22

PLANIFICA TUS SUEÑOS Y ALCÁNZALOS

1. SOÑAR DESPIERTO

Hay personas que viven soñando, mientras que otras, cuando se les pregunta por un sueño profundo que desean alcanzar, enmudecen. Y hay muchos que aún no saben cómo nace un sueño. Un sueño comienza con una visión, con el poder que tenemos de embarazarnos de este sueño; igual como la mujer embarazada no ve al bebé pero sabe que está porque patea, se alimenta y crece, así nace un sueño dentro de uno. Nos enamoramos de ese sueño antes de parirlo y sabemos que si mantenemos la visión en ese proyecto, si actuamos en pos de él, se hará realidad. Veamos entonces algunos principios que nos acompañarán en los diferentes momentos de la visión de nuestros sueños.

Para construir mi sueño, primero necesitaré verlo dentro de mí.

Cuanto más veas tu sueño cumplido con tu corazón, más seguro es que lo veas con tus ojos físicos. El principio de la visualización, de la visión, es imprescindible. Aquello en lo que más piensas es lo que se convertirá en realidad. No podrás dar en el blanco si antes no ves el blanco. Necesitamos aprender a visualizar con mayor frecuencia, verlo una y otra vez, reproducir dentro de nosotros esa imagen que estamos soñando alcanzar como si fuese una diapositiva, una película. La frecuencia con que la visión esté en tu interior afirmará ese sueño que está en tu corazón.

Cuando repites lo bueno, lo bueno cobra fuerza. La gente que ha fracasado es porque no ha tenido claro su sueño.

Uno de los principios importantes de la realización de los sueños es el desafío, porque hace que no queden en meros sueños, sino que, de una forma u otra, hará que se vuelvan realidad.

E. Emerson Calú

Esa visión tiene que ser frecuente, clara e intensa. Todas las personas que han logrado sus sueños tenían en común una característica: el entusiasmo. Nunca se consiguió nada grande sin entusiasmo. De la intensidad de tu sueño, depende si lo alcanzarás o no. Cada vez que veas tu sueño, tienes que sentir la sangre que corre por tu cuerpo. Tienes que sentir que estás vivo, que lo anhelas intensamente. Si no lo ansias profundamente, ese sueño no es tan importante.

La visión no debe ser fugaz, sino duradera, como si se tratara de una película que ves hasta el final.

Visualiza con frecuencia, claramente e intensamente,

los sueños que anidan en tu corazón.

Necesitaré afirmar mi autoestima.

Delante de tu sueño, no digas: «Vamos y probemos». Determínate a construirlo, tu estima te llevará a no claudicar. Para tener estima no necesitas contar con la aprobación de los otros, sino saber dónde está tu foco. Si no te amas a ti mismo, nunca vas a amar a los demás.

Cuando sirves a los demás es porque te has servido a ti primero.

Cuando amas a los demás es porque te has amado primero.

Cuando respetas a los demás es porque te has respetado primero.

Determínate a ver tu sueño cumplido y lo alcanzarás.

  • La gente que tiene baja autoestima, vive de la limosna afectiva de los demás. Sin embargo, ninguna caricia que reciba será suficiente para ella.
  • Cuando tienes baja autoestima, hay cosas que no puedes hacer: quieres correr pero no puedes, quieres construir pero no te animas, quieres soñar pero sientes que no lo vas a lograr.
  • Cuando una persona tiene baja autoestima, será promocionada de un lugar a otro.

Una persona con su autoestima sana sabe que hará funcionar las cosas que no funcionaban, no dependerá afectivamente de nadie y las obsesiones ya no tendrán lugar dentro de sus emociones.

Declara públicamente tus sueños.

Hay un poder sumamente importante en la confesión pública. Cuando una persona relata su sueño, esa persona está sembrando ese sueño y lo está afianzando. Al hacerlo, comenzará a vivir como si ya lo hubiese alcanzado.

Rodéate de gente soñadora.

Lo semejante atrae lo semejante. No construyas tu sueño con gente indecisa e indiferente. La Ley de la asociación funciona tanto para lo bueno como para lo malo. Con incredulidad nunca se llega a ver el sueño; con fe y visión, sí.

