CAPÍTULO 7
Existen maneras distintas de entregarse a una persona, de demostrarle que has dejado de ser dueño de tu vida y ahora le perteneces a alguien más. Existen distintas formas de explicar, que tu corazón ahora ha dejado de ser tuyo porque se lo has entregado a alguien… ese alguien que quizá no este contigo siempre pero que en ese instante, es el dueño de todo tu universo.
*****
Donnie la tocaba como si ella fuese a romperse, amaba su cuerpo de la forma más perfecta que nadie la había amado antes, ella jamás supo la diferencia entre el sexo y aquello que todos llaman “hacer el amor” porque jamás nadie le había hecho el amor… hasta ahora. Ella temblaba y gemía mientras él se hundía en su interior, mientras aquel hombre con suficiente experiencia estaba dándole un momento perfecto que ella jamás podría olvidar. Sus besos eran ardientes, llenos de deseo, de pasión, su piel quemaba ante sus caricias, en su interior ella sentía que había muerto pero a diferencia de lo que pensaba… esa muerte estaba llena de felicidad.
Las convulsiones de su cuerpo duraron más de lo que ella recordaba, todo dentro de ella se estremecía mientras él no dejaba de moverse, mientras entraba y salía de ella haciendo que esa muerte perfecta durara más de lo necesario, ella lo escuchó gruñir, mientras su boca la besaba con desesperación, él soltó un gemido agudo mientras su cuerpo temblaba. Verónika lo abrazó y llenó su rostro de besos suaves, Donnie sonrió mientras la sujetaba con fuerza, mientras todo su cuerpo experimentaba un clímax superior, un placer que muy pocas personas lo habían hecho sentir, él abrió los ojos y la miró, Verónika tembló y él sonrió, se inclinó un poco más a ella y besó su nariz, luego sus mejillas y finalmente sus labios.
— Cásate conmigo —
La sonrisa de Verónika se hizo amplia y llena de felicidad, sabía que esa no era una propuesta real, pero el sólo escucharle decir aquello la hizo feliz, él apoyó uno de sus codos a su costado y con la otra mano acaricio su mejilla.
— Puedo enamorarme de ti en este instante —
Ella no podía dejar de sonreír, se sentía grandiosa, superior a todas las mujeres en el mundo… ella sentía que si era capaz de logar que un hombre como él se sintiera de ese modo, ella podría estar satisfecha consigo misma.
— Si no estuvieses sonriendo me preocuparía… ¿Estás bien? — besó nuevamente su nariz y ella suspiró
— Nunca he estado tan bien como ahora — ahora la sonrisa perfecta la tuvo él y ella dejó de respirar — amo cuando sonríes — dijo acariciando su rostro y el borde de sus labios — mi corazón se detiene
— ¿Pretendes que me enamore de ti en unas horas? Porque lo estas logrando — ella suspiró y negó
— Sólo digo lo que siento… —
Nuevamente él la besó con pasión pero sin prisa, un beso que la hacía débil, un beso que le llenaba el corazón, luego se alejó y la miró, uno de sus dedos recorrió su brazo y bajó por sus pechos, ella tembló, Donnie siguió el recorrido hasta su cadera y él sonrío.
— ¿Te bañas conmigo? —
Ella abrió los ojos sorprendida y él sonrió, Verónika mordió sus labios, jamás se había bañado con nadie, jamás había estado desnuda con alguien fuera de una cama, él la miraba, estudiaba cada una de sus reacciones, sentía como su cuerpo se tensaba, como temblaba, como dejaba de respirar, ella era una mujer que se pensaba todo, no era impulsiva y eso era algo que a él le encantaba.
— Ok — respondió soltando el aire que había contenido
— ¿Nunca te has bañado con un hombre?
— Ni con una mujer… — él sonrió y besó su nariz.
— Entonces debo esmerarme para hacerlo especial…
Veronika le acarició su rostro, se acercó a él y besó sus labios.
— Todo tú eres especial.
