Privacidad, tecnologia y sociedad abierta

John Gilmore es un programador de larga trayectoria. Participó de diversos proyectos como GNU, en favor del software libre, y la ONG Electronic Frontier Foundation (Fundación Frontera Electrónica) que se dedica a promover las libertades civiles en Internet. También participó de los inicios de internet administrando foros de discusión en Usenet y desarrolló tecnologías de servidores en la empresa Sun Microsystems. Con Eric Hughes y Tim C. May formaron el grupo Cypherpunks (Cripto-hackers), que se dedica a promover e informar sobre el uso de criptografía para asegurar la privacidad de las comunicaciones en Internet.

El texto es una ponencia presentada el 28 de marzo de 1991 en Burlingame, California, durante la Primera Conferencia sobre Computadoras, Libertad y Privacidad. Fue organizada por la EFF, y el público estuvo integrado por programadores, activistas, empresarios informáticos y miembros de agencias de seguridad e inteligencia.

Mi intervención concierne a dos éticas la defensa de una sociedad abierta y la defensa de la privacidad. Creo que estas dos éticas se relacionan entre sí, y quisiera decir algo acerca de cómo se relacionan con nuestro accionar en el mundo.

Esta sociedad fue fundada como sociedad libre y abierta. Nuestros antepasados, nuestros padres, nuestros compañeros, y nosotros mismos estamos haciendo y construyendo esta sociedad en ese sentido porque creemos que ese tipo de sociedad supera a las sociedades cerradas en calidad de vida, en libertad y en la búsqueda de felicidad.

Pero yo veo que esta sociedad libre y abierta corre el riesgo de desintegrarse ante pequeños, inesperados cambios. Todavía es legal vivir en nuestra sociedad sin documentos pero apenas. Todavía es legal vivir pagando en efectivo pero apenas. Todavía es legal juntarse con quienes se quiera a menos que traigan un porro, saquen fotos de chicos desnudos para su álbum privado, o trabajen con vos creando un juego de rol de fantasía.[65] Y creo que estas conferencias corren el riesgo de ser cooptadas; nosotros nos sentamos aquí y trabajamos y hablamos con otras personas y elaboramos consensos sobre temas relativamente menores, mientras que perdemos de vista la sociedad abierta en su conjunto.

Por ejemplo nosotros tenemos el porcentaje más alto del mundo de población dentro de la prisión. Estábamos segundos pero el año pasado superamos a Sudáfrica. Estamos primeros.

En los últimos diez años duplicamos el número de personas en las prisiones. De hecho, las celdas nuevas están ocupadas en su mayoría por personas con cargos por delitos con drogas, un crimen sin víctimas que hasta hace no más de veinte años se aceptaba y hasta se celebraba. Ahora quisiera pedirles a los presentes en esta sala que por favor levanten la mano si no han roto una ley, alguna ley, en el último mes. (una persona de 400 alza la mano)

OK. Por favor levanten la mano: si sus discos y backups fueran revisados, ¿habría algo en ellos que no se permite tener? Por favor levanten la mano si sus discos están limpios más manos unas veinte o treinta)

Hay algunos más.

Pero no sorprende que estemos preocupados por la privacidad, porque todos somos infractores. Todos quebramos la ley, pero pocos somos criminales. El problema es que con sólo llamar la atención de la policía, alcanza para arriesgar la mayor parte de lo que hacemos, porque quebramos la ley todo el tiempo, ¡y todo está montado para que eso suceda!

No culpo a los policías por esto. En su mayoría hacen cumplir las malas leyes que escriben los legisladores, pero de hecho los legisladores tampoco tienen la culpa, porque a la larga la única salida es educar a la población sobre los beneficios de la apertura. Y esto es algo a lo que siempre trato de contribuir, y creo que aporto algunas cosas.