Dime con quién andas y te diré quién eres.

Refrán popular

Mejora todo aquello que llega a tus manos.

Necesitamos percibir un sentido de mejora continua. Cuando eres lo mejor en el lugar en donde te encuentras, estás calificado para pasar a tu próximo nivel, a tu próxima promoción, y para llegar a la meta.

2. VIVIENDO LO QUE AÚN NO VEO

Si tienes fe en tu propio sueño, éste se hará realidad; fe es la convicción de lo que se espera. Si mantengo la visión, mi fe la hará realidad. Tenemos que pelear por nuestro sueño y decirnos a nosotros mismos: «No abandonaré mis sueños». Quizá cuando el sueño acaba de nacer te sientes pleno de entusiasmo, pero cuando vas accionando en pos de él puede comenzar la desgana y los cuestionamientos. Es entonces cuando debes ponerte de pie delante de él y determinarte a llegar a la meta. No importa cuánto demores en llegar a conquistarlo; si actúas correctamente, tarde o temprano llegarás. Esperanza y visión son lo mismo. Todos los sueños afectivos, económicos, espirituales… pasan por tres fases:

  • Nacimiento: tienes el sueño. «Voy a prosperar».
  • Muerte: «Nadie me ayuda». Te echan del trabajo, te ofendes, tienes más problemas, te roban, enfermas.
  • ¡Resurrección!

¿Qué tienes que saber? Los sueños siempre pasan por esas tres fases. Uno tiene un sueño y está feliz, pero apenas quiere comenzar a realizarlo comienzan los peros de los demás. Parece que todo se cierra, que todo sale mal, y es en esta fase, cuando toda la capacidad que hemos acumulado, toda la fortaleza y toda nuestra pasión por el cumplimiento de este sueño se ponen en marcha. Es entonces cuando no podemos claudicar, cuando hay que seguir un poco más, seguir peleando, seguir hacia delante, porque allí, en medio de los contratiempos, volveremos a nacer junto a nuestro sueño.

Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee la mente.

Robert Bolt

Tu mente tiene que estar conectada

con lo que crees, con lo que has soñado.

Si has tenido la capacidad de soñar ese sueño, es porque te pertenece y sólo tú puedes alcanzarlo. Ese sueño te pertenece, y, si lo has soñado, es porque está diseñado para que tú seas suficiente para derribar cualquier muro.

Frente a todos los sueños se alzan altos muros, pero tu pasión y tu fuerza interior te harán dar el gran golpe y, «de repente», llegarás a él. No sé cuánto tiempo, cuántos años hace que estás luchando por tu sueño; si actúas correctamente, llegarás a él. Todo lo que parece dolor de muerte, dolor de sufrimiento, de cansancio, es dolor para parir. Cuando parece que se ha terminado, no se ha terminado; es cuando todo empieza, sólo hay que seguir peleando.

Cada día da una vuelta más, un paso más… Cada día, algo nuevo. Cada acción, por pequeña que sea, se sumará a otra, y una tras otra se hará tan grande que conquistarás tu sueño.

… Cada día haz algo más.

… Cada día camina un poco más, y, lo que hagas, hazlo en silencio. Dice un refrán: el bacalao pone mil huevos en silencio, la gallina pone un huevo y cacarea todo el día, algunos hacen una tontería y dicen «Porque yo, cuando yo…». Cuando lo hagas, no hace falta que lo prediques, todo lo que hagas será en pos de tu sueño.

No esperes que nadie te salve ni acuda en tu rescate. Todos, inconscientemente, esperamos que alguien nos auxilie, que alguien nos dé la solución que estamos esperando, que nos diga la palabra mágica para poder avanzar y alcanzar nuestro sueño. Sin embargo, necesitamos aprender a ser libres y a no esperar nada de los otros. Si viene, bienvenido sea. Si no, tienes las fuerzas necesarias para luchar por cuanto quieres alcanzar.

