WASHINGTON
El primer ayudante se echó hacia atrás desde su consola y sacudió la cabeza:
—No hay muchos datos con los que poder trabajar, señor. Fat Boy no tiene nada en firme sobre este Hel antes de que llegue a Tokio. —En el tono del primer ayudante se descubría la irritación; le exasperaban esas personas cuyas vidas eran tan crepusculares o corrientes que negaban a Fat Boy la oportunidad de conocer y revelar.
—Hum… —gruñó distraídamente Mr. Diamond, mientras seguía tomando notas para sí—. No se preocupe, a partir de este momento los datos se enriquecerán. Hel se puso a trabajar para las fuerzas de ocupación poco después de la guerra, y desde entonces ha estado más o menos dentro de nuestro radio de observación.
—¿Está usted seguro de necesitar esta información, señor? Parece que ya lo conoce todo sobre él.
—Una revisión puede servirme. Mire, se me acaba de ocurrir algo. Todo lo que tenemos que relacione a Nicholai Hel con los «Cinco de Munich» y esa Hanna Stern es una relación de primera generación entre Hel y el tío de Hanna. Asegurémonos de que no andamos tras una pista falsa. Pregunte a Fat Boy dónde vive ahora Hel. —Pulsó un botón a un lado de su escritorio.
—Sí, señor —respondió el primer ayudante, volviendo a su consola.
Miss Swivven entró en la zona de trabajo respondiendo a la llamada de Diamond.
—¿Señor?
—Dos cosas. Primero: consígame todas las fotografías disponibles de Hel, Nicholai Alexandrovich. Llewellyn le proporcionará el código de la tarjeta de identidad lila. Segundo: póngase en relación con Mr. Able, del Grupo de interés de la OPEC y pídale que venga tan pronto como le sea posible. Cuando llegue, hágale bajar aquí, junto con el delegado y esos dos idiotas que lo han enredado todo. Tendrá que acompañarles; ellos no tienen acceso al piso 16.
—Sí, señor.
Al salir, Miss Swivven cerró con demasiada fuerza la puerta que daba a la habitación de fotocable, y Diamond alzó la mirada, preguntándose qué demonios le pasaba a su secretaria.
Fat Boy estaba respondiendo al interrogatorio. La respuesta llegaba repiqueteando a la máquina del primer ayudante.
—Ah… parece que este Nicholai Hel tiene diversas residencias. Un apartamento en París, una propiedad en la costa dálmata, una villa de verano en Marruecos, un apartamento en Nueva York, otro en Londres… ¡ah! Aquí llega. La última residencia conocida es un castillo en el sangriento pueblo de Etchebar. Ésta parece ser su residencia principal, considerando el tiempo que ha pasado allí durante los últimos quince años.
—¿Y dónde está ese Etchebar?
—Ah… está en los Pirineos vascos, señor.
—Y, ¿por qué lo ha llamado un pueblo sangriento?
—Eso mismo estaba pensando, señor. —El primer ayudante exigió una respuesta al ordenador, y, cuando la obtuvo, rió divertido para sí mismo—. ¡Sorprendente! Al pobre Fat Boy le costó trabajo traducir del francés al inglés. La palabra bled es evidentemente la denominación francesa para referirse a «una pequeña aldea». Fat Boy se equivocó al traducirla por bleeding[13]. Demasiadas aportaciones de fuentes británicas últimamente, sospecho.
Mr. Diamond lanzó una mirada furibunda a la espalda del primer ayudante.
—Aceptemos que esto sea interesante. Muy bien. Hanna Stern tomó un avión desde Roma hasta la ciudad de Pau. Pregunte a Fat Boy cuál es el aeropuerto más cercano a Etchebar. Si se trata de Pau, seguro que tenemos problema.
La pregunta pasó a la computadora. La pantalla de respuestas quedó en blanco y después reflejó una lista de aeropuertos ordenados de acuerdo con su proximidad a Etchebar. El primero de la lista era Pau.
Diamond inclinó la cabeza con gesto fatalístico.
El primer ayudante suspiró y se introdujo el dedo índice por debajo de sus lentes metálicos, para frotarse ligeramente los surcos enrojecidos.
—Así que ya lo tenemos. Todo hace presumir que Hanna Stern está en este momento en contacto con un hombre de tarjeta lila. Únicamente quedan vivos en todo el mundo tres hombres que tengan tarjeta lila y nuestra chica ha tenido que dar con uno de ellos. ¡Maldita suerte!
—Así es. Muy bien, ahora tenemos la seguridad de que Nicholai Hel está mezclado en ese asunto. Vuelva a la máquina y extraiga todo lo que haya de él para que podamos informar ampliamente a Mr. Able cuando venga. Comience con su llegada a Tokio.