[1] Como ejemplo de la forma en que se afirman en la música de vanguardia tendencias a la objetividad parecidas a las del cine, en el sentido de una construcción racional, basta con examinar algunos aspectos de la obra de Alban Berg cuya música instrumental y de ópera de carácter post-expresionista está muy alejada del cine y de la «nueva objetividad». Berg piensa con tanta exactitud en términos de proporciones matemáticas que el número de compases de sus obras y, por tanto, su duración están fijados de antemano. Es como si, en cierta forma, compusiese con cronómetro. Sus óperas, que a menudo comportan situaciones escénicas complejas con un acompañamiento musical igualmente complejo, como las formas fugales, tienden, por decirlo claramente, a una especie de técnica del primer plano musical.
[2] Belgleitmusik zu einer Lichtspielszene (música de acompañamiento para una escena de cine), op. 34. (N. del T.)
[3] Castillo de Praga. (N. del T.)
[4] La extraordinaria eficacia de las primeras obras de Stravinsky proviene, en parte, de que rompen con el gusto neorromántico por la melodía.