— Oh… eso fue hermoso — respondió Donnie cerrando los ojos y disfrutando de las caricias que ella le hacía — tienes unas manos muy suaves — la miró y nuevamente la besó mientras se ponía de pie — voy a preparar el jacuzzi — ella se ruborizó cuando lo vio desnudo frente a ella, él sonrió con diversión — acostúmbrate, en casa siempre estoy… cómodo.
Donnie le guiñó el ojo y se giró, ella levantó una ceja al verlo caminando desnudo, Verónika no podía evitar ruborizarse, sentía que le faltaba el aire y se preguntaba si realmente alguien podría acostumbrarse a un cuerpo tan perfecto. Ella cerró los ojos y sonrió feliz, respiraba y podía sentir el aroma de aquel hombre en todo su cuerpo, en las sábanas, en las almohadas, en todo el ambiente se sentía el aroma del hombre que le había hecho el amor, aquel que ese día se había metido en su piel y que ella recordaría hasta la eternidad.
Ambos estaban disfrutando de un momento mágico, Donnie tarareaba una canción mientras esperaba que se llenara el jacuzzi, mientras mantenía una sonrisa en los labios, hacía mucho tiempo que él no llevaba a nadie a su casa, para él su hogar era sagrado pero con Verónika no lo dudó, ella merecía estar ahí, ella merecía ser especial… ella era realmente especial para él.
…
Aquella tarde, no sólo compartieron la cama y la bañera, aquella tarde él la retó a un partido de básquet, el cual ella ganó. Mientras tomaban agua en la cocina sus miradas de encontraron y nuevamente el deseo se despertó en ambos, se besaron e hicieron el amor en la cocina. La atracción que había entre ambos era fuerte y difícil de ignorar y ninguno de los dos pretendía evitarlo.
Una hora más tarde él se vestía para llevarla a su casa, tenían el tiempo exacto para llegar a tiempo a las clases, ella esperaba en la sala, mirando las fotografías colgadas en la pared, en una de ellas estaba Donnie con un niño, sonrió al imaginarlo como papá, él debía ser uno amoroso y sobreprotector. Luego se detuvo en la imagen donde Donnie estaba con el mismo niño y con una mujer, por el parecido que había entre ellos, Verónika supuso que ella debía ser su ex esposa, era bonita y parecía dulce. Verónika se preguntó ¿Qué habría pasado entre ellos? ¿Cuál había sido la razón de esa separación? Verónika sintió tristeza de eso, una familia rota no era un motivo de felicidad para nadie, por lo menos no para ella.
Respiró profundo y continuó mirando las fotografías, había varias de algunos chicos, parecía una foto antigua, de los 80 quizá, ella se quedó mirando al rubio de aspecto rebelde y sonrió.
— Sí, soy yo — admitió Donnie mientras bajaba las escaleras.
— ¡Wow! — respondió ella mirándolo — luces… distinto.
— Sí… fue hace 20 años — él caminó hasta ella y sonrió — Son mis mejores amigos… están viejos pero los quiero jajaja
— Dijiste que también cantabas ¿Qué tipo de música te gustaba?
— Las baladas, el estilo pop era más lo que me gustaba — respondió — fue una buena época
— ¿Pop? — preguntó sorprendida —¿Cómo los Backstreet Boys? — preguntó, él se giró y la miró sonriendo — ¿Qué?
— ¿Backstreet Boys? — preguntó — De todos los exponentes del pop ¿Tú piensas en una boy band? — ella asintió divertida — debí suponerlo — ella lo miró como si no entendiera — por lo menos no te gusta 1D jajaja — ella también rio
— No son de mi época — explicó — ¿Algún día puedo escucharte cantar? — él se acercó y la sujetó de la cintura — quiero conocer al cantante
— Te gustaré más como actor — respondió él con una gran sonrisa, ella lo abrazó y sonrió — vamos, tienes que cambiarte de ropa y luego debemos ir a la academia.
Donnie tomó sus llaves, caminó hasta la entrada y ella abrió la puerta. Se sorprendió al ver frente a ella a una mujer a punto de tocar.
