyectado, es proyectándonos completamente en la cosa o persona. Lo que siempre resulta ser patológico es la proyección parcial. La proyección total es la llamada experiencia artística. Es una identificación con la cosa en cuestión. En el Zen, a uno no se le permite dibujar una sola rama hasta que no se haya uno convertido en esa rama.

Quiero empezar con un experimento sencillo que les servirá para practicar su magia. Transformarnos -metamorfosearnos- en algo que aparentemente no somos, aprender a identificarnos con algo que no somos. Comencemos con algo bien sencillo. Observen todos, por favor. Voy a poner caras y gesticular. Quiero que ustedes, sin palabras o sonidos, imiten mi expresión y vean si acaso pueden sentir que realmente se han convertido en mí y en mis expresiones. Ahora miren esto. Déjense llevar. Lo más importante es la expresión facial...

Ahora les diré cómo lo hice. Me imaginé una situación y me metí en ella. Tuve la impresión -creo que la mayoría de ustedes sacaron bastante de esta sensación de identificación, no tanto pensando, sino que simplemente siguiéndome.

Demos otro paso. Sube tú acá y dime algo, cualquier cosa. (A medida que la persona habla, Fritz le imita las palabras, la inflexión de la voz y la expresión facial). Júntense en parejas y hagan lo siguiente, tratando de captar la sensación de ser la otra persona...

Ahora quiero que cada uno de ustedes se transforme en algo un tanto diferente. Transfórmense en... a ver, en un camino...

Ahora transfórmense en un automóvil...

Ahora transfórmense en un bebé de seis meses...

Ahora transfórmense en la mamá del bebé...

Ahora transfórmense, nuevamente, en el mismo bebé...

Ahora en la mamá...

Ahora en el bebé...

Ahora como si tuvieran dos años de edad...

Ahora transfórmense a su edad actual... ¿Pueden todos hacer este milagro?

Ahora les quiero mostrar cómo se usa esta técnica de la identificación en el trabajo de sueños. Es bastante diferente de lo que hacen los sicoanalistas. Generalmente ellos dividen el sueño en pedacitos, seguido de asociaciones acerca de lo que significa, y luego se interpreta. Es posible que con este procedimiento logremos alguna integración, aunque no lo creo porque por lo general es tan sólo un juego intelectual. Varios de ustedes han recibido su lavado de cerebro por el sicoanálisis. Si quieren lograr algo verdadero de un sueño, no interpreten. Ni jueguen juegos intelectuales de introspección ni asocien ni disocien libre o forzadamente a los sueños.

En Terapia Gestáltica no interpretamos los sueños. Hacemos con ellos algo mucho más interesante. En vez de analizarlos y trozarlos, intentamos retrotraerles a la vida. El modo de hacer esto es revivir el sueño tal como si estuviese ocurriendo ahora. En vez de relatar el sueño como un episodio del pasado, lo actuamos en el presente de modo que se convierte en parte de uno y así posibilitamos un compromiso verdadero.

Al entender lo que pueden hacer con los sueños, podrán hacer por su cuenta muchísimo en beneficio propio. No importa si tomamos un trozo de un sueño o un sueño antiguo. Siempre que se lo pueda recordar, el sueño estará vivo y disponible, y seguirá conteniendo una situación inconclusa, una situación no asimilada. Cuando trabajamos los sueños, por lo general tomamos solamente un trozo de ellos. Se puede obtener mucho aun de sólo un fragmento pequeño.

Si quieren trabajar por su cuenta, les sugiero entonces que escriban el sueño y hagan una lista de todos los detalles que aparecen en él. Tomen cada persona, cada cosa, cada estado de ánimo, y luego trabajen sobre esto hasta convertirse en cada una de esas cosas. Hay que convertirse realmente en la cosa; sea lo que sea en el sueño, conviértanse en ella. Usen su magia. Transfórmense en ese sapo feo, en la cosa muerta, la cosa viva, el demonio, y detengan el pensar. Olviden su mente y despierten a sus sentidos. Cada trocito es parte de un puzzle, que entero formará un todo más grande -una personalidad más fuerte, más feliz, más completamente verdadera.

Enseguida tomen cada uno de estos objetos, caracteres y partes, permitiéndoles tener encuentros entre ellos. Escriban un guión. Al decir "escriban un guión", quiero decir que sostengan un diálogo entre las dos partes opuestas. Encontrarán que siempre comienzan riñendo entre ellas - particularmente si se trata de los opuestos correctos. Todas las partes diferentes (cualquier parte del sueño es parte de uno mismo) son una proyección de uno mismo, y si hay lados inconsistentes, contradictorios, y si los utilizan para luchar entre ellos, tendrán entonces el eterno juego del conflicto, de la autotortura. A medida que avanza el proceso del encuentro hay aprendizaje mutuo hasta que llegamos a un entendimiento y una apreciación de las diferencias, y logramos la unidad e integración de las dos fuerzas opositoras. Entonces se habrá terminado la guerra civil y sus energías estarán listas para enfrentar las adversidades del mundo.