Pero más allá de eso, como dijo P. T. Barnum,[66] Hasta ahora nadie perdió plata subestimando la inteligencia del público americano. Mis mayores esperanzas las pongo en un enfoque muy diferente. Parafraseando a Ted Nelson, probablemente no podamos detener este elefante, pero quizás podamos correr entre sus patas.

En la mayor parte de Europa, las compañías de teléfonos no registran el número al que uno llama, y no lo muestran en la boleta. Sólo cuentan el monto de la llamada. Bien, me contaron que esto es en parte porque los nazis usaban los registros de llamadas que antes había, para rastrear e identificar a la oposición de los países que invadían en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces dejaron de registrar los números.

En EE.UU la gente boicoteó el censo con números de registro de 1990. Pienso que tuvo mucho que ver en esto la vergonzosa historia de cómo luego de Pearl Harbour se arrió a campos de concentración a los japoneses-americanos empleando los datos del censo.

El profesor Lawrence Tribe habló en este encuentro sobre la gran desconfianza que debemos tener ante nuestro gobierno. Tenemos que darnos cuenta de que la gente que maneja el gobierno puede cambiar, y de hecho cambia. Nuestra sociedad, y nuestras reglas permanentes, deben asumir que gente mala incluso criminal va a manejar el gobierno, al menos parte del tiempo.

Aquí se habló mucho de privacidad… pero no nos hemos detenido tanto en por qué la queremos. La privacidad es un medio, ¿cuál es el verdadero fin que estamos buscando? Yo propongo que lo que buscamos es más tolerancia.

La sociedad tolera todos los distintos tipos de comportamiento diferencias religiosas, diferencias de opiniones políticas, de raza, etc. Pero si tus diferencias no son aceptadas por el gobierno o por otras partes de la sociedad, todavía podés ser tolerado si simplemente ignoran que sos diferente. Un gobierno represivo o una persona represiva no pueden perseguirte si te ves igual que los demás. Como dijo George Perry hoy, La diversidad es la ventaja comparativa de la sociedad americana. Pienso que eso es lo que está protegiendo realmente la privacidad.

La conferencia dedicó mucho tiempo a hablar sobre modos de controlar los usos de la información y de proteger la privacidad de las personas luego de que la información es recogida. Pero eso funciona sólo si se presupone un buen gobierno. Si surge un gobierno muy malo, van a tener toda la información que necesiten para generar un eficiente estado policial y constituirse como último gobierno. Sería más que conveniente para ellos de hecho, es una tentación para la gente que quiera intentarlo. Porque les estamos dando los medios.

¿Qué pasa si podemos construir una sociedad donde la información nunca se recoge?, ¿en la que podrías pagar para alquilar un video sin dejar un número de tarjeta de crédito o de cuenta de banco?, ¿en la que podrías demostrar que tienes permiso para conducir sin ni siquiera dar tu nombre? ¿en la que podrías enviar y recibir mensajes sin revelar tu emplazamiento físico, como una caja de correo electrónica?

Ese es el tipo de sociedad que quiero construir. Quiero asegurar con física y matemática, no con leyes que podamos darnos a nosotros mismos cosas como una verdadera privacidad para las comunicaciones personales. Una encriptación lo suficientemente sólida que incluso la NSA[67] no pueda romperla. Sabemos cómo hacerlo. Pero no lo ponemos en práctica. También necesitamos mejores protocolos para que las comunicaciones móviles no puedan rastrearse.

También queremos privacidad real para los datos de las computadoras. Nuestras computadoras son extensiones de nuestras mentes. Debemos construirlas de manera que un pensamiento escrito en una computadora sea tan privado como el mismo pensamiento guardado en nuestras cabezas.

Debemos tener verdadera libertad de comercio. Debemos poder vender lo que hacemos y comprar lo que queremos de y a cualquiera para poder mantenernos y poder conseguir las cosas que queremos conseguir en este mundo.

