Capítulo 14
Tara dejó que Mick estuviera con Nathan todo el día. Él tenía un plan que había acordado con Tara. Ella confiaría en él para mostrarle a Nathan la luz - o por lo menos lo que sería y lo que podría ser. Él esperaba no estar arruinándolo todo.
Mick comenzó el día llevando a Nathan a las instalaciones de entrenamiento del equipo, algo que hizo que los ojos de Nathan se ensacharan, especialmente porque se suponía que estaba castigado. Pero Mick hizo un gran trato explicándole a Nathan que había hablado con su madre, diciéndole que era un evento especial. Era el día de medios de comunicación en las instalaciones, por lo que había gran cantidad de personas adicionales en las instalaciones del entrenamiento de todos modos. Él ya lo había conversado con el equipo, por lo que Nathan tuvo oportunidad de observar desde el campo y conocer a todos los chicos.
Por supuesto, el entrenamiento no fue tan intenso como sería en un día normal, principalmente debido a la interrupción de la prensa, pero estaba bien, porque le dio a Mick una oportunidad de llevar a Nathan por los alrededores, presentarle a todo el mundo, e incluso ponerlo detrás del centro y tirarle algunos pases, lo que puso a Nathan nervioso como el infierno. Se veía tan pequeño detrás de la línea ofensiva de Mick. Para el crédito de Nathan lo hizo bien, sin dejar caer ninguno de los pase, y llegó incluso a golpear a un receptor o dos. El chico tenía un brazo bastante bueno y probablemente conseguiría una beca decente siempre y cuando dejara de tontear y se concentrara más en el fútbol y menos en la vida social, lo cual era la intención de Mick con ese día.
Después que Nathan tomara asiento, Mick se concentró en sus propios ejercicios, trabajando con algunos de los nuevos receptores. Una de sus parejas fue decente, otro tenía una actitud seria y algo de trabajo que hacer si tenía alguna esperanza de entrar en el equipo. Pero eso era problema de los entrenadores, y Mick no envidiaba el trabajo de los que se ocupaban de los chicos que entraban en el juego con un sentido de soberbia. Pero tipos como esos también eran buenos para que Nathan los viera— los que jugaban hasta con los medios de comunicación como si fueran de su propiedad, recién salidos de la universidad con toneladas de actitud, pensando que podrían entrar en su primer partido a la NFL y ser una estrella. Claro, había algunos que podrían llegar directo a la puerta, pero eran raros. Y Mick ya podía decir si este chico era tan bueno como él pensaba.
Unos pocos buenos saltos seguros delante de los pases con una intercepción clave y estos chicos recibirían una dosis de humildad rápidamente. Después de dar algunas entrevistas acerca de su estado físico, su plan general para el año, y lo que pensaba de las posibilidades del equipo, básicamente típicas entrevistas - Mick se duchó, y él y Nathan fueron a cenar.
"Entonces, ¿qué te parece todo esto?"
Nathan levantó la vista de su plato, de donde estuvo engullendo los alimentos. "Fue impresionante. Todos los fotógrafos y reporteros allí, trabajar con el equipo, además de los nuevos chicos del proyecto de la universidad. Fue súper. No puedo esperar para decirle a todos los chicos de mi equipo al respecto".
Mick había terminado de comer, así que echó hacia atrás su plato y tomó su vaso de agua, bebió un sorbo, luego se recostó en su silla. "Así que, ¿Salir conmigo ha subido tu credibilidad con tus compañeros de equipo?"
Nathan sonrió. "Definitivamente. Como estudiante de primer año si, ya que tienes bastantes seguidores, por lo que hasta pueden ponerme a prueba en el campo. El que salgas con mi madre ha conseguido la atención de todos."
Nathan ladeó la cabeza hacia un lado, con una preocupada expresión en su rostro. "No le mientes o algo, ¿verdad?"
Los labios de Mick se levantaron. "Uh, no. No estoy engañando a tu mamá".
Nathan dejó escapar un suspiro. "Gracias a Dios. Realmente arruinaría mi popularidad".