Incluso un trabajo pequeño significará la asimilación de algo. En principio, uno podría lograr una cura completa -llamémosle cura o maduración- si se hiciera esto con cada cosa aislada que aparece en el sueño. Está todo ahí. Los sueños cambian en diversa forma; pero al comenzar así verán ustedes que tendrán más sueños, y el mensaje existencial se hará cada vez más claro.

Desde ahora en adelante voy a poner el acento sobre el trabajo de sueños. En el sueño encontramos todo lo necesario, ya sea en su perímetro o en su ambiente. La dificultad existencial, la parte que falta a la perso nalidad, están todas en el sueño. En cierto modo es un ataque frontal al seno de la propia no-existencia.

El sueño es una excelente oportunidad para encontrar los hoyos en la personalidad. Aparecen como vacíos, como espacios huecos, y al acercarse a estos hoyos, vienen la confusión y el nerviosismo. La experiencia espantosa, la expectación -"Si me acerco a esto habrá una catástrofe. Seré una nada". Ya he hablado un poco acerca de la filosofía de la nada. Este es el impasse, donde evitamos, donde nos viene la fobia. Súbitamente se ponen somnolientos o recuerdan que tienen algo muy importante que hacer. Si trabajan sus sueños, es mejor hacerlo con alguien que les pueda mostrar dónde están ustedes evitando. Entender un sueño significa darse cuenta de cuándo se está evitando lo obvio. El único peligro consiste en que la otra persona puede llegar al rescate demasiado pronto y decirles lo que les está ocurriendo, en vez de darles la oportunidad de descubrirlo ustedes mismos.

Al entender el significado que tiene el identificarse con cada parte de un sueño por pequeña que ésta sea, cada vez traduciendo un "¡t"15 en un yo, incrementan su vitalidad y su potencial. Al igual que un prestamista que tiene su dinero repartido por todas partes. Recupérenlo. Al mismo tiempo irán comprendiendo las actividades substitutas en las que gastan sus energías, particularmente cuando estén aburridos. En vez de decir: "Estoy aburrido" y descubrir qué es lo que verdaderamente les interesa, sufren y se quedan con lo que les está aburriendo. Se martirizan quedándose ahí, y al mismo tiempo que se torturan a sí mismos, están torturando al ambiente. Se tornan unos aguafiestas. Si les agrada ser lúgubres, si lo aceptan, entonces muy bien, ya que la experiencia se hace positiva. Se hacen responsables de lo que están haciendo. Si gozan con la autotortura, entonces muy bien. Pero siempre queda el asunto del aceptar y del no aceptar, y aceptar no es simplemente tolerar. El aceptar es recibir un obsequio, un regalo. El equilibrio siempre resulta en gratitud por lo que es. Si es demasiado poco, entonces nos resentimos; si es mucho, nos sentimos culpables. Pero si reciben balanceadamente, entonces se crece en gratitud. Si hacen un sacrificio, se resienten; si hacen un obsequio, dan algo excedente y se sienten muy bien. Es un cerrar -el completar una gestalt.

P: Al vivir unos con otros, practicamos lo que algunos llamarían las amabilidades. ¿Podrías trazar una línea entre tomar responsabilidades y la práctica de las amabilidades?

F: Ya. Uno se hace responsable de representar un rol falso. Uno se hace el cortés para mantener al otro contento.

Cada vez que usan las palabras ahora y cómo y se dan cuenta de esto, entonces crecen. Cada vez que hacen la pregunta por qué, disminuyen de estatura. Se joden a sí mismos con información falsa e innecesaria. Alimentan su computadora, el intelecto. Y el intelecto es la punta de la inteligencia. Un estorbo en la vida.

En contra del hecho simple -y perdónenme la expresión- del mal de la autoalienación, del autoempobrecimiento, hay tan solo un remedio: el recobrar lo que en derecho es lo propio. Cada vez que cambien un "it" o un sustantivo en un yo o en un verbo, se recobra, por así decirlo, un diezmilésimo del potencial y esto es acumulativo. Cada vez que reintegren algo, tendrán una plataforma mejor desde donde poder facilitar su desarrollo, su integración.

No intenten hacer de esto un programa perfeccionista, de que deben masticar cada trozo de lo que están comiendo, de que debieran hacer una pausa entre cada mordida de modo que puedan completar una situación antes de comenzar la siguiente: cambiar cada sustantivo e "it" en un yo. No se torturen con estas exigencias, basta con darse cuenta de que ésta es la base de nuestra existencia y descubrir que así es. Es como debe ser y debe ser como es.