Es importante que tengamos verdadera privacidad financiera porque los bienes y la información cuestan dinero. Cuando compras o vendes o te comunicas, va a haber dinero cambiando de manos. Si pueden rastrear el dinero, pueden rastrear el intercambio y la comunicación, y perdemos la privacidad en torno a él.

También necesitamos verdadero control de la identificación. Necesitamos la posibilidad de mantenernos anónimos mientras ejercemos todos estos derechos. De modo que incluso con nuestras fotos, nuestras huellas dactilares y nuestro perfil de ADN, no puedan vincular nuestra comunicación, compras y actividad financiera con nuestra persona.

Ahora bien, acá no estoy hablando de no dar cuenta de las acciones, para nada. Debemos poder dar cuenta de lo que hacemos a las personas con las que nos comunicamos. Debemos poder dar cuenta de nosotros a la gente con la que comerciamos. Y la tecnología debe construirse para permitir eso. Pero no debemos estar exhibiéndonos automáticamente al PÚBLICO con el que hablamos, o al que compramos o vendemos.

Aquí surgen muchos problemas. Creo que tenemos que trabajar en ellos. Se deben diseñar leyes justas para esa sociedad. Las personas deben poder encontrarse con otras personas afines. Y alguien tiene que pagar el costo del gobierno, incluso aunque no puedan espiar nuestros ingresos y compras. No sé cómo resolver estos problemas, pero no pienso tirar al bebé con el agua sucia. Sigo pensando que debemos apuntar a una auténtica privacidad y buscar soluciones para estos problemas.

Entonces, ¿cómo llegamos desde acá a esta nueva sociedad? Una manera es dejar de diseñar y promover falsas protecciones, como las leyes que dicen que no se permite escuchar las llamadas de los teléfonos celulares. Definitivamente debemos dejar de construir sistemas manifiestamente amenazantes como el sistema de identificación Thai o el sistema CalTrans de rastreo de vehículos.

Otra cosa para hacer es, si ya saben cómo, empezar a diseñar, o seguir diseñando, protecciones verdaderas para las cosas que fabrican. Háganlo para el mercado de EE.UU, aún si la NSA sigue prohibiendo la privacidad con controles para la exportación de criptografía. Es más costoso diseñar dos versiones, una para nosotros y otra para exportar, pero vos estás fabricando para tu sociedad y creo que debes fabricar para el modo en que quieren vivir.

Si no saben cómo diseñar una protección real, cómprenla. Creen un mercado para los que están diseñándola, y al mismo tiempo protejan su privacidad poniéndola en uso. Exíjanla de las personas que los proveen, como las compañías de computadoras y los fabricantes de telefonía celular.

También hay que trabajar para eliminar las restricciones para la exportación. Debemos poder importar lo mejor desde cualquier parte y debemos poder exportar la privacidad y lo mejor de nuestros productos al resto del mundo. La NSA actualmente nos tiene de rehenes; los fabricantes de computadoras, por ejemplo, no incorporan seguridad porque no se les permite exportarla. IBM agregó DES[68] a su nueva línea de computadoras, y sólo lo iban a hacer con los modelos dentro de EE.UU, pero la NSA los amenazó con demandarlos y limitar incluso sus exportaciones comunes. IBM dio marcha atrás y se retiró. No podemos dejar que esto siga pasando.

También tenemos que educar a todos sobre lo que es posible para que podamos elegir el tipo de libertad que queremos en vez de asumir que es inalcanzable.

Por último, tenemos que asegurar que el dinero en efectivo y el anonimato sigan siendo legales. Lo vamos a necesitar como precedentes para el dinero electrónico y el anonimato criptográfico.

Creo que con estos enfoques vamos a hacer mucho más por nuestra libertad real, nuestra privacidad real y nuestra seguridad real, que sacando algunas leyes nuevas o asustando a algunos de los chicos que andan rompiendo las barreras de seguridad de la red. Podemos crear un futuro del que estemos orgullosos de habitar y felices de dejar a nuestros hijos. Muchas gracias.