CAPÍTULO 21

 

Esperas tanto tiempo por alcanzar tus sueños que cuando estás a punto de lograrlos ni siquiera puedes creerlo. Las puertas se abren y se cierran, las oportunidades llegan y se van, las personas se unen y se alejan, pero la vida sigue su curso, aunque no estés lista para seguir con ella.

La vida te da la oportunidad de ver tus sueños hechos realidad, lo único que tenemos que hacer es luchar para llegar a ese momento en el que sientes que valió la pena el sacrificio a cambio de tanta felicidad.

*****

Donnie detuvo el auto en la entrada, y sonrió al ver lo tensa que ella estaba, él también se sentía de ese modo pero era actor y sabía cómo disimularlo. Las puertas de la casa de la familia Wedlick se abrieron y el nuevamente condujo hasta la entrada, finalmente estacionó y se quitó el cinturón. Verónika se giró hacia él y Donnie sonrió.

    Se supone que yo debo estar nervioso, no tú — ella sonrió — no te preocupes, voy a portarme bien.

    No estoy nerviosa por ti… sino por ellos — confesó Verónika — es casi imposible tener una comida en paz… si no es mi hermana con sus caprichos es Brad con su mal humor o yo con mi rebeldía.

    No te preocupes… si de familias complicadas se trata, yo tengo cátedra en eso se inclinó y la besó.

Bajó del auto y caminó hacia la puerta de Verónika, la abrió y sostuvo su mano, la ayudó a bajar y cuando ambos giraron. El senador Wedlick junto a su esposa estaba en la puerta observándolos.

    Respira, hermosa — susurró Donnie — van a creer que te maltrato.

Verónika sonrió, aun cuando realmente estaba nerviosa, ella no quería que Donnie presenciara alguna discusión habitual de su familia, ella quería que él se sintiera cómodo en su casa. Tomó su mano con firmeza y caminaron hacia la entrada.

Cuando estuvieron ahí, ella soltó su mano y fue directo hacia su padre, con ese simple gesto Donnie se dio cuenta que había estado equivocado con el senador, él siempre lo vio como un hombre frío y duro, pero mientras veía el amor con el que abrazaba a su hija, Donnie pudo ver al hombre que se escondía detrás de un cargo importante.

    Hola papá — susurró Verónika mientras se alejaba de él.

Le acarició la mejilla de su padre y volvió a besarlo mientras sonreía ampliamente, luego se giró hacia y saludó a su madre.

Donnie la vio darle un beso en la mejilla y sonreírle pero era evidente que ella prefería a su padre, finalmente ella se giró y sujetó la mano de Donnie.

    Papá, mamá… este es Donnie Wellington, mi novio.

La madre miró a Donnie de pies a cabeza, él estaba agradecido de haberse puesto un traje de Armani y haberse ganado una sonrisa de la madre de Verónika.

    Es un placer conocerlos — exclamó Donnie mientras estiraba la mano hacia la mujer.

    Igualmente señor Wellington — respondió la elegante mujer

    Dígame Donnie, por favor, señora Wedlick

    Entonces llámeme Christina, por favor.

Verónika estaba sorprendida, su madre muy pocas veces había aprobado a algún hombre con el que ella haya salido… pero claro, ninguno era como Donnie.

    Señor Wedlick — susurró Donnie mientras extendía la  mano hacia el padre de Veronika — Es un placer conocerlo — lo miró con cautela mientras extendía la mano.

    Bienvenido Señor Wellington — respondió el padre de Verónika — entremos por favor Verónika sostuvo la mano de Donnie y entraron a su casa — ¿Cómo pasaste tu cumpleaños princesa?

    Muy bien papá, tuve un día genial — Verónika se sentó en el sofá junto a Donnie y este sólo sonreía — tu hermana está arriba… quizá tú la convenzas de comer con nosotros — dijo su padre mientras se ponía de pie — señor Wellington, venga conmigo por favor — Verónika se puso de pie junto a Donnie mientras miraba a su padre con precaución — le mostraré al señor Wellington nuestros caballos… tú trata de que tu hermana baje.

Verónika apretó la mano de Donnie, este se inclinó hacia ella y besó su frente.

    Está bien — susurro para tranquilizarla.

Mientras caminaba junto al senador hasta la parte trasera de la casa, Donnie detalló la elegancia que cubría a la familia de Veronika y se preguntó como ella podía ser tan sencilla.