Debes dejar de esperar que todo sea fácil. ¿Cuántos de nosotros esperamos o creemos que las cosas van a ser fáciles y que vamos a conseguirlo sin dificultad? Sin embargo, a medida que nos involucramos más en nuestra meta, sabemos que no será así. ¿Cuánto dinero has pensado que costaría tu sueño? Pero ahora te das cuenta de que no es lo que has calculado, es mucho más que eso… ¿Cuántos enemigos has pensado que ibas a tener? Son más, siempre cuesta más.

Prepárate para lo peor y espera lo mejor. Te estarás preguntando seguramente de qué estoy hablando. Cuando una persona se prepara para lo difícil, levanta una guardia interna. Cuando vas al trabajo y un compañero te dice: «Tienes que llegar puntualmente, si no te despiden», tú levantas la guardia y todo funciona mucho más fácilmente, «te preparas para lo difícil». Pero cuando llega alguien y dice: «No, aquí no pasa nada», la persona baja la guardia.

Necesitamos liberarnos del espíritu de víctima. ¿Qué significa esto? La gente tiende a proyectar en otro lo que siente y lo que piensa. Si eres madre de muchos hijos te dirán: «¿Cuántos hijos tienes? ¿Cinco? ¡Ay, qué difícil debe de ser!». Tal vez para ti nunca fue difícil, pero ahora, como han victimizado tu función, sientes que sí lo es.

No te formules preguntas sin sentido. Por ejemplo: ¿Por qué no me han saludado?, ¿por qué me han vuelto la cara? Sé libre de los gestos, de las opiniones y de las palabras de los otros.

El hombre es libre, tiene que ser libre. Su primera virtud, su gran amor es la libertad.

Juan Ramón Jiménez

Nadie debe insistirte para que persigas tu sueño. Tú mismo debes motivarte cada mañana por alcanzarlo. No pongas límites a lo bueno, conquístalo, tómalo y disfrútalo. Sé el protagonista de tu sueño. Sólo tú podrás liderarlo. Tus sueños son tuyos, no son de otro; no hay nada peor que vivir los sueños de los demás.

En una ocasión, después de haber cursado una carrera universitaria, un joven entregó el diploma a su padre y le dijo: «Toma, papá. Ya cumplí, pero ahora voy a hacer lo que a mí me gusta». Lo más importante es que los sueños tienen que ser tuyos. El mayor regalo que podemos dar a nuestros hijos es que nos vean detrás de nuestros sueños. El mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos es que ellos conecten con los suyos. «Instruye al niño en su camino y cuando sea mayor no se apartará». No hay nada más grande que correr detrás de los sueños personales. Vive por tu sueño. John Maxwell escribió: «A los dieciocho me preocupaba por lo que la gente decía de mí; a los cuarenta no me preocupé por lo que la gente pensaba de mí; y a los sesenta me di cuenta de que nunca nadie había pensado en mí».

Conecta con tu sueño y, cuando lo hagas, pase lo que pase, lo alcanzarás.

Si aún no lo has alcanzado, tranquilo, te estás entrenando para conseguirlo. En el transcurso del recorrido de nuestro sueño, aprenderemos a liderar y a ganar batallas propias, y, si somos capaces de traspasarlas, saldremos mucho más fortalecidos. Siempre habrá un tiempo que transcurrirá desde el momento en que nace nuestro sueño hasta que llegamos a él y en ese proceso estaremos siendo entrenados. No eres una opción para tu sueño, eres el único que puede llevarlo a cabo. Es tiempo de dejar atrás todos los pensamientos limitantes y soñar de acuerdo a lo que hemos visto con nuestros ojos interiores. Cuando comiences a soñar en grande y estés dispuesto a encaminar tu sueño, los recursos que necesitas vendrán a ti. Un sueño te hace ver y no te preguntará si tienes riquezas o no, un sueño te llenará de tanta energía que contagiarás a otros y querrán unirse a él. Enriquece tu corazón, llénate de creencias verdaderas y el sueño se hará realidad. Golpea, golpea, golpea y una puerta se abrirá.

No hay mejor base para un ser humano que un gran potencial.

Charles M. Schulz