Agradecimientos
Lo mismo que en Cuatro días de enero (Plaza & Janés, 2008) y Siete días de julio (Plaza y Janés, 2010), este libro no hubiera sido posible sin los recuerdos, evocaciones y sabias lecciones de historia de Francisco González Ledesma. Mi gratitud y mi amistad eterna para él y su esposa.
El 13 y 14 de octubre de 1948 fueron juzgados, mediante un consejo de guerra, los militantes guerrilleros del llamado «grupo de los ochenta» apresados en 1947. Sentenciados a muerte, la condena se cumplió en febrero de 1949. Pese a la renuncia de la lucha armada por parte de comunistas y socialistas, lo cual dejó solos a los anarquistas, la actividad del maquis se mantuvo firme hasta comienzos de los años cincuenta, si bien líderes guerrilleros como Quico Sabaté o Ramón Vila, alias «Caraquemada», prosiguieron su guerra antifranquista hasta los años sesenta. Josep Lluís Facerías murió en 1953, Sabaté en 1960 y Vila en 1963, los tres acribillados a balazos. Otro maquis histórico de Cataluña, Marcelino Massana, sobrevivió exiliado en Francia hasta su regreso a España en 1979, donde murió dos años después.
Gracias a los dos únicos personajes reales de esta novela, los payeses que vivían en la casita que bordeaba el terraplén del campo de fútbol que todavía hoy subsiste en la actual plaza de Alfons Comín de Barcelona. Gracias por darnos siempre agua al acabar nuestros partidos. Y gracias a los espíritus que habitaban el bosquecillo contiguo al campo, lleno de zarzas y arañas enormes, siempre cómplices de nuestras «aventis» infantiles en torno a los restos de aquel círculo de piedras.
El guión de esta novela fue preparado en Medellín, Canarias, Barcelona y Praga entre septiembre y noviembre de 2009, sobre una idea surgida el 27 de septiembre en Girardota, Antioquia, Colombia, y escrito en diciembre de 2009 en Barcelona.