    No sabía que le gustaban los caballos — se atrevió a comentar.

    No me gustan… a mis hijos sí — respondió sin mucha emoción, Donnie se dio cuenta que dos hombres los seguían y eso lo puso algo nervioso — ¿Desde cuándo es novio de mi hija?

    Un mes — respondió con tranquilidad.

El senador asintió, caminaron hasta la puerta del pequeño establo y lo invitó a pasar.

    Un mes, fue usted el que se la llevó de aquí la última vez que nos visitó… — Donnie asintió ante la mirada del senador — dígame algo, señor Wellington… ¿Cuál es su juego? — Donnie frunció el ceño y lo miró de mala gana.

    ¿Mi juego? No sé de qué habla…

    De esto… de ser novio de mi hija, de venir a mi casa…

    Disculpe senador Wedlick pero yo no estoy jugando a nada — el senador seguía mirándolo con seriedad mientras esperaba que Donnie continuara hablando — conocí a su hija en el vagón de un tren y nos hicimos amigos.

    ¿Sabía que era mi hija? — Donnie sonrió al entender por dónde iba el senador.

    No y seré muy sincero con usted — aseguró Donnie ahora muy serio y algo molesto — el hecho que ella sea su hija no la hace más especial para mi… la quiero mucho y la quiero a ella, no a su apellido.

El senador frunció el ceño y luego suspiró.

    Mi hija no está en condiciones de tener una relación ahora, señor Wellington.

    Sé que está enferma — la sorpresa en el rostro del senador fue evidente — ella ha tratado de alejarse de mí para no hacerme sufrir… — en ese instante la máscara dura del senador cayó frente a Donnie — no quiero ni puedo dejarla sola… no sé cómo ha logrado que usted le permita vivir todo este duro momento lejos de su familia… pero yo no voy a dejarla.

    ¿Qué exactamente le ha dicho?

    Que tiene cáncer — el senador caminó hasta uno de los caballos y Donnie fue tras él — mi único interés es Verónika, no su dinero o su parentesco con usted.

    Yo le prometí que si ese tratamiento no funcionaba no haría nada más — la voz del senador se quebró — el tratamiento no funcionó — Donnie se sorprendió — tiene un cáncer más fuerte.

    Usted lo sabe… — preguntó Donnie aun sorprendido, el senador se giró y sonrió.

    Su doctora no me quiso decir nada tengo mis influencias — dijo sin mirarlo — sé que está viviendo con usted — Donnie seguía en silencio — ella morirá, señor Wellington.

    Lo sé — respondió Donnie mientras luchaba por esconder su dolor — estuve con ella cuando la doctora se lo confirmó — El senador sonrió con pesar — ¿Por qué no le ha dicho que lo sabe?

    Porque ella quiere que no lo sepa… ella no quiere hacerme sufrir y yo no quiero mortificarla — el senador acarició al cabello negro que estaba junto a él — he estado buscando otras opiniones, he enviado sus resultados a otros países — el senador se quedó en silencio y luego se giró — no hay nada que puedan hacer por  ella — la voz del senador se quebró y unas lágrimas cayeron por sus mejillas — mi niña va a morir y yo no puedo hacer nada por evitarlo.

Donnie se quedó en silencio al ver a aquel hombre destruido, al ver al verdadero hombre que se escondía detrás de una máscara de dureza.

    Ahora que la he visto… ella luce tan feliz — el senador secó las lágrimas que habían mojado sus mejillas y lo miró — ella está feliz con usted.

    Y yo con ella — respondió Donnie sin mirarlo — Yo amo a su hija señor — Donnie miró al senador y este sonrió — sólo quiero que sea feliz…

    Es lo que yo más deseo señor Wellington… quiero verla feliz — Donnie sonrió mientras el senador nuevamente acariciaba al caballo — mi hija tiene un anillo en la mano… — Donnie sonrió y el senador lo miró — se lo ha dado usted.

    Le he pedido que se case conmigo.

El senador lo miró con una gran expresión de sorpresa.

    ¿Se da cuenta de lo que está haciendo? Ella va a morir señor Wellington

    Y una parte de mí morirá con ella — respondió Donnie con dolor — sólo quiero que ella sea feliz.