La forma como aquella rubia la miró le hizo saber que no debía ser una mujer cualquiera, era alta y con aspecto de Miss Universo. La mujer miró hacia Donnie y cuando este notó su presencia, maldijo por dentro.
Nicole miró el cabello húmedo de ambos y su mandíbula se tensó, aquella sonrisa dulce que siempre llevaba la mujer había desaparecido y a cambio les brindó una mirada dura a ambos. Verónika miró a Donnie como esperando que las presentará, este tragó grueso y se acercó a ella.
— Hola Nicole — saludó con una voz amable pero nada alegre.
— ¿Hola Nicole? ¿Es todo lo que dirás? — preguntó ella algo ofendida — ¿no vas a presentarnos?
Donnie contuvo la respiración y Verónika supo que aquella debía ser una de sus amantes porque el tono como le hablaba sólo lo usaba una mujer que sentía derechos de hacerlo.
— Soy Nicole Riff — dijo la rubia extendiendo su mano hacia Verónika, esta dudó un segundo y luego levantó la suya.
— Verónika Wedlick — respondió sin pensarlo.
Muy pocas veces pronunciaba su apellido con tanto orgullo, pero en ese instante estaba agradecida de tenerlo. Nicole miró nuevamente a Donnie.
— ¿Qué edad tiene? — le preguntó — ella podría ser tu hija.
Verónika puso mala cara, sabía que sin maquillaje parecía más joven de lo normal y en este instante su rostro estaba limpio a causa del baño.
— Creo que ese no es asunto tuyo — respondió Donnie ahora con una voz poco amable — ¿A qué has venido?
— Pensé que podríamos cenar juntos… como siempre, pero veo que has encontrado ¿Distracción?
Verónika la miró molesta y respiró profundo, ella no era una mujer problemática, jamás le gustaba discutir pero había momentos en los que deseaba cambiar.
— Creo que mejor me voy — anunció Verónika y Donnie sujetó su brazo con fuerza.
— Te llevaré — le aseguró muy serio.
Veronika se soltó de su agarre y se alejó un poco.
— No hace falta — respondió — tomaré un taxi.
— He dicho que voy a llevarte y así lo haré.
— Déjala que tome un taxi — intervino Nicole — puedes anotar la placa si tienes miedo que se la roben.
Donnie giró hacia ella y con la mirada fue suficiente para que se quedará en silencio.
— Será mejor que te vayas — aseguró mirándolo — Tengo prisa — dijo Donnie a Nicole.
Nuevamente sujetó a Verónika del brazo y Nicole retrocedió cuando ellos se acercaron.
— ¿Puedo hablar un minuto contigo? — pidió la rubia haciendo que la paciencia de Verónika llegara a su final — A solas
— Tengo prisa, Nicole…
— Está bien — exclamó Verónika haciéndose a un lado y tratando de aguantar su enojo — esperaré afuera
— No — ordenó Donnie pero ella se alejó más.
— Estaré afuera — repitió
Veronika caminó sin decir nada más, alejándose de ellos, aguantando las ganas de gritar, llorar o pelear. Donnie se giró hacia Nicole con una mirada fría.
— Por Favor Nicole… tengo prisa.
Nicole se giró y miró en dirección a Verónika luego miró a Donnie
— ¡Es una niña! ¿Qué clase de pervertido eres? — Donnie contuvo la respiración tratando de no ser grosero — ¡Podría ser tu hija!
— ¡Pero no lo es! Es una mujer y no tengo porque darte explicaciones.
— Tú eres un hombre, un hombre al que ahora la gente respeta… aquel chiquillo loco y mujeriego ha quedado atrás, no puedes simplemente echarlo todo a la basura por una muchachita sin gracia.
Donnie se molestó por sus comentarios, ella sabía que era mejor no hacerlo enojar, sabía que él no era nada amable cuando estaba molesto pero aun así no pudo mantenerse callada.
