61 L. Hautecœur: Georges Seurat, Milán, Gruppo Edit. Fabbri, 1972; pp. 68-71. Uno de los primeros análisis basados en la sección áurea fue el que A. Lhote realizó de La Parade, en «La composition du tableau», Encyclopédie Française, (París), t. XVI, vol. I, (1935). En la misma línea están los análisis de H. Dorra en: H. Dorra/J. Rewald, Seurat, l’œuvre peint; biographie et catalogue critique, París, Les Beaux-Arts, 1959. Por su parte, Ch. Bouleau, que ha analizado los trazados geométricos que presiden las grandes obras de Seurat, considera que la presencia de algunas relaciones áureas no justifica una explicación formal enteramente basada en ella. En ese sentido argumenta que si Seurat fue lo bastante susceptible respecto a la propiedad de sus ideas estéticas como para afirmar haber sido el primero en aplicar las teorías científicas a la pintura, hubiera afirmado del mismo modo su uso de la sección áurea. Cf. Ch. Bouleau: Charpentes. La géométrie secrète des peintres, París, Éd. du Seuil, 1963; pp. 209 y ss. Ed. cast. Tramas. La geometría secreta de los pintores, Madrid, Akal, 1996. Un argumento parecido se encuentra en R. Fischler: «An examination of claims concerning The Golden Number. Seurat, Gris, Mondrian, Ozenfant, Jeanneret»; Gazette des Beaux-Arts, (París), (1980); pp. 2-8. Recientemente M. Neveux ha analizado el método compositivo de Seurat en relación con la sección de oro y concluye con la afirmación de que hay un predominio de divisiones aritméticas simples: M. Neveux/H. E. Huntley: Le nombre d’or. Radiographie d’un mythe suivi de La divine proportion, París, Éditions du Seuil, 1995; pp. 54-61.<<