    ¿Ella aceptó? — Donnie asintió y su padre se quedó unos segundos en silencio y finalmente sonrió — ¿Nos van a invitar? — preguntó el senador.

    Verónika me dijo que hablaría con usted… no quiere conocer a mis padres.

    Es lo que ella hace… se niega a conocer a personas que puedan encariñarse con ella y luego sufran cuando se haya ido — El senador levantó su mano hacia Donnie y este lo sostuvo — Gracias señor Wellington… gracias por hacer feliz a mi hija.

    Ella me hace feliz a mí, señor — el senador sonrió — ¿No va a oponerse?

    No me opondría a nada que le haga feliz a mi niña — Donnie apretó su mano y sonrió de felicidad —jamás podré pagar por lo que está haciendo por mi hija.

    Ya le dije señor, lo hago por ella, porque la amo y quiero verla feliz y porque ella me hace feliz a mí también.

Ambos sonrieron y el senador empezó a contarle de sus caballos.

Verónika seguía sentada sobre la cama de su hermana, quien la miraba de mala gana.

    Por favor, Tyra — repitió.

    ¡No! — respondió ella — no quiero fingir que somos una familia feliz sólo porque tu novio está aquí.

    No se trata de que finjas, se trata de que estemos juntos… no puedes pasarte la vida deseado que nuestros padres tengan tiempo para nosotros y cuando lo tienen quejarte de todo…

    Sí puedo… ¡y lo haré! —Verónika respiró profundo y se puso de pie — ¿Por qué no vas a pedirle a Brad que baje?

    ¿Brad está en la casa?

    Sí, en su habitación… — respondió Tyra, Verónika caminó hacia la puerta y la abrió — lo siento Verónika… para otra vez será Verónika se giró y la miró con tristeza

    Nunca se sabe si se tendrá una próxima vez.

Verónika limpió sus lágrimas cuando cerró la puerta, ella sabía que quizá no volvería a ver a su hermanita, quizá cuando esa próxima vez llegue, ella estaría en un ataúd y su hermana se lamentaría de no haber bajado a estar con ella, pero no había nada que pudiera hacer.

Tomó aire y se giró para bajar las escaleras entonces se congeló cuando vio a su hermano mirándola. Tenía en ceño fruncido… como siempre, pero su mirada no estaba cargada de odio como de costumbre… esta vez la miraba con curiosidad.

    Hola Brad — saludó a pesar que no espera encontrar una respuesta.

    Vaya la niña de ciudad vino a visitar — exclamó en tono burlón

    Papá me invitó a comer.

    Me imagino, seguro te dará tu gran regalo, otro caprichito para su consentida Verónika tomó aire y caminó hacia las escaleras — ¿has traído al viejo con el que sales? — Verónika se detuvo y se giró hacia él.

    ¿Te hace feliz? — preguntó Verónika ahora muy seria.

    ¿El qué?

    El decirme cosas hirientes cada vez que me ves… ¿Eso te hace feliz? Brad se quedó en silencio y ella suspiró — a veces me pregunto, si tú seguirás viéndome como una niña estúpida por el resto de mi vida — Brad como cosa rara seguía en silencio — aunque no quieras verlo… yo he cambiado — él sonrió con ironía — no soy más esa estúpida… no soy más una niña y sé que no puedo devolver el tiempo y ahorrarte ese mal momento… — ella hizo silencio mientras luchaba con el nudo en su garganta — pero quiero que sepas que estoy pagando por ese error — Verónika bajó la mirada y limpió sus lágrimas — así como tú perdiste a una novia, yo perdí a mi hermano y eso no dejará de doler nunca.

Verónika bajó las escaleras y se detuvo en medio de ella para limpiar sus lágrimas, había heridas que nunca podrían curarse y Brad era la herida más profunda que ella tenía. Le dolía ver que él no era feliz y se había convertido en un hombre amargado y lleno de resentimientos, pero lo que más le dolía era saber que ella había ocasionado todo ese dolor y tendría que cargar con esa cruz.

Tomó aire y regresó al comedor, se sorprendió de ver a Donnie sonriendo con su padre, los miró con cautela a ambos y ellos sonrieron.

    No le he hecho nada — aseguró su padre bromeando — ¿Tu hermana no bajará? — Verónika negó — bueno… entonces supongo que sólo seremos nosotros 

Donnie tomó su mano y ella se sentó a su lado, su madre apareció junto a una de sus empleadas con una botella de champagne y 4 copas.

