Usar el cuaderno de bocetos
El cuaderno de bocetos es un diario y un buen amigo. Úsalo como laboratorio de pruebas donde ensayar ideas nuevas y donde documentar diferentes experiencias. Sobre todo, el cuaderno de bocetos es el lugar desde el que puedes revivir la emoción que sentiste al dibujar cuando eras joven y no te preocupabas por si alguien miraba.
Hay a quien le gusta llevar un único cuaderno de bocetos para todo, mientras que otras personas prefieren tener uno para cada tema. Independientemente de tu organización, acostumbra a llevar siempre uno vayas a donde vayas. Así estarás preparado para abocetar si surge la oportunidad. Las siguientes secciones explican cómo dibujar en el exterior, y cómo usar el cuaderno de bocetos para ensayar nuevas ideas.
Hacer bocetos lejos de casa
Los apuntes son un magnífico medio de guardar una experiencia que has vivido lejos de casa. Todo lo que necesitas es tu cuaderno, los utensilios de dibujo y un lugar para dibujar. El encanto del boceto es que puedes hacerlo en cualquier sitio, incluso en lugares en los que están prohibidas las cámaras.
Cuando dibujes en el exterior, sea donde sea, ponte cómodo
para concentrarte en tu trabajo un tiempo suficientemente largo
como para completar tu cuadro. Si prevés que vas a estar fuera de
casa un buen rato, asegúrate de llevar crema de protección solar,
un sombrero, una botella de agua o un abrigo (si hace frío) y
cualquier cosa que puedas necesitar para estar a gusto. Localiza
servicios y sitios donde refugiarte cerca de donde quieres ir por
si el tiempo cambia de improviso. Considera si prefieres sentarte o
estar de pie. Si te gusta sentarte, quizá quieras comprar una silla
plegable ligera.
Tanto si estás en el estudio como en el exterior, sigue el mismo proceso. Plantéate cómo realizar tu dibujo. Como en un mapa general, comienza colocando las diferentes piezas en el lugar que ocuparán. A continuación, descompón el objeto en formas simples. Finalmente, retoca el objeto u objetos para hacerlos más realistas. Añade sombras y texturas si eso te ayuda a alcanzar el aspecto que buscabas y si tienes tiempo para hacerlo. Si no es así, puedes añadir las sombras y matices después; escribe una nota al margen acerca del tipo de luz y trata de recordar la escena para saber qué tipo de sombreado añadir. (En el capítulo 3 hay más detalles sobre el proceso de dibujo.)
A veces, cuando dibujas en el exterior, te gustaría añadir gente a la escena. La incorporación de personas anima el espacio, pero también da un poco de miedo. Después de todo, la gente se mueve mucho, haciendo difícil plasmar todos los detalles de su cuerpo y de su cara en el dibujo.
Para ayudarte en tus sesiones de dibujo del exterior, toma apuntes de la gente, como un ejercicio para mejorar tus habilidades de dibujante más que para completar la escena. Concéntrate en captar rápidamente si la persona está de pie, sentada, o caminando, más que en si lleva sandalias de tiras o si tiene una nariz aguileña. Toma un apunte rápido de los perfiles que describe su ropa, las piernas, los brazos y las cabezas de la gente. Cuando tengas tiempo, ya pensarás en las sandalias de tiras, la camisa y la longitud del pelo. La figura 2-7 muestra un apunte rápido que incluye gente.
Tomar apuntes de cómo cambia la gente a lo largo de los días
es un buen método para practicar tu capacidad de dibujar los
gestos. (Consulta el capítulo 15 para obtener más información sobre
el dibujo de los gestos.) No añadas más detalles a la gente que
colocas al fondo. Si aparece con muchos detalles, no se integrará
con el fondo del dibujo.
Figura 2-7:
Apuntes rápidos de gente
Para practicar los bocetos al aire libre, coge el cuaderno
de bocetos, un lápiz 2B, una goma de borrar y vete a algún lugar
lejos de casa, a algún sitio en el que creas que encontrarás algo
interesante para dibujar. Sigue estos pasos:
1. Con el lápiz 2B, traza suavemente líneas para indicar el emplazamiento, tamaño y dirección de las principales formas del objeto que vas a dibujar y sus alrededores.
2. Descompón los objetos en formas lo más simples posibles y dibújalas en el papel (figura 2-8a).
Figura 2-8:
Boceto realizado al aire libre
3. Compara tu dibujo con la realidad para asegurarte de que los objetos guardan una proporción correcta y que no hay nada demasiado grande o alejado; haz las correcciones necesarias.
4. Perfila lo necesario para sombrear.
5. Redefine las formas perfilándolas con precisión (figura 2-8b).
Las más simples, como cuadrados o rectángulos, son estupendas para fijar las dimensiones de la mayor parte de los elementos arquitectónicos, pero para hacerlas más realistas, busca sitios donde las características arquitectónicas del objeto se parezcan a simples cajas. Por ejemplo, los bordes de los tejados de la figura 2-8b son básicamente rectángulos. Pero, para ser más precisos, el artista les da la calidad de tres dimensiones dibujando rectángulos estrechos a lo largo de los bordes de los laterales de los tejados. Después de dibujar los rectángulos, el autor puede cambiar el dibujo para reflejar las tres dimensiones de los tejados porque ya ha fijado su emplazamiento y dimensión.
6. Añade pequeños trazos para indicar ventanas, puertas y otros detalles del modelo y sus alrededores (figura 2-8c).
7. Retoca las luces y las sombras de los trazos para hacerlos más realistas.
Juega con tus ideas
Uno de los usos más liberadores del cuaderno de bocetos es como campo de pruebas. No se lo tienes que enseñar a nadie si no te apetece, así que siéntete libre de probar tus ideas, incluso las más locas. Si tienes una idea pero te sientes inseguro y temes expresarla en voz alta, cuéntasela a tu cuaderno. No te preocupes por la precisión o por las reglas tradicionales del dibujo cuando trabajes en el cuaderno de bocetos. Sé tú mismo y deja que vuelen tanto tu imaginación como tu lápiz.
Si
no se te ocurren ideas que probar en el cuaderno de bocetos, te
proponemos lo siguiente para poner en marcha tu
creatividad:
Lleva un diario en el que
realices un dibujo cada día para recordar alguna anécdota. Si el
día ha sido aburrido, dibuja algo que refleje un pensamiento de ese
día.
Lleva un diario de
curiosidades. Busca hechos extraños y estrambóticos en Internet o
en una biblioteca y haz una lista de los que te resulten más
interesantes. Imagina lo que pasaría si los combinaras en un
dibujo.
Deja el cuaderno de
bocetos en tu mesilla de noche. Así, al despertar, podrás hacer
dibujos de los sueños interesantes que hayas tenido.
Pide a tus amigos que te
cuenten algo que hayan aprendido ese día y aprovecha sus
explicaciones para hacer un dibujo.
Ve a algún sitio que te dé
miedo y dibújalo. Tal vez sea un sótano húmedo o una pendiente
pronunciada donde los niños se tiran con el trineo, pero asegúrate
de que no sea un lugar donde estés en peligro.