¿Qué hago si mi pareja y yo tenemos objetivos diferentes?

Cuando por primera vez te enfrentas a esta pregunta te sientes fatal. Piensas que solo cabe una solución negativa. Parece que el mundo que has construido hasta el momento deja de tener sentido y que tenga que terminar. Piensas que es un obstáculo insalvable y te temes lo peor. Pero ¿sabes qué? No es así. Ahora mismo voy a darte otras opciones que quizás no hayas barajado. ¡Otras soluciones son posibles!

Lo primero que podrías hacer es plantearte tus objetivos y planes de vida. Sería bueno que los revisaras para ver si la importancia que piensas que tienen es tal. Quizás hace tiempo que los trazaste y ahora han cambiado. O pueden matizarse. O, por el contrario, son objetivos irrenunciables, que suponen la base de lo que tú eres y quieres ser. Eso es lo primero que debes tener claro antes de dar otro paso más. Si no, darás palos de ciego y crecerá aún más tu incertidumbre. Conocerse y saber lo que se quiere es la piedra angular para relacionarse con los demás. No lo olvides. Quizás te parezca mucho trabajo, pero si piensas en los beneficios que obtendrás, te parecerá nada.

Entonces, debes hablar con tu pareja. Puede ser que estés sacando conclusiones por comentarios o hechos aislados y, en el fondo, tengas una idea equivocada. Por eso, otra vez abogo por el mejor mecanismo que hay para tener una relación fluida y comprensiva: la comunicación. Habla con él sincera y abiertamente. Hablad sobre los objetivos y planes que tenéis en la vida. Es muy probable que descubras cosas nuevas. Puede ser que rectifiques en las ideas que pensabas que eran correctas. Habla con tu chico. Es la mejor manera de entender y valorar.

Tampoco es bueno que te obsesiones con el tema. Mira, la vida se va construyendo paso a paso, con el día a día, sobre la marcha. Y no sabes lo que va a suceder. Y quizás te plantees ahora cosas que en un futuro próximo pueden cambiar. Puede que haya cosas que consideres esenciales hoy pero que después no. Como dice la famosa frase: "la vida es lo que pasa mientras hacemos planes". No te olvides de eso. No te obsesiones con el futuro, vive el presente que sí tienes. Porque ¿sabes qué? Nuestro presente construye nuestro futuro. Si estás obsesionada y mal hoy, ¿qué clase de futuro crees que vendrá mañana? Imagínate el día después de un día en el que has estado preocupada, ansiosa, mal; y el día después de un día en el que te has sentido contenta, alegre, tranquila y feliz. ¿A que son días diferentes? Pues eso es lo que pasa con nuestra vida. Tienes que aprender a que las cosas te preocupen pero que no te obsesionen. Por el bien de tu presente y de tu futuro.

¿Sabes qué? La vida es muy corta. Y tu objetivo es ser feliz. Voy a proponerte algo: Imagínate a ti en el futuro. ¿Cómo te ves? ¿Qué quieres tener? ¿Qué es lo que no puede faltar? Eso es por lo que tienes que preocuparte. Seguro que son cosas sencillas, que son las más importantes. Trabaja para conseguirlas.

Tu objetivo ahora es permanecer unidos con tu pareja, de lo contrario te daría igual el tema. Lo dejarías con él y ya está. Pero tú quieres seguir con tu chico. Entonces lo que tienes que hacer es hablar con él. Tenéis que valorar. Porque es posible compatibilizar. Es normal que no compartas todos los objetivos y sueños con él. Con nadie vas a compartir el 100% de los objetivos y planes. Sois personas diferentes, es normal tener diferentes sueños. Pero el ideal es intentar cumplirlos todos, unidos. Intentar hacer realidad los deseos de los dos. ¡Claro!, eso es un equipo. Él sabe que para verte feliz, cumplir tus sueños es la mejor ruta. Lo mismo que tú con él.

Pero también es cierto que a veces es más difícil llegar a compatibilizarlos. Entonces entra en juego un mecanismo primordial: la negociación. No es justo que uno obtenga todo lo que quiere y el otro nada. Hay que negociar. Negociar para llegar a la mejor opción para los dos, para que los dos podáis obtener beneficios, a ser posible la mayor cantidad para ambos. Ese es vuestro objetivo al empezar la negociación. Ser conscientes de que queréis conseguir la mayor felicidad para los dos. Pero hay un aspecto que cabe señalar, ya que forma parte de la negociación: el hecho de ceder. Para realizar esta tarea a veces será necesario ceder. Ceder de uno y otro lado. Hay que hablar, negociar y valorar. Por eso en primer lugar te propuse revisar tus objetivos y sueños, para tener más clara después tu postura a la hora de negociar.

Puede que haya algún caso en el que una negociación no llegue a buen término y no se llegue a encajar. Es posible que ninguno de los dos quiera ceder o matizar. Piensa, revisa. Ten seguro que tus objetivos son irrenunciables. En ese caso, si no hay acuerdo, habrá que separarse. Yo no te aconsejo que renuncies a tus sueños y deseos por un hombre. Si de verdad se trata de cosas que forman parte de ti, que son primordiales, debes luchar por conseguirlas. Si renuncias a ellas siempre volverán. Serán una decepción. Algo que siempre quisiste y nunca conseguiste. Si de verdad lo necesitas, lucha. Lucha por ello. Trabaja por conseguirlo con valentía y decisión, siendo consecuente con lo que eres y con lo que necesitas.

Piensa que nunca nada está perdido. No subestimes la fuerza de tu relación. Habla. Negocia. Lucha por conseguir tu felicidad. Pero no te olvides de la del otro, ya que de ella depende también la tuya. Si él está feliz te hará feliz a ti. Y lo mismo hará él. Revisa tus deseos. Contempla los suyos. Llegar al acuerdo es posible.

Y, sobre todo, nunca, nunca te des por vencida antes de tiempo.