— Ok — concluyó la rubia — voy a suponer que es la aventura de un día, imagino que la dejarás en su casa y vas a olvidarte de ella… porque sabes que es una tontería que te luzcas con alguien tan… joven
— ¿Has terminado? — preguntó visiblemente molesto.
— Sé que te molesta pero soy tu amiga y debo hacerte ver que estás cometiendo un error — él rio con ironía
— El que hayamos compartido la cama de vez en cuando no te hace mi amiga, ni te da derecho de meterte en mi vida — Nicole palideció ante la voz amarga de Donnie — y no, ella no es ni un error, ni una aventura… esa… niña, como la llamas, me gusta más de lo que me ha gustado una mujer en los pasados 10 años.
Nicole sintió el golpe de los celos dentro de ella, la rabia aumentaba y quería llorar de impotencia, Donnie cerró la puerta de su casa y Nicole retrocedió.
— Por favor, no vengas nuevamente a mi casa sin ser invitada… a mis aventuras las llevo a un hotel — Aquella rubia casi palideció ante la voz hostil de Donnie — Adiós.
Donnie caminó hasta la calle y se detuvo cuando no vio a Verónika, la buscó con la mirada en todas las direcciones, la había visto detenerse cerca de su auto pero ahora ella no estaba. Se maldijo a si mismo por haber dejado que se marchara, caminó hasta su auto y le dio un golpe al neumático, abrió la puerta y la cerró de golpe, estaba molesto, con él… Con Nicole y hasta con Verónika por haberse ido, encendió el auto y empezó a conducir hasta la casa de Verónika.
20 minutos después él estaba estacionado frente al pequeño edificio, se bajó y caminó hacia la entrada tocó el timbre pero nadie respondió, nuevamente tocó mientras sacaba el teléfono de su bolsillo y marcaba al número de ella, el vigilante del edificio abrió la puerta y se acercó a él con una sonrisa.
— ¿Busca a Verónika? — preguntó con amabilidad
— Sí, pero creo que no escucha el timbre.
— Ella no ha regresado — Donnie lo miró con duda — desde que se fue con usted ella no ha vuelto… generalmente llega en la noche
— ¿Está seguro?
— Sí, no me he movido de aquí desde hace dos horas… ella no está aquí
Donnie se quedó mirando al hombre y finalmente asintió, se giró en sus zapatos y caminó hacia su auto, miró hacia el edificio preguntándose dónde estaba ella, nuevamente marcó a su celular pero ella no respondió, él escucho su voz a través del contestador y suspiro mientras esperaba la señal y dejó un mensaje.
— ¿Dónde estás? Estoy en tu casa y tú no has llegado, estoy preocupado por ti… ¿Puedes siquiera decirme que estás bien?
Donnie terminó la llamada y nuevamente subió a su auto, sabía que debía ir a la academia, sabía que no podía esperar por mucho tiempo, maldijo una vez más y puso en movimiento su auto, subió el volumen de la radio y suspiró ante la canción que estaba sonando, el sonido de su teléfono lo hizo detenerse en medio de la calle, lo tomó y leyó.
De: Verónika Wedlick
Para: Donnie Wellington
Asunto: No te preocupes por mí.
¡ESTOY BIEN!
Donnie se quedó mirando el mensaje como esperando leer algo más, pero sin duda eso era todo. Lanzó el teléfono hacia el asiento del copiloto y nuevamente empezó a conducir. Estaba molesto pero además de eso estaba triste, tenía miedo, miedo de que lo que ellos habían vivido se arruinara por culpa de Nicole… Donnie soltó el aire mientras escuchaba la canción y golpeaba el volante.
“I could just stare at you forever Oh, baby, I can be here with you doing whatever…My lady. It's not the way you look that brings me to my knees it's the way you look at me I could just stare at you forever…If forever you were staring at me” [3]
Cerró los ojos y tomó aire, se dijo a sí mismo que cuando llegara a la academia podría hablar con ella, aunque una parte de él suponía que ella no iría. Ese había pasado de ser uno de los mejores días de su vida a un desastroso y eso era algo que él lamentaba.