¿Qué hago si la gente que me rodea me decepciona?
La decepción es un sentimiento muy desagradable. Cuando nos sentimos decepcionadas en realidad nos entristecemos. Cuando es la gente que nos rodea la que nos decepciona parece que la tristeza se hace el doble. Porque queremos a esas personas, por eso forman parte de nuestra vida. Y no queremos apartarlas, o no podemos apartarlas como es el caso de la familia. Pero para poder poner solución a algo primero tenemos que entenderlo. Vamos a hablar de la decepción.
¿Cuál es el motivo por el que alguien nos decepciona? Nos decepciona porque no responde a nuestras expectativas. Nos decepciona porque nosotras estamos esperando algo de alguien y este alguien no nos lo da. Pero, ¿has pensado lo subjetivo que es lo que cabe esperar? Cada persona va a esperar cosas diferentes, no hay una regla universal donde medirlo. Entonces, quizás sea un poco injusto hacer pasar a otra persona por nuestro punto particular y subjetivo de medida, ¿no crees? Cuando te decepcionas es porque esperas algo de la gente. Y ese es el punto que sí puedes controlar tú. No puedes controlar la respuesta de las personas o sus reacciones, pero sí puedes controlar lo que tú esperas. ¿Por qué siempre estamos pidiendo? ¿Por qué no podemos coger lo que viene? Sin plantearnos otras cosas. ¿Por qué comparar siempre lo que nos dan con lo que nosotras consideramos que es perfecto? ¿Es que no sabemos valorar lo que en realidad nos dan, lo que sí viene?
Uno de los problemas de la decepción es tener unas expectativas muy elevadas. Pero ese sistema siempre, siempre te va a reportar infelicidad. Vamos a poner un ejemplo (un ejemplo tonto pero ilustrativo): es tu cumpleaños y tú imaginas que te van a regalar un reloj de oro pero, abres el paquete y encuentras un reloj de plata. Te decepcionas y piensas "pero…esto es de plata…qué horror". Y yo te digo: ¿es que no ves que te han regalado un reloj de plata? ¿Es que no te das cuenta de que nadie está obligado a hacerte un regalo? ¿Es que no valoras el detalle de esa persona? ¿Por qué esperar algo? ¿No te das cuenta de que rompe la sorpresa? Debemos ser agradecidas. Debemos dar las gracias por lo que tenemos y por lo que nos llega. Y de todo esto haz la equivalencia al nivel de las emociones, de las relaciones interpersonales. No te midas por lo que todavía no tienes sino por lo que sí tienes.
Que la gente no te decepcione está en tu mano. Muchas veces nos dejamos llevar por nuestras ideas. Creemos que nuestra manera de actuar es la más correcta y por eso pensamos que la gente debe actuar como esperamos. Cuando no lo hacen, nos decepcionamos. Pero, ¿te has planteado que puede ocurrir lo mismo contigo? Que quizás tú también decepcionas con tu manera de hacer las cosas y, lo haces desintencionadamente, pero tal vez no cumplas las expectativas de alguien tampoco. Pero es que es inevitable: somos tantas personas diferentes que es imposible complacerlas a todas. Y te gustaría que valorasen lo que atentamente les ofreces, ¿no es cierto? Sé más abierta de miras. No te restrinjas a tu visión y tú manera de ver las cosas. Ábrete a un mundo de posibilidades distintas y valora todos los tipos de actuación que recibes.
Hay otro punto que debes observar y asumir lo antes posible a fin de acabar con tu sentimiento de decepción. Es algo que parece muy lógico pero que cuesta de asimilar: aceptar lo que es cada persona. Con esto quiero decir que tú sabes cómo son las personas que te rodean. Las conoces con el tiempo y sabes cómo reaccionan. Al principio pruebas con tus actuaciones para saber cómo responden y, con el tiempo, sabes cómo lo hacen. Pongamos otro de nuestros tontos pero ilustrativos ejemplos: imagina que tú quieres explicar un sentimiento tuyo a tu madre. Lo haces. Y la respuesta que recibes es de poco interés. Y eso no te gusta, te decepciona su respuesta. Lo pruebas en otra ocasión por segunda vez y obtienes el mismo resultado. Entonces yo te digo: ¡no lo hagas más! Por mucho que te disguste, es la realidad. Tienes que asumir que es así. No lo sigas intentando, vas a obtener siempre el mismo resultado y vas a seguir decepcionándote. Tienes que asumir lo que hay y lo que es cada persona, aunque no te guste, porque es así y no se puede luchar contra lo inamovible. Entonces, si se repite la decepción será culpa tuya, puesto que ya sabes cómo es esa persona. Mi consejo es que no inviertas energía en alguien que no te responde, puedes intentarlo una vez, dos, pero si ves que no va, no desgastes tu energía. No sirve de nada bueno darse mil veces con la misma piedra. Si ves que siempre reaccionan de la misma manera, debemos asumirlo, no va a cambiar. No seguir y seguir intentándolo, dándote contra el mismo muro esperando que algún día, por arte de magia, esa persona cambie, porque eso es desperdiciar tu tiempo, tu energía y tu felicidad.
Hay que asumir la realidad. Y coger las cosas tal y como son, aunque no nos guste. Nos hará perder menos tiempo y nos ahorrará muchos disgustos. La vida no es siempre como queremos. Lo práctico e inteligente es saber manejar las cartas con las que contamos para obtener el mejor juego. Debemos sacarle partido a lo que sí que tenemos. Te aseguro que esta mentalidad te ahorrará muchos disgustos y, por tanto, te sentirás más feliz. Que alguien no te responda en algún aspecto no significa que ya no sea buena, al contrario, en otros aspectos será buenísima y muy positiva para ti. Pero tú, como mujer fuerte y segura, debes saber cuáles, debes jugar tus cartas, las que te han tocado, para sacarte el máximo partido a tu realidad y para conseguir el nivel más alto de bienestar.