    ¡Oh cariño! — exclamó su madre acercándose a ella y Verónika se sorprendió cuando la abrazó — ¿Por qué no me lo dijiste? — ella iba a preguntar a qué se refería hasta que su madre tomó su mano y miró su anillo — Oh Dios… ¡es hermoso!

Verónika miró asustada a Donnie y este sonrió.

    Le he pedido tu mano a tu padre

    Y yo se la he concedido —Verónika se puso de pie y dejó que su madre la abrazara.

    Oh cariño ¡Felicidades! — ella miró asustada a Donnie y a su padre — pero creo que 8 meses es muy poco tiempo para planear una boda Verónika miró a Donnie y este sonrió.

    Estoy seguro que podrán hacerlo — susurró su padre mientras se ponía de pie.

Verónika se soltó de su madre y su padre la abrazo con fuerza, la cubrió con sus brazos y besó su frente.

    Felicidades cariño — Verónika lo miró y él dejó escapar unas lágrimas, ella acaricio la mejilla de su padre y limpió la humedad — tu felicidad es la nuestra.

    Gracias papá — dijo ella cuando nuevamente la abrazó.

    ¿Qué celebramos? — gritó con voz aburrida Tyra haciendo que todos giraran.

Ella sonrió con ironía mientras se encogía de hombros mirando a Veronika.

    Pensé que habías dicho que era un almuerzo familiar… — continuó diciendo — ¿Qué es lo que celebramos?

    Tu hermana va a casarse — respondió su madre con una gran sonrisa.

Brad se detuvo detrás de Tyra y le regaló una mirada mortal a Donnie.

    ¿Qué tú qué? — preguntó Tyra mientras caminaba hacia Verónika — ¿Es en serio?

Verónika asintió aunque estaba nerviosa por la presencia de Brad ahí.

    Sí, vamos a casarnos…

Tyra abrazó fuerte a Verónika mientras miraba a Donnie.

    ¿No es algo mayor para ti? — susurró su hermana al oído, Verónika sonrió y la miró

    Es perfecto — fue lo único que dijo Verónika mientras se giraba hacia Donnie — Donnie, esta es mi hermana… Tyra, él es Donnie — Tyra estiró su mano y  sonrió con amabilidad.

    Un placer — exclamó.

Brad sólo observaba desde la escalera y su padre le indicó que se acercara, él respiró profundo y dio un paso hacia ellos.

    ¿No tienes hijas? — preguntó Brad.

    ¡Brad! — regañó su madre

    ¿Qué? — preguntó él sonriendo con ironía — eres muy grande para ella.

    Ese no es tu problema — respondió Verónika molesta.

Donnie sostuvo su mano y sonrió mirando a Brad.

    Ella no es una niña…

    Como se ve que no la conoces — dijo mientras se acercaba a la puerta — si mis padres no han podido educarla… sinceramente no creo que tú lo hagas.

    Brad basta — exigió su padre con un tono de advertencia.

    No te preocupes, No arruinaré la celebración — abrió la puerta y luego miró a Verónika — Felicidades — dijo muy serio y finalmente se fue.

Veronika contuvo las ganas de llorar al verlo partir, imaginando que quizá nunca vuelva a verlo.

    Disculpa a mi hijo Donnie, es algo… malhumorado.

    No se preocupe — respondió Donnie y besó la mano de Verónika quien estaba totalmente tensa — está bien, bonita… no le hagas caso — ella se giró y lo miró, él acarició su mejilla y besó su nariz — prohibido no sonreír… ¿Recuerdas? — Verónika respiró profundo y sonrió — ¡esa es mi chica!

    No creo que en ocho meses se pueda planear una boda, Vero

Verónika miró a su hermana y sonrió mientras se abrazaba de Donnie, ella sabía que ellos no estarían en ese momento, Donnie había dicho sobre la boda pero había mentido en la fecha y eso era algo que ella le agradecería siempre.

Verónika pudo ver a su familia celebrando con ella tal como alguna vez imaginó, ella estaba viviendo las cosas que pensó no vivir y eso la hacía feliz. Donnie nuevamente estaba llenando páginas de su vida que ella pensó dejaría en blanco, él nuevamente estaba llenando su vida de alegría y momentos que jamás podrá olvidar.