Marcos y Laputa

 

 

La vida a veces ofrece atisbos de esperanzas cuando menos te lo esperas. Cuando crees que caminas sobre un camino de lava hacia el infierno de vez en cuando te topas con una ducha fría que lo apaga todo y te da un segundo respiro.

Laputa y yo empezamos una relación seria. Era la primera que ambos teníamos en años y decidimos ir poco a poco desde su inicio. Primero un café, luego otro... No queríamos complicarnos la vida.

Yo seguía a lo mío. Ella seguía trabajando cada noche. Yo seguía espiándola desde mi ventana para no perder las viejas costumbres. Ella se tomaba ahora más descansos para poder estar conmigo y conocernos más. Es lo bueno que tiene ser autónomo.

Cada noche, trabajase o no, se pasaba por mi casa para tomarse la última copa. Eso la ayudaba a relajarse; me decía. Nos tirábamos por el salón y echábamos unas risas.

No había dejado nada de mi mundo anterior, como mucho había ralentizado el ritmo. No por miedo. La sobredosis no me había asustado. Si tenía que cruzar el charco lo cruzaría cuando me tocase, pero sí por ella. Ella sí se tomaba las cosas en serio, o al menos desde otra perspectiva. Seguía bebiendo todo el alcohol que pasase por mis manos y seguía drogándome, aunque había subido la dosis de hierba y bajado la de coca. Mi medicación era más estable. Nada de eso quitaba que siguiera pasándolo genial siempre que podía permitírmelo. Y era aún mejor porque ahora ella me hacía compañía. Aunque el profesional en ese campo era yo.

Habían pasado varias semanas desde que empezamos a salir, pero no había sexo entre nosotros. No es que pasase nada malo,  ni que no nos sintiéramos deseados el uno por el otro. Simplemente no veíamos necesidad de hacerlo para forjar un vínculo más fuerte. Directamente no follábamos. Y, en realidad,  eso lo hacía más especial. Era algo que quería reservar para más adelante, cuando llegase el momento.

Una de esas noches de alcohol y drogas mantuve una conversación muy seria con ella. Se me ocurrió que necesitábamos un viaje. Un largo recorrido en tren por Europa. Nosotros, nuestras mierdas en un par de mochilas y un viaje para limpiar nuestras almas perdidas. Ella aceptó.

 

Diario de un suicida en potencia
titlepage.xhtml
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_000.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_001.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_002.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_003.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_004.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_005.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_006.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_007.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_008.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_009.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_010.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_011.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_012.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_013.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_014.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_015.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_016.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_017.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_018.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_019.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_020.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_021.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_022.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_023.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_024.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_025.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_026.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_027.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_028.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_029.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_030.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_031.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_032.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_033.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_034.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_035.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_036.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_037.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_038.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_039.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_040.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_041.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_042.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_043.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_044.html
CR!MMD4KF2YPD5K9CMHA52QGTRXTVDX_split_045.html