16. EL BARCO

Tellius, el criado de Lady Elicia de Ar, me había llevado en tarn hasta Schendi. Este infame puerto es el puerto de arribo de los famosos esclavistas negros de Schendi, una liga de mercaderes de esclavos conocida por sus crueles saqueos en el mar. Pero también es un puerto libre, administrado por mercaderes negros, y lo excelente de sus condiciones junto con los mercados interiores que se extienden al norte y al este, atrae un importante comercio. Se piensa que hay un acuerdo entre los mercaderes de Schendi y los miembros de la liga de esclavistas negros, aunque pocos de los que habían proclamado esto en Schendi habían conservado la vida. Lo que es evidente, es que los esclavistas negros tienden a evitar el saqueo de los barcos que van o provienen de Schendi. Operan generalmente en aguas más al norte, y vuelven a Schendi como su puerto de reunión.

El barco en el que me llevaban era el Nubes de Telnus, registrado en Cos, pero con permiso de navegación por aguas de Schendi. Tenía unos seis metros de manga y unos treinta metros de eslora. Era un barco de dos mástiles de aparejo fijo. También estaba equipado con remos, pero sólo se usaban al entrar o salir de puerto. El barco redondo, a diferencia del barco largo o barco de guerra, depende mayormente de las velas. El Nubes de Telnus se consideraba un barco de clase media. Yo suponía que en su inmensa bodega llevaría varias toneladas de carga. Yo lo encontraba un barco precioso, sin tener en cuenta las miserias de la sentina, y era particularmente hermoso con las velas. Las velas, como en la mayoría de los barcos goreanos, eran triangulares.

Telnus, nuestro punto de destino, es la capital de la isla de Cos, uno de los dos mayores Ubaratos marítimos de Gor. Cos está al norte de Tyros y al oeste de Puerto Kar, cuya última ciudad está localizada en el Golfo de Tamber, que yace justo al lado del delta del Vosk. En Cos hay cuatro ciudades principales: Telnus, Selnar, Temos y Jad. Telnus es la más grande de todas y cuenta con el mejor puerto. El Ubar de Cos es Lurius, de la ciudad de Jad. La capital de Tyros, el otro de los más grandes Ubaratos marítimos, es Kasra. La otra gran ciudad de Tyros es Tentium, cuyo Ubar es llamado Chendar. Chendar procede de Kasra, y se habla de él como del eslín de los mares. Hace unos años, Tyros y Cos unieron sus flotas en la guerra contra Puerto Kar, pero fueron derrotados en una gran batalla naval. Puerto Kar carecía del poder y los barcos para llevar su victoria más allá. Tyros y Cos, y Puerto Kar, permanecen desde ese día en estado de guerra.

Sentía el tacto suave de la cubierta en mis rodillas. Había sido lijada con piedras de cubierta, y lavada y restregada. Las chicas de las jaulas de cubierta, de rodillas y con grilletes en los tobillos, se habían encargado de ello.

Miré al agua. El cielo estaba muy claro. Era algo muy valioso estar sobre cubierta.

—Qué fea eres, esclava de sentina —dijo una de las chicas de las jaulas de cubierta.

La miré. Tenía el pelo castaño rojizo, e iba desnuda. No se permite que las chicas lleven ropas en un barco de esclavas. Ella estaba sentada con las piernas encogidas en la diminuta jaula; no podía estirar del todo el cuerpo.

No me molesté en responder. Si le hubieran rapado el pelo, como nos lo rapaban a las esclavas de la sentina, tampoco ella estaría muy guapa. Me habría gustado ser su esclava superior, látigo en mano, cuando ella limpiaba la cubierta. Entonces no me habría hablado con tanta insolencia.

Oí gritar al vigía desde lo alto del segundo mástil, el más alto. Estaba dando la localización de un barco que no podíamos ver desde cubierta. Los hombres corrieron a la amura de babor, algunos subieron a un mástil. El capitán habló a la tripulación.

Los dos hombres que estaban en los remos que hacían de timón, a popa, viraron a babor.

Los hombres corrieron a los bancos y colocaron los remos en sus lugares. Comenzaron a remar al unísono.

Los hombres corrían de un lado a otro por cubierta. Algunos atendían a las escotas, otros aseguraban objetos que estaban sueltos en cubierta. Se cerraron todas las compuertas.

Yo estaba muy excitada, pero no podía hacer nada. No podía participar en lo más mínimo en lo que iba a suceder.

Sabía que las aguas del Thassa eran surcadas por numerosos barcos, entre ellos barcos piratas. Había oído que Cos y Ar estaban en guerra, al parecer porque no estaban de acuerdo con respecto a la adjudicación de la piratería en el Vosk. Pero Ar no tenía ninguna armada, aunque disponía de una flota de barcos de río que patrullaban el Vosk. El barco también podría ser de Puerto Kar, o de uno de los puertos del norte, o incluso de Torvaldsland.

Yo no podía liberar mis tobillos, mis muñecas y mi vientre de las cadenas que me obligaban a estar de rodillas. Tenía miedo. Si el barco caía en manos de piratas, las otras esclavas y yo seríamos suyas también, adorables esclavas desnudas, botín de los vencedores. Yo esperaba que nos quisieran, porque en caso contrario seríamos arrojadas por la borda. En estas circunstancias, las chicas intentan hacerse desear.

—Lleva a las esclavas bajo cubierta —dijo un oficial.

Yo y las otras cuatro chicas que habían subido conmigo, fuimos arrastradas por la cubierta. La compuerta de la sentina estaba abierta. Para mi horror vi cómo lanzaban a mis compañeras escaleras abajo.

—¡No! —grité. Y entonces también a mí me arrojaron por la escalera, rodando encadenada, hasta dar en el suelo. Me había hecho mucho daño.

—¡No! —Oí que alguien gritaba. Entonces las chicas de las jaulas de cubierta también fueron llevadas hasta la compuerta donde se les ordenó rudamente que descendieran a la sentina.

—¡Qué olor! —gritó una de ellas. Y fue lanzada por los aires a través de la puerta. Veinte chicas de cubierta estaban ahora con nosotras. Alzamos la vista y vimos cerrarse la pesada compuerta. Las chicas nuevas gritaron en las tinieblas. Oímos cerrarse los cerrojos de la compuerta.