Nota Histórica
En el otoño de 1068, Guillermo el Conquistador llevaba dos años siendo rey de Inglaterra; pero pasarían tres años más hasta que Guillermo conquistara todo el país. Se produjeron varias revueltas centradas alrededor del príncipe sajón Edgar, el último descendiente de la vieja realeza inglesa. Sin embargo. Edgar no era más que un niño, una figura decorativa cuyos partidarios alternativamente se unían a Guillermo o se rebelaban en contra de él, según sus ambiciones.
Esas rebeliones aniquilaron con eficacia a la nobleza sajona. El príncipe Edgar huyó con su madre y sus hermanas a Escocia, y en 1071 sólo quedaba un barón sajón en Inglaterra, la corte hablaba en francés normando y, aunque el pueblo llano permanecía más o menos igual, la minoría en el poder se hizo más anglonormanda que anglosajona.
Con el tiempo el príncipe Edgar regresó a Inglaterra y fue enviado durante varios años a Flandes con el suegro de Guillermo. Pasó el resto de su vida viviendo entre Inglaterra y Escocia, ya que aparentemente carecía de una personalidad lo bastante fuerte como para tratar de recuperar el trono de su familia. Sin embargo, el antiguo linaje real continuó a través de una mujer.
El príncipe Enrique, único hijo de Guillermo y de Matilda nacido en Inglaterra, fue coronado con el nombre de Enrique I en agosto de 1110. Se casó con Edith de Escocia, la sobrina de Edgar, emparentando así su familia con la última princesa sajona.