Los números forman parte de nuestra vida, son gratis y se ofrecen generosos para numerar cosas, ordenar, calcular, etc. Somos todos nosotros los que de forma inocente, malévola, incompetente o despreocupada logramos que los disparates matemáticos se hayan instalado en nuestra sociedad. A medida que el analfabetismo ha ido remitiendo, ha crecido el anumerismo, la incapacidad de usar matemáticas muy básicas. Esto debería invitar a una reflexión (o a varias).
Este primer apartado presenta una selección de errores que son comunes. En otros apartados tendremos ocasión de ver disparates de firma, pero en esta primera inmersión a Errorlandia hemos optado por una selección general. Los disparates viven con nosotros 365 (o 366) días al año, 24 horas al día, son nuestros amigos, nos acompañan a donde vayamos. Hay más pruebas de los errores como fieles acompañantes que del seguimiento del ángel de la guarda, que nunca ha dado muestras de protegernos de los disparates.