Adolescentes. ¿Mick fue siempre tan despistado? Obviamente sí, o no hubiera jodido su vida tan mal. "Sí, odiaría arruinar tu creciente popularidad".
Nathan agachó la cabeza y tuvo al menos la decencia de verse avergonzado. Tal vez no era tan mala idea después de todo.
Después del postre subieron a la camioneta. Mick miró el reloj del coche. Perfecta sincronización.
"¿Y ahora?", Preguntó Nathan.
"Vamos a una reunión."
Nathan medio se volvió hacia él. "¿No es broma? ¿Igual que algunas reuniones del equipo o algo así?"
"No. Este tipo de reunión es personal para mí, pero quería que vinieras conmigo porque creo podrías sacar algo de ello. Espero que no te importe."
“Hey, si tiene algo que ver contigo, no hay problema."
Mick entró en el estacionamiento de la Iglesia Presbiteriana, uno de los lugares que había encontrado que estaba teniendo una reunión esa noche abierta donde cualquiera podía asistir. Aparcó y se bajó.
Nathan lo siguió.
"Oh, hombre, ¿vamos a la iglesia?"
“No exactamente."
“Entonces, ¿qué estamos haciendo?"
Mick se detuvo y se volvió a Nathan. "Nathan, necesito que mantengas la boca cerrada y sólo escuches cuando lleguemos en el interior, ¿de acuerdo?"
Nathan retrocedió, sin estar acostumbrado a escuchar a Mick hablarle de ese modo. "Está bien. Claro que sí."
Caminaron al interior, y Mick encontró la reunión en la sala de abajo. Mick se registró, saludó unas cuantas manos, y tomó una taza de café y un refresco para Nathan.
"Oh, hombre, esta es una reunión de AA, Mick".
"Sí, lo es."
"¿Por qué me has traído aquí?"
"¿Qué te dije allá afuera?"
Nathan dejó caer la barbilla hacia abajo. "Sí, bien".
Estaba bastante concurrido, lo que era bueno. Un hombre se levantó y se acercó a la parte administrativa de la reunión, entonces todos ellos dijeron la Oración de la Serenidad, que Mick había recitado tantas veces en los últimos años, probablemente la podía decir en sueños.
"Dios concédeme la Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar...Valor para cambiar aquellas que puedo y Sabiduría para reconocer la diferencia...".
Decir la oración siempre traía una ola de paz en Mick, le daba la fuerza para continuar con su lucha contra el alcoholismo, le hacía darse cuenta que nunca podría volver atrás y cambiar el pasado, pero que tenía el control hoy, mañana, y todos los días después de eso. Y sabía que hasta hoy no había bebido una copa. Pasó a través de otro día.
La gente se levantó y comenzó a compartir historias. Había alcohólicos que desde hacía mucho tiempo habían estado allí a través de tiempos difíciles. Algunos habían regresado y comenzado a beber una y otra vez, sólo para empezar a luchar contra sus demonios y volver a intentarlo. Algunos nunca tocaban el alcohol después de haberse dados por vencidos. Otros se levantaban y compartían sus historias de éxito y recibían monedas de tiempo[11], que siempre arrancaba a Mick una sonrisa.
Cuando hubo una pausa, se levantó, lo que hizo que Nathan abriera los ojos como platos. Pero esto fue por lo que llevó a Nathan ahí. Él quería que escuchara su historia. Así que se levantó frente a todos esos extraños, aunque no era un extraño para muchos de ellos - y contó la misma historia que había contado a Tara la otra noche. Y mantuvo su entrenada mirada en Nathan, asegurándose que escuchara cada detalle.
Mick no se preocupó por verter esa información frente a todas esas personas, ya que AA era de personas anónimas y no compartían lo que escuchaban fuera de la sala de reuniones. Sus secretos en AA siempre estarían a salvo.
Cuando terminó, después de haberse puesto de pie allí y haberse presentado como Michael, después de haberles dicho a todos que era alcohólico, esperaba que su mensaje le hubiera llegado a todos. Y tal vez lo hizo, porque los ojos de Nathan se habían llenado de lágrimas. Y no dijo una palabra cuando la reunión terminó, cuando Mick habló con la gente de allí. Nadie le pidió un autógrafo o habló de fútbol, porque Mick era otro más que luchaba día a día tratando de combatir su adicción con el alcohol.
Era por eso que a él le gustaba asistir a las reuniones, porque podía ser sólo otra persona que estaba en la lucha contra sus demonios.
Subieron al coche, y Nathan no se puso el cinturón de seguridad, se sentó allí con la barbilla presionada sobre su pecho.
"¿Nathan?"
Nathan se estremeció cuando inhaló, se volvió con su mirada llena de lágrimas a Mick. "Crees que podría terminar como tú. Por lo que hice la otra noche."
"Yo no he dicho eso. Nunca dije eso. Pero sí, me temo que pueda sucederte. O a cualquiera de tus amigos que no piensa en las consecuencias del consumo de alcohol ni en la fiesta. Piensa en la práctica que viste hoy, en lo duro que los jugadores trabajan en la NFL. Después, piensa en lo mucho que tienes que esforzarte en la universidad consiguiendo buenas notas y pasando a través de las clases al mismo tiempo que juegas fútbol."
"Pero pensé—"
"¿Creíste qué? ¿Qué alguien más hace su trabajo de clase por ellos? ¿Qué puedes flotar a través de los profesores y sacarles un poco de holgura? La universidad no es como la escuela secundaria, Nathan. A los colegios no les importa si estás jugando fútbol o no. Aún así esperan que pases. Y tratas de hacer eso, bien bebiéndote una botella de vodka al día, o una caja de cerveza, o lo que sea tu veneno. El mío era el whisky y la cerveza."
"Jesús. No lo sabía. Sólo quería estar en onda como los otros chicos."
"Estoy seguro que los otros chicos no lo saben. No tienen ni idea, porque piensan que pueden manejarlo. Yo pensé que podría manejar la situación. Y por un tiempo estuve haciéndolo muy bien. Pero luego todo se derrumbó, e incluso entonces no quise escuchar a la gente que sabía lo que era mejor para mí. No quise escuchar a mis padres o a mis entrenadores o a los médicos del equipo. Casi pierdo mi oportunidad de jugar en la NFL. Podría haberlo perdido todo. Pude haber muerto. Todo porque quería beber e ir de fiesta. Principalmente porque quería beber. Y todo empezó cuando tenía tu edad, porque quería estar en la onda y estaba desesperado por encajar"
Las lágrimas caían por las mejillas de Nathan ahora. "Así que ¿Qué se supone que debo hacer? Todos beben. Hay fiestas todo el tiempo. Me aceptan ahora."
"Aún puedes ser aceptado. Puedes estar en onda sin beber. Y si no les gustas porque no eres un borracho, entonces, ¿qué clase de amigos son esos? Eres un gran jugador de fútbol con una gran cantidad de potencial Nathan. Deja que tus habilidades y tus calificaciones hablen por ti. Te apuesto que no cada miembro del equipo es un gran fiestero. Busca a esos chicos y pasa el rato con ellos."
Él se encorvó en el asiento. “Supongo que sí."
"Mira, no voy a tomar las decisiones por ti. Ya tienes edad suficiente ahora para tomarlas por ti mismo. Sólo quería mostrarte lo que podría suceder. Tu vida es totalmente diferente a la mía. Depende de ti elegir."
Se llevó a Nathan a casa. El chico se fue hacia a su cuarto, apenas diciéndole una palabra a Tara. Ella echó una mirada de preocupación a Mick.
"¿No fue bien?"
Mick se encogió de hombros. "No lo sé. Creo que captó el mensaje. Se asustó como el infierno."
Ella se cruzó de brazos y asintió. "Eso es algo bueno. Debe tener miedo."
"No lo sé. No sé nada respecto a los adolescentes, Tara. Lo intenté."
Se acercó a él, puso sus brazos a su alrededor, y lo besó. "Gracias. Hiciste algo más que la mayoría de la gente. Sabe que le importas. Y te lo agradezco."
Él sólo esperaba que fuera suficiente.